Y no es mi culpa,
si su sonrisa sabe a casa,
y si habla de esa manera,
y si tiene esa mirada
que sólo le quieres abrazar.
Y no es mi culpa si le echo de menos
de aquí a la luna y más.
Es su culpa,
por ser tan genial.
Tuesday, December 31, 2013
Monday, December 30, 2013
Las agujas del reloj ya van gruñendo
que es hora de irse a dormir.
Las agujas del reloj
o lo que sea
que mueva los
números
del reloj de mi portátil.
Quizá el sueño tarde aún un poco más en venir.
Quizá tenga un motivo más para que me cueste dormir esta noche.
Quizá no debería.
Pero lo sigo haciendo.
Que te puedo contar un montón de historias, y hablarte de mogollón de cosas que no te van a importar, y darte datos, y repetirte cuentos, y pasarme así más de mil horas. Llenarlo todo de paja. Camuflarlo.
Cuando en realidad lo único que quiero decirte
se resume en tres palabras:
quiero más tú.
Y lo demás, me la suda un rato.
Sunday, December 29, 2013
Por aquí todo sigue igual. Ama sigue poniéndose nerviosa cada dos por tres, y grita y hace que todo sea un caos. Sigue cocinando compulsivamente, y diciendo cosas que no tienen sentido pero que nos hacen reír. Aita está como siempre. Casi parece que no ha envejecido. Yo le sigo viendo igual. Igual de tranquilo, igual de sensato. Sigue siendo mi equilibrio. Eneko, bueno ya sabes como era. Sigue yendo a su bola, hablando de cosas que no entiendo, y creciendo cada día un poco más. Es más alto que yo ya. Bastante más alto. Y si le vieras ahora no le reconocerías. Era un crío cuando tú le conociste. Ahora es un mini clon de aita. Pero nos seguimos riendo, y nos llevamos mejor, y parece que nos cuesta menos eso de ser hermanos. Le sigo queriendo más que a mi vida. Y yo, bueno, yo voy sobreviviendo. No puedo quejarme, aun respiro y eso es bastante. Volví a recaer. Y aquí sigo, intentando salir del todo, pero sin conseguirlo. Sigo teniendo pesadillas, y el insomnio se acentúa por momentos. Sigo teniendo miedo. Sigue sin gustarme la nieve, y sigue sin gustarme madrugar. Pero contigo hasta eso era distinto. Sigo sintiendo que subir las escaleras ya no es lo mismo. Todavía siento tu vacio a un lado. Sigo mirando hacia arriba cuando estoy en el paso de cebra, esperando que tus ojos me miren desde los barrotes del balcón. Y ver que no estás sigue doliendo. Sigo sin poder quitarme de la cabeza la carita que ponías cuando me veías. Y la cara que ponía yo cuando aparecías corriendo por cualquier esquina, a una velocidad de vértigo, en busca del sonido de mi voz. Sigo escribiendo. Igual que cuando me conociste, sólo que con los años escribo cada vez más. Sigue siendo mi vida. Y mi forma de liberarme de toda la mierda. Y sí, mi ángel, sé que lo sabes, pero te lo diré otra vez: sigo escribiendo por ti. Sigues siendo mi inspiración, mi musa peluda y de colores. Sigo pensando que hay heridas que no se curan con el tiempo. Y sigo sintiendo que hay amores tan enormes que no caben en un sólo corazón. Por eso duelen.
Sigo queriéndote a muerte en todos los segundos de todas las horas. Sigo echándote de menos a morir: aquí, ahora, siempre. En la eternidad.
Friday, December 27, 2013
A John William Corrington
Enero 17, 1961
Hola, Sr. Corrington:
Charles Bukowski
Enero 17, 1961
Hola, Sr. Corrington:
Bien, a veces ayuda recibir cartas como la tuya. Ya son dos. Un joven de San Francisco escribió diciéndome que algún día habrá quien escriba libros acerca de mi, si esto podrá ayudar en algo. Bueno, no estoy en busca de ayuda, o praise tampoco, y no estoy tratando de ser pesado. Pero yo solía jugar un juego conmigo mismo un juego llamado isla desierta, y mientras estaba tirado en la cárcel, en la clase de arte o caminando hacia la ventanilla de diez dólares en las carreras, me preguntaba, Bukowski, ¿si tú estuvieras en una isla desierta, tú solo, y nunca ser encontrado excepto por pájaros y gusanos, tomarías una vara y rascarías palabras sobre la arena? Yo tenía que decir no, y por un rato esto resolvía un montón de cosas, y me dejaba seguir adelante y hacer un montón de cosas que yo no quería hacer, y me alejaba de la máquina de escribir y me ponía en el pabellón de caridad del hospital municipal, la sangre corriendo fuera de mis oídos, de mi boca y de mi culo, y ellos ahí esperando a que yo muriese, pero nada pasaba. Y cuando salía me preguntaba otra vez, Bukowski, ¿si estuvieras en una isla desierta? y etc; y sabes, pienso que era que la sangre había abandonado mi cerebro, o algo, y yo decía sí, sí, yo tomaría una vara y rascaría palabras sobre la arena. Bueno, esto solucionaba un montón de cosas porque me permitía seguir adelante y hacer las cosas, todas las cosas que no quería hacer, y me dejaba tener la máquina de escribir también; y desde que ellos me dijeron que un trago más me mataría, ahora le he bajado a dos galones de cerveza al día.
Pero la escritura, por supuesto, cómo el matrimonio, la caída de la nieve o las llantas de los autos, no siempre perdura. Tú puedes ir a la cama el miércoles en la noche siendo un escritor y despertar el jueves por la mañana y ser otra cosa totalmente diferente. O puedes irte a la cama el miércoles por la noche siendo un plomero y despertar el jueves por la mañana siendo un escritor. Este es el mejor tipo de escritores... Muchos de ellos mueren. Claro. Por sus arduos intentos; o por otro lado, porque se vuelven famosos y todo lo que escriben es publicado y ya no tienen que buscar más. La muerte tiene muchas avenidas. Y si a pesar de todo tú dices que mi material te gusta, quiero que sepas que si se vuelve roto, no será porque trate demasiado duro o muy poco, será porque me he quedado o sin cervezas o sin sangre. Para lo que sirva, puedo permitirme esperar: Tengo mi vara y tengo mi arena.
A Jon Webb
4 de Septiembre de 1962
Charles Bukowski
4 de Septiembre de 1962
Con respecto a la muerte de mi mujer el 22 de enero último, no hay mucho que decir, excepto que yo ya no seré el mismo. Quizá intente escribir sobre eso, pero está todavía demasiado cerca. Puede que siempre esté demasiado cerca. Pero aquella vez en el pabellón de caridad, años atrás, una chica mejicana que cambiaba las sábanas me dijo que se iba a acostar conmigo si yo mejoraba, e inmediatamente empecé a sentirme bien.
Tenía una sola visita: la mujer borracha de cara redonda y roja, una amante del pasado que a veces se bamboleaba contra la cama, y se iba sin decir nada. Seis días despues yo estaba manejando un camión, levantando paquetes de 20 kilos y preguntándome si la sangre vendría otra vez. Un par de días más tarde tomé el primer trago, ése que dijeron me mataría. Una semana más tarde conseguí una máquina de escribir y, despues de una pausa de diez años y de haberle vendido mis cosas a la revista "Story" y a otras, mis dedos se pusieron a construir un poema. O mejor dicho, una charla de bar. Esa cosa que no es lírica, que no canta. Los rechazos llegaron bastante pronto. Pero no me afectaron, porque yo sentía que en cada línea estaba diciendo algo. No para ellos, sino para mí mismo. ahora puedo leer muy poca poesía o muy poco de cualquier otra cosa. Bueno, la dama borracha que se bamboleaba contra mi cama la enterré el último 22 de enero. Y nunca vi a mi chica mejicana. Vi a otras, pero ella hubiera estado bien. Hoy estoy solo, casi afuera de todas ellas: de los glúteos, los pechos, los vestidos limpios como trapos nuevos en la cocina. No me tomes a mal, todavía tengo 1,80 y 90 kilos de posibilidad, pero yo podía mejor con la que ya no está.
