Thursday, October 31, 2013

Y te quedas mirando,
como si en ese mirar
fueras a conseguir descifrar
el misterio más
indescrifrable
jamás imaginado.
Justamente eso,
por qué coño estás mirando.
Hay cosas en la vida
que sencillamente me superan:
la gente que silba, 
el olor de los autobuses,
ir por la calle con una maleta.
It's 5:48 a.m.
I don't even know why,
but once again,
I've waked up
utterly nervous and
anxious.
I don't like this.
This ain't funny.
I mean,
I have to be
havin' breakfast
at 7:30 a.m.
That means only
like an hour and
a half to sleep.
And why the fuck
is this happenin' this
to me again?
It ain't funny.
Really,
this is going
to drive me fucking crazy.
I'm so tired.
Fuck off.
Tiene algo, ¿no crees?
la luz de las farolas.


Intentas permitirte
una sonrisa a medias.

Y esbozas
no sé qué
no sé dónde.

Y piensas,
que si vuelves a soñar
algo así otra vez,
te vas a volver loca
por completo.

Pero quizá,
quiera volverme
más loca todavía.


Wednesday, October 30, 2013

Tenemos que dejar de ser tontas y de enchocharnos y de dejarnos llevar. Tenemos que coger las riendas. Y si hay que decir no, decir NO alto y claro. Y que empiecen a aprender. Que sí, que pueden ser irresistibles, pero nosotras no somos cualquier chica fácil que se van a follar y luego van a hacer sentir como una puta mierda. Porque para eso, nos vamos a casita y nos apañamos con nuestros dedos y nuestra imaginación. Estoy harta de tíos que solo van a lo que van, de tíos que tienen miedo de sentir, de tíos que no reconocen la verdad, de tíos que no están a la altura. Porque cariño, él no está a tu altura. Así de claro te lo digo. Y que si quieren ver los toros desde la barrera allá ellos. Nosotras salimos al ruedo. Y punto en boca ya. Y el que quiera estar con nosotras, tiene que saber torear, y tiene que estar preparado para coger al toro por los cuernos. Si no lo está que no lo intente, porque no nos va a ganar.

- Hablando con mi Reina Mora, mientras ella me contaba la movida que tenía con un pavo, y yo me sulfuraba un poco más por momentos.

Tuesday, October 29, 2013

La inocencia perdida
se quedó
en alguno de esos bancos,
supongo.

Cuando él llegó
pisando fuerte,
sin darme tiempo
a sobreponerme
a la ola que sin yo saberlo
iba a llevarme por delante.

Me llevó, sí,
a una costa
desierta,
 a un suelo yermo,
en que ninguna flor
podía florecer.

Marchitó
todas mis rosas,
todas mis mañanas
de domingo,
e hizo que
desde entonces
el teléfono
se convirtiera en mi peor enemigo.

Y me costó,
salir del laberinto.
Fui un minotauro furioso
y perdido,
que no podía ver más
allá de los muros.
Y cuando por fin
conseguí salir,
el mundo me pareció
más frío,
más amargo.

Mi inocencia se quedó allí.

Y pagué el precio más alto,
por algo que fue demasiado gratuito.

Hazme caso,
es otro nivel.
Como si de repente 
la luna se cayera
y le iluminara solo a él,
y el resto del mundo se quedara a oscuras.
"She's calm and beautiful. She rarely leaves the house and when she does it's only for me. She hates her job and I want to hug her and tell her to quit but she's not a hugger so instead I just tell her to quit and she looks at me with her huge hazel eyes and says "I wish".One day I'm going to kiss her! Maybe tomorrow!"
Y así es cómo va,
en las horas del mediodía,
y en las que vienen después.

Así es cómo va.

Eh, te despiertas
después de haberte metido
a la cama pasadas las 2 de la mañana,
porque la has estado perlando
con ella,
y luego has tenido pesadillas,
y te has despertado tan tarde
que piensas: "qué coño hago con mi vida?"
pero necesitabas dormir
más que un bebé recién nacido
porque desde el viernes estás que te caes,
y en fin,
tampoco es tan terrible,
y respiras hondo.
Y piensas,
que ella está completamente loca,
y que tú también lo estás,
y que esto no puede ser,
y que tenéis la cabeza
colgada de algún otro planeta
que está a millones de años luz del nuestro.
Pero sonríes,
porque vuestras locuras
son jodidamente compatibles,
y ella te alegra la vida,
y es algo así como un huracán
de colores que lo altera
todo a su paso y lo hace más interesante,
y con ella es imposible
no reírte a carcajadas.
Y cuando hablas con ella,
sientes que es inevitable
que al final todo va a estar bien,
porque la tienes a ella,
y con ella todo es más fácil
y más bonito,
y aunque todo se derrumbe,
ella te va a sacar una sonrisa
de esas que son capaces
de darle la vuelta
hasta al día más jodido que te puedas imaginar.
Y entonces,
eres la loca más feliz del mundo,
porque sabes
que la otra loca y tu
vais a estar siempre juntas
porque es impensable
que te puedan separar
de algo tan jodidamente
adorable y precioso.
Y entonces es cuando te pones a escribir
porque cuando piensas en ella
te sale solo,
y es increíble
y la quiero
tanto
que si alguien alguna vez le hace daño
lo pagará
seguro.
Porque la pienso proteger
y cuidar siempre,
y voy a estar ahí
pase lo que pase,
y nos reiremos juntas,
y estaremos locas,
pero todo estará bien
porque estaremos
siempre
la una pa la otra.
Siempre constantes.
Que debajo de la falda
sólo escondía
madrugadas
manchadas de whisky
y sémen.

Escribió con carmín
en el suelo
del infierno
recuerdos
que dolían
más que cien mil puñales.

Su corazón ardía lentamente.
Manchas de rimmel
en el cuello de su camisa.
Tacones rotos.
Relojes
que nunca marcaban las doce.

Una mirada
congelada,
y un alma
que ya no tenía capacidad
de sentir nada.

Quizá se preguntarían si alguna vez sintió.
Sólo sus suspiros sabían
que había sentido demasiado.



El insomnio pega fuerte,
2:17,
ya voy tarde,
es de problema.

Que tienen las palabras
que se enredan,
que te enredan.

Y no hay señales de stop.

Sigue.
Sigue hasta el puto infinito.

Y tiene cojones,
realmente tiene cojones,
que sea capaz de escribir
un: ¿que tal te va?
a la persona
que me jodió el corazón,
y me rompió del todo
a esas horas de ese domingo.

Sí,
tiene muchos cojones.

Porque no está.
Porque no estuvo nunca.

Porque a veces no puedo creer
lo jodidamente ingenua que puedo llegar a ser.

Hoy digo basta.

Y es toda la mierda
que entra en tu habitación
a las 2 de la mañana
jodiéndote.

Una y otra vez.
Me acuerdo de lo bien que cantaba,
de cuanto me gustaba su voz,
de como hacia de todas las sobremesas
un momento especial,
de lo orgullosa que me sentía
de que fuera mi abuelo,
de la mirada de admiración
que sé que le dirigía.
Me acuerdo de las canciones
que cantábamos con él,
de cómo mi padre siempre desafinaba,
y mi hermano y yo
lo solíamos hacer bastante bien,
aunque nunca mejor que él,
porque eso era imposible.
Me acuerdo de cómo sonreía,
y como nos hacía sonreír,
y de lo genial que era compartir esos momentos.
Me acuerdo,
con un dolor especialmente intenso,
de cómo se fue apagando lentamente,
una vez que ella ya no estuvo.
Era como si sin ella
todo valiera un poco menos.
Y de hecho, así era.
Cuando pienso en ella,
veo sobre todo el color de sus chaquetas,
de un azul marino intenso,
y unas uñas siempre perfectas,
en un tono siempre rosa.
Cuando pienso en ella,
me acuerdo de esa manta que me tejió
para mis muñecas,
de esa noche en la que se me perdió el anillo,
creándome una angustia inigualable en el pecho,
del otro anillo tan bonito que me regaló,
de sus manos en mi pelo.
Cuando pienso en ella,
entiendo tan bien a mi abuelo.
Y ya no está ninguno de los dos.
Y les recuerdo a veces con lágrimas,
otras con sonrisas.
Y me acuerdo,
de la canción que escribí,
cuando se fue mi abuelo,
y de cómo no he sido capaz de releerla,
y de cómo aun la tengo guardada,
esperando ser capaz de cantarla un día.

Habla de ellos.

