Friday, January 31, 2014

Cuando abrir los ojos cuesta,
porque te da pereza
volverte a encontrar con la mierda de ahí fuera.

Cuando lo único que quieres,
es que alguien te diga:
"vamos a volar cometas".
Y que los relojes no cuenten.

Thursday, January 30, 2014

Lo que me da miedo, lo que me da miedo de verdad, es que llegue un momento en mi vida donde miré hacia atrás y piense: joder, no entiendo por qué no lo hice.
Contando la distancia en besos que se pierden en el aire. Tu cama está demasiado lejos. Y yo ya no sé dónde meterme. 
Yo me volví loca por ti,
y luego tú me volviste loca,
y el cristo que se montó
fue de problema.
Estaba pensando y tal, y bueno he hecho una lista:

1. Nacemos y morimos.Y además no somos Dumbledore. La vida es corta.
2. No te quedes sin decir las cosas importantes, ya sabes, te quiero, me importas, creo que eres guay, gracias por estar, y cosas así. Luego se te enquistan en el pecho, hazme caso.
3. Hacer el ridículo es necesario. No tengas miedo.
4. Las cosas se están poniendo feas. No hagas el loco, usa condón.
5. No veas las noticias. Es todo mentira.
6. Los paraguas no sirven para nada. Gasta el dinero en comprarte un libro o un disco.
7. No dejes a los colegas de lado. Las parejas van y vienen. Los colegas de verdad siempre permanecen. 
8. Invita de vez en cuando a alguien a un café o a una caña, y escúchale hablar. Escúchale de verdad.
9. Cede tu sitio en el autobús a las personas mayores. Por favor, hazlo. Me muero un poco por dentro cuando veo a alguien joven que no se levanta para dejar sitio a alguien mayor. 
10. Un por favor sincero siempre ayuda.
11. Se agradecido siempre. La gente no está ahí para hacerte favores a ti. Si sacan tiempo y esfuerzo para ayudarte, agradéceselo. 
12. Escribe notas bonitas, y vete dejándolas por ahí. Pueden hacer que el día de alguien cambie por completo.
13. Intenta sonreír. La vida es más bonita cuando sonríes. 
14. Si crees que lo que vas a decir va a hacerle daño a alguien, piensa dos veces antes de decirlo. Una vez que queda dicho, esas palabras no se borran nunca.
15. Siempre puede ser peor. Pero también puede ser mejor. No desesperes.
16. Si estás agobiado, angustiado, triste... está bien, tranquilo, no pasa nada. Sal a correr, grita, pon música a todo volumen, enfádate, llora, rompe algo. No siempre podemos estar bien. Permítete estar mal.
17. Come mucho chocolate.
18. Los errores son humanos. Eres humano. Repítetelo las veces que haga falta.
19. Somos naturaleza. Sal al monte, a la playa, a cualquier sitio con flores. Y respira. 
20. Si sientes que la vida te desborda, déjalo todo en standby y haz cualquier cosa que te guste y te haga estar bien. Date un respiro.
21. Procura llevar siempre contigo pañuelos de papel.
22. Saca todas las fotos que puedas. Cuando seas viejo te gustará mirar los álbumes y recordar viejos tiempos. Además, verte sin arrugas te hará sonreír.
23. Cómprate buen calzado. Con los pies mojados se ve todo muy negro.
24. Tus sueños son lo más preciado que tienes. No dejes que nadie te los quite.
25. Aunque todo el mundo se empeñe en cambiarte, mantente fiel a ti mismo. Tú eres tú. Si no les gustas así, no pierdas el tiempo con ellos.
26. Si quieres a alguien, no le engañes. Si le engañas, es que quizá no le quieras tanto. Plantéatelo.
27. Si alguien tiene frío y tú no, déjale tu chaqueta.
28. Si tú fumas pero el que está contigo no, no le eches el humo a la cara. Es muy desagradable.
29. Si hace que se te acelere el corazón, no te lo pienses. Salta.
30. No pierdas el tiempo leyendo listas absurdas. Vive.