Charles Bukowski
A esos hombres que intentan decidir sobre el derecho de abortar de las mujeres les diría que...
Que no tienen ni idea de lo que es que te baje la regla por primera vez, y sentir que dejas de ser una niña. Pensar, que eso que tu cuerpo está expulsando, un día será lo que te hará ser mamá. Y sentir que la naturaleza te ha dado algo tan especial, que te sientes realmente feliz e importante. Que no tienen ni idea de lo que es tener que prestar una atención completa en esas clases de sexualidad cuando hablaban de los anticonceptivos, porque nosotras sabíamos que podía pasar aquello que no queríamos que pasara. Y queríamos evitar que pasara, porque si pasaba, aquello sería nuestro fin. No porque fuera nada malo, sino porque ni ellos iban a estar ahí, ni nuestros padres iban a entenderlo. Teníamos miedo. Miedo de quedarnos embarazadas antes de tiempo, miedo de perder nuestra juventud, miedo de terminar con un bebé al que no podríamos cuidar como nos gustaría, y al que no podríamos dar todo lo que necesitara. Por eso nos aprendimos de memoria todas las reglas básicas, y nos marcamos a fuego eso de "póntelo, pónselo." Aprendimos que el condón sería nuestro mejor aliado, y que teníamos que tener muchísimo cuidado. Que no tienen ni idea de lo que es ir a la farmacia a comprar un predictor porque a tu colega le da vergüenza, y ver la angustia en su cara y saber que está pasando un infierno. Que no tienen ni idea de lo que es estar con esa colega metida en un baño, esperando esos cinco minutos cruciales para saber si está o no embarazada, porque se rompió el condón, y no pudo tomarse la pastilla del día después, y está jodidamente acojonada. Y que no tienen ni idea de lo que es empezar a abrazarnos y saltar y respirar de alivio al ver que el test da negativo. Que no tienen ni idea de lo que es el aborto para una mujer. Me da igual de qué edad, afecta sí o sí. Tener que tomar la decisión de si seguir con el embarazo, o pararlo. Sabiendo que estás parando una futura vida, la vida de tu futuro bebé. Los daños colaterales que conlleva. Las consecuencias bien físicas, bien emocionales que crea en la mujer. Lo duro que es enfrentarse a una decisión así. Que ellos no tienen útero, ellos no pueden saberlo. Que ellos dicen: venga, sin condón, que no pasa nada. Pero sí que pasa. Y es que ellos luego no tienen que tomar la decisión. Ellos se van y duermen tranquilos. Pero nosotras nos volvemos locas.Que no tienen ni idea de lo que es para una joven, tener que tenerlo, cuando no se ve preparada. Sin saber qué será de su vida, cuando todavía no ha encontrado su propio camino, verse con un renacuajo en los brazos. Perdida, asustada, paralizada. Sobrepasada por la situación. Que no tienen ni idea de lo que supone decir: tuve que abortar, porque él no iba a hacerse cargo, y yo no tenía recursos suficientes para sacar adelante a un bebé. Pero sintiéndolo, arrepintiéndose. Porque quería tenerlo. Lo quería de verdad. Pero no podía. Porque no quería traer al mundo a un bebé que no tendría asegurado lo mínimo. Que no tienen ni idea, no tienen ni idea de las veces que las mujeres nos sobresaltamos cuando tenemos un retraso, las conversaciones que tenemos con las amigas angustiadas, las veces que nos hemos planteado "¿y si ahora te quedaras embaraza que harías?", y lo confundidas que estamos, lo difícil que se nos hace decidir. Y ahora, ellos quieren decidir por nosotras, porque creen que tienen derecho sobre nuestros úteros, porque creen que entienden cómo se siente una mujer. Están equivocados. No tienen ni idea.
Por eso, a esos hombres que intentan decidir sobre el derecho de abortar de las mujeres, les diría que si tienen hijas se pongan en su piel, y si no las tienen que intenten pensar que harían si tuviesen una hija de dieciséis años y se quedase embarazada. Sin quererlo, sin desearlo. Y con un miedo terrible por no saber qué hacer. Que por favor, piensen en las mujeres, y en lo que supone para ellas quedarse embarazadas. Muchas mujeres soñamos con ser mamás alguna vez. Pero en esa imagen, nos vemos con unas condiciones óptimas: un piso, trabajo, tiempo. Porque el bebé se merece eso. Y nosotras queremos lo mejor para nuestros bebés. Y sí se rompe el condón, y nos quedamos embarazadas, no somos culpables. Tenemos derecho a decidir qué hacer. Tenemos derecho a abortar si pensamos que es lo mejor para nosotras en las circunstancias en las que nos encontramos. Y negarnos ese derecho, es simplemente cruel. Porque no tienen ni idea de lo duro que es para la mujer todo esto. Y lo mínimo que se puede hacer, es intentar ponérselo más fácil, no más difícil. Lo mínimo que se puede hacer es apoyar a la mujer en todo, e intentar hacer que la maternidad sea algo deseado, realmente deseado, y alcanzado en el momento en que la mujer lo considere oportuno. Una mujer no tiene porque ser madre cuando ellos lo digan. Será madre cuando ella decida serlo. Y si no quiere ser madre jamás, no es menos mujer por eso. Dejad que la mujer decida qué hacer. Se merece eso. Se lo merece todo. Y si no estáis de acuerdo, hombres que intentan seguir complicándonos la vida, hablad con vuestras madres. Ellas son mujeres. Ellas lo entenderán.
Thursday, December 26, 2013
Poesía era
ese oyuelo derecho,
y las ganas de gritarle al viento
lo bonito que era.
Poesía era
el matiz exacto de esos ojos,
y el tacto de su pelo,
y esos lunares en su espalda.
Poesía era
esa sonrisa que sabía a casa
y su manera de hablarte,
con ese acento
tan peculiar.
Poesía era
todo lo que escondía
en esos silencios,
y todo lo que no se
decía en esas palabras.
Poesía era,
que se sentara a diez metros
y que ya estuvieras temblando
de los pies a la cabeza.
Poesía era,
despertarte a la mañana
y pensar: "Mierda. No está."
Ya sé que los tíos como él no están con tías como yo.
Los tíos como él, están con tías que siempre van peinadas. Y da igual el viento que sople, el pelo no se les enreda, ni se les encrespa. Aunque venga un huracán, o se acabe el mundo, el pelo no se mueve. A mí me alucina. Luego nunca se les corre el rimmel, y a la mañana están igual de bonitas que la noche anterior. Seguramente más. Los tíos como él, están con tías jodidamente preciosas. Que no tienen un día malo nunca, siempre están resplandecientes. Y da igual lo que se pongan porque todo les queda bien. Pero además tienen un sentido exquisito de la elegancia y el saber estar, y siempre van perfectamente combinadas. A mí alguna vez, cuando iba a salir, mi padre me ha dicho que a ver si iba a lavar el coche. Y bueno, se supone que me había preparado. Imagínate el percal. Y luego hablan de esa manera, que te quedas embobada escuchándolas ¿no? Porque tienen una voz, y una forma de pronunciar las palabras tan dulce, y ese tono tan suave, que dios mío, es casi música cuando hablan. Y tú, haces lo que puedes, con tu voz grave, y fea, y tu tono siempre demasiado alto, que tu madre te dice que hables más bajo pero no te sale, y claro, nadie quiere pararse a escucharte. Normal. Hace poco mi hermano me dijo que algo tan feo como mi voz no podía ser natural. Y en ese plan. Los tíos así, están con pequeñas princesas, no con sapos torpes que no saben de qué guindo se han caído, y son un desastre completo. Y los tíos como él no están con tías como yo.