Monday, October 28, 2013

Y sinceramente
todavía estoy indignada
por el final de la Sirenita.
- ¿Qué?
- Nada.
- ¿Por qué me miras así?
- ¿Así cómo?
- No sé, así. Cómo si tuviera algo raro en la cara. ¿Tengo algo en la cara?
- No.
- ¿Entonces?
- Entonces nada. Te miro, simplemente.
- Vale.
La siguió mirando con la misma cara rara, mientras ella intentaba no parecer nerviosa. Pero no soportaba sus ojos tan fijos en ella. Nunca le gustó que la gente la mirara. Le gustaba la invisibilidad, pasar por la vida sin que nadie la notara demasiado, no salir de su rincón.
- A ver, vale ya ¿no? ¿Qué coño miras? Me estás poniendo nerviosa.
- Estaba pensando..
- ¿Pensando qué?
- Que me pareces rara.
- ¿Rara? ¿Rara en qué sentido?
- No lo sé. Es como si nunca estuvieras, pero estás siempre. Pasas desapercibida todo el rato. Y te miro y veo a alguien que no es capaz de mirar al mundo de frente. Pero es como si no te hiciera falta. Ni el mundo, ni la gente. No eres capaz de aguantarme la mirada, y siempre terminas mirando al suelo. Pero es como si no te importara nada. Como si nada te tocara. Cuando estamos todos, y estamos de risas, o hablando de cualquier tema aleatorio, nunca hablas. No dices nada. Te pasas callada la mayoría del tiempo. Pero todos sabemos que estás. Porque sonríes, y eso es suficiente. Y cuando te pasas sin bajar varios días, te echamos en falta. Y luego, tienes esa capacidad innata de decirlo todo sin decir nada. Como cuando alguien está mal de fiesta y termina llorando, y le miras, y le abrazas, y eso ya le hace ponerse bien. Y no sabes explicar nunca las cosas, ni mucho menos lo que sientes. Y parece que todo el rato tienes ganas de llorar. Y te miro, y veo que siempre estás nerviosa. Y que la mayoría de las veces no sabes cómo actuar. Y empiezo a pensar que si no hablas es porque te da miedo meter la pata, o quedar en mal lugar. Pero luego igual un día sueltas cualquier burrada, y pienso: no puede ser por eso. Y no entiendo por qué. Y en realidad hace muy poco que nos conocemos, y me pareces un enigma. Y te miro intentando descifrar que escondes debajo de la piel. Y sobre todo, te miro, porque por alguna extraña razón, no puedo dejar de mirarte.

A contrapie,
o cualquier otra forma
de empezar mal el día.

Pero tampoco es empezarlo mal,
que se te mojen las botas que no son
para el agua
porque pensabas que no llovía
y no te has puesto las Timbs.
Tampoco es empezarlo mal
que te duela la cabeza
porque no has conseguido dormir
por culpa del tornado
que se colgó de tu ventana.

No,
tampoco es empezarlo mal.

Sólo es un poco de mala suerte,
mezclada
con una capacidad innata
de hacerlo todo al revés.


Sunday, October 27, 2013

Quiero que encuentres a la mujer perfecta. La que no llore todo el rato por cualquier tontería. Como yo, cuando una peli acaba mal, o como cuando no me abrazan en un día de lluvia. La que nunca llegue tarde. Como yo, cuando me duermo y pierdo el bus. La que no se ponga a bailar en medio de la calle, o en la parada del bus. Porque te da vergüenza que la gente la vea hacer el tonto. Como yo lo hice aquella tarde, y en otras mil. Porque a mi me daba igual que me miraran. Quiero que encuentres a la mujer perfecta. La que no te desespere en una tarde de compras, porque no sabe por donde le da el aire, y no hace más que saltar de escaparate en escaparate. La que no te despierte a las cuatro de la mañana histérica porque ha tenido una pesadilla y se ha despertado tiritando. Como yo lo hacía, en tantas y tantas ocasiones. La que no te quiera besar nunca en la calle. Porque a ti eso no te gusta. Y yo lo hacía constantemente. Porque para mí eso era lo mejor de los semáforos en rojo. Pero a ti te daba vergüenza. Tanta, que alguna vez me apartaste la cara. Tanta, que no te importó que el corazón se me partiera un poco en ese preciso momento. Por eso quiero que la encuentres, a la mujer perfecta, para que ella no te lo haga pasar mal nunca. La que no quiera bailar. Ni estando solos en casa. Porque bailar para ti no era una opción. Y para mí era algo imprescindible.

Sí, creo firmemente que la mujer perfecta tiene que ser totalmente opuesta a mi. Porque yo soy un completo desastre. Quiero que la encuentres, y que te haga jodidamente feliz.

Yo me quedo en standby, frente a un semáforo en rojo, bailando con el viento.

They won't get it.

Friday, October 25, 2013

I'm here again,
in front of the screen,
thinking of her.

I wonder
how many times..

countless.
It was
the same feeling
increasing
all the time
and making me feel
there wasn't
any way out.
It was like a I was
getting more and more
trapped,
and there was nothing
I could do about it.

No tiene sentido.
Y eso es lo que mola.
Al revés,
hazlo al revés.

Como cuando coges algo que
se te ha caído con los dedos del pie.

- Es un paraguas.
- Lo sé.
- ¿Por qué me regalas un paraguas? Sabes que los odio.
- Sí, ya lo sé.
- No lo entiendo.
- Es fácil. Tú odias los paraguas. Yo te regalo algo que odias. Tú pensarás: que idiota, psss un paraguas. Y me odiarás por regalarte algo que odias. Pero en todo ese tiempo estarás pensando en mí. Y cada vez que veas el paraguas me odiarás. Y así todo el rato.
- ¿Quieres que te odie?
- ¿No has entendido el objetivo?
- ¿Qué objetivo?
- Del odio al amor, hay un paso.

Thursday, October 24, 2013

Quédate con la incertidumbre.
La certeza
podría matarte.
Y a lo mejor un día,
delante de un café o lo que sea que tome,
me cuenta por qué.
Y a lo mejor le escucho.
O empiezo a correr.
Si hubiera sabido,
pero saber de verdad,
que cada domingo
me quitaba un pedazo más de alma,
¿lo hubiera seguido haciendo igual?

" - Do you think I'm pretty?
- I think you're beautiful
- Beautiful?
. You are so beautiful, it hurts sometimes."
 ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Pensé. Pero luego la miré. Y lo entendí. Comprendí por qué él estuvo dispuesto a quemarse por ella en el momento en que le dio dos besos y ella le dijo su nombre. Era inevitable.
Para empezar su piel tenía el color del chocolate. La tentación de acariciarla era demasiado grande. Y eso era jodido. Yo siempre había sido adicta al chocolate. Y sí, eso era un problema. Tenía el pelo más negro que la pizarra más salvaje. Era como el cielo en esas noches cerradas en las que no hay luna y no se ve nada. Como la tinta de un calamar o un pulpo. Así de negro. Le llegaba hasta la cintura, y parecía una cascada cayendo lentamente. Y luego de repente ella lo movía suavemente con la mano, o una dulce ráfaga de viento lo acariciaba, y te quedabas como atontada, pensando en como coño era posible que su pelo fuera más bonito que la seda más cara del mundo, y el tuyo fuera un estropajo en mal estado. Pero así era. Y luego, tenía esos ojos, que bueno, que eran como un precipicio. Te miraba y te caías. No había más. Ni siquiera sé si eran negros, marrones o castaños. O una mezcla de todos ellos. Si les daba el sol se parecían al oro. Y cuando sonreía, se llenaban de un brillo que podía competir con el de la propia luna. Y ya está. Lo de su boca era otro asunto. Ni siquiera puedo describirla con claridad. Recuerdo que sus dientes eran jodidamente blancos. Desde luego no necesitaba ningún dentífrico blanqueador. Aquella vez llevaba los labios pintados de un rojo que parecía provenir del infierno, y que prometía llevar al cielo a cualquiera que los besara. Y supongo que ellos soñaban con morderlos. No sé qué tenía su sonrisa, pero te cautivaba. Irradiaba luz. Y el conjunto era un diseño perfecto. Si de verdad existía un creador, con ella había conseguido la obra de su vida. Una obra de arte, en efecto. Y así pasaba por la vida. Sonriendo, y con ese pelo, y esa forma de andar que tenía, y un cuerpo que era más sublime aún que cualquiera con las medidas perfectas. Y él, bueno él supongo que fliparía todo el rato. No es que él fuera feo ni nada por el estilo. A mi me gustaba, algo tendría ¿no? Pero ella le eclipsaba totalmente. Era demasiado bonita. No volví a hacerme nunca esa pregunta. Y entendí que nada se podía hacer contra una belleza tan sobrenatural. Y mira que nunca me gustaron las tías. Pero si hubiera sido tío, yo también me hubiera enamorado de ella. Y hubiera hecho todo lo posible porque fuera ella la que me echara la bronca por haber vuelto a llegar tarde. O por cualquier otra cosa. La hubiera querido cada segundo de mi vida. Y ni de coña la hubiera dejado escapar.

Creo que fue el único momento en el que cambie la pregunta en mi cabeza.

Wednesday, October 23, 2013

No tengo a la inspiración conmigo.
Estará en otra cama,
perdida en alguna guerra de almohadas,
o a saber.
Me gusta,
y eso me jode.
Me jode,
y eso me gusta.

Uno de los sonidos que más me gusta del mundo,
es el del choque de la bota contra el balón.
Ese ruido claro y fuerte
que deja claro que le has dado bien.
Y lo agusto que te quedas.

