Wednesday, March 27, 2013

Estoy a punto de encontrarme con esos colores. Necesito olerlos. Sentir que vuelvo a ser yo.


I've got to get back to the west coast.
I'll miss your face though.
So I won't even say it, with you I couldn't fake it.

Tuesday, March 26, 2013

I don't really know how I feel when I listen to those songs. 
It's a kind of nostalgia, mixed with the will to smile and cry at the same time.
It's a kind of pain, mixed with I don't know what.

A kind of regret.
A doubt that pounds, wondering what it would have been like..
Si cuentas el tic-tac de las agujas, sentirás que el tiempo es infinito.
Que no hay manera de medirlo.
Que sigue y sigue y sigue...
Si cuentas el tic-tac de las agujas, sentirás que no llegas a tiempo.
Que se escapan entre tus dedos todas las horas que el reloj puede contar.
Y es verdad, se escapan.

Si cuentas el tic-tac de las agujas..
recuerda, que sólo nosotros contamos el tiempo.
Que los perros no saben que hora es.
Los pájaros tampoco.


¿Por qué necesitamos saber qué marcan las agujas?
Porque el tiempo sí es infinito, pero nosotros no.

Así que no cuentes el tic-tac de las agujas.
Vuela.
Y nada más.

Zu gabe.
Zurekin.
Bera gabe.
Berarekin.
Beraiek gabe.
Beraiekin.
Berdin du nola.
Bakarrik.
Edo beraien eskuekin.
Bakarrik.
Edo beraien ahotsekin.
Berdin du nola.



Jo ta ke irabazi arte, esan zuten.
Arrazoi zuten.
Those colours are waiting for me. 
And I can't wait to meet them.
I'm in love with that place.
Forever.

Monday, March 25, 2013

Siento.
Siento que casi puedo tocarte.
Estás justo en la punta de mis dedos.
Cada vez que escribo.
Siento.
Te siento.
Cerca, jodidamente cerca.
Y duele.
Pero da igual.
Tengo que seguir escribiendo, porque cuanto más escribo, más te siento.
Y no hay nada que no daría por volverte a sentir.
Aquí, justo aquí.
Cerca, jodidamente cerca.
De mis manos, de mi corazón.
Echa un ovillo en mi pecho.

Mis dedos guardan el eco de tu tacto. De cómo era tocarte, abrazarte, acariciarte. Y cada vez que escriben, a esa velocidad que sólo tú puedes darme, vuelven esas sensaciones, esas emociones. Haciéndome más débil. Haciéndome más fuerte.

Acercando a mí, lo inacercable. Porque no hay distancia. 

Estás dentro de mí.

The heart was made to be broken.
- Oscar Wilde


We loved with a love that was more than love.
- Edgar Allan Poe

Volverán las oscuras golondrinas.


  Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales
      jugando llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban            
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
      ésas... ¡no volverán!
 
  Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,               
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
      sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...                 
      ésas... ¡no volverán!
 
  Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
      tal vez despertará;                        
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
      ¡así no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer
Él dijo que volverían las oscuras golondrinas. Y volverán. A anunciarme con su vuelo bajo, que no habrá manera nunca de separar el peso del hombro, el hombro del peso. No habrá manera nunca de dejar atrás esos demonios. Son tan parte de mí, que ya casi no sé ser sin ellos. Y aunque a veces parezca que casi me deshago de ellos y los dejo tirados en la cuneta, es mentira.

Porque siempre volverán. Igual que las oscuras golondrinas.
Only some kind of songs are the ones you'd put always on replay. Only some kind of people are the ones you'd never get sick of.
Podría asegurar que en ese segundo el mundo se detuvo.
Fue cómo si lo viera todo a cámara lenta.
O más bien cómo si todo lo que no fuera él de repente desapareciera.

Y después de ese segundo, el mundo volvió a ponerse en marcha.
Pero ya nada fue lo mismo.

Sunday, March 24, 2013

Some things are better left unsaid. Don't you think?
You wouldn't ever get it. 'Cause I couldn't get it. And I'm unable to explain it now, like I was unable to explain it then. And I think I'll always be unable to explain it. I said the wrong words, in the wrong moment, in the wrong way, and I messed everything up. If you ask me why, I'd have to say: dunno. 'Cause I don't know why I acted that way, I don't know why I screwed it up so quickly it seemed like it hadn't happened at all. But it did happen. It was real. And I was there, watchin' the sun set, and wondering why I was that fuckin' unable. I thought about it night and day. Hours, minutes, seconds spent just trying to figure it out. But I wasn't able. I wasn't fuckin' able. And now, I look backwards, and I feel that everything could have been different. If only I had known how..

But maybe, that was the only way.
You were a shooting star. You gave me one second of light, and then got away forever. But you know what? I can't regret that one second.

I can't, I couldn't.

Friday, March 22, 2013

Give me the colours.
I'm sad today.
A little too gray, I'd say.
So give me the colours.
I need them.
I want them near me.
So close to me.
Paintin' the world, paintin' my world.
Will you give me de colours?
The chills?
The butterflies?

Will you?



We drove right past the exit
and nobody even said a thing.
The lights in your eyes, they started dancing for my brain.
I know all about the world and when it's ending.
I know because she whispered it right to me.