Lo sé de sobra.
Tuesday, December 24, 2013
Quiero pirarme a una isla desierta y escuchar a Eminem y a Suite Soprano todo el día, mientras como chocolate, y escribo en mi cuaderno, y paso de la sociedad y de toda esta mierda. Pero en vez de hacer eso, cenaré con mi familia, pensando en todos los que no comerán porque no tienen nada, y haré el paripé como que sí, como que todo es felicidad y alegría, pero ella no está, y hay gente llorando, y todo es tan hipócrita que me dan ganas de vomitar.
And that's why books are
never going to die. It's impossible. It's the only time we really go into the
mind of a stranger, and we find our common humanity doing this. So the book
doesn't only belong to the writer, it belongs to the reader as well, and then
together you make it what it is.
- Paul
Auster
Sunday, December 22, 2013
Saturday, December 21, 2013
Y detrás de cada 'qué tal?'
se esconde un,
espero que estés pensando en mí,
como yo lo estoy haciendo,
y espero que no hayas olvidado
cómo me río cuando me pongo nerviosa,
o cómo bostezo todo el rato,
y de corazón espero que tú también estés
acojonado.
Que tengas tanto miedo
a perdernos para siempre,
que te duela el pecho
y no seas capaz de respirar.
Y sin poder saber que esconde el 'bien'
que me respondes,
me invento
que es como yo quiero que sea,
para calmar un poco
la angustia cotidiana
de no saber de ti.
Pero nunca será como yo quiero que sea.
Y además,
puede que tampoco sea de ninguna otra manera.
se esconde un,
espero que estés pensando en mí,
como yo lo estoy haciendo,
y espero que no hayas olvidado
cómo me río cuando me pongo nerviosa,
o cómo bostezo todo el rato,
y de corazón espero que tú también estés
acojonado.
Que tengas tanto miedo
a perdernos para siempre,
que te duela el pecho
y no seas capaz de respirar.
Y sin poder saber que esconde el 'bien'
que me respondes,
me invento
que es como yo quiero que sea,
para calmar un poco
la angustia cotidiana
de no saber de ti.
Pero nunca será como yo quiero que sea.
Y además,
puede que tampoco sea de ninguna otra manera.
Thursday, December 19, 2013
The only thing I don't like about Chandler is that he hates dogs. I mean, I couldn't be with a man that doesn't like dogs. It's like a basic requirement in a person. And more in the person that's gonna be with me like all the time. I mean, I'm gonna have a dog. And even if I fall in love with a guy and he's like the best guy ever, if he doesn't like dogs I could't be with him. It's impossible for me to imagine my life without a dog. So it's a real pity that Chandler doesn't like dogs, otherwise he'd be the perfect husband.
( I think I would marry him despite of the that fact.)
Wednesday, December 18, 2013
Y me las imagino, a las cuatro, corriendo en la playa. Con el sol dándoles en la cara mientras se mojan los pies en el mar. Con Simba a su lado, cuidándolas. Y yo mirándolas, con la sonrisa más grande jamás esbozada. Bonitas como ángeles caídos del cielo. Tanto que mirarlas duele. Me las imagino, a las cuatro, en la misma cama XXL. Debajo de las mantas, apretaditas. Dándose patadas y diciéndose de todo. Son hermanas, no se les puede pedir más. Se llevan mal la mayor parte del tiempo. Pero luego empiezo a leerles un cuento, y todas se callan. Escuchan embobadas, y sonrientes. Y se empiezan a quedar dormidas. Y de repente las miro. Cuatro angelitos dormidos. Están muy cerca una de la otra. Dándose calor. Las cabezas apoyadas en el hombro de la de al lado. Se adoran. Y yo las adoro a ellas. Son mi tesoro, mi luz, mi vida entera. Salgo del cuarto sin hacer ruido. Apago la luz. Me voy a mi cuarto. Allí está Simba, esperándome. Está acurrucado en su camita, a los pies de la mía. Tan grande y tan peludo. Le hago mimos un rato, y luego me meto en la cama. Me pongo a leer un rato. Termino. Pienso en mis ángeles. Y me duermo antes de darme cuenta, con una sonrisa gigante en la boca.
Y durante todo este sueño, no hay nadie más. Estamos ellas y yo, y Simba por supuesto.
Tuesday, December 17, 2013
no podían decirme sencillamente que no
tenían un cigarrilo. tenían que soltarme su publicidad, su religión: los
cigarrillos eran para novatos. ellos se iban a Malibú, a una cabaña y quemaban
un poco de yerba. me recordaban, en cierto modo, a las viejas que venden en una
esquina <<La Atalaya>> de los testigos de Jehová. toda la tropa del
LSD, el LST, la marihuana, la heroína, el hashish, el jarabe para la tos, sufre
del prurito <<Atalaya>>: tienes que estar con nosotros, hombre, si no
te quedas fuera, estás muerto. esta propaganda es una constante y similar
OBLIGACIÓN de todos los que le dan al asunto. no es raro que los detengan: no
pueden usarlo tranquilamente para su placer; tienen que DEMOSTRAR que están en
el rollo. además, tienden a ligarlo con Arte, Sexo, el escenario Marginal. su
Dios del Ácido, Leary, les dice: <<dejadlo todo. seguidme.>> luego,
alquilan un local aquí en la ciudad y les cobran cinco dólares por cabeza por
oírle hablar. luego llega Ginsberg al lado de Leary. luego Gisenberg proclama a
Bob Dylan gran poeta. autopropaganda de los devoratitulares del orinal de la
mierda. Norteamérica.
...
y que la yerba cree arte, resulta dudoso,
muy dudoso. De Quincy escribió algún material bueno, y <<El comedor de
opio>> estaba lindamente escrito, aunque a ratos resultase bastante
pesado. y es propio de la mayoría de los artistas probarlo casi todo. son
aventuraros, desesperados, suicidas, pero la yerba viene DESPUÉS, el Arte ya
está allí, viene después de que el artista ya está allí. la yerba no produce el
Arte: pero a menudo se convierte en el terreno de juego del artista consagrado,
una especie de celebración del ser, esas fiestas de yerba. y también algún
material cojonudo para el artista: gente cazada con los pantalones espirituales
bajados, o, si no bajados, mal abrochados.
...
yo, por mi parte, puedo sacar más de un
par de buenas latas de cerveza. no le doy a la yerba, no por la ley, sino
porque me aburre y me hace muy poco efecto. pero aceptaré que los efectos del
alcohol y de la mary son distintos. es posible pirarse con yerba y apenas darte
cuenta; con el trago, sabes muy bien, en general, dónde estás. yo soy de la
vieja escuela: me gusta saber dónde estoy. pero si otro hombre quiere yerba o
ácido o aguja, no tengo nada que objetar. es su camino y cualquier camino que
sea mejor para él, es mejor para mí.
- Charles Bukowski
salí entre los furiosos perdedores. los fracasados. lo único que les quedaba eran aquellos coches de seguro caro y aún sin pagar. se desafiaban y se arriesgaban a la mutilación y el asesinato, zumbando, acuchillando, sin ceder ni un centímetro, me desvié en Century. se me paró el coche justo en la salida y bloqueé detrás a otros catorce. pisé enseguida el pedal, hice un guiño al policía de tráfico, luego le di la puesta en marcha. engranó y salí, continué a través de la niebla. Los Angeles no era, en realidad, mal sitio: allí un buen sinvergüenza siempre podía salir adelante.
