Sunday, December 28, 2014

- Yo no te dije que me esperaras.
- Ya lo sé.
- ¿Y por qué has esperado?
- Tenía qué hacerlo.
- ¿Tenías qué? No, claro que no tenías que hacerlo.
- Sí.
- ¿Y eso por qué?
- Porque tenía que ver tu cara al regresar.

Se quedó callado y la miró con cara rara.

-¿Tenías que ver mi cara?
- Sí.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- A veces me sorprende la poca capacidad que tienes para entender las cosas importantes de verdad.
- Sí, lo sé, soy un insensible de mierda. ¿Pero qué quieres decir?
- Que tenía que ver tu cara. Tenía que ver cómo sonreías, si tu sonrisa iluminaba como el sol uno de esos mediodías de agosto, o era más bien un amarillo pardo intentando camuflar la tristeza de tus flaquezas. Tenía que ver si te brillaban los ojos, si el mar entero se escondía en ellos, rompiendo olas contra el intenso negro de tus pupilas, vibrando, haciéndote salvaje. Tenía que ver si no podías esconder tu felicidad en cada gesto, si abrías la boca más de lo normal, y sonreías cada poco sin tener por qué. Tenía que verla a ella reflejada en tu iris, entender que te había cambiado la vida, entender que había entrado hasta la cocina, poniéndolo todo del revés, haciéndote vulnerable. Tenía que ver con mis propios ojos cómo me mirabas, como si ya sólo fuera un mero fantasma, un eco de otro tiempo que nada tiene que ver contigo, un vendaval apagado, un fuego hecho ceniza. Tenía que ver si te habías enamorado.
Tire swings and hot chocolate. The world’s about to end. I could dance for a while, I could make you stay. But you’re leavin’ on the next plain. And I’m makin’ popcorns.
How could I live without my sea? How could I live without my wind? How could I live without the rain that wets the weak side of my skin? How could I? The world spinnin' around, one revolution every 24 hours. It's easy, but still a fuckin' mistery. And we don't seem to see beyond the boundaries, we don't seem to understand the beauty of the unsaid. Open the windows, smell the fire. It's the rebirth of the wild.

Wednesday, December 24, 2014

I bet she’s pretty. Maybe the prettiest girl in the neighborhood. I bet she has a dimple, and her eyes light up every time she smiles. She’s probably the most special girl you’ve ever met, and she makes you feel special too. The way you look at her, you could stop the world. It’s amazing. I bet you’re completely in love with her. And I bet she’s crazy about you. I bet she’s blonde, and her hair shines like the sun shines in summer mornings. I bet you could die for her. So this is all I’m gonna say: if your heart skips a beat everytime she smiles at you, don’t let her go. Please, don’t you ever let her go.
Singin' Lana under the rain, spinnin' around. I'm not waitin' for anyone, nobody's comin'. The street's almost empty, only a few cabs dare to disturb the calm of the night, the stillness of the rooftops. The stars are shinin', I can feel them twinkle. I feel my feet on the pavement, the song in my head goes "I sing the body electric, I'm on fire..". The night's dark, my skin's wet. I'm thinkin' of you.

Tuesday, December 23, 2014

And while that songs numbs my senses my heart still talks about you. But I'm not sayin' it out loud, I'm not shoutin' it out. Silence is where the truth is hidden. Listen to the sound of this emptiness. I'm here.
Esa sensación de "paso página y que le jodan al mundo."
Me he comprado lencería nueva,
un vestido negro,
me he soltado el pelo.
Estoy respirando
rápido.

La vida no me promete nada,
y yo me agarro
a cualquier
excusa
para salir volando,
botando,
bailando.
Como si fuera una peonza
en mitad de una pista de hielo:
voy dando tumbos
y sonrío.

Quiero esa canción
en mis venas,
retumbando por todo
mi sistema nervioso,
haciéndome vibrar
como nunca antes nada:
como si fuese una tormenta
que viene para acabar conmigo.
Que acabe conmigo,
estoy preparada.

Sin tacones
y sin paraguas,
esperando el momento
de encontrarme con tus ojos
y caerme
al agujero negro
de la distancia relativa
entre tu pelo
y mis manos.
Soy un blanco fácil.

Mi boca,
hambrienta,
soñando con el sur de tus labios.
Qué locura
y qué desastre.

Pienso en ti en cuenta atrás,
como una bomba que está a punto de explotar,
me tiemblan los pies
y los párpados,
y casi soy capaz de notar
la tierra girando.
Un impulso eléctrico
recorre mi espina dorsal.

Estoy respirando
rápido.



Ojalá te mire y tu mundo se derrita,
ojalá te cuide
mejor mil veces mejor que yo,
ojalá te mime
y te de todo
lo que necesitas,
todo lo que puedas pedir.
Ojalá te quiera por encima de todo,
ojalá la quieras por encima de todo.
Ojalá la vida
se te suavice junto a ella.

Ojalá que seas feliz.

Ojalá.

Monday, December 22, 2014




2006. I was young, I didn't care. The world was there for me, and I reached for the stars. I danced, I dreamed, I loved, I laughed. I grew up. Now, eight years later, I'm still that girl. The one that fell down on the field that night and laughed like the world didn't matter. I'm still that crazy, still that wild. And I love this fuckin' madness. I'd shoot for the moon, but I'm too busy gazin' at stars, I feel amazing. Yes, I feel amazing.
No voy a esperar a que llegue el huracán. No va a llegar. Tengo que coger la mochila y empezar a hacer el camino. Caminante perdida y olvidada, que recoge margaritas de las orillas de las cunetas. El alma rota a puñetazos, y mi sonrisa desgastada sonriéndole a la luna. Apareces en mis sueños, como una estrella fugaz que no puedo alcanzar. Me despierto con ganas de ti, pero el mundo tiene otros planes. Tú tienes otros planes. Y qué bonito sería, entrar en tu universo, ponerlo todo del revés, hacerte cosquillas. Y qué bonito sería, cambiar de piel, robarte las sudaderas, aprenderte de memoria. Joder, qué bonito sería. Y en vez de salir a buscarte, me alejo en todas direcciones, intentando poner más silencio de por medio. Como si no estuvieras ya bastante lejos, como si no estuvieras ya en el otro extremo del mundo. Como si no fueras ya un imposible dibujado en las olas del mar. Y es que no sabes lo que daría por bañarme en tu mar, por empezar a contar estrellas colgada de tu espalda. Y es que no sabes lo que daría por poder acercarme lo suficiente, por morir en el intento. En ti.

Sunday, December 21, 2014

"I love being horribly straightforward. I love sending reckless text messages (because how reckless can a form of digitized communication be?) and telling people I love them and telling people they are absolutely magical humans and I cannot believe they really exist. I love saying, “Kiss me harder,” and “You’re a good person,” and, “You brighten my day.” I live my life as straight-forward as possible. Because one day, I might get hit by a bus. Maybe it’s weird. Maybe it’s scary. Maybe it seems downright impossible to just be—to just let people know you want them, need them, feel like, in this very moment, you will die if you do not see them, hold them, touch them in some way whether its your feet on their thighs on the couch or your tongue in their mouth or your heart in their hands. But there is nothing more beautiful than being desperate. And there is nothing more risky than pretending not to care. We are young and we are human and we are beautiful and we are not as in control as we think we are. We never know who needs us back. We never know the magic that can arise between ourselves and other humans. We never know when the bus is coming."
Siluetas que marcan el compás de tus latidos,
mientras tus pasos siguen
el culo de otra,
y yo viendo los toros desde la barrera.
Sé que si salgo a la plaza
voy a acabar desangrada.
Acabar mordiendo
el polvo,
y no echándolo,
no es un buen negocio.

Matemáticas del sexo,
y ese uno menos uno:
aquí no baila nadie.

Que se apague el universo si no vienes,
que se apaguen las luces si te vas
detrás de sus tacones,
que se apaguen
los latidos
si tus manos
tienen hambre de sus manos,
si tus labios tienen
sed
de su sonrisa.
Que se apague el mundo,
si no es mi nombre
el que recuerdas
cuando la noche
ya no deja sitio para nadie.

Que se vaya todo a la mierda.

No tengo tu tiempo,
no tengo tu boca,
y las manecillas del reloj
siguen girando.

Dicen que cuando no tienes nada que perder
no cuesta tanto.
Pero es mentira.

Tú no tienes palabras para mí,
y yo no tengo sitio
para más cicatrices.

Ojalá nunca.
Pero menos mal.


And I wonder, when and where. I wonder, how and how much. I wonder, if I'll have a chance some day. With you. I wonder, if you'll realize, that somewhere deep within my soul is cravin' for you. It's like I've been waitin' for you for long ago, without knowin' I was waitin' for you. Damn, am I crazy? Of course I am. But I want you.

Saturday, December 20, 2014

Todas las cosas que habría hecho
de no ser porque no las hice.

Y así,
la vida pasa
sigilosa,
dejando sólo
un rastro de pétalos marchitos
que no volverán a florecer.

O te pinchas
o mueres.

Y no hay segundas oportunidades
en este puto rail.

O te subes al tren,
o te atropella.

Y si descarrila,
al menos podrás decir,
que desde la ventana izquierda
del tercer vagón,
la vida por un momento
pareció follarse
al universo.


Los ojos llenos de ojalás,
y la sonrisa
como único equipaje.
Y todavía.

Friday, December 19, 2014

Un cunnilingus a las penas,
otro viaje en autobús.
Ya he perdido la cuenta.
Mis dedos siguen temblando
con el roce del papel,
y pienso que nada está demasiado
lejos si es el corazón quien
emprende el viaje.
Puedo recorrer el universo
por esos latidos,
andando y con mochila,
y no me cansaría,
no me hartaría,
no pararía.
Mis venas llenas
de amor del caro,
pero no sé
exactamente dónde derramarlo.
Como si no hubiese recipientes
predispuestos a abarcarlo,
voy dejando un
rastro de sangre
allá por donde paso.
Y es bonito
saber que el odio
quedó tan lejos
que ya nunca
puede alcanzarte.

Mis mejores coordenadas
están a unas cuantas horas de mí,
y en la maleta llevo mi jersey favorito.
Sonreír no es tan difícil.

