Think you’re escaping and run into yourself. Longest way round is the shortest way home.
- James Joyce, Ulysses
Sunday, June 30, 2013
Like a double edged sword, our greatest strengths are often also our greatest weaknesses. For me, that has always been caring too much and feeling too intensely. Its allowed me to understand and deeply connect to people, but has also been the cause of a lot of heartache. For everything there is a price.
- Yasmin Mogahed
The highly sensitive tend to be philosophical or spiritual in their orientation, rather than materialistic or hedonistic. They dislike small talk. They often describe themselves as creative or intuitive. They dream vividly, and can often recall their dreams the next day. They love music, nature, art, physical beauty. They feel exceptionally strong emotions—sometimes acute bouts of joy, but also sorrow, melancholy, and fear. Highly sensitive people also process information about their environments—both physical and emotional—unusually deeply. They tend to notice subtleties that others miss—another person’s shift in mood, say, or a lightbulb burning a touch too brightly.
- Susan Cain
Días de playa malgastados entre estas cuatro paredes.
No me gusta esto.
No me gusta estar aquí.
Días de sueños pintados de colores.
Pero aquí,
solo tengo el gris.
Dicen que depende del matiz.
Depende de la perspectiva.
Dicen que puedes ver el sol,
incluso en la oscuridad.
Dicen, que el arco iris,
sale en los días de lluvia,
que las cosas son como las mires,
que tú marcas tu realidad.
Y como marcar la mía,
si no está ella aquí para pintar.
Que se llevó mi azul,
mi verde y mi rosa,
y de verdad,
que en mi cajón
donde guardaba las pinturas,
ahora sólo hay telarañas,
mucho polvo,
y poco más.
Y dime,
como hago para no repetir,
siempre el mismo cuento,
si ella es la única protagonista,
que merece la pena
relatar.
Dímelo tú si lo sabes,
que yo sin ella no sé cambiar,
las nubes grises por algodones de azúcar.
Que desde aquel día,
me quedé con el gris para siempre,
y mis colores,
sólo llegan,
cuando apareces,
en esos sueños,
de los que no quiero despertar.
Porque con ella,
podría viajar a otra galaxia.
Y sin ella,
a veces me cuesta salir de casa.
No me gusta esto.
No me gusta estar aquí.
Días de sueños pintados de colores.
Pero aquí,
solo tengo el gris.
Dicen que depende del matiz.
Depende de la perspectiva.
Dicen que puedes ver el sol,
incluso en la oscuridad.
Dicen, que el arco iris,
sale en los días de lluvia,
que las cosas son como las mires,
que tú marcas tu realidad.
Y como marcar la mía,
si no está ella aquí para pintar.
Que se llevó mi azul,
mi verde y mi rosa,
y de verdad,
que en mi cajón
donde guardaba las pinturas,
ahora sólo hay telarañas,
mucho polvo,
y poco más.
Y dime,
como hago para no repetir,
siempre el mismo cuento,
si ella es la única protagonista,
que merece la pena
relatar.
Dímelo tú si lo sabes,
que yo sin ella no sé cambiar,
las nubes grises por algodones de azúcar.
Que desde aquel día,
me quedé con el gris para siempre,
y mis colores,
sólo llegan,
cuando apareces,
en esos sueños,
de los que no quiero despertar.
Porque con ella,
podría viajar a otra galaxia.
Y sin ella,
a veces me cuesta salir de casa.
Y si crees que en una copa de vino,
podrás ahogar su cara,
estás equivocada.
Sus piernas al rozar,
las sábanas a la mañana,
haciéndote temblar,
mientras el sol aclara,
los mechones de su pelo
Sus lunares al oeste de su espalda,
y esa forma que tiene de morder,
cada esquina del colchón,
sin soltar ningún gemido.
Es la más perfecta estrella,
que jamás cayó a la tierra.
La intentaste conservar,
encerrándola en tu piel,
en el rincón más recóndito,
para que nadie más
pudiera ver
el milagro que escondía
bajo su ombligo.
Dejaste morir aquellas noches
de amor salvaje,
de pasión prohibida,
entre el cielo
y vosotras dos.
Demasiado loca por ella,
demasiado loca.
Ella no podía ser,
una mota de polvo,
en un pasillo apagado.
No, ella no podía ser.
Y mientras caminaba despacio,
con el pelo a la altura de sus caderas,
y el humo del cigarro
agarrándose a su piel,
supiste,
en ese instante,
lo mucho que iba a doler.
Por eso, no intentes ahogarla
en ninguna copa
a destiempo,
en cualquier amanecer.
No vas a poder.
Sus ojos serán fantasmas para siempre,
de los que no podrás escapar,
ni siquiera sin querer.
podrás ahogar su cara,
estás equivocada.
Sus piernas al rozar,
las sábanas a la mañana,
haciéndote temblar,
mientras el sol aclara,
los mechones de su pelo
Sus lunares al oeste de su espalda,
y esa forma que tiene de morder,
cada esquina del colchón,
sin soltar ningún gemido.
Es la más perfecta estrella,
que jamás cayó a la tierra.
La intentaste conservar,
encerrándola en tu piel,
en el rincón más recóndito,
para que nadie más
pudiera ver
el milagro que escondía
bajo su ombligo.
Dejaste morir aquellas noches
de amor salvaje,
de pasión prohibida,
entre el cielo
y vosotras dos.
Demasiado loca por ella,
demasiado loca.
Ella no podía ser,
una mota de polvo,
en un pasillo apagado.
No, ella no podía ser.
Y mientras caminaba despacio,
con el pelo a la altura de sus caderas,
y el humo del cigarro
agarrándose a su piel,
supiste,
en ese instante,
lo mucho que iba a doler.
Por eso, no intentes ahogarla
en ninguna copa
a destiempo,
en cualquier amanecer.
No vas a poder.
Sus ojos serán fantasmas para siempre,
de los que no podrás escapar,
ni siquiera sin querer.
Saturday, June 29, 2013
Y no sé si es melancolía,
o sólo mi alegría puesta del revés.
Qué más da..
Aquí no hay nadie más.
La soledad me observa desde las paredes.