- Charles Bukowski
Yo tenía aquel complejo de suicidio y los graves ataques depresivos y no podía soportar las muchedumbres y, sobre todo, no podía soportar estar en una larga cola esperando por algo. Y en eso es en lo que se está convirtiendo toda la sociedad: largas colas y esperar por algo. Intenté suicidarme con gas y no resultó. Pero tenía otro problema. Mi problema era salir de la cama. Me fastidiaba salir de la cama, siempre. Solía decir a la gente: << Los mayores inventos del hombre son la cama y la bomba atómica: la primera te aísla y la segunda te ayuda a escapar>>. Me tomaban por loco. Juegos de niños, eso es todo lo que hace la gente, juegos de niños. Van del coño a la tumba sin que les roce siquiera el horror de la vida.
- Charles Bukowski,
Él se acerco más a la verdad,
a la liberación del hombre,
que ningún otro.
Pero se volvió loco.
Y ahora tienen una excusa
para hacer que
sus palabras
parezcan
las de cualquier loco
sin razón
y sin sentido.
Qué pena
que tenga que ser así.
Que el que llega casi a tocar
esa verdad,
no pueda soportarla.
Que pena que los demás
prefieran engañarse,
antes que volverse locos.
Locos.
Eso deberíamos ser.
Una panda de locos felices.
a la liberación del hombre,
que ningún otro.
Pero se volvió loco.
Y ahora tienen una excusa
para hacer que
sus palabras
parezcan
las de cualquier loco
sin razón
y sin sentido.
Qué pena
que tenga que ser así.
Que el que llega casi a tocar
esa verdad,
no pueda soportarla.
Que pena que los demás
prefieran engañarse,
antes que volverse locos.
Locos.
Eso deberíamos ser.
Una panda de locos felices.
Podría mentirte
o decirte la verdad.
¿Acaso sabrías distinguirlas?
Las mentiras
y las verdades
se fusionan
y forman
un todo
en el que ya no puedes
separar
esas mentiras aprendidas
y esas verdades olvidadas.
Pero si te miro a los ojos,
y ves que me tiembla la voz,
prepárate para salir corriendo.
Te estaré diciendo la verdad.
Y como todas las verdades,
no te va a gustar un pelo.
Porque no sé que tienen las verdades,
que cuando son verdaderas,
es como si quemaran como el fuego.
o decirte la verdad.
¿Acaso sabrías distinguirlas?
Las mentiras
y las verdades
se fusionan
y forman
un todo
en el que ya no puedes
separar
esas mentiras aprendidas
y esas verdades olvidadas.
Pero si te miro a los ojos,
y ves que me tiembla la voz,
prepárate para salir corriendo.
Te estaré diciendo la verdad.
Y como todas las verdades,
no te va a gustar un pelo.
Porque no sé que tienen las verdades,
que cuando son verdaderas,
es como si quemaran como el fuego.
Y al mediodía, bajando de la uni en bus, venía yo pensando en un tema interesante para escribir y divagar un rato. Estaba observando a la gente, al mundo desde la ventana del autobús, y me ha invadido una sensación de pequeñez, de absurdo, de sin sentido, que me ha hecho reflexionar sobre como actuamos los seres humanos, sobre qué hacemos aquí, cual es el sentido de las cosas, de la vida misma, de todo. Y en esas estaba. Y no sé que tiene que pasar durante una tarde entera, para que en vez de escribir de ese tema tan trascendental, tan de la esencia de la vida, tan filosófico... haya acabado escribiendo sobre exprimidores.
Y el otro día, después de subir a casa del bar, a eso de la una calculo, me hice un zumo de naranja. Cuando estoy en el bar, no suelo tomar nada. Porque no bebo alcohol. Y a veces compro un botellín de agua, pero otras veces no. Y los refrescos me sientan mal. Y los zumos, bueno, nunca son lo mismo, ya se sabe. Y entonces a veces me paso horas y horas sin beber nada. Y cuando bailo y sudo eso suele ser un problema porque al final el cuerpo ya se sabe, tiene sed. Pero ese día estuve hablando con la colega, sentada. Agusto. Y bueno, subí a casa. Y me apetecía mucho un zumo. Y entonces me puse a hacerme un zumo, procurando no despertar a nadie. Y cuando me lo bebí, fue como la ostia ¿no? Pero la ostia en plan: bua que de puta madre. Y ahora pensando en ese momento, me he dado cuenta de una cosa. A pesar de que en las listas de bodas nunca han sido bien vistos, y a pesar de que mucha gente ni siquiera se de cuenta de que están ahí, porque se pierden entre cacharros y parecen insignificantes, colega, los exprimidores son muy valiosos. Sino, a ver que haría yo, a esas horas de la noche, con unas ganas de zumo de la ostia, y apachurrando naranjas con la mano, sin conseguir ni una gota de zumo. Hay inventos que joder, de verdad, me hacen creer en el ser humano.
Monday, December 16, 2013
Eta euskaldunek euskaraz egiten dute.
Eta horrela izan da beti. Familia erdaldun batean hazia izan nintzen. Aita, enkarterrietakoa. Euskera zer zen ere jakin ez zuena institutoko urteetara iritsi arte. Sekula ikasi gabe. Eta aitite eta amamak ere ez zuten euskara hitz egiten. Aititek bai, bazekizkien euskarazko abesti batzuk. "Aldapeko sagarraren adarraren puntan.." primeran abesten zenuen. Ze polita bere ahoan euskara entzutea. Baina etxean gazteleraz beti. Ama Extremadurakoa, badakizu. Urtetxo bat zuenean nire aiton amonekin eta izebekin batera etorri zen Bizkaiara, baina euskara jakin ez noski. Frankismoak ekarri zituen garai latzak Euskal Herriarentzat bai. Etxean ez bazekiten, eskolan ikasi ezin, ez zelako erakusten. Eta horrela betidanik gazteleraz. Aitarekin, amarekin, anaiarekin. Beti. Txiki-txikitatik. Eta zaila da ohiturak aldatzea. Kosta egiten da. Zaila da gizakiarentzat. Ohituretara lotzen diren animaliak bait gara. Eta kalean bai, egiten nuen. 13 urte bete nituen arte. Orduan hasi nintzen, euskara galtzen. Alde batera uzten. Gazteleraz egiten. Lagun haien ama hizkuntza ez zen euskara. Nirea ere ez. Beraz, hoberen gazteleraz egitea zen. Hori iruditzen zitzaidan. Oker nengoen. Orain badakit. Saiatu izan banintz. Benetan saiatu banintz. Agian beraiek ere oraindik euskaraz arituko ziratekeen. Ez ditut sekula euskaraz egiten entzun. Sekula ez. Inorekin. Eta pena ematen dit. Eta ematen du. Eskerrak unibertsitatean hasi eta atzean utzitako ohitura onak berreskuratzen hasi nintzen. Ez guztiz, ez nahi bezainbeste, baina behintzat orain hitz egiten dut euskaraz. Eta badakit ez dela nahikoa. Gure hizkuntza, Euskal Herriko hizkuntza preziatu hau salbatu nahi badugu, une oro, mundu guztiarekin aritu behar gara euskaraz. Eta hori da nire buruari jarriko diodan helburua. Eta bete behar dut. Lortu behar dut. Begira nire gurasoak. Aita euskaltegira joan zen, ama hizkuntza eskola ofizialera. Aitak orain euskaraz idazten ditu artikuluak, amak euskaraz ematen ditu klaseak. Kostatu zitzaien, baina lortu dute. Hau da hau exenplua ematen dutena. Eta ni gazteleraz egiten. Ez dut aitzakiarik. Beraiek bezala, esfortzua egin, ohitura txarrak kendu, eta euskara sartu behar dut bete betean nire bizitzan. Ni hori bait naiz. Euskalduna. Eta euskaldunek euskaraz egiten dute.
Sunday, December 15, 2013
Saturday, December 14, 2013
Friday, December 13, 2013
Le miraré como se mira
pasar los trenes,
esos que van cargados de coches,
que son eternamente largos,
y parece que nunca se acaban,
pero sí.