Tuesday, October 22, 2013

Estoy sentada
en los bancos del poli.
¿Cuantas veces estuve aquí con él?
Y ahora vuelvo sola,
a encontrarme
con los recuerdos
que dejamos
guardados en el viento.
Hoy cumple veintidós años.
No estoy con él.
Y me duele.

Espero que esté sonriendo.

ZORIONAK.



Está canción
eres tú.
La oigo
y puedo sentir tus latidos.
Tu movimiento,
tu forma de andar.
Los gestos de tu cara.
Cuando la escucho,
e siento cerca,
jodidamente cerca.
Y duele,
pero a la vez es reconfortante.

Veintidós.
Mucho ya ¿e?
Nos vamos haciendo mayores.
Casi no tengo palabras.
¿Qué puedo decirte?
Que sigas siempre dándole al play,
tocando la guitarra,
la batería,
dando lo mejor de ti.
Que sigas sonriendo como sabes,
iluminando al mundo,
que sueñes con tocar el cielo,
y que llegues a tocarlo.
Que tu cara no se arrugue ni un poquito.
Pero eso es imposible.
Así que no me voy a preocupar.
Que todos tus planes
salgan adelante,
y que llegues a donde quieras llegar.
Porque sé que puedes,
eres más que capaz.
No tienes límites,
el mundo es tuyo.
Cómetelo.
Y no te preocupes por mí.
Yo estaré donde siempre,
haciendo lo de siempre,
y acordándome de ti.
Recorre el mundo.
Baila.
Canta.
Salta.
Vuela.
Y nunca dejas de soñar.
Y por favor,
que nadie borre esa sonrisa de tu cara.
Si alguien lo hace alguna vez,
dame su nombre,
y yo me encargaré de borrársela a ella
o a él.
Te lo prometo.

Que siempre voy a estar muy cerca.
En tus veintidós,
y en todos los que pueda.
Aunque no me veas.
Aunque no te vea.
Siempre estaremos.
Prométemelo.

Espero que tu día sea igual
de especial que tú.
Rodéate de tu gente,
te quieren con locura.
Disfruta de sus sonrisas,
sonríe con ellos.
Y piensa en la mía.
Porque aunque esté lejos,
estaré sonriendo.
Por ti.
Por tu existencia.
Por un año más.

Porque seas feliz siempre.

Monday, October 21, 2013

Por ellos.
Por esos 25 años.
Por enseñarme tan bien qué es el amor.

Desde que no está
aquí conmigo.
Desde que no está
aquí en mi ombligo.

Desde que no está,
hace más frío.
Hace más frío.
No juegues con fuego,
que te quemas.

Pero quemarse a veces es la mejor parte.
Sobre todo no quiero que pienses
que cuanto más tiempo pasa más me olvido de ti.
Porque eso no pasa.
Eso no va a pasar nunca.
Mis musas se están echando un café.
No van a venir,
hoy pasan de todo.

Saturday, October 19, 2013

Tuvieron los cojones de llevársela,
pero no los cojones de mirarme a mí a los ojos.
Y que sepa,
que cuando hablo de ella,
no acepto
bromas
no acepto
cuentos
no acepto
tonterías.
Que sepa,
que ella es más sagrada
que todo los Dioses
de verdad o imaginarios.

No habrá
nunca
jamás
ni de coña

nadie
nada

en ningún sitio de este planeta
ni de ningún otro

algo más bonito que tú,
mi vida

niña de mis ojos.


El flexo está encendido,
yo me apago por momentos.
Él sentado frente a mí,
en la mesa de la cocina,
hablándome de ella,
como quien habla del tiempo.
Yo con un nudo en la garganta,
ahogándome por dentro.
Que no hace falta mucho más,
para que mi corazón se rompa.
Que no hace falta mucho más.


Friday, October 18, 2013

3:34 de la madrugada.
Creo que debería de empezar a preocuparme.
Tengo que dejar de dormir la siesta,
urgentemente.
Y ese momento,
esos segundos,
fueron como si una puta ola gigante me llevara por delante.
Si pudiera volver atrás en el tiempo,
me aseguraría
de no perderme ni un sólo detalle,
de memorizarlo tan nítidamente
que aun después de 100 años
fuera capaz
de seguir recordándolo
como si hubiera sido ayer.

Necesito escribirlo,
describirlo con todo detalle,
guardarlo en una cajita,
y si alguna vez no me acuerdo,
si alguna vez se me olvida,
leerlo,
y volver a saber
que estuve allí,
que estuvo allí,
y que ese momento
fue real,
y nadie puede robármelo.

Ni siquiera él.




Van pasando las horas,
pero no oigo el tic-tac del reloj,
porque no tengo reloj.
Y sin embargo,
noto el eterno vaivén
de los segundos
incrustado
en cada pared de mi cuarto.
Mis párpados siguen abiertos.
Y al este,
o al oeste,
según la perspectiva,
encuentro el eco de tu sonrisa.
Recuerdo
que dormías,
y que el simple hecho
de saberte cerca
me hacía sonreír.
Recuerdo que dormías,
y ahora siento
que desaproveché
las horas,
los minutos,
los segundos.
Por qué no te mantuve
despierto toda la noche,
por qué no escribí
lo que no era capaz
de pronunciar
en los poros de tu piel,
por qué no me quedé a vivir
entre esos dos lunares,
por qué no me metí en tu maleta..

Por qué te deje ir.
Pude sentir
como un trocito de mi corazón,
se partía,
se soltaba del todo,
y caía
irremediablemente a tus pies.
Pude sentir
como se iba,
como salía
de su embalaje original
y partía
a otro lugar.
A tus pies,
a tus manos.
Con la intención
firme e irrevocable
de quedarse contigo para siempre.

Y sí,
es así,
pero ¿y qué?
¿Quien dice que no pueda ser de otra manera?

Parece que lo hago todo al revés.
Igual es algo innato en mí.

Quizá tú puedas entenderlo,
esta relatividad
tan absoluta,
este ir y venir sin sentido.
este vagar continuo.
Y que el mundo siga girando
cuando tú ya no estás aquí
es algo que no me entra en la cabeza.

Pero gira.
Y yo tengo que girar con él.
Insomnio nivel: parezco un buho.
¿Y qué coño hago?
Mañana madrugo mucho.
Fuck.
Siempre era yo la que decía primero "te quiero".
No sé si eso tendrá algo que ver.
Quizá era una señal,
o simplemente
que yo
siempre he sido
demasiado ansiosa.

Pero cuando quiero,
no sé estar sin decir "te quiero".
Llámalo X,
pero es así.
" La verdad no nos hace libres. Puedo decirte que te quiero tantas veces como seas capaz de escucharlo, pero eso solo nos recordará... que con el amor no basta."

Phoebe: You are just like Jack.
Rachel: ...Jack from downstairs?
Phoebe: No, Jack and the Beanstalk.
Monica: Ah, the other Jack.
Phoebe: Yeah, right! See, he gave up something, but then he got those magic beans. And then he woke up, and there was this, this big plant outside his window, full of possibilities and stuff.. And he lived in a village, and you live in the Village..
Rachel: Okay, but Pheebs, Pheebs, Jack gave up a cow, I gave up an orthodontist. Okay, I-I-I know, I know I didn't love him-
Phoebe: Oh, see, Jack did love the cow.
Rachel: But see, it was a plan. Y'know, it was clear. It was figured out, and now everything's just kinda like...
Phoebe: Floopy?
Rachel: Yeah.
Monica: So what, you're not the only one. I mean, half the time we don't know where we're going. You've just gotta figure at some point it's all gonna come together, and it's just gonna be... un-floopy.
Phoebe: Oh, like that's a word.
Rachel: Okay, but Monica, what if- what if it doesn't come together?
Monica: ... Pheebs?
Phoebe: Oh, well... 'cause.... you just... I don't like this question.
Rachel: Okay, see, see, you guys, what if we don't get magic beans? I mean, what if all we've got are.. beans?

Thursday, October 17, 2013

Una de las cosas más difíciles
de una ruptura
es desacostumbrarte
a lo que ya te habías acostumbrado:
hablar con él antes de dormir,
llegar siempre cinco minutos tarde
y hacerle cambiar la cara con un beso,
verle bailar de esa manera
y reírte a carcajadas,
que siempre te dijera
"como una niña",
llamarle imbécil,
pegarle
de bromas,
que siempre te cogiera el teléfono,
que te mirara
y supieras
que con eso bastaba.





I want a tattoo of the first morning we woke up together. I want the memory to hurt.
― Clementine von Radics
Put a writer in your life.
" - Why? Why? Why, why would anybody do something like that?
- I assume we're looking for an answer more sophisticated than 'to get you into bed'.
- I hate men!  I hate men!"


You mean the world to me.
Happy Birthday.



Y lloro sin razón
y con motivo.

Intentando no caer
de nuevo
en las putas
tinieblas
de una locura
diagnosticada.
Sometimes I just don't have the strength
to face the day.
I can't wake up,
and take a step.
I feel defeated
by the world.
By the sick ideas
in my head.
And the nightmares
don't help.
No,
they fuckin' don't help.

And I feel tiny,
and lost..
and so unable.