Y mis palabras, vienen a saludarme.
Quizá se queden un rato conmigo,
sentadas en este sofá,
que tan incómodo me resulta.
Pero ahora este es mi lugar.
Y cuando no hay nadie,
me pongo a bailar
con esas frases,
y casi hacemos el amor
en la esquina del balcón,
o en cualquier otro rincón.
En el que sea.
Y cuando no hay nadie,
casi puedo escuchar mi corazón,
ladrándome,
contándome secretos,
sobre aquellas noches,
en las que se veían las estrellas,
porque las farolas,
no eran suficientes.
No sé en que manta,
tampoco importa.
No sé en que segundo,
tampoco importa.
Me perdí.
Te perdí.
Para siempre.
Me cuenta,
esa yo guardada en esos días del calendario,
que en realidad,
tuve motivos para sonreír.
Y sí, que sonreí.
Pero el golpe fue tan repentino,
que casi me olvidé,
de poner las manos,
antes de caer de cabeza,
al asfalto,
o a donde fuera.
Y si no lo vi venir,
y si yo me enamoré,
en dos semanas,
en un día, o en un segundo,
quien es él para decir,
quien ellos para juzgar,
qué es lo que vale y lo que no,
en la locura de este mundo.
Si me fui por esas ramas,
eso es sólo asunto mío.
o sólo mi alegría puesta del revés.
Qué más da..
Aquí no hay nadie más.
La soledad me observa desde las paredes.
Y mis palabras, vienen a saludarme.
Quizá se queden un rato conmigo,
sentadas en este sofá,
que tan incómodo me resulta.
Pero ahora este es mi lugar.
Y cuando no hay nadie,
me pongo a bailar
con esas frases,
y casi hacemos el amor
en la esquina del balcón,
o en cualquier otro rincón.
En el que sea.
Y cuando no hay nadie,
casi puedo escuchar mi corazón,
ladrándome,
contándome secretos,
sobre aquellas noches,
en las que se veían las estrellas,
porque las farolas,
no eran suficientes.
No sé en que manta,
tampoco importa.
No sé en que segundo,
tampoco importa.
Me perdí.
Te perdí.
Para siempre.
Me cuenta,
esa yo guardada en esos días del calendario,
que en realidad,
tuve motivos para sonreír.
Y sí, que sonreí.
Pero el golpe fue tan repentino,
que casi me olvidé,
de poner las manos,
antes de caer de cabeza,
al asfalto,
o a donde fuera.
Y si no lo vi venir,
y si yo me enamoré,
en dos semanas,
en un día, o en un segundo,
quien es él para decir,
quien ellos para juzgar,
qué es lo que vale y lo que no,
en la locura de este mundo.
Si me fui por esas ramas,
eso es sólo asunto mío.
Se quitó el sujetador con una velocidad impresionante.
Y se sentó en el borde de la cama.
Frágil, semidesnuda.
Estaba allí,
monstrándole su cuerpo,
su alma.
Él no fue capaz,
ni siquiera de besarla.
Sabía que sólo podría follarla,
y que luego ni siquiera la invitaría a quedarse a dormir.
Y ella no era de aquellas.
No, ella no era de aquellas.
Incapaz de dar el paso,
le dijo que se fuera.
Ella estaba preparada,
para bailar con cualquiera,
que alguna noche aleatoria,
la quisiera de verdad.
Y no le faltaron pretendientes.
Aunque en su fuero interno,
sabía que el baile,
con él,
hubiera sido interminable.
Él, le hizo el favor,
de no penetrar su yo más íntimo,
de no tirar su corazón a la basura.
Ella se lo hubiera dado sin límite ninguno.
Pero a él,
no le hubiera bastado.
Al menos fue capaz de distinguir,
que los ojos de ella,
brillaban de otra manera.
Y se sentó en el borde de la cama.
Frágil, semidesnuda.
Estaba allí,
monstrándole su cuerpo,
su alma.
Él no fue capaz,
ni siquiera de besarla.
Sabía que sólo podría follarla,
y que luego ni siquiera la invitaría a quedarse a dormir.
Y ella no era de aquellas.
No, ella no era de aquellas.
Incapaz de dar el paso,
le dijo que se fuera.
Ella estaba preparada,
para bailar con cualquiera,
que alguna noche aleatoria,
la quisiera de verdad.
Y no le faltaron pretendientes.
Aunque en su fuero interno,
sabía que el baile,
con él,
hubiera sido interminable.
Él, le hizo el favor,
de no penetrar su yo más íntimo,
de no tirar su corazón a la basura.
Ella se lo hubiera dado sin límite ninguno.
Pero a él,
no le hubiera bastado.
Al menos fue capaz de distinguir,
que los ojos de ella,
brillaban de otra manera.
Friday, June 28, 2013
Ya no soplamos abuelitos,
a esas horas de la tarde.
Crecimos sin querer,
tan de pronto,
que casi no nos percatamos.
Y las bifurcaciones del camino,
suelen ser muy mala gente.
Pero siempre te encontraré
en nuestro parque,
a esas horas de la tarde,
cantando a voz en grito,
casi tocando el cielo.
Casi tocando el cielo.
Thursday, June 27, 2013
Fine Art Photography Blog of Irene Suchocki: In the City of Bikes
Fine Art Photography Blog of Irene Suchocki: In the City of Bikes: Brrringggg! Brrringggg! is the sound heard most often in Amsterdam and the more ...
Wednesday, June 26, 2013
Me encantan los bebés, los niños. Me encantan. Ejercen en mi una fascinación inexplicable y absoluta a la que no me puedo resistir. No soy capaz de ver pasar a un bebé en un carrito y no mirar. No soy capaz de ver a un niño en una sillita y no sonreírle o hacerle muecas. No puedo evitarlo, me enamoran. Creo que son lo más maravilloso y perfecto que hay. Los adoro.