Tuesday, January 28, 2014

- Es importante que lo sepas. No, escúchame bien, porque esto no es como esa mierda que suelto a veces, esas cosas de película y todo eso. No. Esto va muy enserio. Y necesito que prestes atención. No sé qué coño va a pasar, porque no soy adivina. Y sí, puedo tener intuiciones y esas cosas, pero yo qué sé, en realidad no tenemos ni puta idea de dónde nos va a poner la vida. Eso va así. Es jodido, y da miedo, y acojona, y te paraliza y toda esa mierda. Pero es lo que hay. Y quiero que eso lo tengas siempre en cuenta. Siempre. Que no sabemos que va a pasar mañana, ni que va a pasar de aquí a dos horas, ni de aquí a un minuto, ni siquiera en el segundo que viene justo detrás de este mismo segundo. ¿Me entiendes? Necesito que lo entiendas. Que puede que todo cambie radicalmente ahora, o mañana, o de aquí a cinco años. Y puede también que no cambie nunca. Hay demasiadas variables. Tantas que da un miedo que te cagas. Pero no quiero que pienses en eso. No. Esto sólo te lo digo para que seas consciente de la magnitud de lo que  te estoy contando. Quiero que percibas lo enorme que es lo que te voy a decir. Que lo captes. Que lo interiorices bien. Y que no se te olvide en la puta vida. Eso sobre todo. ¿Comprendes?
- Sí. Venga, suéltalo ya, me estás poniendo nervioso joder.
- Es sólo eso. Que puede que mañana te vayas a China, o yo me vaya a tomar por culo de aquí, a cualquier sitio cutre en el que no tenga ni siquiera cobertura, y me pierdas la pista del todo. O puede también que nos pase algo, ya sabes, un camión, un coche, una maceta en la cabeza cuando hace mucho viento (joder, por eso te digo siempre que mires hacia arriba cuando hace viento, y que tengas cuidado, pero tú siempre te ríes de mí), cualquiera de esas cosas que pasan en cuestión de segundos, y dejan todo ese vacío, ese agujero negro. ¿Lo entiendes? No sabemos que mierda nos va a pasar. Y joder, me da un miedo que flipas. Y también, está ese asunto, que puede que mañana aparezca la mujer de tu vida por cualquier esquina, porque no nos engañemos, yo soy el jodido patito feo, que sí, que seré muy maja, y te haré reír y toda esa mierda, y soy super cariñosa, y siempre quiero que estés bien, pero en cuanto aparezca esa chica perfecta, con pelo rubio (porque casi siempre son rubias, yo no sé por qué); y esa sonrisa que te hará caerte de culo, y todo eso, te olvidarás de mi y de mi torpeza. Y eso pues lo tengo en mente todo el rato. Y soy super consciente de que eso puede pasar en cualquier momento. Porque joder, no veas que tías me encuentro yo por la calle. Que le nublan la vista a cualquiera. Me dejan sin aliento. Incluso a mí, ¿te lo puedes creer? Y a veces hasta me quedo mirándoles el culo, porque joder, eso no es de este planeta, y en ese plan. Bueno, que me lío. Que aparecerá la mujer de tu vida, y yo entenderé que te vayas con ella, porque te mereces un puto ángel caído del cielo, y yo soy demasiado topo (he usado este animal para incrementar la distancia, porque los ángeles están arriba de las nubes, y los topos debajo de la tierra, para que veas la diferencia que hay y todo eso). Y eso, que me vuelvo a ir por las ramas. Pero que vamos, que eso pasará. Y entonces, necesito que lo sepas. Que da igual. Que