Y ser yo sin condiciones.
Te dirán que no pasa nada,
que es lo normal.
Que el tiempo
lo pone todo en su lugar.
Te dirán que es mejor así,
que todo va a estar bien.
que no te preocupes.
Te dirán que no hay que dejar de sonreír,
que el mundo es maravilloso,
que tienes mil motivos
para ser jodidamente feliz.
Eh, que no te líen.
Que si que pasa algo.
Y si, vale, es normal,
pero eso no va evitar que joda.
Porque jode.
Que no tienes ni puta idea
de si es mejor así,
así que que se callen la boca joder.
Si, todo va a estar bien,
¿porque al final tiene que estarlo no?
Pero ahora todo está del revés,
así que déjame tranquila con mi cáos.
No dejaré de sonreír nunca,
pero si ahora me sale del coño
estar seria,
estoy seria
y que me dejen en paz.
El mundo es maravilloso,
lo que no tengo tan claro,
es si nosotros lo somos.
Así que déjame dudarlo.
Y motivos si que tengo para ser feliz,
y seguramente mañana lo sea,
pero hoy,
no me apetece,
me da pereza,
y mi alma está gris.
Que no me líen.


Mi mundo,
en la palma de su mano.
Su mano,
en el culo de cualquiera.

Y así noche tras noche.

(Hasta esa puta noche.)
Arráncame
la voz,
las ganas de gritar
hasta
quedarme muda,
la angustia 
que se ha quedado
a vivir en mi pecho.
Arráncame
los recuerdos
que queman
pero son de hielo.

Wednesday, October 16, 2013

No me toques los ovarios.
Jodidos relojes.
Mi locura
la guardo en
ese rincón.
Y mis mejores palabras,
son las que siempre
dejo de decir.
Ya me dirás,
no hay porque andar buscando.
La mierda siempre te encuentra.
Y los tesoros,
están demasiado bien escondidos.
Debajo de la piel,
en el centro del corazón.
" Un olvido encima de nosotros. Paseándose, jodiéndonos, diciéndonos adiós."
278.
La mayoría de los hombres vive con espontaneidad una vida ficticia y ajena. La mayoría de las personas son otras personas, dijo Oscar Wilde, y qué razón tenía. Unos gastan su vida persiguiendo alguna cosa que no quieren; otros la emplean en la búsqueda de lo que quieren y no les sirve; otros más se pierden.

- F. Pessoa

268.
El olfato es una vista rara. Evoca paisajes sentimentales con un dibujar rápido del subconsciente. He tenido esa sensación muchas veces. Voy por una calle. No veo nada, o mejor, mirándolo todo, veo lo que ve todo el mundo. Sé que voy por una calle e ignoro que esa calle tiene unos lados formados por casas diferentes y construidas por seres humanos. Voy por una calle, De una panadería sale un olor a pan que por dulzón marea: y mi infancia se alza desde un cierto barrio distante, y otra panadería se me aparece en aquel reino del destino que es todo lo que se nos murió. Voy por una calle. Huele de repente a fruta del expositor inclinado de la pequeña tienda; y mi breve vida de campo, no sé ya cuándo ni dónde, tiene árboles al final y tranquilidad en mi corazón, indiscutiblemente niño. Voy por una calle. Me trastorna, sin yo esperarlo, un olor a las cajas del carpintero: oh, Cesário mío, te me apareces y yo soy por fin feliz porque regresé, con mis recuerdos, a la única verdad, que es la literatura.

- F. Pessoa
Haber leído ya los Pickwick Papers es una de las grandes tragedias de mi vida. (No puedo volver a releerlos.)
- F. Pessoa

La primera vez que leí esto me pareció brutal. Lo volví a leer, intentando entender porque para él fue una tragedia. Y si pudiese viajar a cuando el vivía, y pudiese hablar con él, sin duda le haría esta pregunta: ¿por qué una tragedia?

Hipótesis: 
- El libro le pareció tan sumamente bueno que como escritor le minó la moral.
- El libro le pareció sumamente malo, y los libros sumamente malos no se releen. 

He leído los Picwick Papers, y me parce un libro tan brillante que me decanto por la primera. Que no se vio capaz de escribir algo así. De llegar a terminar una obra, leerla, y descubrir que sí, que es tal y cómo la imaginabas de buena. Siempre me quedará la duda, nunca sabré que sintió al leer a Dickens. Sé lo que sentí yo. Sé lo que siento yo al leer a Pessoa. Autores diametralmente opuestos, completamente diferentes, de siglos, y orígenes distintos. Uno, famoso en vida, el otro famoso sólo después de morir. Y tengo que decir, que Dickens será el de las obras acabadas, Pessoa el que sentía mareo ante esa posibilidad. Pero ninguna frase de Pessoa, y recalco ninguna, es digna de ser tachada. Nunca leí a nadie que me traspasara el alma de esa manera tan visceral. Es sencillamente sublime en el intento. Y Dickens, Dickens es sencillamente perfecto en el acabado.


Dazzle me.
And what about that look?
When all the world disappears for a moment,
and all that you get to see,
is that look.

I suppose those eyes made me insane.
Y puedes,
puedes intentar borrarme
de cada recuerdo,
hacer como que no estuve,
como que no estuvimos,
como que no fui,
como que no fuimos,
pero no podrás,
jamás podrás
borrarme.
Si me borras,
te borras a ti mismo.
Si te borro,
me borro a mi misma.
Desde ese momento,
y para siempre,
cada uno tendrá
esa parte del otro.
¿Y que me cuentas de las noches
en las que tu única compañía
eran tus lágrimas y la presión en el pecho?
Cuando el invierno te comía a bocados,
y no te quedaban folios
para escupir todos tus demonios.
Cuando parecía que todo era un caer
constante por el precipicio
de la locura
y la desesperación.
Cuando tiraste la toalla,
porque no veías la puta salida.
Cuando te sentías tan pequeña
que hasta pulgarcito te hubiera ganado
en un cara a cara.
Que me cuentas de eso..



Las mañanas
pesan.
Las tardes pesan.
Las noches pesan.

Es todo un intento,
una aproximación que nunca llega.
Era una chica corriente. En todos los sentidos. Tenía una cara corriente, un cuerpo corriente, una forma de hablar corriente. Nunca destacaba. Nadie se fijaba en ella. Siempre estaba rodeada de chicas más bonitas, con ojos más grandes, voces más sensuales, cuerpos más esculturales, miradas más salvajes, melenas más brillantes, con mejores tetas, mejores culos, labios más interesantes. Pero si te fijabas detenidamente había algo en ella. Una indiferencia total al mundo exterior. Una capacidad abrumadora de no caer en complejos absurdos y en banalidades rancias. Una naturalidad tan extravagante que dejaba desconcertado al que tenía delante. Una forma de hablar y de dirigirse a los demás tan carente de vergüenza, tan sincera, que a veces daba miedo. Tenía una personalidad arrolladora. Y se los comía a todos con patatas. Muchos creían que era todo fachada. Una carta en la manga por no tener nada más con lo que jugar. Se equivocaban. A ella le daba igual el juego. Ser fiel a si misma era su única premisa, y se aceptaba tal y como era. Si no la querían, no la querían. Y si la querían, serían bienvenidos. No fingía, no intentaba ser algo que no era. Era real. Y eso era algo a lo que mucha gente no estaba acostumbrada. Y sí, era corriente en muchos sentidos. Pero eso era lo de menos. Sabía que ellas eran todas perfectas. Pero se había propuesto llegar hasta el final. Y lo iba a conseguir a pesar de ser tan sumamente corriente como decían. Y es que en el fondo, de corriente tenía muy poco.
Because, if you could love someone, and keep loving them, without being loved back.. then that love had to be real. It hurt too much to be anything else.

― Sarah Cross, Kill Me Softly
Nos venden
flores de colores
que están hechas de ceniza.
Gris,
seca,
jodidamente marchita.

No hay certezas.
Yo que creía que envejecería mirándote a los ojos.

Ya no creo en nada.
Ni siquiera en las mariposas
que a veces revoloteaban cerca
haciéndome creer
que quizá sería posible.

No,
ya no creo en nada.
Pregúntale a mi lagrimal
porque no le salen las lágrimas.
Se han congelado
en el camino.
Y pesan como témpanos de hielo
en el techo
de la cueva
del amor sin dirección.

Tuesday, October 15, 2013

Sabes que no me gustaba dormir abrazada a ti. A ti ni a nadie. Insomnio crónico, pesadillas. Necesito mi espacio en el colchón. Y ese día, el último que pasamos juntos en ese pequeño oasis en medio del desierto, estaba junto a ti tumbada en el sofá. Metí mi cabeza debajo de tu brazo, y me quedé ahí, pegada a tu costado. Oía el latido de tu corazón, sentía tu calor. Y me quedé dormida. Todavía no sé como pasó. Pero sentí tanta calma, tanta paz. Era como mi rincón. Mi hogar. 

Ahora me siento una sin techo.
Siempre seré el patito feo.
Y ya no me importa.

Quiero ser yo,
sin condiciones.