Recuerdo que hace unos años ya, no sé si tendría 19, sí creo que si, pasé por delante del escaparate de Bambino, una tienda de carritos y cosas para bebés que está en la Avenida de Tolosa, justo en frente del campus. No sé que andaba yo por ahí, puede que saliera de clase, o yo que sé que hacía, pero me paré enfrente de la tienda un buen rato. En una de las baldas superiores, enorme y magnífico, vi uno de esos carritos azul marinos, con una capota espectacular, y unas ruedas enormes, un carro de los clásicos, de los de toda la vida. Al verlo, me emocioné, y se me humedecieron los ojos. De verdad. Me imaginé a mi misma, llevando el carrito, con mi bebé dentro, y mi corazón se aceleró. Fue en ese momento en el que descubrí que mi instinto materno ya se había despertado, y desde entonces sólo crece.
Y es que creo que ser madre tiene que ser lo más grande. El acto de amor más grandioso que hay, desear traer a una personita a este mundo, y amarla y cuidarla toda tu vida. Creo que es genial. Y es increíble pensar que esa personita sale de ti, es sangre de tu sangre, carne de tu carne. Crear vida. Dios mío, me resulta demasiado. Ahora, cuando lo imagino, ya se me estremece todo el cuerpo, pero si algún día (y joder espero que sí con todo mi corazón), me quedo embarazada, creo que no voy a parar de llorar y reír al mismo tiempo. De lo sobrecogedor que tiene que ser saber que dentro de ti llevas un diminuto corazón latiendo. Y es que la vida, la crean el hombre y la mujer, juntos. Pero a la mujer le ha sido dado el maravilloso regalo que es alimentar y proteger a esa vida durante nueve meses. Y eso es la puta ostia. Sentirlo dentro de ti tiene que ser la mejor experiencia jamás imaginada. Sentir como crece, como da patadas. Respira cuando tu respiras, come cuando tu comes. Y la conexión que se crea entre un hijo y su madre es indescriptible. Sólo de pensarlo se me pone la piel de gallina. Y no veo el momento de experimentarlo en mi piel.
Y es que hoy, en el tren hacia donosti, una niña me miraba desde su carrito. No hablaba aún, tendría un añito y algo más. Tenía la tez morena, y un pelo negro precioso. Una boquita diminuta, y la nariz jodidamente perfecta. Que bonita era. Iba con su hermana mayor, y su mamá. La hermana mayor tendría unos siete años deduzco. Tenía una sonrisa contagiosa, y le faltaban algunos dientes de leche que ya se le habían caído. Jugaba con su mamá a juegos de manos, y las dos se reían. Luego se acercaban las dos a la niña del carrito, le hacían mimos, le hablaban, se reían con ella. Hace tiempo que no veía una escena tan tierna y llena de amor y felicidad. Eran las tres, la mamá también, extremadamente bonitas. Creo que eran árabes, porque la mamá llevaba un velo negro en la cabeza. Miraba a sus hijas con una adoración palpable, y su sonrisa y su carcajada lo llenaban todo. Me he sentido totalmente feliz al observarlas. Me transmitían paz, amor, alegría. Desde luego, una de las imágenes más bellas que he podido observar. Como jugaba la hermana mayor con su hermana pequeña, como las miraba la mamá, como bostezaba la criaturita porque ya no podía más de tanto reír y jugar. Desprendían amor. Y he sonreído durante todo el viaje. No podía apartar la mirada de ellas, me tenían atrapada, embobada. Si hubiera podido les hubiera sacado una foto. Ha sido uno de esos momentos que merece la pena inmortalizar. Cuanta ternura y complicidad, cuanto cariño. Me ha tocado el corazón de pleno. Me han enamorado.
Tuesday, June 25, 2013
Monday, June 24, 2013
Eh te levantas, y joder, tu cabeza no está pa mierdas, has dormido algo así como 6 horas y joder, ¿por qué no te fuiste antes a la cama? tienes que empollar y no tienes el cuerpo pa eso, bloqueo mental, y mañana tiras otra vez pa esos lares, y la inspiración no se mete en tu maleta, no, no se mete en tu maleta.
Me traspasaba.
Era tan frágil ante su mirada,
que nunca conseguí permanecer en pie.
Caí tantas veces,
que ya dejó de doler.
Y la inercia me llevó
a ese lugar
cada vez.
Totalmente dormida,
no conseguía ver
lo que me estaba haciendo.
Y cuando desperté,
ya era tarde.
Y dolió cien veces más.
Nunca olvidaré aquella noche.
Era tan frágil ante su mirada,
que nunca conseguí permanecer en pie.
Caí tantas veces,
que ya dejó de doler.
Y la inercia me llevó
a ese lugar
cada vez.
Totalmente dormida,
no conseguía ver
lo que me estaba haciendo.
Y cuando desperté,
ya era tarde.
Y dolió cien veces más.
Nunca olvidaré aquella noche.
Sunday, June 23, 2013
No son horas de escribir poesía
porque ya sabes que no te va a salir.
Sólo te queda un día,
antes de volver
a ese absurdo,
a ese gris.
Pero pensar que quizá podré volar,
a unas coordenadas
bastante más al sur,
me hace sonreír.
Él me dice,
que no entiende porqué Sevilla.
Yo le digo:
aita, me gusta esa ciudad.
Me dice:
si nunca has estado allí.
Y pienso, lo sé,
pero también sé
que me gusta.
Como esos labios
que aún no has besado
pero sabes
que de besarlos,
el beso sería interminable.
No sé si es por el acento,
o por aquellas letras,
o porque parece que allí no se cuentan las horas.
Quizá será el calor,
o pensar que no se van los rayos del sol.
Será, que mi alma no gitana
siempre busco a su gitano,
y quizá,
en alguna parte de esa ciudad,
la inspiración me esté esperando.
Así que no me preguntes porqué.
Porque no lo sé.
Ni tampoco me importa.
porque ya sabes que no te va a salir.
Sólo te queda un día,
antes de volver
a ese absurdo,
a ese gris.
Pero pensar que quizá podré volar,
a unas coordenadas
bastante más al sur,
me hace sonreír.
Él me dice,
que no entiende porqué Sevilla.
Yo le digo:
aita, me gusta esa ciudad.
Me dice:
si nunca has estado allí.
Y pienso, lo sé,
pero también sé
que me gusta.
Como esos labios
que aún no has besado
pero sabes
que de besarlos,
el beso sería interminable.