Y que saben ellos, que sabe nadie.
Siempre estuve sola en mitad de la pista de baile.
Él no me vio, ella tampoco.
Y mi voz se detuvo en mi garganta.
Una señal de stop, otra de en esa dirección está prohibido.
Y los ceda me los iba saltando.
Para llegar a ningún lado.

Y Roma quedaba muy lejos.
Quedaba muy lejos.



# SeVaALiar

http://www.youtube.com/watch?v=gMKXvl1Q7JQ&feature=youtu.be

Mil pedazos al viento nos separaron.

No tuve fuerza. Me falló en el último momento. Escribí la carta llorando. No sé ni cómo te la dí. Recuerdo que ya había amanecido. Y tus ojos eran más bonitos que el día anterior. Si eso era posible. Toda mi fuerza se quedó en esa carta. Ese pedazo de corazón que me robaste aquella noche se quedó en esa carta. No sé dónde estará ahora. Quizá la rompiste. O quizá se quedó olvidada en algún cajón, cogiendo polvo y amarilleando. Fiel testigo de lo que sentí. De lo que fue y no pudo ser más. Mirándote a los ojos no fui capaz. Eran demasiado verdes. Y ese día me fui sabiendo que dejaba allí un trocito de mi alma. Dos semanas. Sabía que sólo serían esas dos semanas. Que luego no quedaría nada. Pero si hubiera podido, si mis palabras hubieran podido escapar del fuerte nudo que las ataba a mi garganta, te hubiera dicho que..

Que en esas dos semanas toqué el cielo un millón de veces. Que cada vez que aparecías por cualquier esquina mi corazón saltaba de golpe, y una arritmia salvaje se apoderaba de él. Que temblaba cada vez que pasabas cerca. Y daba igual dónde estuvieras, mi cuerpo, mis ojos, siempre capturaban tu posición. Yo entera era una brújula buscando tu norte. Y no descansaba hasta tenerte dentro de mi campo visual. Que pasé horas sólo mirándote, sólo observándote. Y podría haberme pasado así mil horas más. Sin cansarme nunca. Sin aburrirme nunca. Que me encantaba oírte hablar. Escuchar lo que contabas. Que eras, todo tú, un universo a explorar. Tan curioso y tan atractivo, era imposible escapar. Que me hiciste resurgir de mis cenizas, y me diste la capacidad de volver a sonreír. Hubiera parado el reloj cada noche. Le hubiera robado más horas al tiempo. Sólo por un día más, por otra hora. Por compartir tu aire un segundo más, por otro instante. Por no dejarte allí, por no alejarme. Y te aseguro que hice lo imposible. Y el ridículo mil veces. Y lo volvería hacer. Pero no sirvió de nada. Eran dos semanas. Y luego no iba a quedar nada. Luego no quedó nada.

No quedó nada en la práctica.
En mi teoría, quedaste tú.
Con tu oyuelo derecho, y esa forma de hablar que tanto me gustaba.

Pero no había nada que hacer.
Porque el viento iba a separarnos.

Thursday, March 21, 2013

Fragmentos.

- ¿Qué haces aquí?
- He venido a verte.
- ¿A mí?
- Sí, a ti.
- Después de toda la mierda no pensé que querrías volver a verme.
- Tienes razón. No quiero volver a verte. Cada vez que te veo una parte de mi se vuelve a romper. Y no me permito romperme más. Ya me rompiste tú bastante.
- ¿Entonces qué haces aquí?
- He venido a decirte que no tenías razón.
- ¿En qué?
- En todo. 
- No te pillo.
- Sí, sí que me pillas. Fuiste cruel. Me hiciste sentir que no servía, que no valía, que no era nada. Que no tenía nada que hacer, nada a lo que aspirar. Que era una mierda, un cero a la izquierda. Y caí. Caí en el puto agujero más hondo, oscuro y asqueroso en el que he caído nunca. No diré que fue por tu culpa. La culpa fue mía por dejarte hacerme sentir así. Por dejar que me despreciaras, me humillaras. Pero aquello se acabó. Y ahora he vuelto.
- Sí, eso ya lo veo. Pero sigo sin entender por qué. No creo que hayas venido hasta aquí, con  lo que supongo que te habrá costado localizarme, sólo para volverme a enumerar todos mis errores.
- No, por supuesto que no.
- Suéltalo.
- En tu cara, mamón.
Y se dio media vuelta. Sonrío. Nunca se había sentido tan jodidamente bien. A la mierda, ya nada podría con ella.

Él la observó mientras se alejaba, más perplejo que nunca. No entendía nada. Miró hacia abajo. Descubrió con asombro que le había dejado algo entre las manos. Abrió el paquete. Se le abrieron los ojos de par en par. Volvió a levantar la vista, pero ella ya había desaparecido. Joder con la tía, los tenía bien puestos. Suspiró. Poco quedaba que decir ya después de aquello. Pero en su fuero interno, no pudo evitar alegrarse. 

Quizá una parte de él siempre supo que ella era especial. Aunque nunca la tratase en consecuencia.

Fragmentos.