Y te quedas en el andén, esperando
que por favor pase rápido,
porque quieres cruzar al otro lado,
porque te quieres ir a casa.
Así.
De la misma manera.
Porque quiero volver a casa.
Y la única manera
es dejarle pasar así,
rápido,
sin palabras,
mientras miro
sin mirar.
pasar los trenes,
esos que van cargados de coches,
que son eternamente largos,
y parece que nunca se acaban,
pero sí.
Y te quedas en el andén, esperando
que por favor pase rápido,
porque quieres cruzar al otro lado,
porque te quieres ir a casa.
Así.
De la misma manera.
Porque quiero volver a casa.
Y la única manera
es dejarle pasar así,
rápido,
sin palabras,
mientras miro
sin mirar.
Berri Txarraken Antzokiko kontzertuaren kronika.
KRONIKA
Berri
Txarrak taldearen kontzertua, 2013/12/01
Kontzertua abenduaren lehenengo eguneko gaueko
bederatzietan hasten zen. Bederatziak hamargutxiagotan nahiko jende zegoen
Antzokira sartzeko itxoiten. Kontzerturako sarrerak urritik salduak zeuden, sold out kartela segituan eskegi zuen
taldeak. Bete egingo zen. Eta baita bete ere. Goiko palkoa beteta, eskailerak
beteta, eta pista zentrala beteta.
Taldea oso puntual atera zen eszenatokira.
Bederatziak pasata ziren, baina askotan ohituta gauden atzerapenekin alderatuz,
izugarria izan zen hain azkar Gorka eta bere mutilak jendaurrera ateratzen
ikustea. Ez zuten denborarik galdu. Lehenengo akordeak entzun ziren Bilboko
Kafe Antzokian, Gelauneria. Jaio. Musika. Hil diskako abesti
ezaguna. “Betiko zirudien, betirako
amaitu da…”, abestiaren lehen lerroa. Momenturako aproposegia, Haria bira-ren azken kontzertua bait zen
Bilboko Antzokian eman zutena. Eta hasi eta ez ziren gelditu. Hasieran hiru bat
abesti jarraian, arnasa hartzeko ere gelditu gabe. Ikaragarri ongi zebiltzan
eszenatokian Gorka, David eta Galder. Kontzertuetan dena ematen duten
horietakoak dira, eta horrela egin zuten. Beren abesti klasiko eta ezagunenak
izan direnak, hala nola, Oihu, Biziraun, Oreka edo Denak ez du balio,
Haria azken diskakoekin nahastu
zituzten, oso errezeta eraginkorra sortuz. Jendea hala ere, nahiko geldi
zegoen. Mundu guztia edalontziekin, eta bai, oso adi eszenatokira, baina ez mutilekin
oso konektatuta. Mugitzea kosta egiten zitzaiela zirudien. Agian igandea
zelako, agian aurreko gaueko ajea oraindik gainean zeramatelako. Nork daki. Baina
publikoarekin elkarregiten hasi zirenean eta Gorkak “Andaluzian hau egin genuen eta hobeto
egin zuten”, esan zuenean edonork pentsatuko zuen publikoa esnatuko zela. Eta
bai, Eskuak ekin konektatu zuten, eta
Bizaraun, Ikasten edo Stereo bezalako
klasiko handiekin gehiago mugitu zen jendea. Baina hala ere, ez azken kontzertu batek
eskatzen duen adina. Txaloak bai, denbora guztian, baina ez behar bezainbeste
oihu eta ez behar bezainbeste mugimendu. Kontzertuan bi momentu bereziki
hunkigarri egon ziren. Batetik, Aspaldian
utzitako zelda jo zutenean. Sarrionandiaren hitzekin ireki zuten, eta gero
abestiak sentimenduak azaleratzen utzi zituen. Eta bestetik, Lilularen kontra, Mikel Laboaren abestia
bertsionatu zutenean, bere heriotzaren bostgarren urteurrena zela eta.
Kontzertuak bi ordu iraun zituen, eta taldeak
ez zuen ia atsedenik hartu. Ikaragarria
izan zen eszenatokian erakutsi zuten indarra, gogoa eta maisutasuna. Detaile
bat bereziki txalotzekoa, Gorkak Ikasten
abestiaren harira esan zuena: D ereduan ikasten. Batez ere, handik bi egunetara
euskararen eguna izango zelako. Eta orokorrean, kontzertu borobila,
bertsioentzako lekua izan zuena, hala nola, Yuksek-en On a train eta lehen aipatutako Laboaren Lilularen kontra, klasikoz beterik egon zena, eta Harira diskako abesti esanguratsuenak
ere entzuteko aukera eman zuena, adibidez, Iraila.
Ikusi arte abestiarekin amaitu zuten, Gorkak talde tekniko guztiari
eskerrak eman eta publikoari “Berri Txarrak entzuten, sentitzen, ulertzen eta
maitatzen duzuen guztiei” hitzak eskaini ostean. Benetan kontzertu
gogoangarria, biraren amaiera izateko, jendearen aldetik berotasun gehiago
faltan bota bazen ere. Ikusi arte Berri Txarrak, espero dugu, berandu baino
lehen ikusiko dugula elkar.
Mikele BUSTILLO
Y cada palabra
era como un pequeño alfiler
que se clavaba.
No porque no me lo esperara,
porque él siempre era así.
Sino porque
no se daba cuenta,
de lo que estaba sintiendo yo.
Y eso sólo significaba,
que él no lo sentía.
Y eso me ponía triste.
Y salí corriendo.
Y no le hablé más en toda la noche.
Y se enfadó conmigo.
Y yo, si hay algo que no soporto,
es que él se enfade conmigo
Eso no.
Eso nunca.
Thursday, December 12, 2013
Su pudiera decirte
todo aquello que no te dije
por miedo.
Si pudiera contarte
todo aquello que no te conté.
Si pudiera
darle cuerda
hacia atrás
al reloj,
y volver
a ese segundo.
Te diría que
me hacía daño cada palabra,
aunque sabía que no iba en serio,
que en realidad tú no lo pensabas.
(O tal vez sí, y sólo
quería pensar que ojalá no
lo pensaras.)
Me hacía daño cada palabra,
porque veía en ella reflejada
la indiferencia más grande
hacia mi corazón.
Veía que tú sólo me veías
como un bufón.
como un pequeño bufón.
Y yo a ti te veía,
de un modo
que sólo sé
describir
sin hablar.
Un poco más,
y te quedas en los huesos
del alma.
A veces piensas
como pudiste enlazar esas palabras,
y en cambio
no pudiste
llorar
mirándole a la cara.
Para que supiera,
para que supiera,
lo que te dolía en realidad.
Pero la vulnerabilidad
que viene ligada
a ese tipo de lágrimas
era demasiado.
Y sí,
está claro,
"la debilidad hace el daño."
y te quedas en los huesos
del alma.
A veces piensas
como pudiste enlazar esas palabras,
y en cambio
no pudiste
llorar
mirándole a la cara.
Para que supiera,
para que supiera,
lo que te dolía en realidad.
Pero la vulnerabilidad
que viene ligada
a ese tipo de lágrimas
era demasiado.
Y sí,
está claro,
"la debilidad hace el daño."
Supongo que hay maneras y maneras de decir las cosas. Y mi manera de decirlas siempre fue demasiado caótica y demasiado poco inteligible. Y ahora me muero de la rabia por no haberlo dicho así:
'Eh, me importas.
Haz lo que te de la puta gana pero quédate por aquí.
Si te vas lejos,
me duele.'
Aunque quizá,
ni así.
'Eh, me importas.
Haz lo que te de la puta gana pero quédate por aquí.
Si te vas lejos,
me duele.'
Aunque quizá,
ni así.
No renunciaría a media hora
más de insomnio,
jamás.
Me acostumbré a dormir mal por las noches.