Pero qué no daría yo por sonreír contigo,
por hacerte reír como un niño,
por llenarte las pupilas
de colores,
de un nuevo amanecer
repleto de esperanza.

Pero no vienes, no vienes,
no vienes.







Los espejos intentando camuflar
los instintos más prohibidos,
la sangre cayendo por cada orificio
de esta catástrofe,
la vida tirita
en el filo de
las palabras que nunca se dicen.

Cierra las cortinas,
que nadie nos vea.

Que nadie nos vea destrozar
el tiempo,
darle la vuelta a los relojes,
acabar con todo lo establecido
y empezar a hacer
el salvaje
en nuestro pequeño
mundo inventado.

Que nadie nos vea
desgarrarnos el corazón,
que nadie nos vea
intentando hacer sangrar
más emociones,
que nadie nos vea
huyendo
de la rutina impuesta
y saltando
todos los semáforos en rojo.

Estás naranja,
parpadeas.
Y la noche deja sitio
para empezar a improvisar.

Empieza.
El colchón me dice que no son horas
y yo pensando en
el mapa de tus coordenadas.
Dónde estará tu estrella.
La noche es oscura
y alberga horrores,
necesito de tu luz
para calmar mis miedos.
Ojalá estés un poco más cerca.
No sé cual es tu comida favorita
ni sé si a las 4:11 de un jueves
te pondrías a beber cerveza,
pero ven,
que te doy lo que me pidas.
Lo mejor de la locura es compartirla
y lo mejor de las sábanas
es que guardan el calor.
Todo un universo
en un metro por uno ochenta,
pero no quiero explorarlo sola.
Ven, y dejamos el sueño
en alquiler en otra casa,
y nos pasamos
las horas jugando a encontrarnos.
Y cuando te canses
y quieras dormir,
te pondré esa canción
y esperaré a que el sueño
suavice
tu respiración.
Aprovecharé para mirarte
sin miedo a que apartes la mirada.
Aprovecharé para mirarte
y rezarle al universo
que nunca jamás en la vida
te saque de aquí.
Y construiré palacios,
y torres,
y balcones,
desde los cuales
el sol nos dará los buenos días.


Haré un mundo a tu medida
si me dejas quedarme a vivir en él.

Tuesday, December 16, 2014

El ruido del microondas indica que hay vida más
allá de las fronteras
de estas cuatro paredes.
Por la ventana de mi cuarto
entran ruidos
procedentes del patio,
y de alguna manera
no me siento tan sola.
No es que me importe la soledad,
entiéndeme,
pero a veces
es reconfortante
saberse cerca
de otro ser humano.
Anoche volvieron las pesadillas.
Lo raro es que estaba despierta.
A las noches todo se vuelve
más difícil,
el aire se condensa,
los ruidos cesan,
y el silencio
deja paso a nuestros peores miedos.

Ojalá estuvieras aquí.

Ojalá la vida no te pusiera
tan distante,
inalcanzable como
una de esas estrellas
fugaces.
Ojalá me abrazases tú
cuando mi alma
empieza a tiritar,
y ojalá que con mirarte
bastara para
respirar tranquila.

Ojalá pudiera contarte
todos los cuentos
que tengo
esperando en el tintero,
hacerte sonreír,
enternecer las circunstancias.

Ojalá pudiera.
Ojalá quisieras.

-Ojalá hubieras sabido esperar.
- ¿Esperar a qué?
- Al fin del mundo.

Sunday, December 14, 2014

I'm dreamin' of the wild side.
Of roads that take you nowhere,
of shinin' street lights
that almost make you blind,
of forgotten bar counters
full of empty whisky glasses
while a beautiful latin girl
dances alone on the dancefloor.

I'm dreamin' of the wild side.
Of lipstick stains on your shirt collar,
of everlasting nights
on the edge of your mattress,
of sunny mornings drinkin'
hot-chocolate
while tryin' to win
that pillow battle.

I'm dreamin' of the wild side.
Of your hair and your voice,
of that fuckin' music
that makes me tremble,
of Lana and Johnny
and the million dollar man,
of that stop sign
that we just won't see,
of beer,
and sex,
and a little bit of fuckin' freedom.

I'm dreamin' of the wild side.
Of that everything on red,
of that suicide jump
into your lips,
of your back
against my skin,
of that second before the second
when I'll know everything:

you are what I've been waitin' for all along.

Who drives me crazy
Who makes me wild.





Friday, December 12, 2014

- Pero ellos no lo saben.
- ¿No saben el qué?
- Nuestro secreto.
- ¿Y cuál es nuestro secreto?
- A veces me desesperas.
- Lo sé. ¿Pero cuál es?
- Ahora no quiero decírtelo.
- Sabía que te picarías.
- No, yo no me he picado.
- Sí, claro que te has picado. Siempre te picas.
- Pues no.
- No pasa nada. Me gusta cuando te picas.
- ¿Ah sí?
- Si. Se te pone una cara muy graciosa y me dan ganas de cogerte los mofletes.
- Ah, pues muy bien.
- No tienes remedio.
- Ni tú tampoco.
- Lo sé. Pero es genial.
- Si tú lo dices.
- Sí, lo digo yo. Es la puta polla.
- Eres muy raro.
- No más que tú.
- Pero eso ya se sabía.
- Si, es verdad, eso ya se sabía.

Se miraron en silencio un rato. Luego ella bajó la cabeza y se quedó un rato mirándose los pies. Él seguía mirándola.

- Prefieres que no lo sepan ¿a que sí?
- No es eso.. pero me gusta que sea así, me gusta que sea algo entre los dos. ¿Seguirás guardando el secreto?
- Sí.
- Bien.
- A veces siento que te da miedo.
- ¿Que me da miedo el qué?
- Que lo sepan los demás.
- No, ya te he dicho que no es eso..
- Pues no lo entiendo.
-¿Por qué no?
- Porque a mí me daría igual. Me daría igual que lo supiera el mundo entero o el jodido universo infinito. Eso no cambiaría nada entre tú y yo. Eso no cambiaría esto.
- Eso no lo sabes.
- Sí, sí lo sé. Ese es el problema. Que yo sí lo sé. Pero parece que tú no lo tienes tan claro.

Se empezó a alejar despacio, como si esperara que ella fuera detrás.

- ¿Que no tengo claro el qué?
- Lo que hay entre nosotros.
-¿Y qué coño es lo que hay entre nosotros?

Se quedó callado. La miró a los ojos. Tragó saliva, miró al horizonte y se empezó a encender un cigarro.

- Si no lo sabes ya, no hace falta que responda.




Friday, December 5, 2014

Euskadi me recibe con lluvia,
por aquí nada cambia.
Las mismas nubes grises,
el mismo mar,
la misma lluvia horizontal.
Las mismas calles,
las mismas paradas,
los mismos recorridos.
Mi calle,
intacta,
como cuando tenía 7 años
y jugaba al balón.
El tercer piso,
mi tercer piso,
esperándome,
como siempre.
Ellos,
sonrientes,
sin mostrar ningún cambio
significativo
(aunque el pequeño
está un poco más delgado),
saludándome
mientras mi corazón se llena
de calor.
Y luego ellas.
¿Qué más le puedo pedir a la vida?

Hoy voy a poner la música a tope,
hoy voy a bailar hasta reventarme los pies.

Y que salga el sol por donde quiera.

Thursday, December 4, 2014

I wanted to think differently,
feel differently,
talk differently,
dance differently,
fuck differently
and sing differently.

But that was what I was.

Different?

I don't know
and I don't care.

I can't be what I'm not.
It's taken me 24 years
to take notice of that.

And now, finally, I can say it out loud:
yes, I'm weird, and I like it.

Wednesday, December 3, 2014

El escaparate me devuelve tu reflejo.
Quizá debería preocuparme,
pero por ahora sigo caminando
como si mis gastadas botas
no tuvieran intención de parar nunca.
La ciudad me come
y yo me dejo comer,
porque no concebí nunca
un lugar mejor
para perderme.
Soy como Gepetto
dentro de la ballena.
Pero yo no intento escapar,
esta luz no me da miedo.
Esta luz no me da miedo,
esta luz me habla de ti.
Y me entran ganas de bailar
y de decirte
sin que oigas
que ojalá tu sonrisa
un poco más cerca,
que ojalá
esa forma
de pronunciar
a dos centímetros de mí.
Y mientras tanto
llega el invierno
y yo sin calefacción.
El frío entra por todas las rendijas,
pero dentro de mi
se enciende una pequeña
chispa
que me hace ser optimista.
Están cambiando los colores.

Y no sé por qué me da
que tú tienes algo que ver en eso.

Tuesday, December 2, 2014

Nowhere in particular.
That's the destination.
Would you come with me?
Would you stay away?
I'm not waitin' for anyone.
I'm leavin' now,
to nowhere in particular.
No home,
no flag.
I wanna fuck with freedom
in an unknown land.
Whatever,
I'm gettin' older.
And I don't like that place.
It still smelles like her.
And that's so fucked up.
I don't know where the fuck
the road will take me.
And you know what?
I don't even care.
I'm on my way.

Monday, November 24, 2014

Tú. No fuiste nada más que un eco, un efímero fantasma que apareció de golpe y se fue más de golpe aún. Dejándome medio ahogada, intentando entender lo inexplicable. Y es que no lo entiendo. No entiendo ni una sola de las palabras que me dejaste, mi teléfono vacío, esa indiferencia tan jodidamente fría. ¿Como puede estar un corazón tan congelado? Sé que no debería haber vuelto a volver. A hacer el indio de esa manera, a convertirlo todo en un jodido desastre. Debería haber entendido a tiempo que no había sitio para mí en ese rincón tan diminuto. No había luz, no había aire. No había nada. Tú no estabas, no estuviste. Sólo eras un reflejo, un amago. Intangible como la vida misma, lejano como la última de las galaxias, helado como el agua cuando el termómetro marca bajo cero. Un polo norte en medio de la nada, y yo muriéndome. Muriéndome por intentar llegar a no sé dónde, muriéndome por intentar llegar a no sé qué. Tropezándome un millón de veces contigo, incapaz de salir corriendo, incapaz de esquivarte, de eludir tu gravedad. Condenada a estar siempre a una distancia prudencial, sin poder perderte de vista, sin dejar que te tragase la oscuridad. Y ahora no veo nada. De repente el mundo a oscuras y no hay vela que pueda encender que me haga tener un ápice de esperanza. Estoy sola. Ya no te veo. Ya no te veré. Y no sé si me duele o me dueles. No sé si me muero o me matas. O me mato, haciendo el kamikaze cada 24 horas, volviendo a suicidarme una vez más. Rajándome el alma, perdiendo lo que me queda de cordura. Rindiéndome.