- Me dijiste que no te irías. 
- Lo sé.
- Lo prometiste.
- Lo sé.
-¿Entonces?
- Tengo que irme. Tienes que entenderlo.
- No, no lo entiendo.
- Por favor, no me odies.
- No te odio. No, ni siquiera un poco. Pero me gustaría odiarte. Joder, te odio por irte, por hacerme esto, por no cumplir tu promesa.
- Sabes que tengo que hacerlo.
- ¿Por qué? ¿Por qué tienes que hacerlo?
- Porque me necesita. Soy lo único que tiene. 
- ¿Y yo? ¿Y yo qué?
- Tú estarás bien. Te aseguro que estarás bien. De lo contrario no me iría.
- ¿Y si no vuelves? ¿Y si te quedas allí para siempre?
- Eso no va a pasar.
- No voy a ir a buscarte.
- Ya lo sé.
Se miraron a los ojos.
- Creo que los dos sabemos que este es el final. 
- No tendría porque serlo.
- Pero lo es.
- ¿Enserio quieres que lo sea?
- Sabes que no voy a esperarte. Sabes que no puedo. Sabes que yo no soy de esas que se quedan esperando a su hombre. Necesito seguir viviendo. No pienso dejar que mi mundo se pare por el simple hecho de que ella te necesite.
- ¿Pero por qué no puedes entenderlo?
- Claro que puedo entenderlo. Entiendo que ella esté mal. Entiendo que seas lo único que tiene. Entiendo muchas cosas. Más de las que crees. Pero no entiendo como puede ser que ella haga que lo nuestro se detenga. Yo nunca dejaría que lo nuestro se detuviera por nadie. Y no pienso quedarme en standby. Me conoces lo suficiente como para saber que yo nunca me quedo en standby. 
- Sí, te conozco lo suficiente. Pero no esperaba que tuvieras tan claro que no ibas a esperarme.
- Ni yo que tuvieras tan claro que ibas a irte. Supongo que tu palabra no vale mucho, ¿no?
- No es eso, joder. Es que no puedo hacerle eso, no puedo dejarla en la estacada. No me lo perdonaría.
- Espero que tampoco tengas que perdonarte esto.
- Me lo estás poniendo difícil.
- No. Es muy fácil. Tú te vas, esto se acaba. Espero que no te arrepientas.
- Quizá seas tú quien se arrepienta. Yo pienso volver. Te buscaré.
- No vas a encontrarme.
Se volvieron a mirar a los ojos. Él agachó la cabeza. Ella no.
- No voy a estar aquí. No estaré. Si te vas, me pierdes. Para siempre.
- ¿Entonces este es el final?  ¿Así de fácil?
- No he dicho que sea fácil. Pero yo no lo estoy haciendo, lo estás haciendo tú. Y en el fondo lo sabes. Sólo que no vas a admitirlo. Tu deber puede más que esto. Puede más que todo. O quizá todavía la quieras lo suficiente como para no arrepentirte de dejarme atrás.
- No digas eso. Sabes que no es verdad.
- No, no lo sé. Ya no sé nada.
La miró a los ojos. Su mirada delataba la angustia y el dolor que sentía en ese momento.
- Vete.
-¿Qué?
- Si este es el final, date la vuelta y vete. Yo no voy a hacerlo. No pienso terminarlo.
- Bien.
- Cuídate mucho. Volveré.
- No, no lo harás. Y aunque lo hagas, será tarde.
Le miró a los ojos muy fijamente.
- Espero que ella valore lo que estás haciendo. Pero no es ella la culpable. Cuídala.
- Lo haré.
No podía hablar. Tenía un nudo en la garganta. ¿Qué coño podía decir en un  momento así? Él se iba a más de 6.000 kilómetros de distancia. Ella se quedaba. Era el puto final. Pero no lo sentía. Le seguía queriendo cómo el puto primer día en que la desquició en aquel bar. Cómo la primera noche que se hicieron el amor. Cómo la primera vez que desayunaron juntos en la cama. Cómo todas las veces en las que su sonrisa la hacía estremecerse. Y se iba. Se iba.
- Te odio.
Él la miró. Sabía lo que le estaba diciendo. Sabía lo que ese "te odio" escondía. No pudo evitar sonreír. Era tan rara. Y la quería.
- Te quiero. Y no creo que pueda dejar de quererte nunca.
- Inténtalo. Te irá mejor.
- Sí, probablemente sí. Pero no sé si quiero que me vaya mejor.
Ella sonrío.
- Siempre lo consigues.
- ¿El qué?
- Hacerme sonreír. Te voy a echar de menos.
- Es una mierda.
- Sí, si que lo es.
Le miró. Sonrío. Y dio media vuelta. Mientras se alejaba, lenta pero firmemente, giró la cabeza:
- Espero que no te conviertan en un snob de mierda.

Él no contestó. El nudo en la garganta se lo impedía. Pero esa última sonrisa era como si le acabaran de inyectar veneno justo en el centro del pecho. No iba a correr tras ella. Era mejor así. No la iba a besar. Porque si la besaba no querría parar nunca. Y tenía que irse. Se iba. Se había acabado. Pero no sentía que se hubiera acabado. Empezó a caminar despacio, pensando en todas las veces que ella le volvió loco, en todas las veces que su sonrisa le hizo rendirse, en todas las veces en las que su cuerpo se convirtió en el único universo posible. Y empezó a llorar. Pensó, que si alguna vez en su vida tenía que llorar, ella era el mejor motivo, y aquel el mejor momento. Pensó, que si en efecto volvía, no iba a parar hasta dar con ella.  Respiró. Al fin y al cabo, un año tampoco era tanto tiempo.

Y ella, mientras se alejaba en la dirección opuesta, pensó que si volvía y la encontraba, no podría irse muy lejos. La única distancia que valía con él se medía en centímetros. Respiró. Al fin y al cabo, los standby tampoco eran tan terribles.