No sé si es por el acento,
o por aquellas letras,
o porque parece que allí no se cuentan las horas.
Quizá será el calor,
o pensar que no se van los rayos del sol.
Será, que mi alma no gitana
siempre busco a su gitano,
y quizá,
en alguna parte de esa ciudad,
la inspiración me esté esperando.
Así que no me preguntes porqué.
Porque no lo sé.
Ni tampoco me importa.
Saturday, June 22, 2013
Friday, June 21, 2013
No puede llover más, porque ya no queda agua. ¿A dónde vas con ese paraguas? No, a mí no me lo des, sabes que no me gustan nada. Ya, ya sé que me voy a mojar. Prefiero mojarme. Mis botas pueden con todo. Pero ya no va a llover más, porque el sol nos echa de menos, y va a venir a visitarnos estoy segura. Puedes guardarlo, no lo vas a utilizar. Coge la cámara. ¿No piensas sacar fotos? Son los colores, están a punto de llegar. Hay que inmortalizar el momento. Cuando se vaya el gris, voy a saltar. Me encanta el azul del cielo. Es el azul que más me gusta. ¿No lo hueles? Yo ya empiezo a olerlo. Si, inténtalo, si te esfuerzas lo vas a oler. Huele a playa. A noches interminables. ¿No te acuerdas? Solíamos cantar mientras caminábamos borrachas. Joder, echo de menos el olor a salitre. No lo hubiera adivinado. Quiero un poco de sur. O de cualquier cosa. Me da igual. Sólo quiero llegar a un lugar donde no vea paraguas. ¡No quiero ver paraguas! Quiero que me arda la piel. Por favor, una sombrilla. Quiero ver sombrillas. Las sombrillas no me caen mal, porque no las tienes que llevar. Las pones en la arena y se mantienen. Nunca he tenido una sombrilla. ¿A quién tengo que pedirle el mapa? Puedo ir sin mapa también, no me importa si me pierdo. Mientras sea a la orilla del mar. Y con los rayos ardiendo.
Me estás fallando Lorenzo.
Thursday, June 20, 2013
Yo creía, en mi inocencia y juventud,
que una canción sería suficiente.
Que mentira.
Millones de canciones se quedarían cortas.
Jodidamente cortas.
Y no sé cuanto habré escrito ya por ella.
Ni cuanto escribiré.
Pero te aseguro,
que una vida entera escribiendo,
todavía seguiría siendo poco.
Muy poco.
Demasiado poco.
En las Bodas de Figaro Beaumarchais estigmatizó con mucha labia este régimen de control estricto: <<Mientras no hable en mis escritos ni de la autoridad, ni del culto, ni de la política, ni de la gente situada, ni de los estamentos de crédito, ni de la Opera, ni de los restantes espectáculos, ni de nadie a quien le afecte, puedo imprimirlo todo libremente sin la inspección de dos o tres censores. Para disfrutar de esta dulce libertad, os anuncio un escrito periódico y en la creencia de no importunar a nadie, lo llamo Periódico inútil. ¡Bah! Veo elevarse contra mí mil pobres diablos en cada hoja; me suprimen y y me encuentro sin trabajo.>>
Aún hoy día, el artículo XI de la Declaración
de los derechos del Hombre del 26 de agosto de 1789, que dice:
<< La libre comunicación del
pensamiento, y de las opiniones es uno de los derechos más preciados del
hombre: todo ciudadano puede, pues, hablar, escribir e imprimir libremente,
aunque deberá responder del abuso de esta libertad en los casos que determine
la ley.>>
continúa siendo la más brillante proclama del
principio de la libertad.
Pierre Albert, Historia de la prensa
- Esa es tu manera.
- Ya.
- Pues eso.
- ¿Pues eso qué?
- Que porque la mía sea diferente no quiere decir que sea peor.
- No he dicho eso.
- Sí, si lo has dicho.
- Vale, sí. Pero es que sigo sin entenderlo.
- No hace falta que lo entiendas. No hace falta que nadie lo entienda. Mientras a mi me valga, vale.
- ¿Te vale?
- Sí.
- Bien.
- Deberías mirar más allá de tus narices. El mundo es mucho más que tu manera de ver las cosas, que tu manera de hacerlas. Hay mil variantes. Si te aferras sólo a una constante, te estás perdiendo demasiadas cosas.
- Me da igual. Yo creo que mi manera es la mejor.
- Lo sé. Siempre fuiste el más cabezón. No me esperaba menos.
- ¿Crees que la tuya es mejor?
- No digo que sea mejor ni peor. Sólo digo que es diferente. Ahí esta el asunto. Puedes pasarte toda la vida haciéndolo así. Y no pasaría nada. Seguiría estando bien. Pero sí cambiaras, si variaras, si probaras, quizá llegaras a sorprenderte. Piénsalo.
- Ya.
- Pues eso.
- ¿Pues eso qué?
- Que porque la mía sea diferente no quiere decir que sea peor.
- No he dicho eso.
- Sí, si lo has dicho.
- Vale, sí. Pero es que sigo sin entenderlo.
- No hace falta que lo entiendas. No hace falta que nadie lo entienda. Mientras a mi me valga, vale.
- ¿Te vale?
- Sí.
- Bien.
- Deberías mirar más allá de tus narices. El mundo es mucho más que tu manera de ver las cosas, que tu manera de hacerlas. Hay mil variantes. Si te aferras sólo a una constante, te estás perdiendo demasiadas cosas.
- Me da igual. Yo creo que mi manera es la mejor.
- Lo sé. Siempre fuiste el más cabezón. No me esperaba menos.
- ¿Crees que la tuya es mejor?
- No digo que sea mejor ni peor. Sólo digo que es diferente. Ahí esta el asunto. Puedes pasarte toda la vida haciéndolo así. Y no pasaría nada. Seguiría estando bien. Pero sí cambiaras, si variaras, si probaras, quizá llegaras a sorprenderte. Piénsalo.
Nunca me la sudó. Ni un poquito. Aunque a veces pareciera que sí. Aunque a veces intentara con todas las jodidas fuerzas del mundo convencerme de que me la sudaba, nunca lo conseguí. No, no me la sudaba. Me importaba. Me importaba demasiado. ¿Que mierda que no?