Friday, November 21, 2014

Llueve
en las
calles
de mi alma
y yo sin paraguas
otra vez.
Que el sol salga por
donde quiera
y toda esa mierda,
que yo no sé
qué coño hacer
con estas cenizas.

Dibujo palabras
que no riman,
piezas que no encajan,
notas que no armonizan:
mi mundo entero
está desafinado.
Y no hay manera
de ordenar
este desastre.

El caos se desliza entre mis dedos,
y mi centro más íntimo
aún me habla de ti.
Puedo temblar
sólo con oír tu nombre.
Me mareo a ratos
e intento esconderme
detrás de jirones
de piel,
como si debajo no hubiese nada,
como si mi alma
sólo fuera
un eterno vacío.

Y que mentira este silencio.
Y que descaro.

Wednesday, November 19, 2014

Nada tiene sentido
y de repente tu voz.
Como si la vida
no me dejara escaparme del todo.
Yo que siempre nadé en pleno océano
estoy anclada a tu orilla
como si alguna vez fueras
a venir a por mí.
Naufrago
cada vez que el sol se pone,
cada vez que el mundo me dice:
deja de intentarlo.
Como si yo pudiera hacer algo al respecto,
Mis nervios dilatándose
y yo preguntándome
qué coño me pasa.
Cuando las luces de las farolas toman
el control
me vuelvo loca del todo.
Respiro
pero no encuentro mi calma.
Estoy en mitad
de la puta trinchera
gritando a pleno pulmón,
pero el mundo no me oye,
nadie me oye.

No pienso tejer ninguna bandera blanca.

Si tengo que morir
será matando.
Si me desangro,
diles que mientras
el suelo
se cubría de rojo
yo estaba pensando en ti.

Saturday, November 15, 2014

Escrito a 15/11/14

- Tronca, no pierdas el tiempo deshojando una puta margarita. La respuesta siempre es no.
- ¿Y eso cómo lo sabes?
- Pues porque lo sé y punto.
- No tienes ni idea.
- ¿Y tú? ¿A caso tú tienes idea?
- Pues no pero..
- Ya, y como no tienes ni idea, pretendes que una margarita te solucione la existencia ¿no?
- No es eso..
- ¿Entonces qué es? Mírate, míranos. No nos quiere nadie, somos unas parias, unas tías raras de cojones que ni siquiera saben relacionarse como es debido con la gente. ¿Quién crees que nos querría en su vida?
- Yo qué sé, tía. No tengo ni idea. Pero no sé, ¿soñar es gratis no?
- Soñar es una forma de escapar de la realidad. Pero cuando la realidad es tan cruda como la que tenemos delante no sirve de nada intentar escapar. Nos alcanzará siempre.
- Me chafas todo, tía.
- Lo sé. Pero hazme caso, es mejor así.

Tiró la margarita al suelo y se puso a mirar la luna.

- Que bonita es.
-¿Quién?
- La luna.
- Ah, sí.
- ¿Para ti no?
- No sé, nunca me fijo en realidad.

La miró con una desesperación que no le cabía en los bolsillos.

- ¿Ves?
- ¿Ves qué?
- Eres tú tía.
-¿Soy yo qué?
- Eres tú el problema.
- ¿Qué?
- Que no es que seamos raras, ni unas parias, ni pollas. Intentas hacérmelo creer, pero no es así. Eres tú. Eres tú la que no cree en nada.
- ¿Pero qué dices? Yo si creo en cosas.
- ¿Sí crees? Y una mierda. Te da igual todo. No crees en la belleza, en las emociones, en los sentimientos. No te fijas en la luna, en como brilla, en como nos mira desde arriba. Cualquiera con un poco de sensibilidad mira a la luna y tiembla. Yo miro a la luna y tiemblo, joder. Y me siento pequeña y grande a la vez, y siento que somos un milagro, y que estamos aquí, y que es fascinante, y que es un privilegio estar respirando y admirando el brillo de ese satélite gigante. Y tú dices que no te fijas. Y eres así con todo. Te da igual, simplemente no te importa. Te dan igual las flores, los árboles, el cielo y las nubes. Te dan igual las margaritas y los dientes de león. Te dan igual los charcos y los chaparrones que hacen que el mundo se llene de calma. Te da igual todo. Y lo peor de todo es que te dan igual las personas. Y si te dan igual las personas, te da igual el amor. Y ese es tu puto problema. Por eso me dices esas cosas de que nadie nos va a querer. No es que nadie nos vaya a querer, es que tú no quieres querer a nadie. Y eso es un asunto muy distinto. A mí no me metas en ese puto saco. Yo no soy como tú. A mí me importan la cosas. Me importa la luna, y este momento y estar aquí y respirar. Me importa sentir mi corazón latiendo y me importan las jodidas margaritas. Y sobre todo, me importan las personas. Me importas tú y me importa él. ¿Lo pillas? A mí si que me importan las cosas. No digas que no.

Se quedó callada. Miró al suelo un segundo y luego levantó la vista para mirarla. Era una tía lista sí, y más sensible que el mejor de los poetas. Lloraba tanto, y saltaba tanto, y bailaba tanto. Y sí, tenía razón, las cosas le importaban. A veces demasiado. ¿Y a ella? ¿Sería verdad que las cosas no le importaban nada? No claro que no era verdad. Y tenía una pregunta que hacer al respecto. Quizá no justificaba su comportamiento pero al menos le ayudaría a hacerle entender por qué tenía una actitud tan pasiva ante todo.

- ¿Y no te duele?
- ¿No me duele el qué?
- Todo eso. Todo eso que te importa.
- Sí, claro, por supuesto que me duele. ¿Pero eso qué coño tiene que ver?
- Pues eso, que no hemos venido aquí para que nos duela. Que eso es una mierda. Que nadie quiere sentir dolor. Que es mejor que no te importen las cosas, intentar mantenerte al margen, ser inmune a todo.

La miró y sonrío. No pudo evitarlo.

- Estás equivocada. Hemos venido aquí justo para eso: para que nos duela. Para sentir. ¿Si no, de qué serviría estar viva? ¿Si no sientes de que te valen las cosas? ¿Si no te importa nada qué cojones haces aquí?

Y entonces se acercó mucho, hasta ponerse a dos centímetros de la cara de su amiga y le dijo:

- Si tienes miedo a sentir, di que tienes miedo a sentir. Pero no hagas como que el mundo te la suda. Porque no es verdad. Veo como le miras, y veo como tiemblas cada vez que se aleja con ella. Y todo este discurso que te has montado no es más que una coraza. Pero esconderse no es la solución, sólo te estás engañando. Lo que pasa es que sientes, que te importa. Y eso te acojona mucho más que cualquier otra cosa en la vida. Porque duele, claro que duele. ¿Pero que sería del mundo sin dolor? Todo lo bueno se consigue luchando, sufriendo, haciéndose daño. Sino acuérdate como venimos a la Tierra: con dolor, con un jodido dolor tan grande que todas las madres del mundo gritan y se desesperan y se vuelven locas en las salas de parto. Pero después del dolor, llega la sonrisa, el milagro. Y no sería tan importante, no sería tan valioso, si no hubiese dolido tanto.

La volvió a mirar. Estaba confundida, con una expresión rara en el rostro. A ella no podía engañarla, la conocía demasiado bien. Sonrío mientras la miró con una expresión tierna, y mientras cogía otra margarita y empezaba a saltar por el camino, miró hacia atrás y le dijo:

- Y esto recuérdalo siempre.






Friday, November 14, 2014

Estoy pensando en sus ojos
y casi puedo correrme.
La vida es la más zorra
de las zorras,
pero es tan bonita
que no te deja otra
que quererla a matar.
No espero nada ya,
sólo un poco de lluvia
mezclada con un poco de música.
Más Johnny,
más cerveza.
Y que las manecillas dejen de girar.

Que dejen de girar joder.
Y que tú aparezcas.
Están durmiendo en mi salón.
La vida diciéndome:
sonríe, todo está bien.

La locura de esas calles
con ella a mi lado.
La locura de ese supermercado
con ellas haciéndome
la putada.
Y lo que las quiero.

Mil historias que contarles,
y no puedo estar triste.
Aunque les esté
contando mi desastre más total,
mi hecatombe más absoluta.
Cuando ellas me escuchan
la vida es más tierna,
y casi se olvida del dolor.
Es sabor a chocolate,
sabor a caramelo,
sabor a saber,
que no van a dejarte caer
ni una sola vez.
Y eso
es
sagrado.

Otra oportunidad
en estas coordenadas.
Empezar de cero,
volver a respirar.
Y ellas dándome
su lado bueno.

La soledad sale volando
y de repente
siento que puedo
tocar el puto cielo.

Pregúntale al barrio
cuantas veces me ha visto sonreír así.

Sevilla es mi paraíso.
Y ellas están durmiendo en mi salón.

Todo está bien.
Todo está bien.

Están conmigo.

Wednesday, November 12, 2014

La vida en blanco y negro
y yo volviendo a tiritar.
Estoy a punto de vomitar
todos mis puntos débiles.
Ya no sé recomponerme.

Camino sin saber qué dirección
es la menos mala.
Ya que todas
al final
me conducen al desastre,
al menos que sea
lo más llevadero posible.
Y ojalá.

No me da miedo pincharme y sangrar,
no me da miedo
cagarla.
Soy tan kamikaze
que a veces pienso
si no estaré loca de verdad.
Quién sabe,
todo es tan relativo.
La subjetividad
acecha por cada esquina
y las verdades absolutas
murieron el día
que Cristo resucitó.
¿O no?

Este eterno sin sentido
lleno de mierda
y de basura
me hace tener envidia de las ratas.
Y eso sí es preocupante.