Wednesday, March 20, 2013

Fragmentos.

- ¿Y ahora qué?
- ¿Qué de qué?
- ¿Qué coño vamos a hacer ahora?
Se notaba el pánico en su voz. Estaba nerviosa.
- Tranquilízate ¿vale? Estoy pensando.
- O si claro, siéntate un rato. ¿Quieres un café? Si quieres te compro el periódico y te pones a leer un rato. ¡Eres tonto o que te pasa! La poli nos pisa los talones. No tenemos tiempo.
- Joder, eres peor que mi madre. Pásame un pitillo, necesito pensar.
- Toma anda. - Le pasó el paquete de tabaco y una caja de cerillas. Miró a su alrededor - A todo esto, ¿dónde ostias estamos? Esto está desierto. No tenemos muchas opciones. El depósito está a la mitad y si salimos de esta jodida ratonera nos van a localizar enseguida. No hay poblaciones en al menos 50 kilómetros a la redonda. Seremos un blanco fácil en ese desierto de mierda. Estamos vendidos.
- ¡Que te calmes joder! Han pasado de largo, les hemos despistado. Todavía tenemos opciones. Vamos a ver, tendremos que dejar el coche aquí, y seguir a pie. Quizá encontremos alguna granja en el camino. Podremos entrar y cambiarnos de ropa, e intentar hacernos pasar por granjeros. ¿Te quedan balas? 
- Sí, si me quedan balas. Pero no vamos a poder con todo un escuadrón de policía con un revolver y una puta Glock.
- ¿Que te crees que soy idiota? No pienso liarme a tiros con la pasma. Lo decía para emplearla en caso de tener que "persuadir" a algún pringado, ya me entiendes.
- Ok. ¿Entonces cual es el plan?
- Cogemos la pasta, dejamos el coche. Vamos a tirar para el oeste. El paisaje es más rocoso, y en caso de tener que escondernos creo que será más fácil. Coge mi munición, está en el salpicadero. La pasta la llevaré yo en la mochila. ¿Cómo tienes la herida?
- Nada grave, ha sido un rasguño.
- Bien, bien. Entonces prepárate.
Le miró asustada.
- No va a salirnos bien. Nunca nos sale nada bien.
- Si llegamos a la frontera no podrán hacernos nada. Confía en mí, lo conseguiremos. 
Dejaron el coche en aquel polígono de mala muerte, y se pusieron a andar. Hacía calor. No iba a ser fácil. No se veían casas, ni coches, ni gente. Aquello era un maldito desierto. Iban a morir, o a terminar entre rejas.¿Cómo coño había llegado a esto? Se había convertido en una vulgar delincuente. Y él no era más que un maldito gilipollas que la iba a condenar. Ya la había condenado.
- Todo esto es culpa tuya.
- Cállate y anda. No agotes tus fuerzas.
- Te odio.
- Ya lo sé. Pero ahora sólo me tienes a mí. No puedes huir, no puedes volver a casa, ellos no te lo perdonarían. Te has convertido en algo que aborrecen. Soy tú única opción. Me necesitas.
Tenía razón. Había perdido la opción de volver. Ya nunca podría recuperar su vida anterior. Había roto con todo. Debería olvidarse de lo que había sido. Tenía que empezar de cero. Eso si conseguían llegar a la frontera, cosa que no parecía muy probable. Mucho menos con aquel inútil a su lado. Era un inepto. Pero le necesitaba. Era lo único que le quedaba. Vaya mierda.
- Joder, y te odio más aun cuando tienes razón. Eres un idiota.
- Pues vete acostumbrándote muñeca, vas a hartarte de mi cara.
- No me llames muñeca. No me hables. Ni siquiera me mires.
La miro, y sonrío. Eran dos pringados perdidos en medio de un desierto que parecía interminable. Y además la tía era pesada que te cagas. Al menos estaba buena.
- Que no me mires te he dicho. Y acelera el paso, que a este ritmo nunca llegaremos a ningún lado.
- Tampoco parece que haya ningún sitio donde llegar. Nos lo tomaremos con calma. ¿Otro cigarro?
- Vale.
Se sentaron en una roca. El humo les hacía revivir. A lo lejos, el sol, enorme y redondo, alumbraba con fuerza. El silencio era abrumador. Ni siquiera se oía una brizna de viento. Nada.
- ¿Es increíble no te parece?
- ¿El qué?
- Estar aquí. En medio de la nada. La tierra, el sol, el aire. Respirar. Saber que seguimos vivos. Estos colores. Este olor. Este momento.
Ella le miró asombrada.
- Sí. La verdad es que es bastante increíble que sigamos vivos.
- Respira y cierra los ojos. 
Respiró hondo y cerró los ojos. El aroma era sublime. Olía a tierra, a polvo, a roca. No pudo evitar sonreír. Estaba viva. Viva en medio de aquel lugar inhóspito. Era increíble, sí. Bastante brutal. Y de repente, sintió un cosquilleo en el cuello, y justo cuando abrió los ojos, los labios de él se posaban en la esquina de los suyos.
-¿Qué coño haces? No te atrevas a tocarme maldito cerdo. Ni siquiera lo pienses.
- Lo que tú digas, morena. - Le dio una honda calada al cigarro. "Ya caerás", pensó.
Se levantó, y siguió andando.
Ella se quedó sentada en la roca unos segundos más mientras le daba la última calada al pitillo. Le miró entre enfadada y sorprendida. Por lo menos tenía buen culo.