A no poder conciliar el sueño.
A estar más despierta
que al amanecer.
Me acostumbré
a este cansancio
insuficiente,
a este alargar
inagotable
de la hora
en la que el reloj
marca las doce.
Pero sólo por ella.
Y ya nunca dejaré
que ningún él me quite el sueño.
Pero ella,
puede venir
a tenerme despierta
toda la noche,
y si quiere
se puede quedar en mi cama conmigo
a hacer como que dormimos
pero sin dormir jamás.
Ella es mi desvelo eterno.
Y es un precio
que estoy dispuesta a pagar.
más de insomnio,
jamás.
Me acostumbré a dormir mal por las noches.
A no poder conciliar el sueño.
A estar más despierta
que al amanecer.
Me acostumbré
a este cansancio
insuficiente,
a este alargar
inagotable
de la hora
en la que el reloj
marca las doce.
Pero sólo por ella.
Y ya nunca dejaré
que ningún él me quite el sueño.
Pero ella,
puede venir
a tenerme despierta
toda la noche,
y si quiere
se puede quedar en mi cama conmigo
a hacer como que dormimos
pero sin dormir jamás.
Ella es mi desvelo eterno.
Y es un precio
que estoy dispuesta a pagar.
A ver si no, Mario, que tú siempre has sido como un niño chico, aunque luego estudiaras tanto y escribieras esas cosas que, no sé, a lo mejor estarían bien, no lo discuto, pero desde luego eran una tabarra, francamente, a ver por qué te voy a engañar y decirte una cosa que no siento. De ordinario, las personas que piensan mucho, Mario, son infantiles, ¿no te has fijado?
Fragmento de Cinco horas con Mario, Miguel Delibes
No estoy nada happy con lo que hago.
Nada happy conmigo misma.
Mucho que cambiar.
A ver si el año que viene consigo
cambiar de aires de una puta vez.
Las ganas que tengo de salir de Bilbo,
joder.
Y no es nada particular,
entiéndeme,
Nací aquí,
y te tengo cariño.
Pero eres demasiado gris.
Demasiado
tediosa.
Demasiado
aburrida.
Demasiado sin más.
Y yo quiero colores.
Nada happy conmigo misma.
Mucho que cambiar.
A ver si el año que viene consigo
cambiar de aires de una puta vez.
Las ganas que tengo de salir de Bilbo,
joder.
Y no es nada particular,
entiéndeme,
Nací aquí,
y te tengo cariño.
Pero eres demasiado gris.
Demasiado
tediosa.
Demasiado
aburrida.
Demasiado sin más.
Y yo quiero colores.
Wednesday, December 11, 2013
Es cómo si alguien intentara explicar
la diferencia
entre follar y hacer el amor.
Es obvia en sí,
pero si te pones a intentar
explicarlo
no es tan fácil.
Puedes follar con alguien
a quien quieres con locura.
¿Que no?
¿Y entonces?
Me pasa lo mismo
cuando intento
explicar dentro de mi cabeza
esa diferencia.
No consigo encontrar
el punto de inflexión.
No sé realmente
qué es lo diferente.
Y a veces pienso
que quizá no haya
ni una puta diferencia.
Pero joder,
el miedo que me da.
la diferencia
entre follar y hacer el amor.
Es obvia en sí,
pero si te pones a intentar
explicarlo
no es tan fácil.
Puedes follar con alguien
a quien quieres con locura.
¿Que no?
¿Y entonces?
Me pasa lo mismo
cuando intento
explicar dentro de mi cabeza
esa diferencia.
No consigo encontrar
el punto de inflexión.
No sé realmente
qué es lo diferente.
Y a veces pienso
que quizá no haya
ni una puta diferencia.
Pero joder,
el miedo que me da.
El cielo está extremadamente azul.
Viento frío, típico de estas fechas.
Huele diferente ya,
es como si se notara en el aire
que se acerca ese periodo
de compras compulsivas,
canciones repetitivas,
y luces por todas partes.
Y está llegando.
El barrio está tranquilo.
Hay poca gente por la calle.
Será por el frío,
o quizá por la hora.
La gente estará trabajando.
Unas luces mal puestas
indican que el ayuntamiento
ya ha tomado cartas en el asunto:
oficialmente es Navidad.
No me gusta.
Miro a la luna.
No está llena,
pero está preciosa.
Destaca en el cielo raso.
Todavía no se ven las estrellas,
no está oscuro del todo.
Aunque aquí no se pueden ver casi,
por eso de las luces,
aquí no es como en el pueblo.
Respiro.
Hay días de otoño que me gustan bastante.
Este podría ser uno de ellos.
Hay calma, tranquilidad.
Y ese azul me fascina tanto.
Es mi color favorito.
Paso por delante de una peluquería,
la que está en la plaza de debajo de mi casa.
Debería cortarme el pelo.
No quiero.
No me lo voy a cortar.
Llego a casa.
Me pongo a Extremo,
e intento no pensar.
Creo que Venus asoma por mi ventana.
O igual es Marte.
Nunca sé distinguirlos.
Estaría guay saber cual es cual.
¿Que no?
Viento frío, típico de estas fechas.
Huele diferente ya,
es como si se notara en el aire
que se acerca ese periodo
de compras compulsivas,
canciones repetitivas,
y luces por todas partes.
Y está llegando.
El barrio está tranquilo.
Hay poca gente por la calle.
Será por el frío,
o quizá por la hora.
La gente estará trabajando.
Unas luces mal puestas
indican que el ayuntamiento
ya ha tomado cartas en el asunto:
oficialmente es Navidad.
No me gusta.
Miro a la luna.
No está llena,
pero está preciosa.
Destaca en el cielo raso.
Todavía no se ven las estrellas,
no está oscuro del todo.
Aunque aquí no se pueden ver casi,
por eso de las luces,
aquí no es como en el pueblo.
Respiro.
Hay días de otoño que me gustan bastante.
Este podría ser uno de ellos.
Hay calma, tranquilidad.
Y ese azul me fascina tanto.
Es mi color favorito.
Paso por delante de una peluquería,
la que está en la plaza de debajo de mi casa.
Debería cortarme el pelo.
No quiero.
No me lo voy a cortar.
Llego a casa.
Me pongo a Extremo,
e intento no pensar.
Creo que Venus asoma por mi ventana.
O igual es Marte.
Nunca sé distinguirlos.
Estaría guay saber cual es cual.
¿Que no?
No son las palabras que escribí, ni siquiera el eco fugaz de alguno de aquellos suspiros. No es eso, no. Es el hecho de no soportar esa distancia infranqueable, y no soportar el hecho de saber que cuando me mira sólo ve a una niña loca a la que no merece la pena escuchar. Es no soportar el hecho de no poder abrazarle cuando me dé la gana, y no poder hablar con él a todas horas y sin parar, porque sé que cada vez que hablo a él sólo le entra la risa. Porque sólo digo chorradas. Porque soy sólo una desquiciada. Porque no consigo controlar estos nervios de mierda. Y a él todo eso no le interesa. Y el amor es difícil sí, no te digo que no. Pero la amistad todavía más. Y con él, no hay manera. Nunca hay manera.
de qué palabra está hecha tú mano, la que me estrechas, de qué madera estamos hablando y de qué contrato está hecho tú rencor, señor olvido, no se olvide del amor en su retrato, sáquelo despeinado y con ojeras, efervescente, que brille como un rock & roll al viento y corte como una puesta de sol o cójase de la mano a un recuerdo y sople
sople
sople fuerte como una eternidad de incendios
a la que ni siquiera el infierno les está permitido
un paraíso de bosques ardiendo
en donde el dolor es sólo otro árbol quemado
un arrebato de cenizas preso de su caída libre
el suelo de una noche de verano
donde no te tuve por primera última vez
luego vinieron muchas
era solo que hoy lloré sonriendo
o que cotidianamente
te eché tontísimo de menos que no supe contener la hemorragia.