Pero ha llovido mucho ya. Y la lluvia siempre se lleva lo malo. La contaminación, el veneno. Se lo lleva poco a poco. Y para cuando te das cuenta, ya no hay nada. Nada. Y ya no te importa. Ya te la suda. Te la suda totalmente. Y es un fuck yeah como una casa. Es una liberación que jamás esperaste poder conseguir. Y cuando la consigues, joder, entonces te sientes gigante. Y así es como me siento.
Porque me la suda.
Wednesday, June 19, 2013
Tuesday, June 18, 2013
'Think how you love me,' she whispered. 'I don't ask you to love me always like this, but I ask you to remember.'
'You'll always be like this to me.'
'Oh no; but promise me you'll remember.' Her tears were falling. 'I'll be different, but somewhere lost inside me there'll always be the person I am tonight.
― F. Scott Fitzgerald, Magnetism
Lunes a la mañana. Sales de casa pensando que no hace tan malo, pero por siaca te pillas el jersey, no vaya a ser que se tuerza el día. Subes al bus, y cómo no la tarjeta no tiene saldo, toca pagar. 1,60, te quedas a cuadros. Róbame más y tal. Te sientas, y le das al play. Miras pa la derecha, y ves a un niño en su sillita. Te saluda. Saluda a todo el mundo que entra. Tú le sacas la lengua y él se empieza a reír. Y así todo el viaje. Creo que nunca había visto un niño tan jodidamente bonito. Te hace sonreír. Te bajas en el hospi, y él también (iba con su abuela, no iba sólo el niño xD). Tiras pal edificio central a ver si te explican cómo coño tienes que ir pal edificio de maternidad, que no lo entiendo muy bien, pero es ahí donde te hacen las panorámicas de la boca y toda la movida. Le preguntas a la de recepción y sus indicaciones exactas son las siguientes: sigue la línea roja hasta que se acabe, baja a la planta cero, luego coge la línea verde y hasta que se acabe. Guay. Te sientes parte de un videojuego, y cuidao con no chocarte con la peña, porque tu vas mirando las rayas, y si alguien te estuviese observando desde fuera, seguramente pensaría que eres idiota o algo. Pero tú tienes que cumplir tu misión, tienes que llegar al final de la línea verde, y el mundo no te va a detener. Llegas. Te sacan la movida esa, y tiras pa fuera. Esto es algo que pasa mucho, cuando sales de cualquier sitio, y tienes que coger el bus pa volver, llegas a la parada, y el bus justo se acaba de ir, y claro, entonces te queda media hora o más de espera. Típico. Empiezas a pasear de un lao pa otro, intentando hacer tiempo y cantando, porque no hay peña, y no te oyen, y si te oyen tampoco te importa. Pero han pasao 20 minutos o así desde que entraste en el hospital, y no sé que coño ha pasao en ese tiempo, pero el cielo ha oscurecido, ha salido viento, y hace una puta rasca que te mueres. Menos mal que tu intuición por una vez no te ha fallao, y el jersey ayuda. Y después de andar, cantar, mirar mil veces la hora, observar a la gente, hacerte teorías en tu cabeza, etc., llega el bus. Te subes, delante de una que se te quería colar, cuando tú llevas más de media hora esperando, y te da igual que el bus este vacío y joder, vas a coger sitio si o si, pero la sensación de idiota que se te queda, si entras la última después de haber llegado la primera y haber sufrido toda la espera, pues no me da la gana. Que además le dice al que estaba alao mio: tú estás antes. No, no señora, yo estaba la que más antes de todos, no haga usted como que no existo, que estoy aquí, y por mis ovarios que voy a entrar antes que usted. Consigues superar ese complicado reto que suponen las señoras, y te sientas tan tranquila. Y de repente, ahí está otra vez, el niño de antes. Sonriendo y moviéndose en su silla. Le vuelves a mirar, te vuelve a sonreír. Es tan bonito. Y así sigues el viaje, con la música en los oídos, y el alboroto del niño.. y piensas que hace falta muy poco para sonreír, que hace falta muy poco para que una mañana de lunes gris, brille y te haga brillar.
Monday, June 17, 2013
Hay mil maneras de definir el arte,
pero yo creo que el arte no puede ceñirse a ninguna definición.
Las definiciones son cerradas, limitadas.
El arte es libre, salvaje, fiero, imprevisible,
repentino, sublime, devastador...
Y no le sirven las palabras.
Porque va más allá.
Conecta directamente con el alma.
Y eso, no puede definirse,
ni siquiera escribirse.
El corazón, cuando se encuentra con el arte,
lo siente.
Se estremece ante la belleza,
y se rinde a sus pies.
Y para cada corazón, será diferente,
y cada corazón, lo sentirá a su manera.
El mío,
se estremece completamente
al contemplar a esta mujer.
No sólo siento que lo que sale de su boca es arte,
que lo que sale de su cuerpo es arte.
Siento que ella en su totalidad es arte,
y que no puede ser otra cosa.
Y me rindo a sus pies.
Y mientras,
un lunes cualquiera,
espero al bus en esa parada,
me quedo mirando,
a ese hombre con su perra,
todo el rato a su lado.
Y pienso,
que grande ese amor,
que une a amo y perro,
convirtiéndolos en mucho más que eso.
Amigos.
Familia.
Y es incondicional.
Sé, que él mataría por ella.
Yo también lo hubiera hecho.
un lunes cualquiera,
espero al bus en esa parada,
me quedo mirando,
a ese hombre con su perra,
todo el rato a su lado.
Y pienso,
que grande ese amor,
que une a amo y perro,
convirtiéndolos en mucho más que eso.
Amigos.
Familia.
Y es incondicional.
Sé, que él mataría por ella.
Yo también lo hubiera hecho.
No me quedan letras.
No sé cómo coserlas.
Para escribir algo sin sentido,
que tú entenderías,
que sólo tú entenderías.
No me quedan letras.
No sé como coserlas.
Quizá se han ido lejos,
los trucos que inventaba,
para poder hacerlo fácil
sin querer.