Making love to those lyrics.
Night and day.
Miércoles por la mañana. Estoy sentada encima de la cama. No me digas por qué, no he podido salir. Me gusta este día. Las noches se vuelven cada vez más extrañas. Más raras. No me gusta amanecer así.

Y en esta jungla sin sentido es difícil no perder el norte, o el sur.

Tuesday, March 19, 2013

Sabía que el dolor no iba a disminuir. Sabía que no había punto en el espacio-tiempo donde fuera a doler menos. Simplemente aquello no entraba dentro del plan. Era un dolor intrínseco. Desde aquel domingo, hasta el último segundo, iba a ser así. Y no había forma de escapar. El tiempo entumecía. Eso era todo. El tiempo lo dejaba en stand-by por algunas horas, por algunos días tal vez. El tiempo solo lo dormía. Pero el dolor seguía allí. Justo en medio. Sin moverse. Sin inmutarse ante nada. Y no habría manera de quitarlo, de arrancarlo jamás de allí. Ni tampoco es que quisiera hacerlo. Era un dolor que llevaba a sabiendas de que también era un amor que llevaba. Dos caras de la misma moneda. Amor y dolor, dolor y amor. Sentimientos que siempre van de la mano. O casi siempre. Y no puedes separarlos. Y sabía que cuanto más le dolía, más amor sentía. Y por eso podía soportarlo. Porque detrás de la lágrima siempre venía la sonrisa. Sino no hubiera podido. Porque era demasiado grande, demasiado inmenso. Y era una cicatriz abierta. Siempre abierta. Un capítulo sin cerrar. Ese paso que no dio, esa voz que no salió. Se quedó quieta. Y nunca quiso más poder retroceder las manecillas del reloj, sólo para cambiar ese momento, y lo que no hizo. Lo que dejó de decir, lo que dejó de hacer, lo que dejó de luchar. Nunca se arrepintió más de nada. Nunca nada la partió tanto en dos. Nunca nada la destrozó tanto por dentro. Dejándola rota para el resto de su vida. Nunca nada. Ningún chico, por muy hijo de puta o cabrón que fuera podría nunca hacerle tanto daño. Ninguna chica, por muy zorra y cruel que fuera podría nunca hacerle tanto daño. Probablemente ningún ser humano podría hacerle nunca tanto daño. Cómo esa ausencia. Nada fue nunca tan jodidamente desgarrador en su vida, nada tan insalvable, tan insuperable, tan insoportable. Las ganas que tiene todos los días de ver esa carita. Las ganas que tiene todos los días de volver a abrazarla. Se hunden en el pecho porque no encuentran alivio. No hay nada que pueda curarla. Nada que pueda devolverle la calma que se escapó aquella tarde por la puerta. Para no volver jamás, para no volver jamás joder. Y es que no le hubiera importado, pasar penas y penurias debajo de cualquier puente del mundo con ella a su lado. Se sentía tan invencible, tan libre, tan feliz, tan llena de todo lo bueno, que ese sentimiento era indestructible. Y el amor, joder ese amor es indestructible. Ahora y siempre. Es para siempre. Y cuando el amor la desborda, y el dolor se despierta, como ahora, le vuelve a doler en ese punto concreto, en mitad del pecho. Y luego por todo el cuerpo, por todo el alma. No hay rincón en que no duela. No hay lugar donde no duela. No hay momento, ni segundo donde no duela. No existe.

Y en tercera persona intento que duela menos. Pero nunca deja de doler.

Y no quiero disimular. Intentar parecer fuerte. Y no quiero mentir y decir que estoy bien, que ya lo superé. Y no quiero dejar de serle fiel jamás. Siempre será constante. Siempre seré constante. Siempre seremos constantes.

Tan grande como el universo el dolor. Tan grande como el universo el amor. No hay límite posible. Y cada gota que sangre será para ella. Y cada punto de tinta será para ella. Y cada lágrima será para ella. Y todas mis sonrisas serán para ella. Siempre para ella.

Ella es mi amor eterno, mi dolor eterno.
"Someday you'll find someone special again. People who've been in love once usually do. It's in their nature."
"She was my dream. She made me who I am, and holding her in my arms was more natural to me than my own heartbeat. I think about her all the time. Even now, when I'm sitting here, I think about her. There could never have been another."
"I held her close to me with my eyes closed, wondering if anything in my life had ever been this perfect and knowing at the same time that it hadn't. I was in love, and the feeling was even more wonderful than I ever imagined it could be."
"The emotion that can break your heart is sometimes the very one that heals it."
Eso es lo que hacemos, discutir. Tú me dices cuando soy un arrogante hijo de puta y yo te digo cuando eres insoportable. Lo que eres el 99% del tiempo. Sé que no puedo herir tus sentimientos porque tienen un promedio de 2 segundos de rebote y otra vez vuelves a la carga.
The Notebook
Ella hablaba de piratas. Nadie sabía por qué. No entendían que era lo que tanto la atraía de aquellos viejos bucaneros. Le daba igual. Ella se sumergía en aquellos libros que le contaban historias que hacían que su corazón se estremeciera. Creyó haber vivido de esa manera en alguna vida anterior. Quizá ella había sido pirata alguna vez, ¿por qué no? Podría serlo. Hubiera sido buena. Y soñaba despierta con islas desiertas, con tesoros escondidos, con naufragios, con loros, con botellas de ron, barcos y cañones, velas y timones,  horizontes imposibles y banderas negras. Y soñaba...