no importa. ¿Vale? De verdad. Que puedes irte a China, o a la tierra del fuego, o al jodido Polo Norte. Vete. Y puedes encontrar a la mujer de tu vida, e irte con ella a la luna. Y yo querré que te vayas, y que seas el más feliz del puto mundo entero, y todo eso. Te lo prometo que sí, que te desearé lo mejor. Y además de todo eso, que da igual a dónde hostias te vayas, porque básicamente, lo que intento decirte es, que me la suda dónde estés y con quién, porque si alguna vez no sé, noto que algo no va bien, o que estás mal, o que necesitas que alguien te eche una mano y esas cosas, iré a buscarte. Sólo quiero que lo sepas. Que iré a buscarte. Y que te quedes con eso. Y da igual dónde esté yo en ese momento. Mientras siga respirando iré a buscarte. Eso es así. Y si estás en China, pues los chinos tendrán que aguantarme. Y si estás con la mujer de tu vida, pues ella me tendrá que aguantar. Porque yo pienso ir a buscarte. ¿Lo entiendes? Necesito que lo entiendas. Que contigo no hay reglas, ni distancias, ni pollas en vinagre. Que tú siempre serás mi excepción. Y que me la va a sudar todo siempre. Porque no voy a permitir que el mundo te haga daño. Porque yo te voy a querer siempre, ¿entiendes? Aunque no estemos juntos. Necesito que lo entiendas. Necesito que eso te quede muy claro. Que nunca voy a dejar de quererte. Porque es imposible. Una puta quimera. Eso no puede ser. Y punto. Y siempre vas a tener mi mano, mi brazo, todo lo que soy. Siempre. Recuérdalo. Te acordarás, ¿vale? Por favor. Sí alguna vez este puto mundo te hace daño, iré a buscarte. Y te sacaré de la mierda y te traeré de vuelta a casa. No lo olvides nunca.
Respiró. Parecía que no había respirado en diez años. Miró al suelo, luego al cielo, y luego le miró a él. Tenía la boca medio abierta, y la miraba alucinado. Sí, desde luego que había puesto énfasis en que no se le olvidara. Y desde luego que no se le iba a olvidar. Lo que más le alucinaba era con que facilidad aceptaba que ella no era para él, que era demasiado poco. Era flipante. Y él no podía decir nada, porque quizá al día siguiente se enamorara, y entonces ella tendría razón. Y odiaba que ella tuviera razón. Pero la miraba como si fuera de otro planeta. Y es que seguramente lo fuera. No sabía que decir. Le había dejado sin palabras. Pero eso es algo que hacía siempre, dejarle sin palabras. Ya estaba acostumbrado. Aún así, ella le miraba expectante, esperando una respuesta con una angustia palpable. Y le volvió a preguntar:
- ¿Te acordarás? ¿Me prometes que no lo olvidarás? Tienes que prometérmelo. Prométemelo.
- Te lo prometo.
No podía decir nada más, pero se acercó a ella y la abrazo. Ella suspiró aliviada, pero de repente, levantó la cabeza y le volvío a mirar con cara preocupada.
- Oye, pero tú siempre te olvidas de todo. ¿Tienes que apuntarlo en algún sitio e? ¿Lo harás?
Se miraron y se empezaron a reír. Joder, era cojonuda. Y lo peor de todo, es que sabía que de ahí a cinco minutos sacaría una hoja en blanco y se pondría a escribirle toda aquella parrafada, subrayando las palabras más importantes, y poniéndole en mayúsculas: NO LO OLVIDES NUNCA.
Te puedes quedar con toda esa mierda que hablabas,
con todas las mentiras escondidas entre líneas.
Con toda esa basura.