Dejar atrás cada pedazo,
cada tejido desgarrado,
cada gota de dolor.
Dejar atrás todos los nombres
que quisiste,
más que a tu propia suerte,
y salir a volar.
Lejos de aquí,
lejos del siempre.
And now I'm thinkin about her.
No me gusta cuando huele raro. Como ayer cuando subía en el ascensor y olía como a algo químico-tóxico-veneno. Soy muy sensible a los olores. Me gusta cuando huele a lluvia, a tierra mojada, a leche con cola-cao, a mandarinas, a mar, a primavera, a madera, a rotulador, a ropa recién planchada, a casa. Y no me gusta cuando huele a pintura, a barniz, a disolvente, a gasolina, a coche, a alcantarilla, a champiñones, a coliflor cociéndose. Lo que mola ponerse un jersey que huele al suavizante de tu casa. O salir después de que haya llovido y respirar el olor a tierra mojada. Si, eso mola mucho. No me gusta meterme a la cama con los pies fríos. Por mucho que los mueva no se calientan. Y luego tienes todo el cuerpo calentito pero los pies no, y con eso ya se jode todo el asunto. No me puedo dormir, no puedo pensar, no puedo nada. Cuando me pasa eso, que no sé porque me pasa, igual tendré mal la circulación, los meto en la ducha con agua hirviendo. Y ya se me pasa. Porque tampoco me gusta nada meterme con los calcetines en la cama. Eso nunca es una opción. No me gusta salir de la ducha y que de repente el polo norte haya invadido mi baño. Ni tampoco salir a la calle, respirar, y que salga vaho de mi boca. Y no me gusta nada que se me enfríe la punta de la nariz. Se pone roja y queda feo. Y además no hay gorros para la nariz. No me gusta ir andando por la calle y resbalarme todo el rato y parecer un pato. La gente me mira raro, y lo paso mal. Por eso hay que elegir bien el calzado. Es más importante de lo que parece. Y no me gusta nada correr cuando llueve o ha llovido y está el suelo mojado, porque siempre tengo la sensación de que me voy a meter una hostia importante, y lo paso mal, sobre todo si llego tarde al bus, y tengo que correr como si ni hubiera mañana. No me gusta el hielo. Por debajo de cero grados el agua deja de molar. Es duro, demasiado frío, y hace daño. En el suelo hace que te caigas, si te lo tiran jode que te cagas, y si lo intentas morder te duelen los dientes y las encías. En general, el hielo para mí es algo prescindible. No me gustan los autobuses en general, y el 2314 y el Pesa en particular. El 2314 porque siempre va lleno, no te puedes sentar, y cuando no vas sentada, corres un gran riesgo de caerte porque conducen fatal los conductores. El Pesa, porque siempre está el aire acondicionado puesto, y joder, me congelo. Porque no hay espacio para las piernas, y no puedes echar para atrás el asiento porque sino molestas al que va sentado detrás de ti. Y sobre todo porque según quien te toca al lado, invade tu espacio vital, porque los asientos están mega juntos, y eso me estresa mucho mucho mucho. Ah, y tampoco me gusta como huelen. No me gustan los domingos. Son un día de transición, totalmente carentes de interés, tediosos. No me gustan los pijamas con botones. Si te pones boca abajo se te clavan y es incomodísimo. No me gusta que la gente silve en casa. Me pone nerviosa. No me gusta salir a la calle y que haga un sol de cojones, y de repente luego ya no. No me gusta abrir el armario de los cereales y ver que no quedan cereales. O chocolate. No, eso no me gusta nada. No me gusta pensar que ya es miércoles, y que en realidad sea martes. El horario me vuelve loca. No me gusta que se escuche el tic-tac de los relojes. Me vuelve majara. Mi aita me compró uno que se supone que no hacía ruido porque iba todo como continuo ¿no? no en plan a golpes, el segundero digo, pero total que el mecanismo interno hacia ruido y lo tenía que meter en un cajón, y pues vaya chufa. No me gusta el atún. No el que viene en latas lleno de aceite pringoso. Me gusta el fresco, hacerlo en la sartén, y echarle mayonesa. O no. Y también mola con tomate. Pero las latas esas, son un puto fraude. La sopa de pescado me parece uno de los platos más asquerosos que existe. Y que no me engañen, aunque digan que es un manjar, en realidad saben que no. O eso, o están todos locos. El bacalao lejos. Y por favor, nada de ojos, sesos y esas movidas. Eso no es comida ¿e? Que no nos engañen. No me gustan las alturas. Me mareo y me siento super frágil, y siento que en cualquier momento me voy a caer. No me gustan las atracciones, ni los toboganes grandes, ni nada de esas cosas. Es triste, pero es así. Que no me den la lata. No me gusta volar. No entiendo como esos aviones se mantienen en el aire. Subir en un avión es algo que me supera. Sólo he subido dos veces en la vida, y he flipado de lo mal que lo he pasado. Al principio. Luego me gustaba mirar por la ventana. A veces no me entiendo. Pero la sensación es realmente claustrofóbica. Pensar que si quieres bajarte no puedes porque estás rodeada de kilómetros de aire, y debajo la tierra, a una distancia letal. Es cómo para marearse. Pero el invento mola, todo hay que decirlo. No me gusta esta ciudad. Ni el gris de las paredes y las aceras. No me gusta cuando no hay colores, cuando el mundo deja de sonreír. No me gusta cuando no oigo esas canciones. Y no me gusta alejarme de su voz. No me gusta que se me escapen las horas, no saber nada de él, tenerles tan lejos. No tenerla a ella aquí, conmigo, en todos lo segundos. No me gustan las mentiras, los juegos sucios, las malas maneras. No me gusta la gente no real, los que están por interés, los que no se quedan en los malos tiempos. No me gusta cuando él me chilla o se medio enfada conmigo. Lo paso realmente mal. No me gusta estar mucho tiempo lejos de ellas porque entonces todo me cuesta un poco más. No me gusta verlas llorar, ni ver que sufren y no ser capaz de llevarme su dolor. No me gusta mirar por la ventana y no ver los campos verdes. Esos que siempre echo de menos. No me gusta no ser capaz de hacerlo. Quedarme quieta, no romperlo.