Soñaba con escaparse al mar alguna vez. Sin nada más que el sol, y el viento acariciando su tez.

¿Por qué?
Nadie lo sabía. 

Monday, March 18, 2013

Recuerdo que fue tan efímero que apenas pareció real. Pero fue uno de las momentos más intensos que experimenté jamás. ¿Cuanto duró? ¿Algo así como tres segundos?

Y de repente ya me había caído otra vez.


Es lunes.
Mismo sofá, mismas palabras.
Ella no viene.
No sé por qué.
Quizá no le guste estar conmigo.
A veces soy demasiado torpe.
Quizá la exasperé la última vez.
Quizá, tal vez.
La espero.
No tengo prisa.
Al final siempre suele venir.
Cuando menos te lo esperas.
Me gusta eso de que aparezca de repente.
Poniéndome del revés.
Dejándome sin aliento.
Llega sin hacer ruido.
Se queda un segundo.
Un minuto.
Y luego ya se ha ido.
Antes de que te de tiempo a capturarla.
Antes de que te de tiempo.

Y cuando se va te quedas pensando que irías a buscarla al último rincón del mundo.
Pero no serviría de nada.
Seguro que ella ya no estaría allí cuando tú llegaras.
Ella es así.

Eternamente inalcanzable.



Intuición del país de tu espalda 
( y territorios limítrofes)


Lomo de ángel felizmente caído
alas en los tobillos
bestia sin domar que no conoce el freno
cabalgando de placer a la costa del dolor
donde la lagrima se convierte en gemido

Duna dragón orilla precipicio
mesa servida al banquete de la noche.
Desayuno de dioses
pan caliente volcán sin prejuicios
todo vuelve a comenzar
y es infinito.

Hombros de coral para agarrase en la tormenta .
Remanso de cintura
que anuncia el vendaval en las caderas
Seguir explorándote sin recato golfo abajo.
Agradecer que no seas una sirena.

Separar de tus piernas los presagios
remontar en tus muslos el asombro del paisaje.
Estallar como estalla en las rocas el oleaje.
Disfrutar juntos el mejor de los naufragios.

Carlos Salem

Sunday, March 17, 2013

No sé que tienen los domingos. Me adormecen. Mi cerebro no funciona igual. Las horas parecen más largas de lo habitual. Duran más de 60 minutos. Siempre me parecieron grises, los domingos. Siempre los vi pasar, como si no me rozaran, como si no me tocaran. Como si solo fueran horas que tenían que existir porque sino el horario no cuadraba, pero no como horas que realmente contaran. Para mi no contaban. La máxima entropía siempre, y por supuesto el estado de energía más bajo posible. Igual que los electrones. Buscando siempre no hacer nada. Buscando siempre el sinsentido de un día que no debería de tener nombre, ni horas. Ser solo un paréntesis entre el sábado y el lunes. Ese es su único cometido. Un día en que algunas cabezas están a punto de estallar, por eso de la resaca. Un día en que la gente sale a correr porque no tiene nada mejor que hacer. Un día en que la gente hace cola en el cine para ver da igual que película absurda, porque lo único que buscan es llenar las horas que parecen imposibles de llenar. Un día de películas malas en la tele, y mucha comida innecesaria. Un día de esperar a que llegue la hora de meterse en la cama y cagarte en todo porque al día siguiente toca ir de nuevo a trabajar. Y nunca se aprovecha.

Recuerdo aquellos domingos bailando en ese bar. No fallábamos ninguno. Y eran domingos que no parecían domingos. Sólo cuando llegabas a casa a eso de las 10 y te dabas cuenta de que, en efecto, era domingo, y que el día siguiente te ibas a levantar con un humor bastante irritable. Pero eso daba igual porque eran domingos que merecían la pena.

Y desde que mis domingos se conviertieron en ese jodido día en que tenía que coger ese puto bus, pasarme 70 minutos en esa autopista, y llegar a esa ciudad más gris aun que los propios domingos, no soporto el peso de las horas. Me adormezco más. Me desespero más. Y odio más los lunes.

Porque justo antes de entrar en el vasto e interminable desierto, siempre quedan algunas horas en las que el oasis te hace olvidar que día es hoy, y qué día será mañana. Y es una puta mierda, que las horas en el desierto duren 70 minutos, y 50 en el oasis. Nunca en nada tuvo nadie más razón que Einstein cuando dijo eso de lo relativo que es el tiempo.

No me gustan los domingos.
Everlasting pain.
Everlasting joy.
Reunited.
Everlasting tears.
Everlasting smiles.
Reunited.
That's the place where I belong.
You're the place. 

Mikele

Saturday, March 16, 2013

Dándole caña a otro nivel. No sé definirlo. Tampoco quiero hacerlo. Las definiciones son demasiado cerradas. Necesito libertad. Más allá del folio y de estas cuatro paredes. Tengo a la soledad de aliada. Nadie puede penetrar este territorio. Demasiado sagrado como para compartirlo. Demasiado caótico como para diseccionarlo. No quiero convertirme en algo parecido a una mecánica. Que lo no tangible siga bailando.

La excentricidad es necesaria. La duda también.


Starlight, I will be chasing the starlight..

Thursday, March 14, 2013

As he read, I fell in love the way you fall asleep: slowly, and then all at once.