Me calzo mis pecados
todas las mañanas
y ando por la ciudad
con el peso de mis propias
decisiones mal tomadas.
Las consecuencias no te
abandonan en toda
tu puta vida.
¿Como escapo de mi misma?

Y aun y todo pretendo encontrar
un poco de color debajo de alguna piedra,
un poco de esperanza
en los rayos de luz,
un poco de verdad
en los pasos de la gente.
Un poco de algo que no sé
que es,
un poco de algo
que me ayude a creer.

¿Pero qué coño digo?

Soy una niña perdida,
una ilusa total
que todavía espera
un puto milagro
que nos devuelva la fe.
La fe en algo que ni siquiera
sabemos qué es,
pero que intuimos
esencial
para el corazón humano.

Y yo,
que siempre fui atea,
me veo clamándole al cielo
algo que me pueda hacer
volver a creer que volver a creer es posible.

(Y una mierda.
Nunca nada dura suficiente.)

Monday, November 10, 2014

- Estaba pensando en ti. 
- ¡No jodas! Qué casualidad, yo también estaba pensando en ti.
- Yo no creo en las casualidades.
- ¿Qué quieres decir?
- Que estarías pensando en mí por alguna razón.
- Si, claro. ¿Pero no es una casualidad que hayamos pensando el uno en el otro en el mismo momento?
- No. No es casualidad.
- ¿Entonces qué es?
- Yo te di un motivo para que pensaras en mí. Tú me diste un motivo para que pensara en ti. Tomando en cuenta que compartimos espacio-tiempo, y que ambos teníamos motivos para pensar en el otro, era más que probable que coincidiéramos al hacerlo. Si X son las veces que tú piensas en alguien, y Y son las veces que esa misma persona piensa en ti, en Z ocasiones X coincidirá con Y. Y eso es lo que ha pasado. Si uno de los dos no le hubiese dado motivos para pensar en el otro, no hubiera pasado esto. ¿No crees?
- Quizá a pesar de no haberme dado un motivo algo me hubiese recordado a ti.
- No. De alguna manera tendría que estar en tu inconsciente para que cualquier cosa aleatoria te recordara a mí. Y si estoy en tu inconsciente es porque algo ha hecho que esté ahí. Bueno o malo, pero al menos no indiferente.
- Puede ser.
- Y será.
- Entonces preguntaré primero, ¿qué es lo que te ha llevado a pensar en mí?
- Ah. Eso no se dice.
- ¿Es bueno o malo?
 - Es mejor que malo, pero peor que bueno.
- Me quedo igual.
- Esa era la intención.
- Ah.
- ¿Y a ti? ¿Qué te ha llevado a pensar en mí?
- Iba a decírtelo pero ahora ya no quiero.
- ¿Por qué no?
- Porque tú no me lo has dicho a mí.
- ¿Acción reacción?
- Siempre.
- Bien. Me parece justo.
- A mí también.
- La próxima vez puede que cambies de opinión.
- Puede.
- Hasta entonces, nos vemos en la Z.
Se quedó mirando como se iba. "Nos vemos en la Z" qué curioso, y a la vez parecía tan fácil. Quizá ese era el truco al fin y al cabo. Quizá ella había dado en el clavo. ¿Y él? ¿Qué iba a hacer ahora?

Sunday, November 9, 2014

Antes de la tercera,
antes de que el sol se caiga
y se acabe la tierra,
antes de que el sol se ponga por el oeste
el último anochecer del jodido último día..

llegaré a tu puta orilla a derramar mi última gota de sangre
mientras escribo en un trozo de papel amarillo:
lo intenté,
pero no lo conseguí.

Lo siento.

Friday, November 7, 2014

Me he despertado con ganas de no follar y no me extraña. Mi cuerpo está en decadencia. El frío se me mete por todos los rincones, y cada día pierdo un poco más de peso. Pero como le digo siempre a mi padre, soy una chica del norte, soy fuerte. Y él sabe que sí. Viejos miedos intentando ponerse a bailar conmigo, les digo que no, que yo bailo sola. Que se lo pregunten si no a mi mejor amigo, siempre que bailamos le piso los pies. Dice que soy muy patosa. Y sí, realmente lo soy. Por eso me pongo a bailar descalza, sangrando mierda y dudas, pasando de largo cuando vienen a por mí, dejándolos otra vez debajo de la cama. Que se queden ahí, a este lado de la vida no hay sitio para ambos. O ellos o yo. La guerra constante entre mi corazón y mi cabeza parece que se queda en standby. Me dicen que no pueden más, que ya vale de chorradas. Y me cago en todo, qué razón tienen. Lo jodido de la distancia intermitente, esas sonrisas están demasiado a tomar por culo. Y yo aquí volviéndome loca. Menos mal que está él. Menos mal que su risa. Menos mal que la vida a veces te dice: eh, toma este pedazo de chocolate, te lo mereces.

Saturday, November 1, 2014

" - No sé Paul, lo veo claro, amo a Summer. Me encanta su sonrisa, su pelo, sus rodillas. Me encanta el lunar con forma de corazón que tiene en la piel. La forma en la que a veces se moja los labios antes de hablar. Y el sonido de su risa. Me encanta mirarla cuando está dormida. Me encanta escuchar esa canción cada vez que pienso en ella y cómo consigue que me sienta.Hace que todo sea posible, no sé... como si mereciese la pena vivir, tío.
- La cosa está chunga."

Thursday, October 30, 2014

- I love you.
- How much?
- This much.

And with her finger she drawed an eight into the sky.

Wednesday, October 29, 2014

Me rindo.
La piedra de la resurrección está en el suelo,
y yo camino sola entre mis fantasmas:
tú no estás.
El viento frío
me eriza la piel,
mientras me preparo
para derramar mi última gota de sangre.
¿Quién va a salvarme?
Estoy vendida.

Las dos heridas,
esas putas dos heridas,
haciéndome mella
en el costado.
Mira mi sangre,
es negra,
como tu color favorito.

El suelo se llena
de sal,
y no hay quien
encuentre
una palabra
que pueda acabar con este desastre.
Remátame,
ya no tengo fuerzas para
seguir buscando.

Que me queme el sol
antes de que llegue la lluvia.

Que me queme el sol.


Monday, October 27, 2014

Ahora es cuando me desnudo sin ningún tipo
de tapujo y te digo:
ven, ven, cómeme el coño.

¿Ves esta marca en la mitad del pecho?
Es el corazón intentando escapar.
Mi caja torácica ya no soporta
sus constantes golpes
de mala suerte.
Me cruje el esqueleto
cuando pienso
en esa mierda.
Intento leer unas líneas
de cualquier poema
y se me atragantan los puntos,
como si me estuvieran intentando decir:
'¿lo ves? todo se acaba, siempre, incluso las palabras.'
Pero que putada sería vivir en un mundo
en el que las palabras se acabasen.
Que no cuenten conmigo.

Pero algo no va bien.
Ya ni siquiera tengo ganas de escribir,
y yo siempre tengo ganas de escribir.
¿Qué me está pasando?

Me abro de piernas
y te sangro todos los desastres
que intenté construir con una sola mano,
normal que se hayan derrumbado
con el mínimo soplo de viento,
no estaban preparados
para la tormenta.
Estoy jodida.

Podría parir otra frase más
pero no tengo fuerzas para intentar
hacer como que todavía me importa lo suficiente.

Joder, que mentirosa soy.

Me importa tanto que estoy a punto de quedarme sin palabras.

A la mierda.

Cuando no me salen las lágrimas ni las palabras
poco queda por hacer.
No hay cura para el alma.
No hay cura para nadie.

Alerta roja:
estoy a punto de empezar a desangrarme.

Y no sé si esta vez habrá vuelta atrás.

Saturday, October 25, 2014

I don't wanna be that girl.
I'm fuckin' tired of being that girl.
I can't bear to be that girl.

Not anymore.

For once in my life,
I just want to be the one that doesn't fuckin' care.

But you know what?

I can't.

I guess I just care too much.
I guess that's who I am.

Gosh, I hate that girl.

Friday, October 24, 2014

"Llamé a Midori por teléfono.
- Quiero hablar contigo- le dije-. Tengo muchas cosas que contarte. Eres lo único que deseo en este mundo. Necesito verte. Quiero empezar una nueva vida a tu lado.

Al otro lado de la línea Midori enmudeció durante largo tiempo. Aquel silencio recordaba todas las lluvias del mundo cayendo sobre la faz de la Tierra. Yo, mientras tanto, permanecí con los ojos cerrados y la frente apoyada en el cristal. Por fin, Midori habló.
-¿Dónde estás?- susurró.

¿Dónde estaba? Tpdavía con el auricular en la mano, levanté la cabeza y miré alrededor de la cabina. ¿Dónde estaba? No logré averiguarlo. No tenía la más remota idea de dónde me hallaba. ¿Qué sitio era aquel? Mis pupilas reflejaban las siluetas de la multitud dirigiéndose a ninguna parte. Y yo me encontraba en medio de ninguna parte llamando a Midori."

Thursday, October 23, 2014

No matter what,
he was always in that fuckin corner,
waitin for me.
His eyes, his beard,
hi fuckin' cap.
Everything.

I was tryin' to run away,
but I couldn't.
It was just like those dreams,
when somebody is chasin' you
and you run and you run
but yu just stay on the same spot.
It was frustrating.

The memorie of him lookin' at me,
like a was something similiar to nothing,
was killin' me.
It is killin' me.
But I just can't find a way to turn around the corner
and start walkin in a different street.

It's like I'm anchored to his chest
and somehow there's no way out
of the port.

I'm screwed.

I really feel
like a fly trapped
in one of those little adhesive tapes.

He is my sky.
I can't fly anymore.