- Admite que te gusta.
- Si, bueno. Es un tío interesante..
- No, te mola. Te mola un huevo, te lo noto.
- Sí, vale. Me mola. ¿Qué pasa? ¿Hay algún problema?
- ¡Es que lo sabía! ¡Lo sabía! Siempre igual. Siempre te pillas del más gilipollas. Es idiota. ¿No ves que es idiota? Te va a joder, te va a joder.. Mierda, lo sabía.
- A ver tía, tranquilízate. ¿Porque te pones así? No le conoces. El otro día estuve hablando con él. Es majo. Parece buen chaval.
- Siempre dices lo mismo. ¿No te das cuenta? ¿No ves que siempre es igual? Siempre te pillas de cualquier imbécil de mierda, y luego acaba mal, siempre acaba mal. Y me tengo que comer yo toda la mierda. Y mira que te lo aviso.. mira que te lo digo, pero tú ni caso. ¡Nunca me escuchas! Dios, esto me saca de quicio. No lo soporto.
- ¿Me vienes con esas? ¿Ahora el problema que es que me tienes que aguantar? ¿Es ese el problema? ¡Pues no lo hagas! Pasa de mí. ¿Es mi puta vida no? Ya sabré yo lo que hago, soy mayorcita. ¡No te jode! Ahora no podré quedar con el que me da la gana porque luego ella tiene que tragarse mis penas. ¿Somos colegas o no somos colegas? ¿Yo no he estado ahí cuando has estado mal? Tú también te equivocas, ¿o a caso eres perfecta? Venga tía, no me revientes. Lo que me faltaba por oír. El problema no es ese, no, ese no es el problema. Ya sé lo que te pasa.
- ¿Qué, a ver, qué me pasa? Tú que lo sabes siempre todo, ¿qué me pasa?
- Nada. Déjalo tía, vamos a acabar mal. No quiero seguir discutiendo. Quiero estar sola. Necesito tomar el aire. Me piro.
- No, no te piras. - La agarró del brazo para que no se diera la vuelta. - Ahora me lo sueltas.
- Que llevas muchísimo tiempo sin estar con un tío. Que no soportas que yo ligue y tú no. Que siempre estás sin plan. Estás sola. Siempre estás sola porque no tienes con quien quedar. Ya ni siquiera sales los sábados. Las demás tienen pareja y tú sigues sola. Y yo intento encontrar a alguien ¿sabes? Aunque no sea fácil, aunque me tenga que tragar a mil gilipollas. Igual el mil y uno es el adecuado. Pero tú ni siquiera lo intentas. Y no somos niñas, ¿vale? Ya no somos dos chavalas. Tenemos treinta años joder. Y la vida está ahí fuera. Y hay que vivirla. Aunque sea a trompicones.
Se quedó callada. Le daba miedo su reacción. Cuando se cabreaba podía ser muy cruel. Se ponía a gritar y a soltar de todo. Era como un terremoto. Arrasaba todo lo que pillaba por delante. Pero no estaba gritando. No se había inmutado. Estaba totalmente quieta. Callada. Mirándola fijamente. Con los ojos llenos de lágrimas. Se preocupó. Igual se había pasado. Tampoco había sido su intención hacerle daño.
- Alex, yo.. no, no quería decir eso.
- Sí, sí que querías decirlo.
- Lo, lo siento mucho.. no.. ha sido la situación.
- Eres idiota. Te odio. ¿Nunca te vas a dar cuenta no?
- ¿De qué?
Le daba miedo mirarla a los ojos. Veía un dolor, un amargor tan inmenso que no se sentía capaz de enfrentarse a ellos.
- Joder.. de que te grito así porque no puedo más. Porque no lo soporto. Que llevo seis meses sin salir los sábados, porque no soporto verte bailando con tíos, hablando con ellos, dándoles tu número de teléfono o yéndote con ellos de la mano. No soporto que quedes con ellos, no soporto saber que estás con alguno. Cuando quedamos para cenar, y vienes de estar con algún ligue, y me cuentas como ha ido, me vuelvo completamente loca. Y más cuando todo sale mal, y lloras en mi hombro. Que no es porque no quiera tragar tus penas joder, es que quiero que tus penas sean las mías. Quiero ser yo la que te haga llorar, más aún, quiero ser yo la que te haga no llorar. Todos esos hijos de puta que pasan por tu vida sin valorarte, sin respetarte, y ya ni hablemos de quererte. No te quieren nada. Te tratan como a una más.  Y tú no te das cuenta. Y te da igual. Y yo estoy aquí, muriéndome por dentro, aguantando en silencio el peso de quererte. De quererte de una manera que ya no soporto. No soporto ver como te hundes, ver como te haces eso a ti misma. No soporto hablarte, aconsejarte y que no me escuches, y que todo vuelva a ser igual. No soporto otro nombre más, otro tío más. Ya no puedo. Ya no. Me he vuelto loca. Ya no puedo más. Cuando nos quedamos a ver una peli, y me hablas todo el rato de alguno, y de que te gustaría vivir algo así con él, quiero que el mundo se acabe. Quiero desaparecer. Porque yo daría cualquier cosa por hacer que tu vida se pareciera a una de esas películas. Y si no lo consiguiese me inventaría una película propia, y tú siempre estarías feliz. Pero no me quieres. Y ya no soporto que no me quieras. Ya no soporto estar a tu lado y ser sólo tu amiga. Y si, estaré sola. Muy sola. Pero no he podido evitarlo. No he ido a buscar a nadie, porque no he podido sacarte de mi cabeza ni un sólo segundo. No quería a ninguna otra. Te quería a ti. Y sin ti, nada me valía. Y eres idiota por decirme esas cosas. Idiota por no darte cuenta. Idiota por tratarme siempre tan a la ligera, por dar por hecho que siempre estaré para que llores en mi hombro. Y dan igual las veces que me has dejado plantada para irte con un tío. Eso da igual porque yo siempre estaba ¿no? Por mucho que me estuviera ahogando lentamente, yo siempre estaba. Pues ya no puedo más. No puedo más. Y no creo que consiga dejar de quererte nunca. Pero me voy a ir. No quiero que sigas en mi vida, porque me estás matando. Es demasiado duro. No puedo más Sam. Cuídate mucho por favor. Y valórate más. Si no lo haces tú, ellos no lo harán por ti. Créeme. Espero que algún día alguien te ame tanto como yo te amo en este mismo momento. Así, aquí. Gritando de dolor, muriéndome por dentro. Desangrándome por ti. Completamente loca, y sin límite ninguno. Y que te haga la mujer más jodidamente feliz del mundo. Lo espero de corazón. 
Se quedó callada. La miró a los ojos. Los tenía tan rojos que no parecían los suyos. Pero sí, eran sus ojos. Complemente llenos de amor, completamente llenos de dolor. Y la miraban. Y ella no podía sentir, no podía pensar. Estaba petrificada. Congelada en ese sitio concreto del espacio, sin poder moverse. No tenía gesto ni expresión. Era una piedra. Alex tragó saliva. Suspiró. 
- Adiós, Sam. Te deseo lo mejor.
Y salió por la puerta. El golpe al cerrarla retumbó en toda la casa, y el silencio que quedó pesaba más que el plomo. Sam reaccionó de golpe, y salió al balcón. Vio a Alex salir del portal, y empezar a caminar hacia la parada del metro. Iba rápido, como si quisiera escaparse de alguien que la estuviera siguiendo. Sabía porque lo hacía. Era la única manera de dejarla atrás. Sin mirar, sin detenerse. Sino quizá las fuerzas le fallarían. Y no podían fallarle. Desapareció de su campo visual. Se fue a la cocina a hacerse una tila. Estaba alterada. Completamente alucinada. Y no recordaba haber tenido tantas ganas de llorar nunca antes en la vida.

Welcome to heartbreak.


- ¿Porque siempre te quedas ahí, como lejos?
No se esperaba la pregunta, pero sabía cual era la respuesta.
- Porque si me acerco a tu oído, igual susurro palabras que jamás debería pronunciar. Por eso prefiero mantenerme a una distancia prudente. Ya sabes, eres demasiado irresistible. - Le dijo bromeando.
La miró, entre curioso y asombrado.
- Eso hasta que no puedas evitar acercarte.
- No te preocupes, creo que seré capaz. - No iba a dejar que su prepotencia ganara terreno.
- Yo no lo creo. En absoluto.
- Bueno, ya lo veremos.
- Sí, lo veremos.
Él se dio la vuelta sin apenas inmutarse. No podía leerse nada en sus ojos, aunque sus labios, ligeramente curvados hacia la derecha, indicaban algo más de lo que pretendía mostrar. Ella se quedó observando cómo se alejaba. Le miraba descaradamente el culo. "No es de los mejores que he visto", y se dio la vuelta pensando que eso, en realidad, daba igual.  Que el simple hecho de tenerlo en el campo visual ya le aceleraba el corazón, y cuando pasaba cerca no era capaz de respirar. Pero por nada del mundo se lo diría jamás. Eso nunca.

Monday, October 14, 2013

Quizá durante un segundo
su inocencia encontrada
y su capacidad de ensoñación
la hicieron
imaginar
cosas que
quería que pasaran
creyendo
de verdad que podrían pasar.

Un segundo.
Y PUM!
Su realismo crónico
llego para ponerle los pies en el suelo.

Sus ojos no te cuentan nada.
Solo hay distancia
entre él y el mundo exterior.
Un muro de hierro
que nadie salta.

(Y ella no iba a ser
diferente.
Al menos eso pensaron todos.)



Mi soledad y yo
atrincheradas cada noche
en el borde del colchón.

Esperando a que ella llegue..
Pónmelo en replay,
debajo de la mesa.
Que no sepa de donde viene.
Y que suene..
Eso de polvo a primera vista
tiene muchísimo más sentido.
Todo sigue siendo la misma jodida mierda,
con variaciones
intermitentes
que te va regalando el día.

Y digo jodida mierda
en plan,
qué le estamos haciendo el mundo,
qué mierda le pasa a esta sociedad,
que asco de todo.

Ella me falta.
Me falta ella.

Mi eterna musa,
mi estrella.

Despierta en mi un tipo de emoción
intensa,
brutal,
jodidamente desgarradora,
justo en los bordes del alma.
Me despierta de una manera
que siento que el tiempo se me escapa
y no hay segundo aprovechado de verdad.
Me despierta de manera que
sólo quiero correr
y no volver a los lugares
que me encierran sin quererlo.
Me despierta...
y quiero un mundo nuevo.
O lluvia, o sol, o pereza...
Todo influye, todo transforma...
El alma no tiene justicia,
la sensación no tiene forma.

F. Pessoa
Lo que tiene que no ser
en algún lugar será, si lo pensé; todo lo demás es sueño.

F. Pessoa
Ponerla a cuatro patas no tiene ningún mérito.
El mérito es
besarla en la frente
y hacerla temblar.

Ella no besaba en la boca,
besaba directamente en el corazón.

Sunday, October 13, 2013

Es esa clase de persona.
Entra en cualquier sitio
y todos se giran.
No hay lugar donde pase desapercibida.
No hay manera.
243.

Quien quisiera hacer un catálogo de monstruos, no tendría más que fotografiar en palabras las cosas que la noche trae a las almas soñolientas que no consiguen dormir. Esas cosas poseen toda la incoherencia del sueño sin la disculpa incógnita de que se está durmiendo. Sobrevuelan como murciélagos la pasividad del alma, vampiros que chupan la sangre de la sumisión.

F. Pessoa
A oscuras
y al revés.
Voy a ponerme a escribir,
pero no voy a tener piedad.
Voy a hablar de la soledad,
de la mierda
que se esconde
detrás de los te quieros,
voy a citar a Pessoa,
a recorrer la saudade más profunda
del corazón,
voy a llegar hasta las fronteras del alma,
a llorar palabras,
a rasgar lo imposible con la punta de mis dedos,
y voy a contar
el dolor tan intenso
que puede encerrar un sólo nombre.