No, no me quedan letras.
Para ti, no sé como coserlas.
Fuiste la única,
que vio mi torpeza
en todo su esplendor.
Pero siempre estabas cerca.
Y nunca demasiado lejos.
No, no me quedan letras.
No, no sé como coserlas.
Y lo estoy haciendo mal.
Sólo me quedan el grito a pleno pulmón,
las lágrimas a deshora,
y la aguja en el brazo izquierdo,
haciéndome sangrar.
Eres poesía que jamás sabré escribir,
tan perfecta, tan sublime,
que sólo puedo decir:
pequeña mí, perdóname por esto.
Sunday, June 16, 2013
Y cada vez que la miro me pongo malo, cada vez que la miro me salen granos, cada vez que la miro me pongo tieso, cada vez que la miro me pega el palo. Cada vez que la miro me se encoge el alma, cada vez que te miro te como el higo, cada vez que la miro me como el tarro, cada vez que la miro me tiro al barro.
Thursday, June 13, 2013
Tengo al farero abandonado en esa tormenta.
A ella medio loca esperando
algo que parece que no va a llegar.
Las tres sílabas finales están escritas.
Tengo a una pareja muy improbable
perdida en un desierto,
y no sé a dónde van a llegar.
Tengo a una chica enamorada
de su mejor amiga.
Y creo que también dejé
colgada a la que buscaba
unos ojos específicos.
El artista de la buhardilla
sigue en standby,
y los demás,
tendrán que ponerse a la cola.
A ella medio loca esperando
algo que parece que no va a llegar.
Las tres sílabas finales están escritas.
Tengo a una pareja muy improbable
perdida en un desierto,
y no sé a dónde van a llegar.
Tengo a una chica enamorada
de su mejor amiga.
Y creo que también dejé
colgada a la que buscaba
unos ojos específicos.
El artista de la buhardilla
sigue en standby,
y los demás,
tendrán que ponerse a la cola.
Wednesday, June 12, 2013
Parecía que no podría.
Que se ahogaría con cada nueva ola.
Que no conseguiría llegar nunca a la orilla.
Parecía.
Caminando lentamente por la arena,
empapada y casi sin aliento,
marcó en cada nueva pisada,
el eco de su triunfo.
Ellos creyeron que no llegaría.
Ella superó cada ola,
y a cada nueva embestida,
se acercaba más.
No besó la tierra al llegar.
Sólo miró al cielo.
Que se ahogaría con cada nueva ola.
Que no conseguiría llegar nunca a la orilla.
Parecía.
Caminando lentamente por la arena,
empapada y casi sin aliento,
marcó en cada nueva pisada,
el eco de su triunfo.
Ellos creyeron que no llegaría.
Ella superó cada ola,
y a cada nueva embestida,
se acercaba más.
No besó la tierra al llegar.
Sólo miró al cielo.
Tuesday, June 11, 2013
“Listen, I'm bossy. I can't help it. It's who I am and what I do. I'm pushy and I like to take over. But I'm going to work really hard not to do so much and your going to try and accept me the way I am. Flaws and all. Because I'm good in bed and I can carry heavy things and reach all the high shelves.”
― Lauren Dane, Coming Undone
Monday, June 10, 2013
Empieza a hablar.
Te quedas mirándola.
Recordando lo que erais,
lo que siempre habéis sido.
Aquellas noches,
aquellas inagotables madrugadas.
Su pelo rubio.
Su carcajada inconfundible.
La forma en que te abrazaba,
casi asfixiándote.
Una vez más,
ella delante de un café,
y con el cigarro en la mano.
Tú,
sin café, y sin cigarro,
pero con la misma sonrisa de siempre.
Esa que ella
inevitablemente dibuja en tu boca.
Y te das cuenta,
de que con ella nunca ha habido distancia.
Que ni el tiempo,
ni el espacio,
han conseguido acabar nunca con lo que sois:
dos colegas de verdad,
de las de dedo levantado.
Te quedas mirándola.
Recordando lo que erais,
lo que siempre habéis sido.
Aquellas noches,
aquellas inagotables madrugadas.
Su pelo rubio.
Su carcajada inconfundible.
La forma en que te abrazaba,
casi asfixiándote.
Una vez más,
ella delante de un café,
y con el cigarro en la mano.
Tú,
sin café, y sin cigarro,
pero con la misma sonrisa de siempre.
Esa que ella
inevitablemente dibuja en tu boca.
Y te das cuenta,
de que con ella nunca ha habido distancia.
Que ni el tiempo,
ni el espacio,
han conseguido acabar nunca con lo que sois:
dos colegas de verdad,
de las de dedo levantado.
Sunday, June 9, 2013
Saturday, June 8, 2013
Bailar al son de tus compases.
Eso es lo que tus pies deberían hacer.
No intentar seguir los compases que dictan los demás,
y no llegar nunca a ningún lado.
Menos aún, a inventar un nuevo vals.
Baila al son de tus compases,
aunque tu propio ritmo te haga tropezar.
Al menos sabrás,
que tus pies solo intentaban
seguirte a ti.
A nadie más.
Eso es lo que tus pies deberían hacer.
No intentar seguir los compases que dictan los demás,
y no llegar nunca a ningún lado.
Menos aún, a inventar un nuevo vals.
Baila al son de tus compases,
aunque tu propio ritmo te haga tropezar.
Al menos sabrás,
que tus pies solo intentaban
seguirte a ti.
A nadie más.
Que te dicta
ese pulso interno que nunca cesa,
y que parece contraerse,
cada vez que escondes la verdad,
porque te da miedo
que el sol pueda tocarla
y destruirla para siempre..
¿Que te dicta?
Nunca deberías dejar de oírlo.
Porque si algo, si alguien ha tenido, tiene, tendrá razón o sinrazón
en este mundo,
sin duda,
ha sido, es, será,
ese pulso interno que nunca cesa,
perteneciente a ese músculo que llamamos corazón.
Si lo desoyes, te estás desoyendo a ti mismo.
Y eso, queridos amigos,
no tiene ningún sentido.