John Green

Wednesday, March 13, 2013



You've built your wall so high, that no one could climb it.

"I guess they all knew. 
Somebody draw the sun. 
Those states made me distant. 
Tell me it's always, better. 

Well I can't believe you're still in the valley, 
Wasting away. 
I guess they got the best of me, 
And got your all. 
But I'll be just fine here."
I wanted so badly to lie down next to her on the couch, to wrap my arms around her and sleep. Not fuck, like in those movies. Not even have sex. Just sleep together in the most innocent sense of the phrase. But I lacked the courage and she had a boyfriend and I was gawky and she was gorgeous and I was hopelessly boring and she was endlessly fascinating. So I walked back to my room and collapsed on the bottom bunk, thinking that if people were rain, I was drizzle and she was hurricane.

John Green

Tuesday, March 12, 2013

Deberías saber siempre, que hora marcan tus agujas. 
Dónde está el norte, cuando te pierdes por el sur.
Por si quieres volver alguna vez.
Deberías saber siempre, que la lluvia cae de arriba hacia abajo.
Y que aunque no lo creas, no es tan mala.
Que tú estás hecho de gotas de agua.
Deberías saber siempre, cuantas letras tiene su nombre.
Cómo calla cuando habla.
Cual es su punto más débil.
Deberías saber siempre, que hay puertas que no pueden cruzarse.
Así que no lo intentes, es mejor así.
Hay cosas que no pueden saberse.
Deberías saber siempre, que el segundo siguiente no está asegurado.
Ponte a bailar.
No te quedes sentado.
Deberías saber siempre, que las estrellas son inalcanzables.
No te vuelvas loco intentando atraparlas.
Míralas.
Deberías saber siempre, que no sabemos nada.
Él lo dijo una vez.
No estaba equivocado.

Así que deberías no hacerme caso.
La vela está encendida, en la esquina izquierda del cuarto. Izquierda desde donde yo estoy. Casi pierdo los estribos. Pero cuando me encierro con mis palabras entre estas cuatro paredes verdes que pinté, porque no me gustaba el blanco, parece que nada puede rozarme. Al menos por unos segundos. Luego vuelven los demonios a susurrarme al oído que no puedo seguir aguantando las ganas de llorar. Pero no les hago caso. Y pinto de colores el aire que respiro, e intento no dejarme caer más allá del suelo. He comprado la tableta grande. Esa que parece que no se acaba, pero que a mi no me dura nada. Y tengo a Nacho en el papel. Supongo, que todo irá bien. ¿Y por qué me recuerda a él esta canción?

Las emociones no se pueden esconder; salen de dentro como una tormenta al anochecer, estallan.
Shotta Shottifer
No sabes. No puedes.
No sé. No puedo.
Es la pared contra la que siempre chocamos.
Pero siempre terminamos levantándonos.
¿Por qué será?

Tendré que dejar de buscar las razones. Al fin y al cabo, ¿a quién le importan?

Sunday, March 10, 2013

Something so everlasting, so infinite, that makes you feel dizzy. Dunno how to explain, it's just too huge, too big.  It's like seeing the begining of a lane, but being unable to see the end. Even if you walked and walked and walked, you wouldn't reach the end. It's so endless. Like an old song on a gramophone that doesn't stop, it just goes on and on and on forever. That's the way it feels. That's the way I feel it.: everlasting, infinite, endless.

Saturday, March 9, 2013

Y si no termino, y no llego al cruce de ese camino, no me digas que no he podido, que si no he llegao ha sido porque ese no era mi destino. Ya sé por dónde tengo que girar, ahora ya sé cual es el rumbo, ahora ya sé que si se me ponen delante, no salgo corriendo, me enfrento y los tumbo. Ahora ya sé, dónde están mis dos ovarios, ya sé cual es el nombre que llevan escrito, ahora ya sé que a veces hay que levantar la voz, y que si hace falta pa dejarlos sordos grito. Que no voy a hacer lo que me digan que haga, que no voy a ser lo que quieran que sea, que hago lo que quiero, y lo que quiero es esto, que soy quien yo quiero ser, y que le den al resto. ¡Y que le den al resto joder!

Friday, March 8, 2013

"Guillermo salió corriendo de la habitación y Jumble y él se abrazaron emocionados en el recibidor. En el mismo instante en que le vio, Guillermo quedó convencido de que nunca hubiera podido querer a otro perro."

Wednesday, March 6, 2013

Es el ansia que me quema. Me quema hoy, como me quemó ayer. No deja de quemarme. Pero me gusta como se siente, como lo siento. Me gusta que me queme. Me hace sentir a un nivel diferente. Reacciono al dolor en cuestión de segundos. Luego es algo más parecido al placer. Luego otra vez empieza a doler. Y así todo el rato. Es un balanceo constante entre algo insoportable y algo que te hace volar hasta la nube más alta. Y te mueves en ese territorio, como si no hubiera nada más, como si no pudieras salir nunca de los límites marcados por las yemas de tus dedos. Y estás ahí, en la mitad, o en la esquina. Intentando saber si es la rosa, o es la espina.