Thursday, October 16, 2014

Y ahora lo que me gustaría hacer sería hablar contigo toda la puta noche y no dejar de hablar y que saliera el sol y tener ojeras y que me la sudara porque habría estado hablando contigo y eso hubiera sido suficiente. Sería suficiente. Pero en vez de eso estoy escribiendo en un pedazo de papel virtual intentando escupir toda la mierda que estoy guardando dentro del pecho que de tanto acumular se me va a acabar pudriendo y pues no me da la gana. Me estoy volviendo más loca de lo que ya estaba y mira que yo ya venía muy loca de serie. En casa me lo dicen mucho. Estoy haciendo el indio más de lo habitual y ahora mismo sólo quiero que la tierra me trague y aparecer en el otro hemisferio, por Australia o así, e irme a una playa desierta, con canguros y muchas palmeras a beber ron mientras escucho música que no lleve en el mp4. Y contarle a la luna que qué puta es la vida a veces, y que qué mierda estar dentro de mi cabeza, y que por favor me deje subir al cielo con ella a pasar del mundo y de sus putadas. Porque sí, me voy a ir a vivir a la luna, a pasar de todos los convencionalismos, de todos los "tía no", los "estás loca", los "es que si haces eso van a pensar que estás fatal", los "¿pero cómo le vas a decir eso?, los "no, no puedes hacerlo." Estoy hasta el coño de tener que guardar las formas, de tener que esperar, de tener que callarme, de tener que saber estar, de tener que ser políticamente correcta. No, no soy esa mierda que quieren que sea. Y joder sí, soy un puto desastre, se me rompen todos los cacharros electrónicos que mi padre ya no sabe qué coño hacer conmigo, limpio los cubiertos ochocientas mil veces, tengo compulsiones, creo que todo lo malo del mundo me va a pasar a mí, soy hipocondríaca elevada a n, no puedo mantener nada ordenado porque soy un completo desorden, no sé ver una peli callada, lloro todo el rato por cualquier tontería, pienso demasiado, me tomo las cosas a pecho, soy tan nerviosa que ni puedo tomar coca-cola porque me da algo literalmente, cuando veo el fútbol grito y digo palabrotas y si mi equipo va perdiendo odio al mundo entero, escupo al suelo todo el rato y mi compañera de piso no lo aguanta y me quiere partir la boca cada vez que salimos juntas a la calle, mi madre me dice que parezco un camionero, pero yo es que no puedo dejar de hacerlo, visto mal, no sé estarme quieta, hablo muy alto, se me olvidan las cosas y las tengo que apuntar en la mano, me cuesta dormir y siempre tengo sueño, no bebo de latas, no compro en los chinos, soy jodidamente impuntual y siempre siempre siempre pierdo los autobuses en mi cara.. Y mi mayor defecto, el mayor de todos, es que siempre, pero siempre, digo lo que siento. Y me dicen que no lo haga, que esas cosas no hay que decirlas,que las guarde dentro de mí, que son para mí, que son mías. Sí, estoy de acuerdo. Son mías. ¿Pero de qué coño me sirve guardarlas? Si acabo de conocer a dos personas maravillosas con las que comparto mi día a día les voy a decir lo bonitas que son, lo mucho que me gustan sus sonrisas y lo genial que es tenerlas a mi lado. ¿Porque qué pasaría si mañana me muriera? Que ellas no lo sabrían. Y joder, a la gente le gusta saber esas cosas, ¿no? A mí por lo menos me gustaría saberlo. Pero no es lo políticamente correcto decirle a alguien ciertas cosas, pues porque no, porque lo dicen ellos. Y yo entonces estoy loca. A la mierda. ¿Quienes son los locos aquí? ¿Los que sentimos y saltamos y pisamos los charcos y nos mojamos y nos la jugamos aunque supuestamente según ellos seamos unos ridículos de mierda, o aquellos que viven en las sombras, que nunca saltan, que nunca se mojan y que viven cómodamente en su zona de confort? Prefiero estar como una puta cabra a ser así. Porque sí, porque ¿qué coño pasa si quiero subir a la azotea de mi keli y gritarle al puto mundo entero que por ti haría hasta el esfuerzo de comer coliflor? Que le jodan a todo eso, no sé vivir fingiendo algo que no es, algo que no soy, algo que no siento. Y si eso me convierte en una neurótica rara que está completamente chiflada, pues entonces seré una neurótica rara que está completamente chiflada. Pero puedes llamarme Make. Suena mejor.

Monday, October 13, 2014

"Puedes abrir tu corazón siempre y cuando quieras hacerlo.
-¿Y qué sucede cuando lo abres?
Reiko, con el cigarillo entre los labios, juntó las palmas de las manos con aire divertido.
- Que te curas. - afirmó.
La ceniza del cigarrillo cayó sobre la mesa, pero a ella no pareció importarle."
Escribo porque escribo, porque la vida duele, pincha, sangra, porque mis dedos gritan, gimen, aúllan; me dejo llevar como la arena por las olas. Espuma blanca en las comisuras del alma, como si las rocas no fueran suficientes para detener el mar. Es la tormenta perfecta. Un universo resquebrajado debajo de los párpados, el aliento de un "quiero y no puedo". Perdiéndome en cualquier callejón, estudiando los matices, convirtiendo los "no", en "ya veremos", bailando sin darme cuenta de que lo estoy haciendo, chasqueando los dedos, respirando. Mirando al cielo, sonrío al pensar que la luna es igual para todos. ¿La ves? Yo pienso en ti cuando la miro. Y casi no siento frío. Casi no siento frío. Rozo las cúpulas con la yema de los dedos, pinto paisajes extraños en el viento, tejiendo palabras que no me caben en el alma pero que de alguna manera no consigo pronunciar. Necesito salir a gritar por encima de los tejados, qué cruel el mundo que nos tiene encarcelados. Me siento con mi bolígrafo a un lado esperando poder vencer el pánico escénico que me crea esta soledad tan inmensa. No creas que voy a rendirme. La vida fue y es, eso ya lo sabíamos. La relatividad del tiempo me sigue asustando, las horas pasan lentas ahora que no estás aquí. Contigo pasaban muy rápido. Y esa tortura de pensar sí de verdad las aprovechamos. Es lo único que tengo, mi tiempo, sin dinero y sin abrigo sigo caminando. Y ese poema de Neruda sigue retumbando en mi cabeza, como si fuera ayer cuando te tenía delante y te decía que lo nuestro sería interminable. En ese territorio, de tus pies a tu frente, andando, andando, andado, me pasaré la vida. 

En qué territorios andarás ahora. En qué frente posaras tus labios, en qué pies enredarás tus piernas. Dónde pasaré la vida, si ya no es en tu cuerpo. Dónde pasarás tu vida, si ya no es en mi cuerpo. Los poetas tienen razón, cuando se ama de verdad el amor nunca se acaba. Pero si se acaba el tiempo, y el espacio nos separa. Cuando pasas página y no dejas el marcador, no sabes volver a donde estabas. Por eso me aprendí esas líneas de memoria, por si alguna vez la vida nos hacía coincidir. No sé qué me duele más, que me escribas y leerte, o sentir que realmente no tengo ganas de contestar. Se nos fue la ilusión por la ventana, me has roto las ganas, ya no queda nada más. Un año es demasiado dicen. Y es que a veces un segundo es una eternidad.

No olvides que te voy a querer siempre. Aunque no me quieras. Aunque ya no nos sepamos encontrar. Aunque tus ojos azules ya no vuelvan a mirarme, aunque el calor se apague, aunque nunca nos volvamos a llamar.
"Interrogué a Nagasawa tras acostarme con tres o cuatro chicas. ¿No se sentía vacío tras haber hecho aquello setenta veces?
- Que te sientas vacío demuestra que eres un tío decente. Esto es algo positivo.- dijo-. No ganas nada acostándote con desconocidas. Sólo consigues cansarte y odiarte a ti mismo. A mi también me pasa."

Sunday, October 12, 2014

No vas a echarme de menos.

Que fácil es a veces
hacer como si nada.
Pero a mi no me sale.
Contigo no.

Me ahogo en cada silencio.
El eco me repite esas palabras
como si fueran puñales.
Me estoy cayendo.

Me ahogo en cada palabra.
Esa puta guerra en el filo de las yemas
de mis dedos.
Estoy en el asfalto.

Muerdo la sangre seca,
la mierda esparcida
que me habla de ti,
de este despropósito
cruel
que me ha llevado a la locura.
Joder,
yo ya estaba loca.
¿Ahora qué?

Ahora hielo,
óxido en las venas.
La desidia me come
el cerebro
y no me quedan
folios suficientes.
Esta no soy yo.
O al menos
no es así
como me recordaba.
Voy a cambiarme
de piel.

Las sirenas,
los truenos,
las voces de los vecinos
gritándose.
Bienvenido al caos.

Creo que voy a salir a jugar un rato,
a morderme
con los perros
callejeros
que no lleven reloj.

No voy a ir a buscarte.

¿Para qué?
No vas a echarme de menos.

Le doy al play,
dejo que suenes.

(I'm gonna miss you.)

Friday, October 10, 2014

Empiezo de cero y la vida me duele. Como una de esas astillas que se te mete en el dedo gordo y no consigues sacar. Así te miro. Te me has clavado en el alma, en el fondo más inhóspito, en el lugar más despoblado. Has llegado, y joder, vaya desastre. ¿Y ahora qué?, le pregunta mi sangre al cielo, clamando por algo que no sé qué es, intentando entenderlo. Hay una aguja en el suelo que no sé de que pajar se ha caído. La cojo y me rajo el costado, quiero vomitar. Nunca fui buena encontrando. Desde que perdí las llaves nunca dejé de perderlo todo. Y tantas veces la cabeza. Sal de ahí, ese no es tu sitio. No decidí meterte, te metiste solo, como si tuvieras derecho a entrar sin llamar y sin limpiarte los pies en el felpudo, a toda ostia y poniéndolo todo al revés, creando el caos. Como si tuvieras derecho a revolverlo, a revolverme. Mierda. Eres mi puto desorden. Termodinámica básica en mi sofá y una de tiros (los que te pegaría si te dejaras). Me mareo. Parece que hoy no quiere llover, mi piel te necesita. Pero nada. El eco en medio del desierto es ensordecedor. No me entenderías. Una puta maleta vieja y un mapa desgastado, no pido más. Bueno, mejor paso del mapa, no lo entendería. La vida está en los callejones más oscuros, en las mañanas más brillantes. Que ironía. Las penas cantando por bulerías y yo mirándolas. No me sacan a bailar, sigo dando palmas. En la palma de mi mano una verdad sangrando, no quiero mirarla, me hace daño. Véndame los ojos si no vas a venir, no quiero ver un mundo vacío. Entiéndeme, tú lo llenas todo. Y ni siquiera te das cuenta, tú ni siquiera te das cuenta. Me vuelvo a marear. Mi punto más al sur me habla de desiertos. Si no llega la lluvia voy a arrancarme las entrañas. Respiro. Nada puede ser tan malo. Por favor, que nada sea tan malo. Otra vez. Y otra vez. Ahora quiero salir corriendo. Mi corazón se rompe un poco más. Está tan descosido que ya casi ni se nota. Retales por doquier, y yo sin saber coser. Vaya puto desastre. Y ahora apareces tú, con tu forma de hacerlo todo sin hacer absolutamente nada, exasperándome. Y ya no me importa el mundo. Sólo este desastre que has creado. Sólo esta forma de no dejarme de marear. Esta locura. Creo que me estoy cayendo. Y ni siquiera puedo echarte la culpa. Lejos joder, vete muy lejos. Donde no pueda oír tu voz. Donde no puedas matarme. 