Yo salgo a tocar la luna.

No me llames.
Ya no voy a estar.
Y si me largo a 800 kilómetros de aquí, tú tranquilo, no es por ti. Es por toda esta mierda que me rodea. Volveré cuando menos te lo esperes, a soltarte de repente todo eso que suelo soltar cuando estás distraído. Bailaremos nuestra canción. Y lloverá de nuevo.
It killed me once.
I think twice would be too much.
He's the only boy in the world, after my dad and my brother, for whom I'd walk all the fuckin' planet, go to the moon, the sun, another galaxy... whatever. Whatever it takes to make him smile, I'd do it.
No sé si volvería a ser capaz.
And then, there was this girl. You know, the one with the perfect smile, and that way of saying "please" that you would be able to walk all the world just to make her the favor. The one with the blue eyes that were brighter than the fuckin' sea. You know, all that stuff.

And you were like the fuckin' ugly duck. And you know, all that stuff.

Monday, January 27, 2014

Hacer como si nada,
cuando en realidad
es como si algo.
Como si algo
que no puedes controlar
te estuviera jodiendo entera.
No podías describirlo sólo con palabras,
porque se te quedaban pequeñas en la boca.
y te dabas cuenta,
de que el universo entero
podría llegar a quedarte pequeño,
ante la magnitud de esa belleza,
tan rara, tan diferente,
tan trascendental.
El infinito no servía de nada,
y a cada vuelta de esquina
te chocabas de frente
con una realidad
desgarradora.
Era lo más bonito que verías jamás.
Tan bonito que dolía.
Y no sabías como
poder hacerlo tangible,
porque todas las palabras
del diccionario
no serían suficientes.
y además tú no te las sabías todas,
y jugabas con desventaja.
Y sólo tenías ganas de salir corriendo,
y alejarte de aquella putada andante,
porque eso es lo que era: una putada jodidamente bonita.
Y te ponías a pensar,
que serías capaz de recoger todas las flores del mundo,
y de bajar todas las estrellas del cielo,
y colgarlas en su balcón,
para que cada vez que las viera,
se diese cuenta
de que no tenías palabras,
porque su belleza superaba
todo lo que la naturaleza había inventado.
Superaba con creces,
cualquier visión anterior,
y tenías la certeza interna,
de que también superaría cualquier visión posterior.
Era lo más precioso que tus ojos habían alcanzado a ver.
Tan precioso, que dolía.

Su mirada era un jodido precipicio.
Y siempre estabas al borde.
Al borde de saltar,
al borde de caerte.
No es mi verdad,
es su mentira.

Es todo lo que hacemos mal,
mientras el mundo gira.

Y a veces quiero bajarme.
Sigo viendo la misma mierda
por la misma ventana.
El mismo mundo gris
que me congela el alma.
Aquí no hay calor,
sólo hay humedad
y sombra.

¿Y dónde están los recuerdos?

Escondidos debajo de la alfombra.
Dentro de la relatividad habitual del mundo y sus asuntos,
ese percal era absoluto.

Sunday, January 26, 2014

Magia.

Y toda esa mierda que se crea en un párrafo
escrito por el alma.

A sangre.

En mis sueños o en mis sombras.
Que no había forma de hacer que entrara en razón. Nunca. Y estaba completamente ida de la cabeza. No sabía distinguir entre el norte y el sur. El mundo para ella era solo una prolongación suya. Solía decir que la gravedad era una trampa de Dios porque no quería que voláramos y llegáramos tan alto como él. Y no creía en Dios. Su discurso pocas veces era coherente, pero te quedabas como embobado escuchándola hablar. Y siempre, siempre, siempre, se ponía los calcetines desparejados. Y nunca llevaba reloj. Por eso siempre estaba preguntando a ver qué hora era. No le gustaban los relojes. Porque el tic-tac del segundero le hacía ser consciente de que el presente era agua que se escapaba entre los dedos. Y se ponía muy nerviosa. Prefería pensar que no había relojes. Ni calendarios. Ni nada que le pudiera joder la diversión. Odiaba el café, y a los que tomaban café, porque iban por la vida como si pudieran con todo, como si nunca tuvieran sueño, como si fueran invencibles. Cuando decías una palabra curiosa, o alguna que nunca hubiera escuchado antes, se ponía a pronunciarla en voz alta repetidas veces. Como para memorizarla. Dándole matices diferentes. Podía llegar a ser un verdadero dolor de cabeza. Pero luego también tenía esa manía de contarte historias divertidas, anécdotas extrañas, y te hacía reír mucho. Y entonces pensabas, que aunque a veces era la chica más insoportable de todo el planeta, era inevitable querer estar con ella. Y cuando la mirabas fijamente, y ella te devolvía la mirada sin pestañear, retándote a ver quien de los dos aguantaba más, siempre terminabas apartando la mirada. Y ella empezaba a dar pequeños saltos, y a mirar al cielo, y a dar vueltas y giros por la calle. Y era una locura. Pero aunque te pusieras todas las barreras del mundo, todos los frenos, todas las excusas por delante, sabías que no habría manera. Desde el minuto uno te quedabas enganchado a ella. Y cuando alguien te atrapa así, por dentro y sin avisar, lo único que podías hacer era cerrar los ojos y saltar. Y cuando aterrizabas y los abrías, ahí estaba ella, diciendo cosas en inglés, y citando a escritores raros, y cantando siempre las canciones, y haciendo de la vida un puto caos. Pero joder, pensabas en ella y no podías dejar de sonreír. Y cuando la tenía delante, y la mirabas, y sonreías y ella te preguntaba: ey, ¿por qué sonríes tanto? No sabías qué coño decir. Y al fin y al cabo, el amor siempre era eso: no saber qué coño decir.