A veces te pierdes entre pétalos, y otras las espinas son como clavos.
Ser adulto es muy aburrido. ¿No crees? La vida parece más gris cuanto más creces. Y no me gusta. No me gusta la rutina, no me gusta la monotonía, no me gustan los edificios en los que nos hacen vivir, no me gusta que no haya balcones o terrazas, no me gustan las ventanas pequeñas, no me gusta que las ciudades estén saturadas, no me gusta el metro y tener que ir a todos lados corriendo, no me gusta que nos dirijan, que nos digan lo que tenemos que hacer, no me gusta que prohiban, no me gusta que hablen, no me gusta que hablen de más, no me gusta el ruido, no me gusta la vorágine, no me gustan los políticos, no me gustan los números, no me gustan los cajeros automáticos, ni las cajeras de los supermercados, no me gustan los horarios, ni los calendarios, no me gusta que no haya colores, no me gusta el cemento, no me gusta el asfalto, no me gusta la gente con trajes que lleva maletines, no me gustan los uniformes, no me gusta que cuando llueve todo el mundo lleve paraguas. No, no me gusta nada.

Y sobre todo, no me gusta que me digan que tengo que empezar a ser adulta. Porque quiero colores, quiero cantar, y saltar, y hacer gilipolleces, quiero poder gritar, y mojarme, y no hacer caso de lo que me digan, y quiero poder seguir yendo con mi mochila a todas partes, y no ponerme nunca trajes, y quiero poder intentar encontrar un sitio que no sea gris, ni de cemento, ni de asfalto, y quiero flores, y quiero balcones enormes, y terrazas enormes, y quiero espacio, y quiero aire, y quiero paz, y quiero que dejen de hablar, y que no hablen de más, y quiero romper todos los paraguas, y quiero que no haya uniformes, y quiero que la gente sonría, y que los políticos no digan ni hagan nada más, quiero carcajadas, y quiero que todos los días sean diferentes, que no haya rutina, ni caras largas, que la gente baile y cante todo el rato, y que el mundo respire, y que todo sea verde, y azul, y de colores, de muchos colores, y que dejen de ponernos barreras, y que sea lo que queramos que sea, y que podamos seguir soñando, y que a veces los sueños se cumplan. Quiero alegría, y ganas de vivir, y que la gente vuelva a sentir, y que no dejemos de intentar tocar el cielo, y quiero cuentos e historias sin fin. Quiero que nadie se ponga triste porque está lloviendo. Porque cuando llueve y sale el sol, llega el arco iris.

Quiero que todos busquen al niño que llevan dentro. Porque digan lo que digan, así, como lo digo, es más divertido.

Tuesday, March 5, 2013

Hace tanto que no sé ni siquiera cómo. Hace tanto que no encuentro el porqué. Ni siquiera sé porque sigo intentando encontrarlo. Dicen que no es tan importante. Hace tanto que no sé nada de ti. No sé como serán ahora tus ojos. Quizá ya no miren sin ver. Quizá ya no. Hace tanto que no sé nada de ella. No es lo que fue, o quizá si pero ya nadie lo ve. Una parte de mi la echa de menos. Otra parte, se acostumbró a la ausencia. Y ya casi no siente. Hace tanto que se me escapan los colores entre las yemas de los dedos. Que a veces ser me olvidan los matices. Pero mi alma siempre los reconocerá. El día que lleguen, y se queden. Hace tanto que me enamoré de esa voz, que ya parece que la llevo oyendo toda la vida. ¿Cuantos años ya? Casi diez. Cómo el número de esa canción. Hace tanto que espero que llegue ese momento, que la marca de mi espalda se ha quedado grabada en los bancos del tiempo. Ya no sé si llegará alguna vez. Por si acaso, yo sigo esperando.

Hace tanto ya desde la última vez que pude hundir mi cara en tu lomo, que cualquiera diría que no podría acordarme. Pero me acuerdo. Y contigo no hay hace tanto. Contigo solo hay para siempre.

"She seems so cool, so focused, so quiet, yet her eyes remain fixed upon the horizon. You think you know all there is to know about her immediately upon meeting her, but everything you think you know is wrong. Passion flows through her like a river of blood. She only looked away for a moment, and the mask slipped, and you fell. All your tomorrows start here."

Monday, March 4, 2013

Tenía la habilidad. Simplemente la tenía. Y no había nada en el mundo que la pudiera hacer cambiar de opinión. Él era su media naranja, su media manzana y su medio limón. Todo lo que jamás pensó que existiría. Y en caso de que existiera jamás conseguiría. Y aun así estaba allí, mirándola. Parecía increíble , pero el roce persistente de sus labios contra su piel afirmaba su existencia. ¿Acaso estaría soñando? No, no podía ser. Era mejor que cualquier sueño que había tenido hasta entonces.
Everything’s fair in love and war.
This is war, I’m not givin’ up.

¿Sabes ese dolor, que quema, que desgarra, que te hace pedazos? ¿Ese dolor que apuñala tu mente? ¿Ese dolor que sientes que nunca te dejará en paz y lo llevas a rastras sin poder dejarlo atrás? ¿Ese dolor que pesa, que hunde, que destruye? ¿Ese dolor que hace que caigas una y otra vez? ¿Ese dolor que sale de dentro, del centro de tu pecho, del fondo de tu alma?

Ese dolor, justo ese, es el que siento cuando no estás, es decir, siempre.
Nada es lo que parece, ¿O quizá si? Que se esconde en tus silencios, que se dice en tus palabras. Que se dice en mis silencios, que se esconde en mis palabras. Lo que escribo es lo que es, lo que siento es el latido..Pero en el mundo real decir la verdad está prohibido.