- Escandar Algeet
sople
sople fuerte como una eternidad de incendios
a la que ni siquiera el infierno les está permitido
un paraíso de bosques ardiendo
en donde el dolor es sólo otro árbol quemado
un arrebato de cenizas preso de su caída libre
el suelo de una noche de verano
donde no te tuve por primera última vez
luego vinieron muchas
era solo que hoy lloré sonriendo
o que cotidianamente
te eché tontísimo de menos que no supe contener la hemorragia.
- Escandar Algeet
Tuesday, December 10, 2013
And I want it to be easy. And funny. And luminous and brilliant. And loud. And I want it to be wild. And free. And sudden. And unbridled. And I want it to be crazy. And insane. And extremely childish. And I want it to be colourful. And magical. And passionate. And like a fuckin dream.
And I want it my way.
…era lo que daba más miedo a los niños…
que jamás soñaron con ser mayores
el tener que arrastrar mentiras en su rostro
enseñarlas
hacerlas exclusivamente propias
era toda una pesadilla de adolescentes con estúpidos ideales
de salvajismo
y de: vivir la vida una temeridad, valiente
y todo eso de que otros
mejores que tú
mucho mejores que tú
ya lo intentaron
y no salieron vivos de aquella
para morir en el intento hay que vivir en él.
- Escandar Algeet
que jamás soñaron con ser mayores
el tener que arrastrar mentiras en su rostro
enseñarlas
hacerlas exclusivamente propias
era toda una pesadilla de adolescentes con estúpidos ideales
de salvajismo
y de: vivir la vida una temeridad, valiente
y todo eso de que otros
mejores que tú
mucho mejores que tú
ya lo intentaron
y no salieron vivos de aquella
para morir en el intento hay que vivir en él.
- Escandar Algeet
Monday, December 9, 2013
Ya sabes.
Las despedidas.
No molan una mierda.
Pero estoy acostumbrada.
Siempre está lejos.
Aunque los kilómetros varíen,
en la práctica viene a ser lo mismo.
No está a una distancia factible.
Por ejemplo,
en la calle de al lado.
A donde podría ir a tocarle el timbre como una loca,
y subir a su casa,
y llevarle chocolate y cerveza.
Y hablar de fútbol,
y odiarnos.
Y hablar de política,
y odiarnos más.
Porque es así,
nos odiamos,
o más bien él me odia todo el rato.
Y creo que uno de sus deportes
favoritos
es vacilarme.
Pero yo creo que si le tuviera cerca,
a una distancia
viable a pata,
sería diferente.
Podríamos salir de farra,
y hacer el tonto,
y reírnos,
y contarnos chorradas,
y él se emborracharía,
y haría el tonto,
porque siempre hace el tonto,
y sería super guatxi.
Y cuando estuviera mal,
iría a donde él,
y le haría sonreír.
Y sería cómo si
no fuera difícil.
Y me daría igual que me odiara,
por estar loca,
y ser una pesada,
y ser una llorica,
e intentar rapear,
y ser del Athletic,
y ser vasca,
y todas esas cosas
por las que me odia.
Porque podría verle
al menos una vez al mes,
y eso me haría muy muy feliz.
Y le invitaría a un café,
o a lo que sea que tome
en las tardes de lluvia,
y nos contaríamos toda la mierda,
y nos pondríamos bien.
Y sólo le diría,
que lo único que cambiaría
es no haberle conocido
desde los dos años.
Para poder estar ahí,
todos los putos días
de su vida,
y ser su más mejor amiga.
Porque yo no le odio.
Ni siquiera un poquito.
Aunque a veces le mataría.
Y él lo sabe.
Que lo que le quiero,
no cabe aquí,
ni en ningún sitio.
Aunque me joda admitirlo.
Y de repente era todo.
Y era nada al mismo tiempo.
Y era un torbellino.
Y era el huracán que se llevaba los tejados.
Y el terremoto que derrumbaba edificios.
Y la ola gigante que todo se lo tragaba.
Pero también,
el amancer en calma.
Cuando los rayos de sol
empiezan a calentar
y los pajaros cantan.
Y todo huele a esperanza.
A una nueva oportunidad.
Saturday, December 7, 2013
Friday, December 6, 2013
Recuerdo que no le gustaba que le hablaran mientras comía. Ya podías estar contándole el bombazo del siglo, que no te iba a escuchar. Estaba en su mundo. Y si le tocabas, corrías el riesgo de ganarte una ostia. Era así. Consideraba que cuando comes no puedes hablar. Y supongo que tiene razón. Sólo que yo no puedo estar sin hablar. Ni siquiera cuando como.
- No, no, espera.. ¿qué te estaba contando? Ah sí, toda esa mierda. No. Olvídalo. Olvídalo todo. Es una mierda. Es una mierda, necesito que lo entiendas. Vas a sentir que te arrancan el corazón. Y todo dejará de tener sentido. Y empezarás a hacer cosas estúpidas. Y no entenderás nada. Y creerás que te estás volviendo loco. Y todo empezará a ser un caos, un jodido desastre. Y te marearás. Y sentirás que te quedas sin aire. Y vendrán complicaciones. Y querrás salir corriendo. Y sentirás vértigo. Y te sentirás vulnerable. Y no querrás hacer nada, sólo oir música triste y fumar y beber y olvidarte del mundo. Y no sé, y será como si el sol ya no diera calor. Y todo se volverá gris. Y te darás asco a ti mismo.
- ¿Todo eso?
- Sí, todo eso.
-¿Y entonces la gente por qué se enamora?
- Pues porque sí. Porque es inevitable.
- Así que estamos jodidos, ¿no?
- Muy jodidos.
Thursday, December 5, 2013
En la vida real, en la práctica, todo es caos, y nerviosismo, y sudoración, y balbuceo, e incapacidad de articular las palabras correctamente, y ver borroso, y sentir el cerebro nublado, y ser torpe, y patoso. En la vida real, en la práctica, hay malentendidos, y cosas que no quisimos decir y que dijimos, y cosas que callamos y que quisimos decir, y silencios incómodos, y enfados, y desenfados, y tonterías que nos hacen daño, y otras que nos hacen más daño aún, y hay miedos, y dudas, e indecisión por todas partes. En la vida real, en la práctica, el beso surge de cualquier manera, a veces en el sitio más cutre, y sin previo aviso, sin música de fondo, sin sincronización. En la vida real, en la práctica, no acabáis a la vez, y estáis cortados, y es raro, y te da vergüenza, y es más torpeza, y es más nerviosismo, y sentirte más pato aún. En la vida real, en la práctica, es jodidamente difícil conectar con una persona, y hacer que una noche cualquiera merezca la pena, porque aunque es lo más simple que te podrías imaginar, mola porque estás con esa persona e incluso la conversación más absurda es algo brutal. Que no os engañen, en la vida real, en la práctica, todo eso del romance es algo así como una prueba de esfuerzo inesperada, y esa de pasar las vallas lo más rápido que puedas tirándolas todas, y un exámen sorpresa, de mates por supuesto. Pero si al final del día piensas en esa persona, y aunque todo sea torpe, y raro, y difícil, te hace sonreír, y hace que todo se aun poco más de colores, si te atreves, puedes intentarlo. Igual, después de todo, la vida real, la práctica, no está tan mal como dicen. Y asumámoslo, de todas las formas que hay de que te de vueltas el estómago, puede que sea la mejor. ¿No crees?
Wednesday, December 4, 2013
- ¿Me das un beso?
La miró con cara rara.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque eres una enana, y la hermana de mi amigo, y además no me gustas nada.