Ha dejado de ser el prólogo de mis lunes.
Y ahora los domingos,
ya no llevan su nombre.
No es que sean peores.
Sólo son distintos.
Sin besos en el andén,
sin abrazos
al filo
de que el reloj marque la media.
Son domingos
que se llenan de resignación,
de rutina.
De mi misma.

Saturday, October 12, 2013



I'll just run away, I'll just run away..
Ni siquiera escribiendo lo consigo.
Me bebería una cerveza,
pero no puedo.
Prescripción médica,
y todos esos rollos.
Ya van tres años.
Joder,
la echo de menos.
Quizá si me emborrachara
entendería.
Quizá si me emborrachara
me encontraría.
No sé donde estoy.
No tengo ni idea.
Nunca me había sentido
tan puesta del revés.
Cómo si tuviera
las entrañas por fuera.
Jodidamente frágil.
Jodidamente vacía.
Y no digo que no haya hueco para las sonrisas,
no, no digo eso.
Sólo digo
que ahora mismo
sonreír me cuesta más
que levantar
doce cajas
de leche de un litro.
Es cómo si mi cara
no se acordara
de cómo va
el asunto.
No me sale natural.

Son como dientes,
como uñas que desgarran.
Y se quedan ahí, mirándote,
mientras tú,
intentas
a la desesperada
hacerlos desaparecer.

No se irán.
No se van a ir nunca.

Toda esa mierda,
que se acumula en las fronteras de tu alma.
Si jode,
jode y punto.
Y si hay que gritar,
me dejo la garganta.

Friday, October 11, 2013

Thursday, October 10, 2013

Me quedo en la mitad,
aquí ya no pueden tocarme.
Que se vayan todos a tomar por culo,
me voy a poner a leer,
ya sabes,
a drogarme.
Cuentos de hadas, y toda esa mierda.
Que se la fumen otros.
Sorprender a tu ama el día de su cumple
con una caja de bombones y un zumo de naranja.
Las sonrisas de ellas.
El olor a hierba mojada.
Las calles de tu pueblo.
Un jueves que es viernes.
Amor a borbotones.
Albergo en el pecho, como a un enemigo que temo ofender, un corazón exageradamente espontáneo. Que siente todo lo que sueño como si fuese real, que acompasa con el pie la melodía de las canciones que mi pensamiento canta, canciones tristes, como las calles estrechas cuando llueve.

F. Pessoa

Wednesday, October 9, 2013

Son lágrimas que quieren salir, pero no salen.
Gotas de mar que quieren caer, pero no caen.
Son témpanos de hielo en el borde del alma.
Una mirada,
eternamente agua.
Si me pongo a leer a Pessoa creo que ya caeré del todo.

"Se helaron todas las manos cruzadas sobre los pechos.
Se ajaron más flores de las que había en el jardín.
Mi manera de amarte es una catedral de silencios escogidos,
y mis sueños una escalera sin principio pero con fin."

Así escribe.
Así le leo.
Y en mi pecho,
la saudade más terrible jamás imaginada.
Y ni siquiera sé de qué..
Hijos y perros.
Y eso del hombre de mi vida y tal,
puede quedarse en standby.

Intermitente.
Como la luz naranja de los semáforos.
Ahora sé,
con una certeza irrefutable,
que el único amor inmortal
es aquel que se sella con vínculos de sangre.

¿Y qué coño es el amor?
Una ilusión que se escurre
por el espacio y el tiempo.

Siento tedio,
hastío.
Un vacío tan grande,
que sólo me queda
cagarme en todos
los absurdos ideales
que nos quisieron vender.
He dejado de creer en el "y fueron felices para siempre". En ese amor eterno que nos venden en películas de Hollywood.

Y si te soy sincera, me da miedo.
This is nuts. What the fuck is wrong with us? When you give up, it's over. But I'm pretty sure it was already over. Fuck.
We've given up on us. There's nothing else to save. It feels like.. like.. it's over forever. I can't even think of that.. it hurts too much.. deep inside.. in that exact inch, in that exact spot.. but.. but.. if we love each other, the way we say we do, why aren't we together? We're lettin' us go.. lettin' us go to a place where there's no chance of comin' back. When you reach the point of no return.. it's done.
Everything's a mess inside my head.
And I'm so fuckin' tired.

Trancazo.
En la garganta
y en el alma.
Todavía sigo imaginándomelo,
entrando vestido de esa manera,
mientras suena
esa canción que hicimos nuestra.

¿Y si no suena?

Entonces cuál será, qué será..



Su ausencia lo llena todo.
Y las mañanas se me escapan.
Y los sueños..
.. los sueños son oasis
intermitentes en un eterno desierto.

Tuesday, October 8, 2013

Esa canción en replay.
Tú llamándome pesada.

Ahora a través de los cascos.
Sin ti.
Y yo con ganas de llorar.

Y quizá un día nos emborracharemos.
Y bailaremos al son de esta canción.
O cualquier otra.
Y entonces,
quizá nos quedemos para siempre,
tumbados en un colchón que lleve nuestros nombres,
y al que siempre le de el sol por las mañanas.




Tú, por si a caso,
no me olvides.
Nos dejamos aquí,
en la intersección sin direcciones.

Quizá coincidamos en algún stop,
y volvamos a bebernos.
Fragilidad a este lado del colchón.
En el otro,
late tu ausencia.
She felt happy these days, yet there was always an undercurrent of sadness just below the surface.

Diane Chamberlain

Monday, October 7, 2013

Las mañanas de los lunes ralentizan la vida.
Párpados caídos,
bostezos programados.
Es como si el mundo
no estuviera girando.
Pero gira.
Y tu te mareas.

Las hojas de una margarita
esparcidas por el suelo.
¿Me quieres?
¿Te quiero?
Las mismas preguntas en bucle infinito.
Y contigo.

J't'ai attendu 100 ans dans les rues en noir et blanc. 
Tu es venu en sifflant.

Sunday, October 6, 2013

Darle la vuelta.
Encontrarte.
Y saber que la locura
es el mejor lubricante.

Saturday, October 5, 2013

Cualquiera hora es buena para escribir.
Por ejemplo esta.
Las nueve menos algo,
dentro del mismo autobús,
haciendo el mismo recorrido,
sentada en el lado derecho,
pegada a la ventana,
con el cuaderno en la rodilla,
aún medio dormida.
El precipicio siempre está en el borde.
No obvies la obviedad.
Bastan dos segundos
para que todo tu mundo
se derrumbe
de golpe y sin previoaviso
un viernes cualquiera.
Mi mirada esconde verdades
que soy incapaz de pronunciar.
Palabras malditas
escritas en el vértice de un folio.
Secretos que navegan
en silencio
entre el ayer y el mañana.
Dicen que el hoy es lo que cuenta,
¿te lo cuento?

Thursday, October 3, 2013

'He's not that into you', debería ser nuestra Biblia.
- Y entonces me dijo que me llamaría, ¿sabes?, y bueno, yo le había dado mi número, pero él el suyo no, y no sé eso me mosqueó un poco ¿no?, pero bueno, le dije que vale, y parecía que todo había ido bien, así que salí de su casa bastante tranquila, y hasta ahí todo guay, porque la noche había sido una pasada, y el tío parecía buen chaval, pero claro, una nunca sabe ¿no?, porque a saber lo que te puedes encontrar por ahí, que hay mucho hijo de puta suelto, y seamos realistas, tíos decentes hay pocos, y pues bueno, yo no las tenía todas conmigo, pero respiré hondo y pasé del tema.
- Respira cariño. ¿A ver y que ha pasado? ¿No te ha llamado?
- ¡Qué me va a llamar! Vamos, no sé nada de él desde que me fui de su keli, y ya ha pasado una semana. Pensé en llamarle ¿sabes? Pero luego pensé, ¿para qué? No se puede esperar mucho de un tío que te dijo que te llamaría y no te ha llamado. Y ya no me valen excusas, porque en una semana tienes tiempo seguro para llamar un momento, pero no, nada, cero, ni un mensaje, y claro, pues yo histérica los dos primeros días, pero luego ya dije, pasando,¿ porque qué podía hacer? pues nada, poca cosa, porque él no me dio su teléfono, mira que listo, y claro, pues nada, la única manera de volver a hablar era que él me llamara, y no iba a aparecer en su casa en plan skizo, y pues no sé, yo qué sé, otra vez lo mismo, y ya estoy super harta, pero vamos, que este ya no me torea más.
- Joder, que hijo de puta. Otro cabrón más.
- Sí tía, otro cabrón más, que te follan y fuera, que vale, yo también quería tirármelo, pero estuvimos bien no? y no sé, quedar para tomar un café, o echar unas birras, no sé, hablar un poco... es que parece que si quieres volver a verles es porque  te has enamorado, y vamos, ni de coña, no es eso, pero que se les va la olla, que ellos no quieren hablar, que piensan con la polla y fuera ¿no?, y ya estoy harta, porque todos son iguales, y no sé para qué me complico la vida. A la próxima no me quedo ni a dormir, me lo tiro y salgo por patas, y que le jodan. Y si de verdad es el hombre de mi vida, ya me buscará ¿o qué?
- Si, tía. Que les jodan a todos. Toma, fuma.
- Joder, sí, que me he quedado sin aire. 
Le dio una calada al pitillo. Miró hacia el horizonte. 
"Esta guerra civil,
este mano a mano,
estos moros y cristianos,
este muro de Berlín."
Estaba pensando
que quizá
a veces es necesario
darse la vuelta,
quedarse quieta,
dejar de estar en vertical.