Thursday, October 9, 2014

Rajarse el corazón,
abrirse de piernas.
Bailar un tango con la pena
mientras la vida te pisa los talones.

Sal corriendo,
empieza a llover.
Que nadie me diga que coja el puto paraguas,
quiero mojarme.
Además, yo no tengo paraguas.
Tampoco lo tendría.
Te ponen frenos,
obstáculos,
barreras.
Una más entre un millón.
Pero esa me la salto.
Porque sí, porque me da la gana.
¿Quién dijo que no nos podíamos mojar?
Salen ganando las farmacias.
Y yo si me vinieses tú a arropar.
Algunos catarros
pueden ser el paraíso.
Enciérrate en esa habitación
conmigo,
y que nadie venga a molestarnos.
Que quiero hacerte el amor
hasta que se caigan los tejados.

Y me la suda
lo que pueda pasar.

Ojalá que algún día
a ti también te la sude.








Wednesday, October 8, 2014

Escrito a 8/10/14

- Hola.
- Hola.
-¿Está ocupado?
- No.
-Puedo sentarme.
- Sí.
- Vale.
Se sentó en la parte superior del banco, en el respaldo, poniendo los pies donde supuestamente tenías que poner el culo, pero ella siempre se sentaba así. Le miró de reojo varias veces sin atreverse a hablar. Luego se puso a mirar a dos perros que jugaban en el césped mientras sus dueños los vigilaban.
- ¿Te gustan los perros?
- ¿Qué?
- Que si te gustan los perros.
- Sí, supongo que sí. ¿Por qué me lo preguntas?
- Oh, no, por nada. 
- Ah, bien.
- No, verás, es que me gusta saber si a las personas les gustan los perros. Dice mucho de ellas, ¿comprendes? Por ejemplo, a mí me encantan los perros, pero los gatos me dan miedo. ¿A ti te gustan los gatos?
- Si, tengo uno en casa.
- ¿Tienes uno en casa? Oh, qué pena.
- ¿Qué pena? ¿Por qué que pena?
- Porque ya nunca podré subir a tu casa.
La miró de golpe, como si alguien le hubiera dado una bofetada para girarle la cara. No podía creerse que hubiera pronunciado esas palabras. ¿Subir a su casa? Pero bueno, vaya descarada. Si ni siquiera la conocía. Era una chiflada que se sentaba junto a un extraño en un banco y se ponía a hablar de perros. Qué locura de persona.
- Perdona, ¿cómo?
Le miró a los ojos. Sonreía.
- No, pero no te asustes. Primero pensaba llevarte a cenar y todo eso, ¿sabes? ¿Cuál es tu plato favorito?
- Oye, me estás asustando. Creo que me voy a ir. Ha sido.. ummm.. curioso.
Se levantó del banco y empezó a alejarse despacio. Ella no se levantó del banco. Se quedó allí mirando a los perros, sonriendo y moviendo los pies de un lado a otro. Mientras se iba alejando no pudo evitar mirar hacia atrás. Se quedó mirándola un rato. No cambiaba de postura, seguía mirando a los perros como hipnotizada. No miró hacia él ni una sola vez, no parecía que le hubiese importado que se levantara. De hecho, parecía más bien que era lo que se esperaba y que estaba totalmente de acuerdo con ello. De repente se levantó y echó a correr hacia los perros. Se puso a jugar con ellos. Era un espectáculo verla retozar por el suelo mientras ellos le saltaban por encima y le lamían la cara. Reía y el eco de su carcajada retumbaba por todo el parque. No pudo evitar sonreír. Era una imagen llena de ternura, llena de vida, llena de colores. Se dio la vuelta y siguió andando. ¿Podría estar de verdad muy loco alguien que jugaba así con unos perros? Pensó que muy normal no podía ser que alguien se te acercara a hablarte como ella le había hablado. Pero por alguna extraña razón no sintió miedo.


[Tengo estos huesos hechos a las penas]


Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no tu voz, el norte que pretendo.

Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.

Miguel Hernández

Tuesday, October 7, 2014

It was always a matter of time. But suddenly, it became a matter of life and death. As if all the air in the world was concentraded in his lungs, and kissin' him was the only way of keep on breathin. Of keep on livin'.
Y ahora esa canción en mi cabeza,
mientras pienso
en como la oscuridad
es la única manera
de que brillen las farolas.
Mi cuerpo aúlla de cansancio
y casi no me quedan fuerzas para
mantener los ojos abiertos,
pero mis dedos me están gritando.
Y joder,
cuando me gritan
no tengo escapatoria.
Hay condenas a las que te entregas voluntariamente.
No tengo miedo,
aunque lo tuve.
Se disipan
las pocas certezas
que corrían descalzas,
las dudas han venido
a ponerlo todo patas arriba.
Y no veas que puto desastre.
Hasta que un fogonazo
me cruce
el pecho,
y el dolor sea insoportable
pienso aguantar
todos los vendavales,
como un puto junco
que se dobla
pero no se rompe.
Que venga tu vendaval
y me lleve por delante.
No me importaría una mierda.
Estoy sintiendo el peso
de esas imágenes
a cámara lenta
y en todas sales sonriendo.
Y qué sonrisa.
No sé cómo
escribir
en el remitente
la dirección del viento.
Tirito de frío
aunque esté a treinta grados.
Piel de gallina,
pelos de punta,
el alma temblando.
Y tu nombre.
Hay tormentas
que pueden acabar contigo.


El invierno nunca me dio miedo.

Ven,
acaba conmigo.

Friday, October 3, 2014

Todavía no he tirado la toalla y eso que hace tiempo que sonó la campana. Me quedé en el ring, con cara de idiota y la mirada perdida, esperando a que tú llegaras a sacarme de ahí, a decirme 'venga, vámonos' mientras me cogías de la mano. Me cago en todo pero que gilipollas soy. Como si tu fueras a hacer algo así, como si tu estuvieras pensando en salir a correrte conmigo. Qué absurdo resulta todo, qué fútil. A veces parece que nos gusta crearnos espejismos, camuflar la realidad detrás de un espejo que sólo refleja lo que queremos ver, escondiendo el resto, como si al esconderlo dejara de existir, como si por no verlo fuera menos verdad. Que ironía. La vida a veces te lo pone difícil, como si estuviera diciéndote: a ver si puedes con esto, inténtalo. Y tú lo intentas. Y qué jodido es cuando te la suda. Cuando estás dispuesta a perder con todo, como si el universo se concentrara en esa milésima de segundo en la que todavía no has levantado la tapa de la caja para ver si el gato está vivo o muerto. Con qué descaro se te ríe entonces el lado malo a la cara, con qué puto descaro. Congelada en ese instante en el que todo cae a cámara lenta, pedazos de tu alma se fragmentan, y ya no quedan sonrisas que fingir. A la mierda. Pero no quiero moverme, quiero quedarme aquí. Asimilar la derrota, masticarla, observar la sangre seca del suelo, y mirar al cielo implorando calma. Como si todavía pudiese conseguir un pedazo de cielo, como si todavía pudiese sentir que todavía. Has sido el mejor combate que he luchado en toda mi puta vida. Y aunque volviese a perderlo un millón de veces, volvería a desnudarme el alma, volvería a arder en llamas, volvería a destruirme. Sin paracaídas ni red de seguridad. Llena de dudas, llena de ganas. Sólo porque tal vez, al intento un millón y uno, tú estarías dispuesto a subir un poco la persiana.

Monday, September 29, 2014

Voy a arrancarme el corazón,
a masticarlo lentamente
mientras la sal
llega hasta el suelo.
Quiero desangrarme
en tus orillas,
joder.

El sol pega fuerte
pero
no quiero que me de,
no quiero que me toque.
Siento que puede destruirme,
convertirme en ceniza,
desaparecerme.
Soy un vampiro
a la deriva,
mi alma necesita lluvia,
mi alma necesita oscuridad.

Bailo con la ciudad
pero aun así me falta algo,
una melodía diferente,
un atardecer de otro color,
un poema que no esté acabado.
Me pierdo en mi misma,
en este agujero negro,
en este vacío,
en esta nada.
Me engulle el laberinto
y de repente soy Alicia
a punto de despertar.

Me estoy dando cuenta.

Ellas me lo decían y
yo no las oía,
no las quería escuchar.
Como cuando nos hablan esas voces de fantasmas
que dan miedo,
nos escapamos
intencionadamente de la verdad:
porque sólo viene a hacernos daño.

Ahora,
medio ahogada
e intentando agarrarme a lo que sea,
naufrago lentamente
en un océano sin nombre.

Ojos que no ven,
corazón que no siente,
dicen.

¿Pero cuando tu corazón siente, qué?

Me pongo voluntariamente
una venda en los ojos,
decido dejar de ver,
dejar de observar.

Me doy media vuelta
y me entrego al silencio.
Al fin y al cabo
cuando el mundo calla
grita la verdad.

El mundo gritando
y yo tapándome los oídos.
Pero los latidos del corazón
me cuentan la certeza:

Ojos que no ven,
pero corazón que siente.









Saturday, September 27, 2014

No, I don't want this.