Friday, June 7, 2013
Nunca creí, que después de que el corazón se rompiera tantas veces,
se partiera en tantos pedazos
que ya parecía imposible
poder volver a pegarlos todos,
aparecería alguien,
capaz no solo de juntarlos y pegarlos,
si no también, capaz de hacerte sentir
como si tu corazón nunca hubiera estado roto.
Y ya no importa el para siempre.
Incluso si esa persona sólo está en tu vida un tiempo,
lo que ha hecho,
lo que ha conseguido contigo,
es tan jodidamente increíble,
que no habrá lugar ni momento,
donde puedas, ni quieras borrar su nombre.
Porque te enseñó, que alguien puede enamorarse de tu sonrisa,
que no hay día malo, sólo es una perspectiva negativa,
que el ahora es lo único que cuenta,
que el amor se vive de mil formas diferentes,
y que ninguna es mejor ni peor,
que aunque cada uno queráis a vuestra manera,
juntos, sois invencibles,
y que hasta cuando crees que es imposible,
te hace encontrarte con tu lado bueno.
Te enseñó, que tus rarezas podían ser adorables,
y que aquello que no soportabas de ti misma,
en realidad no era tan terrible.
Te enseñó, que si os cogíais de la mano,
podíais con el mundo entero,
y que algún día romperíais todos los horarios.
Te enseñó a tener paciencia, a no vivir en el mañana.
A pensar, que nunca sabríamos que vendría después,
y que aunque después nuestros caminos se separaran,
ahora estábamos juntos, y eso era grandioso.
Te enseñó, que no podías controlarlo todo,
y que tampoco era necesario.
Y que quejarse de lo que no se puede controlar
no tiene sentido.
Te enseñó, a respirar cuando sientes que te falta el aire,
y a pensar que al final todo estaría bien.
Pero sobre todo, sin que él se diera cuenta,
fue la afirmación,
de que da igual cuantas veces te partan el corazón,
dan igual las lágrimas que hayas derramado,
dan igual las veces que hayas dicho "nunca más",
que cuando el amor aparece en cualquier esquina un día entre semana,
no hay nada que pueda interponerse,
y que al final,
vuelves a lanzarte,
a mil por hora y sin paracaídas,
y por una vez,
no te estampas contra el suelo.
Fue la afirmación,
de que siempre hay que esperar a que llegue lo bueno,
porque aunque tarde,
siempre termina llegando.
Porque cuando llega,
es mejor de lo que jamás habrías soñado,
y aunque no sea un cuento de hadas,
es tu película hecha realidad.
Y tú, te das cuenta, de que no sabes que pasará,
pero que cuando le miras, y sonríe,
te alegras de que hasta él todo te saliera mal:
porque tenía que ser él, porque tenías que llegar..
.. porque él es tu casa.
se partiera en tantos pedazos
que ya parecía imposible
poder volver a pegarlos todos,
aparecería alguien,
capaz no solo de juntarlos y pegarlos,
si no también, capaz de hacerte sentir
como si tu corazón nunca hubiera estado roto.
Y ya no importa el para siempre.
Incluso si esa persona sólo está en tu vida un tiempo,
lo que ha hecho,
lo que ha conseguido contigo,
es tan jodidamente increíble,
que no habrá lugar ni momento,
donde puedas, ni quieras borrar su nombre.
Porque te enseñó, que alguien puede enamorarse de tu sonrisa,
que no hay día malo, sólo es una perspectiva negativa,
que el ahora es lo único que cuenta,
que el amor se vive de mil formas diferentes,
y que ninguna es mejor ni peor,
que aunque cada uno queráis a vuestra manera,
juntos, sois invencibles,
y que hasta cuando crees que es imposible,
te hace encontrarte con tu lado bueno.
Te enseñó, que tus rarezas podían ser adorables,
y que aquello que no soportabas de ti misma,
en realidad no era tan terrible.
Te enseñó, que si os cogíais de la mano,
podíais con el mundo entero,
y que algún día romperíais todos los horarios.
Te enseñó a tener paciencia, a no vivir en el mañana.
A pensar, que nunca sabríamos que vendría después,
y que aunque después nuestros caminos se separaran,
ahora estábamos juntos, y eso era grandioso.
Te enseñó, que no podías controlarlo todo,
y que tampoco era necesario.
Y que quejarse de lo que no se puede controlar
no tiene sentido.
Te enseñó, a respirar cuando sientes que te falta el aire,
y a pensar que al final todo estaría bien.
Pero sobre todo, sin que él se diera cuenta,
fue la afirmación,
de que da igual cuantas veces te partan el corazón,
dan igual las lágrimas que hayas derramado,
dan igual las veces que hayas dicho "nunca más",
que cuando el amor aparece en cualquier esquina un día entre semana,
no hay nada que pueda interponerse,
y que al final,
vuelves a lanzarte,
a mil por hora y sin paracaídas,
y por una vez,
no te estampas contra el suelo.
Fue la afirmación,
de que siempre hay que esperar a que llegue lo bueno,
porque aunque tarde,
siempre termina llegando.
Porque cuando llega,
es mejor de lo que jamás habrías soñado,
y aunque no sea un cuento de hadas,
es tu película hecha realidad.
Y tú, te das cuenta, de que no sabes que pasará,
pero que cuando le miras, y sonríe,
te alegras de que hasta él todo te saliera mal:
porque tenía que ser él, porque tenías que llegar..
.. porque él es tu casa.
Thursday, June 6, 2013
Tuesday, June 4, 2013
A veces pienso que la probabilidad de coincidir en el mismo espacio, en el mismo momento, con la persona que supuestamente es LA persona, es algo así como jodidamente inexistente. No sé, ¿cuantas personas somos en el mundo? Echa cuentas. Solemos limitar nuestras interacciones sociales, a nuestro pueblo, pueblos de alrededor, y a la capital. Poco más. Y aun así, la mayoría de la gente encuentra a su persona dentro de ese radio tan limitado. Pero esa no es tu persona de entre todas las personas, es solo la persona de entre todas las personas con las que tú interaccionas. Quizá un día, termines en algún punto muy al sur del planeta, y encuentres a una persona, y pienses: ¿joder, tú donde estabas? Y sí, están ahí fuera. Sólo que no entran dentro del grupo "probables". Y me parece acojonante pensar que quizá la persona que te entienda al 110%, esté justo en las jodidas antípodas. Pero no hay nada que hacer. Da igual lo inmenso que sea el mundo, el ser humano solo puede ver una pequeña parte, y en esa parte vive. Y para ser feliz, es mejor imaginarse que esa pequeña parte, es todo el mundo, y que tu persona es justo esa persona de entre todas las del mundo. Y que no habrá en ningún lugar alguien que pueda hacer que tu corazón se acelere más. Porque es el mejor del universo.