Buscar otras coordenadas
en los gestos de otra cara,
y dejarse llevar.

Estaba pensando
que quizá
la huída
es la única victoria
cuando el reloj
sólo sabe
contar cuenta atrás.

Cambiar de piel,
que no de alma.
Y volver a empezar.


Por las rendijas
se escapan versos
incompletos
que hablan de ti.

No puedo acabarlos,
no me quedan fuerzas.

Si quieres saber lo que cuentan,
búscalos en las rendijas.
Soy Alicia en el país de las pesadillas.
Sin trampa, ni cartón,
sólo con papeles.
Fue sólo una sombra,
un fantasma.
Persistente,
tenaz,
ineludible.
Echo de menos la lluvia.
Limpia las calles,
y los corazones.
Siempre me jodieron más los martes que los lunes,
no me preguntes por qué.
Y los domingos fueron un desierto,
hasta que llego él.

Ahora vuelven los desiertos.
Los martes eternos.
Y los párpados
que no quieren abrirse.

Ellos están en Zaragoza.
Los otros andan por el sur.
En esta habitación el mundo me parece demasiado pequeño.
Dame una furgoneta,
quiero salir de aquí.

Wednesday, October 2, 2013

No concibo algo
que vaya más atado
al amor
que la libertad.

No puedes decir que amas a un pájaro,
y encerrarlo en una jaula.
Pues si lo amas de verdad,
tienes que dejarlo volar.
Y que vuelva cuando quiera.

Quitarle a alguien su libertad,
es matar su esencia,
su razón de ser,
su existencia.

Confundimos demasiadas veces,
amor con necesidad.
Y quien ama como se ama al mar,
al pájaro,
al viento,
no necesita,
no depende,
simplemente ama.
Y no hay más.

Una canción a medias.
Ojeras en el corazón.
Desde entonces odio más el lado izquierdo de la cama.
Me doy la vuelta,
tú no estás nunca.
Y tu vacío en el colchón llena toda la habitación.

Tuesday, October 1, 2013

Deberíamos leer más a Chomsky.
A cualquier autor que cambie la perspectiva.
Mirar en otra dirección.
Y empezar a bailar bajo la lluvia.
Porque sé,
con una certeza que me saca de quicio,
que si se pone frente a mí,
le voy a sonreír.
"Perdonar a alguien que te ha jodido es duro, pero es más duro saber que le puedes perdonar."

Salió del bar corriendo en cuanto oyó golpes y gente gritando. Era habitual que los sábados a la noche se formaran peleas entre borrachos. Siempre había alguno que hablaba de más, o empezaba a meter cizaña, y claro, el alcohol no perdonaba. Parecía que se había liado una buena. Se juntó con los curiosos que salieron a mirar, y la escena la dejó totalmente planchada. Allí estaba él, en mitad de la calle, rodeado de otros cinco tíos, tirado en el suelo mientras no dejaban de darle patadas. No podía creerlo, ¡le iban a matar! ¿Cómo era que nadie hacia nada? Díos mío, tenía que hacer algo, ¿pero qué?
- Joder, ¡que le van a matar! ¡Que alguien haga algo!
- Llevan navajas, y el más grande nos ha advertido que cualquiera que se atreviese a entrar acabaría rajado. Hemos llamado a la poli, pero no llegan. 
- Panda de inútiles, ¿y pensáis dejarle sólo? Me cago en todo, voy a entrar.
- Estas loca, te van a matar.
- Pues que me maten. - Y empezó a correr. 
Entró dentro del círculo de tíos y se agachó junto a él. Estaba semi-inconsciente, sangrando por la nariz y por la boca, y con un ojo completamente morado. Ni siquiera se acordó de los tíos. No oía nada, no veía nada más allá de él. No sabía cuanto tardaría la policía y él necesitaba una ambulancia. Le habían pateado todo el cuerpo y no reaccionaba. Le puso la cabeza encima de su regazo e intentoó protegerle de los golpes.
- Quita de ahí canija de mierda, o acabarás cómo él. - Le dijo uno de ellos, en un tono fiero que podía hacer temblar a cualquiera.
- Déjame en paz, mamón. - Y siguió abrazándole, e intentando pararle la hemorragia de la nariz. No podía soportar verle así. Tenía ganas de llorar, de gritar, de cogerle en brazos y llevárselo de allí. De repente, sintió un golpe fuerte en la espalda, y cayó rodando hacia un lado. Luego alguien le golpeó la tripa y sintió que iba a reventar de dolor. Intentó levantarse, pero justo cuando consiguió ponerse de rodillas la volvieron a empujar. Joder, le estaban dando bien. Pero tenía que levantarse, tenía que llegar a él. Tenía que protegerle. Oyó más golpes, y pensó que acabarían con él. Un grito de dolor cortó el aire, y a ella le dolió más que cualquier empujón, que cualquier patada. Era él, agonizando en su semi-inconsciencia. Se levantó con una agilidad nunca antes demostrada y se tiró encima de él sin pensárselo dos veces. No iban a tocarle. No mientras ella siguiera respirando. Cerró los ojos, y se apretó fuerte contra su pecho. Ya no sentía nada, sólo era consciente de su cuerpo bajo el de ella, del olor a sangre, de su silencio. Una angustia incontrolable la agarró el pecho. Se acercó a su nariz, y se aseguró de que seguía respirando. Dejó de sentir golpes en la espalda, y parecía que se oía menos ruido. A lo lejos, le pareció oír una sirena. ¿Sería verdad? Sí, era verdad, llegaba la policía. Los cinco tíos, y otros tres más, intentaron salir corriendo, pero entonces, la gente que no se había atrevido a intervenir, se tiró encima cortándoles el camino. Le daba igual lo que pasara. Le daban igual esos tíos, le daba igual la gente. Sólo quería cerciorarse de que él estaba bien, de que él estaría bien. Tenía golpes en las costillas y en la espalda, pero no sentía el dolor. Una preocupación atroz la devoraba. Se incorporó y le miró a la cara. Estaba destrozado. Le sangraba la cara por todas partes. Tragó saliva, mientras se le formaba un nudo en la garganta. Le cogió la cabeza otra vez y se la puso en su regazo. Se agachó para hablarle, a ver si conseguía que reaccionara.
- Te vas a poner bien, ya verás. - Se le habían humedecido los ojos. Verle en aquel estado le partía el alma en dos. - Te vas a poner bien, tienes que ponerte bien, ¿vale? ¿Puedes oírme? Por favor... por favor, abre los ojos.
Le costaba respirar con dificultad, pero al menos seguía respirando. No podía creerse que estuviera allí tumbado, inconsciente, y con la cara totalmente destrozada. Llevaba tiempo mirándole, intentando acercarse a él, pero nunca había entablado una conversación. Era difícil, porque no compartían círculos de amistad, y tampoco coincidían mucho. Un día le miró, y desde ese día no había conseguido dejar de mirarle. Estaba como obnubilada, completamente atontada. Le miró a la cara. Suspiró. Le acarició suavemente la mejilla izquierda. 
La ambulancia ya había llegado. Se acercaron a él, comprobaron que efectivamente respiraba, aunque con dificultad y le subieron a la camilla. Ella se levantó, y se quedó con él agarrándole la mano.
- ¿Qué le ha pasado?- Le preguntó el enfermero, mientras intentaba asentarle la cabeza y ponerle bien los brazos.
- Le han dado una paliza.. eran cinco tíos.. le han dado patadas, y de todo.. y le sangraba la nariz, he intentado tapársela pero seguía sangrando.. y.. y la boca también.. lleva un rato sin reaccionar.. y le cuesta respirar.. ¿por qué le cuesta respirar?.. ¿se va a poner bien?.. dime que se va a poner bien. - Estaba temblando de arriba abajo de la angustia que tenía.
- Tranquila, respira. Si, se va a poner bien. Pero ahora tenemos que llevárnoslo.
- Sí, sí.. vale..
Se acercó a la camilla y vio que había abierto un poco los ojos. Le miró y le temblaron las piernas.
- Te vas a poner bien ¿vale? Ya verás.
Intentó incorporarse un poco pero resultó inútil. Giró la cabeza para mirarla mejor. Le dolía el cuerpo entero. Le acarició la mano levemente y la miró a los ojos. Le costaba respirar y tuvo que hacer un esfuerzo enorme para pronunciar la frase.
- Sí.. me voy a poner bien.. tengo que ponerme bien, para besarte.. para besarte y no soltarte. - Tosió, y volvió a cerrar los ojos.
Los enfermeros empezaron a empujar la camilla, y tuvo que soltarle la mano. Vio cómo le metían en la ambulancia con el corazón encogido. Se quedó allí parada, mientras veía como se lo llevaban. Le dolía el cuerpo entero, pero no importaba. Sonreía.