Fuck this emotional crap, fuck this wandering. I want doubts, but I don't like this anguish. I like questions, but I don't want this uncertainty. I'm goin' insane, and I'm not sayin' just for sayin', I'm feelin' it inside my head, inside my fuckin' brain. Something's not workin', something's damaged. Is it me? Am I the one that is this fuckin' broken? 

I think I am.

Breaking.

Slowly.

I'm tryin' to breathe but the air's not comin'.
God, I think I'm about to explode.

Help me, help me.

I'm runnin' for my life.

Don't you come after me,
you won't catch me.

I don't want anyone close to me,
I don't need anyone close to me.

Solitude is bliss.



Friday, September 26, 2014

Jamás te impondría condiciones.

Soy más libre que el mar,
tú más libre que el cielo.
No sería capaz de encerrarte.
No querría.

Lo bonito de los pájaros
es cuando echan a volar.
Lo bonito de los peces
es cuando bucean.

Nada aguanta quieto eternamente.

Y menos tú.

Tú,
que te metes el mundo entero debajo de la gorra
y no aspiras a ninguna frontera.
Tú,
que respiras cualquier aire
que la vida te de,
que perteneces un poco a ese lugar.
y un poco a todos los demás lugares.
Tú,
que no eres de nadie
ni lo serás nunca,
que no te vendes por nada,
que permaneces fiel a ti
y a los tuyos,
que conoces el valor
de un hombro que no falla.

Vas a llegar tan lejos como quieran tus zapas.

Eres un alma indómita.

Yo,
un desastre crónico a todos los niveles,
alguien frágil
que pasa junto a ti
sin que la notes.
Yo,
un manojo de miedos
que no controlo,
alguien tan sensible
que llora sin motivos.

No sé a dónde coño voy a llegar.

Pero mírame,
sigo hablando de ti.

La vida es mucho más sencilla de lo que nos cuentan,
pero una sonrisa como la tuya
siempre tiende a complicarla.

Me cago en tu puta calavera.

Entiéndeme
eres una tormenta de verano,
y yo un desierto eterno
esperando la lluvia.

La tuya.

Como si no hubiera otra capaz
de mojarme,
como si no hubiera otra
capaz de hacerme bailar.

No,
yo nunca impongo condiciones.

Pero quiero que me lluevas.

Lluéveme.

Wednesday, September 24, 2014

Morderte el talón de Aquiles,
hacerte temblar.
Esperar un silencio
tan desagarrador
que haga que me sangren los oídos.
Que me odies,
que me odies,
pero que sientas algo.

Tu indiferencia
cae sobre mi piel como gotas de agua,
rozándome,
entrándome,
calándome.

Creo que ya he muerto en el intento,
estoy agonizando.
Pero todavía lanzo
un arañazo al aire,
esperando conseguir un mínimo quejido.

Manos vacías,
desierto.
La luna tirita de frío.

Y yo
le pido al universo
que por un segundo,
sólo por un segundo,
me alivie
de este peso de pensarte.

Piénsame.

Tuesday, September 23, 2014

No te vayas lejos.
No te vayas tan lejos.
No te vayas más lejos.

No te vayas.

No puedo rozarte,
no puedo mirarte.
La vida es muy puta,
lo sé.

No te vayas.

Estás a mil años luz,
no voy a tocarte.
Da igual aquí
o en la luna,
no voy a alcanzarte.
Que puta la vida,
lo sé.

No te vayas.

Aunque nunca pueda
agarrarte de la mano,
ni pueda mirar como atardeces,
aunque no pueda bailar contigo,
aunque nunca estés.

No te vayas.

Necesito saber que estás
en la misma tierra,
necesito saber
que estás bajo
estas putas estrellas,
necesito saber
que estoy a una distancia de tren.

No te vayas.

Porque si te caes,
y no te levantas,
porque si te matan
y no resucitas,
porque si te hieren
y nadie te cura..

.. yo iré a buscarte.

Aunque no me quieras ver.

No te vayas.

No puedo abarcar con mis brazos más distancia,
no puedo caminar lo que no se puede ver.

Aunque no me llames,
aunque no me busques,
aunque no me esperes.

No te vayas.

Por favor, por favor, por favor.
Quédate.

Sunday, September 21, 2014

Te esperaré en ese lugar
en el que la arena espera a las olas.
Sabiendo que tarde o temprano
van a llegar para romper con fuerza,
para llevarse cada grano,
para revolverlo todo.
Y aún así,
la arena espera,
paciente,
sabiendo que sin ellas
pierde su sentido,
sabiendo que necesita el fuerte azote de las olas,
porque unidas
y sólo unidas
consiguen respirar.

Te esperaré en ese lugar.

Aunque no llegues nunca.
Hoy me he cosido la herida.
Y eso que yo no sé coser,
que ya me lo dice mi madre.

La nostalgia colgada de cada esquina,
pero estoy rodeada de guitarras
y de voces que rompen la noche
poniéndome a temblar.

Por aquí todo es más intenso.

Y yo siempre fui
de esas que se ponían a bailar
al escuchar el primer compás,
la que cantaba en los columpios
mientras pensaba
que quizá en una de esas
patadas
conseguiría tirar el puto cielo.
Ya ves,
todavía no he perdido
la inocencia.

Si mi pecho temblaba
cada vez que te leía
culpa a tus letras,
pero a mí no me condenes.

He salido a tiempo del agua,
creo,
ahora podré volver a respirar
sin que me duelan los pulmones.

No tienes ni puta idea
de lo que puede llegar a significar.



Saturday, September 20, 2014

Sometimes when I miss you I put those records on..

Y no veas como duelen.

Canciones desgarrándome
el miocardio,
estoy a punto de tocar
mi propio naufragio
con la punta de la lengua.
No hay arena en esta puta playa.
¿Y qué gracia tiene el desierto
si no te puedes revolcar en él?

A la mierda.

Supongo que sigo siendo jodidamente recurrente:
mis replays siempre son los mismos.

La número 10
ahora y te juro que podría morirme.
Pero quizá es lo que necesito,
destruirme del todo,
convertirme en ceniza,
desaparecer.
Y como Fawkes
volver a nacer,
a resurgir,
empezando en otro cielo.

Otro cielo
y sigo esperando la tormenta definitiva.
Fue fácil aprender a bailar bajo la lluvia sola,
¿pero quién está dispuesto a mojarse conmigo?
A mojarse de verdad,
de arriba abajo,
por todos lados,
como si el mundo
ya sólo fuera agua
y nadar juntos
la única forma de naufragar,
porque el naufragio
se convierte entonces en salvación.

Estuvimos a punto de salvarnos.

Le hubiera hecho
el amor eternamente
en aquella orilla.
Pero yo cantaba y bailaba y me reía,
y él sólo caminaba,
como si el mundo no le tocara
como si la vida no fuera
un grito a pleno pulmón.

Yo sé que en realidad no podríamos ser nunca,
pero por un momento,
lo fuimos.
Todo.
Y de eso no me quiero olvidar.

Aunque el pecho cruja
con cada silencio prolongado
y el recuerdo de sus mares
no me deje de marear.

Soy una puta montaña rusa,
un manojo de histeria
envuelto por una
piel demasiado frágil.

¿Quién se va a quedar a bailar?

Me pongo esa canción
y me parto el alma.
Es la única manera de volverme a enamorar.

Del cielo,
de la lluvia,
de la vida.

Y a la mierda lo demás.

Pero te echo de menos.



Y cómo duele el mundo cuando él se va sin despedirse.
Cómo duele el mundo cuando él ya no me mira.

Él en esa ciudad y yo aquí,
pensando si algún día volveremos a reírnos mientras nos desnudamos.
Yo y mi torpeza crónicas,
él y su forma de hacerme sentir bonita siempre.

Pero algo se rompió en ese momento,
cuando yo me di la vuelta
y él no me miró.

Nunca más.

Abrir el corazón con cirugía
y sentir de nuevo la humedad.

Hay lágrimas
que ni mi padre puede curarme.

Que siga lloviendo.

Yo no pienso parar de bailar.
Soy un viejo tiovivo
que sólo sabe dar vueltas.
Y sí,
pisé todos los charcos y me dio igual,
me caí más de mil veces
y no me importó una mierda.

Mi sino es tropezar.

Pero cuando suena la música,
mi alma se calma,
y parece que todavía
queda un soplo de esperanza.

Sólo me tengo a mí
en la palma de mis manos.

Y con eso
es suficiente.
A veces sólo necesitas un silencio
para empezar a hacer todo el ruido del mundo.

Ya no puedo con mis ojeras.

Dile al mundo que no quiero volver a oír esa canción.


Friday, September 19, 2014

No se merecen ni la mitad de lo que doy.

A la mierda el subjuntivo.

Ahora siempre me paso esa canción.

Yo, que siempre fui supersticiosa
y huí de los gatos negros,
estoy dispuesta a arriesgarme por el 13,
y si eso significa
mil años de mala suerte
que vengan a decirme
si alguien alguna vez
la tuvo de su parte.

A mi el viento no me jode las velas,
mi barco lo navego yo.

Él se fue sin mirar hacia atrás,
sin contestarme.
Le abrí mi corazón gritando, sangrando,
y ni siquiera supo ponerme una tirita.
Después de tantos años,
dolor.
Y sin querer,
siempre sin querer,
pero dolor al fin y al cabo.

No sé qué coño me pasa,
que siempre soy yo
la que quiere más,
la que da de más:
a la que le importa.
Y la vida no está hecha
para los generosos.
Cogen lo bueno y se van,
como si tú no fueras importante,
como si tú no lo sintieras,
como si tú no te rompieras
en mil pedazos de cristal.
Como si fueras como ellos.

Me dieron por todos los costados,
y seguí en pie,
nunca me derrumbé demasiado.
Como un edificio viejo
y gastado,
que todavía se ilumina
con los últimos rayos de sol,
mi sonrisa todavía
puede iluminarme.

La vida escribió en los tejados
un ojalá con tiza.
Y yo, desde abajo,
intenté creer
que algo increíble llegaría
antes del atardecer.

La lluvia cae,
todo se borra.

Ahora me río.

A la mierda el subjuntivo.

No se merecen nada.