Si vives toda la vida en tu pueblo, tu hombre será el único hombre de la tierra. Si viajas por todos los continentes, y visitas 100.000 pueblos, puede que eso deje de ser así. Es cuestión de perspectiva.
Pero lo que pasa con el amor es que hace que cuando te enamoras te olvides del resto del mundo. Y ya no te importa si hay alguien que te entienda mejor en las jodidas antípodas, o si en un punto muy al sur hay otro que podría hacer que tu corazón se acelerara más. Sencillamente te da igual. Porque para ti, pasando de probabilidades y de cifras, tu persona es LA persona de entre todas las personas, y el resto del mundo, incluso del universo te es indiferente. Eso es lo bonito del amor: hace que te enamores del vecino, y que creas que es único en el mundo.
Y realmente, lo es.
Lo mejor de las noches, las de entre semana quiero decir, es el silencio. Ese silencio que envuelve todo, y no deja sitio a nada más. Si te quedas despierto más allá de las 12 y te asomas a la ventana, no oirás nada. Si vives cerca de una carretera concurrida, puede que algún coche disturbe la calma. Pero si vives en un barrio poco transitado, ni siquiera el ruido de los coches romperá la quietud de la noche. Y el silencio, ese silencio humano quiero decir, es colosal. Salen a la luz las cosas malas y las cosas buenas, y todas ellas se ponen a bailar. Puedes oírlas. Y lo que es mejor, puedes escribirlas.
Me encanta escribir cuando todos duermen.
Los cuentos están en standby.
Los exámenes han bloqueado mi cerebro.
La inspiración no ha venido a hablar conmigo.
Lo veo normal, dadas las circunstancias.
Hoy ha salido el sol.
Me he asomado por este medio balcón raro que tenemos,
y he sonreído.
Ya queda menos.
Menos, para los colores.
Menos para perderme en mi colchón,
con ella,
y con mis bolis.
Muy poco, para darle al play.
Muy poco, para que suene fuerte.
Porque va a sonar fuerte.
Los exámenes han bloqueado mi cerebro.
La inspiración no ha venido a hablar conmigo.
Lo veo normal, dadas las circunstancias.
Hoy ha salido el sol.
Me he asomado por este medio balcón raro que tenemos,
y he sonreído.
Ya queda menos.
Menos, para los colores.
Menos para perderme en mi colchón,
con ella,
y con mis bolis.
Muy poco, para darle al play.
Muy poco, para que suene fuerte.
Porque va a sonar fuerte.
Sunday, June 2, 2013
Dejo allí el verde.
El aire limpio.
El olor a tierra mojada.
Mi balcón.
Las flores de mi ama.
Dejo allí mi cama.
El color azul de las paredes de mi cuarto.
Dejo allí el mantel de la cocina.
Y el olor a comida recién hecha.
Dejo allí los desayunos largos.
Las sobremesas que nunca se acaban.
Dejo allí mi manta, y mi mando.
Dejo allí los libros de las baldas.
Dejo allí el tercer piso,
sin ascensor, que eso
siempre ayuda.
Dejo allí mi calle.
La cuesta que tanto cuesta subir.
El ir a comprar el pan cualquier día a la mañana.
Dejo allí mis dos sonrisas.
La de mi hermano siempre está aquí.
Pero se quedan allí las de mis hermanas.
Dejo allí mis noches buenas.
Mis mañanas perezosas pero llenas de alegría.
Dejo allí el viento del norte.
Y la ropa colgada en ese inmenso tendedero.
Dejo allí mi buena suerte,
dejo allí mi lado bueno.
El aire limpio.
El olor a tierra mojada.
Mi balcón.
Las flores de mi ama.
Dejo allí mi cama.
El color azul de las paredes de mi cuarto.
Dejo allí el mantel de la cocina.
Y el olor a comida recién hecha.
Dejo allí los desayunos largos.
Las sobremesas que nunca se acaban.
Dejo allí mi manta, y mi mando.
Dejo allí los libros de las baldas.
Dejo allí el tercer piso,
sin ascensor, que eso
siempre ayuda.
Dejo allí mi calle.
La cuesta que tanto cuesta subir.
El ir a comprar el pan cualquier día a la mañana.
Dejo allí mis dos sonrisas.
La de mi hermano siempre está aquí.
Pero se quedan allí las de mis hermanas.
Dejo allí mis noches buenas.
Mis mañanas perezosas pero llenas de alegría.
Dejo allí el viento del norte.
Y la ropa colgada en ese inmenso tendedero.
Dejo allí mi buena suerte,
dejo allí mi lado bueno.
Sólo quiero irme a casa. Estoy cansada. Psicológicamente agotada. Tengo frío todo el rato. No me gusta este sitio. Estoy comiendo como el culo de mal. No consigo concentrarme. Y la inspiración no me viene a visitar. No quiero viajes, no quiero ciudades, no quiero gente, no quiero ruido, no quiero vacaciones. Me da igual. No me importa suspender o aprobar. No me importa si el mundo se acaba de aquí a dos meses. No me importa.
Sólo quiero volver a casa.
Saturday, June 1, 2013
Necesito sol. Necesito bailar. Necesito playa. Necesito irme a tomar por culo de las nubes. Necesito chancletas en mis pies. Necesito no tener que llevar chamarra. Necesito sur o algo que se le parezca, y lo necesito YA. Pero no sé porque me da que no voy a tener nada de eso. Y mecauenlaputa, quiero coger una mochila, y pirarme a donde sea.
Subscribe to:
Posts (Atom)