Se llevaban sólo tres años. Ella tenía 10 y el 13. Era el mejor amigo de su hermano, y se pasaba el día metido en su casa. Antes solían jugar los tres juntos, y a veces también venía la hermana de él, una niña preciosa pero bastante traviesa de 11 años. Eran vecinos, amigos del barrio de toda la vida. Y a ella le gustaba. No sabía por qué. Creía que era un tonto. Y que siempre se le caían las cosas. Y que se metía con ella, y a veces era muy pesado. Y no le gustaban las zapatillas que llevaba, ni tampoco como corría. Pero le miraba. Y sonreía cuando se le caía el balón al jardín de los vecinos, o cuando tropezaba con una piedra y se caía de culo al suelo. Y cuando andaba en bici, se quedaba mirándole, porque andaba muy bien, y era muy rápido, y hasta lo hacía mejor que su hermano. ¿Por qué no le daba un beso? Que tonto era.
- ¿No te gusto nada?
- No.
- ¿Nada nada?
- Que no. Déjame en paz mocosa.
Y se dio la vuelta, botando el balón de baloncesto. Entonces ella, antes de entrar en casa, le dijo:
- Eres tonto.
Él se dio la vuelta y le sacó la lengua.
- Tú más.
Ella le sacó la lengua.
- Bueno, como quieras. Tú ahora no lo sabes, pero un día, te gustaré mucho mucho. Y entonces tú querrás darme un beso. Y yo no te lo daré. Y te sacaré la lengua.
Y entró en casa corriendo. Él se quedó mirando la puerta, sonriendo. Mira que era descarada, y con sólo 10 años. Pero eso nunca iba a pasar. Porque era la hermana de su amigo, y además a él le gustaba una chica de su clase. Era rubia, y siempre llevaba vestido, y era la más bonita de todo el pueblo. Y la hermana de su amigo, bueno, nunca se lo diría, pero era fea, y vestía como un chico, y era como un pato. Un pato simpático.
Ahora sal corriendo.
Van a venir a por nosotros.
Yo me quedo aquí.
En las mismas coordenadas.
No dejaré que te hagan daño.
Voy a escribir un poema,
que hable de la luna
y del sol,
y de las flores de colores.
Y de cómo
si queremos
podemos cambiar el mundo.
¿Quieres cambiarlo?
Ya están llegando.
Pero ellos no saben nuestro secreto.
Shhh,
no se lo cuentes a nadie.
Es nuestra mejor arma.
Ya lo sabes.
Ya te lo conté una vez.
¿Ya se te ha olvidado?
Ven,
que te lo recuerdo.
Sonríe.
Ya está.
Estamos preparados.
Que vengan si tienen huevos.
Les estaremos esperando.
Van a venir a por nosotros.
Yo me quedo aquí.
En las mismas coordenadas.
No dejaré que te hagan daño.
Voy a escribir un poema,
que hable de la luna
y del sol,
y de las flores de colores.
Y de cómo
si queremos
podemos cambiar el mundo.
¿Quieres cambiarlo?
Ya están llegando.
Pero ellos no saben nuestro secreto.
Shhh,
no se lo cuentes a nadie.
Es nuestra mejor arma.
Ya lo sabes.
Ya te lo conté una vez.
¿Ya se te ha olvidado?
Ven,
que te lo recuerdo.
Sonríe.
Ya está.
Estamos preparados.
Que vengan si tienen huevos.
Les estaremos esperando.
Los semáforos en rojo siempre me parecieron eso, una oportunidad de pararme y comerle a besos. Que pena que él sólo los viera como eso, como semáforos en rojo. Hay neurosis que no combinan. Hay cerebros que no encajan. Y ahora, cuando me paro en un semáforo en rojo (pocas veces, porque siempre intento cruzarlos), suelo pensar si alguien más los verá como yo los veo.
Tuesday, December 3, 2013
Siempre fui atea. Desde que aprendí que la tierra era esférica, y que giraba alrededor del sol, y que la materia estaba echa de átomos, y desde que leí a Hawking y a Einstein y a Heisenberg. Desde el magnetismo, y la termodinámica, y la filosofía, y las conversaciones con mi madre y con mi padre a la hora de comer. Pero creía en otras cosas ¿sabes? En cosas que para mí eran importantes. No sé, en una sonrisa a destiempo, en un abrazo, en la importancia de decirle a la gente lo importante que es para ti, en el amor, en los finales felices, en que cuando quieres a alguien puedes con el mundo y con el universo, en una mirada, en una palabra que alivia el dolor, en todas esas cosas. Y ahora, no sé, siento que soy sólo una cáscara vacía. Cómo si todo lo que más he querido me lo hubieran arrancado injustamente, y ahora ya nada valiera una mierda. Como si todos los ideales que construí en una difícil adolescencia, se hubieran caído de golpe. Y aquí estoy, intentando entender por qué ya no está, y ya no estoy, y por qué dentro de mi hay una nada creciendo. Y cómo no fui capaz de llorar, porque me sentí tan fuera de mi misma que parecía que nada podía tocarme el alma. ¿Y si las lágrimas que no cayeron me han hecho de hielo? ¿Y si ya el caparazón no deja pasar el calor? Siento que algo es diferente. Sí, sigo siendo atea, pero además, he dejado de creer en eso que hacía que la vida fuera algo así como una montaña rusa a mil por hora. Y nada es peor que sentirlo templado. Nada es peor que sentirlo tan neutro. Necesito mis picos. Y ahora no los tengo. Ya no los tengo.
Esango nizkizukeen gauza guztien artetik, bat aukeratu beharko banu, hauxe litzateke: ez iezaiozu munduari utzi zure irribarrea zapuzten. Ez orain, ez inoiz. Mesedez, ez amore eman. Eta gogoratu, mundua beltz ikusten duzunean, denak zentzurik ez duela iruditzen zaizunean, eseri eta borroka egiteari utzi nahi diozunean, negar egiteko gogoak itotzen zaituenean, orduan, ni agertuko naizela. Ezerezetik. Eta Mikele deitzen naizen bezala, eta eguzkia ekialdetik ateratzen den bezala, zihurtasun berberaz, irribarrea piztuko dut zuretzat. Zin dagizut horrela izango dela. Zin dagizut maitea, beti horrela izango dela.
A él le diría, que desde el segundo cero,
ya me tenía,
y que bajo esas estrellas
pedí un deseo que sabía que no se cumpliría
pero que no pude evitar: que aquello no se acabara.
Y a él,
que podría haber estado
dando vueltas por el mundo cuarenta años
o más, y que seguramente
en ningún rincón
encontraría a alguien tan jodidamente genial.
Y a los dos,
que les quise
con todo mi corazón
desde la primera sonrisa.
ya me tenía,
y que bajo esas estrellas
pedí un deseo que sabía que no se cumpliría
pero que no pude evitar: que aquello no se acabara.
Y a él,
que podría haber estado
dando vueltas por el mundo cuarenta años
o más, y que seguramente
en ningún rincón
encontraría a alguien tan jodidamente genial.
Y a los dos,
que les quise
con todo mi corazón
desde la primera sonrisa.
Monday, December 2, 2013
Y puede que también tuviera esa forma de andar,
y ese pelo,
y ese gesto específico,
que te hacían pensar,
wow, que pasada.
Y puede que también
influyera
el hecho de que
nunca te hubieras imaginado
que en un lugar tan corriente
hubiese alguien así,
alguien capaz de dejarte sin aliento.
Y puede que también
yo fuera jodidamente estúpida
y no fuera capaz
de decirme: Make, ¿eres idiota o que te pasa?
Y en ese plan.
y ese pelo,
y ese gesto específico,
que te hacían pensar,
wow, que pasada.
Y puede que también
influyera
el hecho de que
nunca te hubieras imaginado
que en un lugar tan corriente
hubiese alguien así,
alguien capaz de dejarte sin aliento.
Y puede que también
yo fuera jodidamente estúpida
y no fuera capaz
de decirme: Make, ¿eres idiota o que te pasa?
Y en ese plan.
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