Thursday, September 18, 2014

Prefiero estar loca y que me importe, a estar cuerda y que nunca me atraviese. Es una pena pasar por la vida sin que nada te ponga del revés, sin que nada te abra las entrañas, sin que nada te haga sangrar como si fueras a morir en ese mismo instante. Y si es una locura, entonces estoy loca, y si quieren encerrarme, que vengan a intentarlo. Mi corazón siempre grito muy alto, y en cada latido tuve claro cual era el precipicio. Y sí, que coño, salté con los ojos cerrados.

Wednesday, September 17, 2014

Aún no amanece
y ya estoy despierta,
la vida temblándome en
cada costilla
y yo intentando
hacer poesía:
vaya puta ironía.
No puedo
correr más rápido
que ellos,
mis monstruos siempre
fueron en patines.
Y todavía intento entender
que clase de sueño
es este en el que sólo
parecen caber las tinieblas.
Dile a mi corazón que no se desboque,
cada vez que la madrugada
parece traerle
vientos de tormenta.
Siento que la vida
me palpita
en el centro de gravedad,
y me mareo
y no sé como mantener el equilibrio.
Estoy cayéndome.

(Ese poema a quemarropa
y un poquito más de azúcar.)

Le doy al play,
el tiempo en standby.


El coño se abre como una flor
al ser tocada por el sol,
la luz del alma
se escapa
por cualquier rendija.
Humedécete
el paladar
con agua bendita.
Mientras, vuelves a pecar.

La locura se cuela
por cada poro,
y no hay forma de
contener la hecatombe:
se van a derrumbar las columnas del templo.
Creo que estuve rezando en otra vida,
pero dejé de creer
cuando vi
llorar a un niño.
Hay sufrimientos
que no deberían
ser vividos.
En tus ojos
veo algo
más allá del dolor,
y no tengo ni idea de cómo
apagarlo.
Me duele
que te duela,
y ni siquiera puedo explicarte
por qué.
Sólo sé
que destruiría
a todo aquel
que intentara
oscurecer tus días:
por tu sonrisa
iría más allá.
Si me pides que rece,
rezaré,
con los ojos cerrados
y tragando saliva,
intentando hacer que
entiendas
que si creo en ti
ya estoy salvada.
Un ser humano bueno
y vuelves a tener fe.
La vida a veces
te sorprende
cuando el viento sopla en contra
y todo parece
desastroso.
Lo bueno de la oscuridad
es que da sentido a la luz.

La luz del cielo
concentrada en tu boca,
y el universo entero
esperando una bandera blanca.
Hay noches que no
deberían acabarse.

La tierra sigue girando,
y yo sigo siendo el mismo desastre,
pero escribo y parece
que algo cobra sentido.

Pagaré por mis pecados si hace falta,
porque aunque el precio marcado fuese todo el puto oro del mundo,
por pecar contigo siempre me parecería insuficiente.
Así que no, eso no me preocupa.

Bailaré con las penas
hasta que salga el sol,
y cuando todo el universo se ilumine,
sabré,
por fin,
que siempre mereció la oscuridad.





Monday, September 15, 2014

Con Holden en el tren
la vida parpadea más tierna.
Hay momentos
que brillan más que
una hoguera improvisada,
aunque las luces estén apagadas
y el mundo parezca no respirar.
Quizá ese sea el misterio,
y todo lo demás
sólo un maldito espejismo
que nos hace confundir
la realidad
con algo parecido al sueño.
Duérmete,
sueña bonito,
que la noche te acaricie
y te proteja de los monstruos
que todavía se esconden
debajo de la cama.

Eres la luz
que se llevaron de la tierra;
cuando llegas
todo vuelve a iluminarse.

Y por favor,
y por capricho,
nunca dejes de iluminar.

Sunday, September 14, 2014

Intentas tocar los pétalos de la flor
pero se escapan al rozarlos,
los muy cabrones
se van volando.
Llegas pero sin llegar,
sin dirección ni código postal,
como una carta perdida.
Así, sin pasado ni futuro,
con una mochila ajada
llena de trozos de sueños
que aún consigues retener
mientras el mundo
sigue girando.
Así, sin cara ni cruz,
como una moneda rodando de canto,
tan libre como las calles
que no van a ningún lado.

Así,
acojonantemente salvaje
y tierna a la vez,
como si con cada dentallada
estuvieras intentando decir:
no me hagas daño,
por dentro sigo rota.

Saturday, September 13, 2014

Hoy tuve ganas de escribirte.
De escribirte mucho.
Como si tuviera que resumir
toda la historia de la humanidad
en un sólo mensaje:
me dueles.
Eso hubiera bastado.
Y a la vez nunca habría sido suficiente.
Porque me dueles,
pero no puedes dolerme.
Y el silencio
es un precio demasiado
alto, créeme.
Yo que soy tanto de hablar
y de contar mil cosas
sin importancia,
sólo porque es importante
que seas tú el que las escuche
(o el que las lea en este caso.)
Esa es la puta jodida diferencia.

Pero no te escribí,
no, no lo hice.
Me anudé las ganas
y las guardé
en ese cajoncito de madera
en el que nadie mira nunca.
Me tragué las palabras
que iban a ser para ti,
y las metí en la nada.
Si no las lees tú
no quiero que las lea nadie.

Es como si en realidad
lo único importante
sólo fuera
el hecho de decirte
sin decirlo:
estoy aquí, no me voy,
aunque tú no quieras que me quede.

Y en vez de eso,
sólo dejo de escribirte,
con la dolorosa certeza de saber que tú no escribirás.

Y cuando el tiempo pase
y ya no te acuerdes de mí
yo seguiré notando tu ausencia
en mis dedos.
Y todas esas palabras que debían ser para ti
morirán de inanición.

Friday, September 12, 2014

Nos quedarán los bares

Siempre nos quedarán los bares.
Las miradas muertas de todos esos zombis,
y la esperanza
de que nuestras manos se rocen
cuando los dos
vayamos a pedir
otra cerveza.
Quizá entonces me mires
con ojos llenos de sorpresa,
como si por primera vez
lo que vieras
te incitara un "quizá".
Aunque los quizá
sean tan efímeros
que no puedan atraparse,
más frágiles
que soplar una pestaña.

Siempre nos quedarán los bares.
Las horas intempestivas
en las que casi nadie
sabe dónde
está,
en las que lo único que importa
es que el corazón lata
al compás
de la locura que siempre nos trae la noche.
No sé si te acordarás de aquella madrugada.

Siempre nos quedarán los bares.
Las niñas bailando como si no hubiera un mañana,
y los niños intentando entender
por qué aunque las toquen
nunca pueden cogerlas;
son mariposas
que nunca se quedan.

Siempre nos quedarán los bares.
Las luces tenues
y las voces susurrantes.
Los intentos por llegar
un poco más allá de lo prohibido.
La certeza de saber
que el sol
siempre se lleva lo mejor.

Siempre nos quedarán los bares.

Pero como no me fío mucho,
mejor compro unas botellas de cerveza,
y te espero en mi sofá
bailando una de Lana
sin pasados ni futuros.
Como si pudiéramos hacer
que el momento sí contara,
como si pudiéramos hacer
que el presente
fuera de verdad
lo único importante.

Te espero en esa canción.


(Cuando te vayas,
te habré metido en el bolsillo derecho del pantalón
un pedazo de papel:
nos vemos en los bares.)

Thursday, September 11, 2014

Le voy a escribir el mejor poema de todos,
sólo para que se de cuenta
de que del dolor más absoluto
también podemos sacar belleza.
Que alguien te duela así,
en el centro del pecho,
a rabiar
y a borbotones,
manchándolo todo de carmín
y de luto,
también puede ser maravilloso.
Es sólo la otra cara de la moneda.
Lo que duele siempre es el amor.
Como cuando se muere un ser querido,
y todas tus lágrimas,
tus gritos,
tu rabia,
son ese amor
que se hace tangible,
visible,
palpable,
a través del dolor
más cruel de todos.
No lo estoy comparando
con eso,
no me confundáis,
pero el desamor también puede ser desgarrador:
desgarradoramente bello.
No sé explicar de qué manera,
pero sé sentir
la manera exacta en la qué el me duele.
Y justo después de la punzada,
mi sonrisa más sincera.
Explícame de que va esa mierda.
Porque no sólo es mi ex,
un nombre más,
otro pasado.
Es la persona que me dio vida
más allá de lo que mi madre pudo darme.
Me hizo vibrar de otra manera,
descubrir las miradas
que se vuelven borrosas,
el lado bueno de las cosas.
El jodido lado bueno.
Me vio cuando era invisible,
cuando no podía ni siquiera con mi alma,
cuando mi vida estaba a medias
y con la luz apagada.
Ya ves,
¿cómo puedes olvidar algo así?
El despertar definitivo,
la tormenta en la que aprendimos a bailar
mientras el cielo se nos caía encima.
Toda esa mierda.

Me duele como si alguien
me apuñalara en el centro del alma
y me quitara la misma esencia de lo que soy.
Así.
Como si sin él,
el mundo ya nunca fuera a ser igual.

Y no voy a engañarme,
sin él,
en la puta vida será igual.
Temblando la vida,
el alma,
y el coño.
Lo que suena de fondo
es mi corazón.
A trompicones
y sin rumbo.
Lo que duele
te hace sentir más fuerte.
Clávame los dientes,
rómpeme del todo.
La vida
es mejor cuando
la sientes
palpitar en la yugular.
Hazme sangrar
y te sangraré
palabras que
no vas a olvidar en tu puta vida.
Aunque a mí
puedas olvidarme
a la segunda madrugada.
Cuando el sol salga
y la vida sepa a sal,
y tengas la certeza
de que sólo fui uno más
de tus errores.
A mí no me importaría equivocarme contigo,
una y otra vez,
hasta fracasar del todo.
Es mi sino,
ya ves,
caer siempre en el momento inoportuno.
Pero no pienso hacer nada por cambiarlo.
Mis entrañas gritan:
es el momento.
Y mis pies
sólo esperan
la luz verde que les haga
desplomarse.
Estás a la vuelta de la esquina.
Y yo,
como las putas,
espero a que aparezcas
para decirme: sube,
te llevo a ninguna parte.