Imposible, dicen.
Ellos, que nunca lo intentan.
Improbable, digo.
Me dejaré la piel en el intento.
Escribiéndolo con sangre.
Vomitando el alma
en cada párrafo.
El borde del abismo
siempre está
a la vuelta de la esquina.

Hazme caso,
no confíes.

Saturday, January 25, 2014

- Tengo que decirte una cosa.. no, no.. cállate y escucha.. sólo déjame decirlo, y luego me iré, y te dejo en paz.. pero déjame decírtelo. Eres un gilipollas.. el más gilipollas de todos.. y mira que he conocido tíos gilipollas.. pues tu les ganas a todos. Siempre hablas de más, te pasas de listo, dices cosas fuera de lugar, utilizas demasiado la ironía, y siempre intentas dejar mal a los demás.. y eso lo odio, lo odio mucho. Y luego eres un chulo, que te crees que el mundo está a tus pies, y vas con ese aire de suficiencia, y gastas esa prepotencia que me pone mala, de verdad que no lo soporto.. es como si pensaras que eres superior a todos los que te rodeamos, y no, eso no es así. Y joder, lo egoísta que eres.. que nunca piensas en los demás.. que tu mundo gira entorno a tu ombligo.. y así todo el rato. Y no tienes empatía, pero cero ¿eh? absolutamente cero.. y no te importa hacer daño a los demás.. prefieres que lo pasen mal ellos, antes que tú.. y no, eso no va así.. eso no es querer.. eso es una mierda.. y nunca haces esfuerzos por hacerles sonreír.. y eso no me gusta. Y además creo que eres demasiado violento, y te metes en peleas.. y la gente así no me da buen rollo.. cero.. y joder, eres todo lo que se supone que no debería gustarme, y te aborrezco el 80% del tiempo.. y no sé que coño me pasa con esto.. pero es que a pesar de toda esta mierda, me he enamorado de ti. Y no sé que hacer con eso.

Se quedó callada. No sabía como seguir. Por fin lo había soltado. Era consciente de que todo aquello carecía de sentido, pero era lo que había. Lo escupió de carrerilla, porque tenía miedo de que si paraba una vez ya no sería capaz de continuar. Él estaba mirándola en silencio. Seguramente no se esperaría algo así. No, seguramente no. ¿Era idiota por decírselo? Tal vez. Pero si no se lo decía reventaba. Las cosas iban así.

- Sí, me he enamorado de ti. Y ese 20% del tiempo en el que no te aborrezco, pienso en ti y el mundo deja de girar. Y todo está al revés, porque no sé qué hacer con ese sentimiento. Y me gustaría verte, y hablar contigo, y no sé, besarte y todo eso... pero no. No, porque no voy a quedarme. No voy a intentarlo. No , porque ni siquiera quiero imaginar que sería de mí si tú entraras en mi vida. Lo pondrías todo patas arriba, y yo me enamoraría de ti más y más, pero tú me harías daño. Sé que me harías daño. Me destrozarías. Y no puedo permitírmelo. De ninguna de las maneras. Y he pensado mucho en esto, y le he dado vueltas, y es la única conclusión lógica que he sacado. No voy a quedarme.

Suspiró hondo. Lo había soltado todo. Se lo había dicho. Ahora podría dar media vuelta y seguir con su vida. Era tan extraño. Era tan ilógico todo. Siempre le pasaba igual, siempre se metía en líos.

- No voy a quedarme. Y sin embargo, cuando me de la vuelta y empiece a andar, alejándome de ti inevitablemente, lo único que estaré pensando es en lo jodidamente cojonudo que sería que tú vinieras por detrás y me impidieras hacerlo. Pero no lo harás. Y esa certeza pesa tanto que sé que estoy haciendo lo correcto.

Se dio la vuelta y se fue. Ni siquiera le dio tiempo a que dijera algo al respecto. Sería demasiado difícil.Y es que una parte de su cabeza le preguntaba a ver porque se iba a más de cien kilómetros de distancia, cuando la distancia que el corazón dictaba se medía en milímetros.

Friday, January 24, 2014

No pestañees.
Vas a perdértelo.
Entra sin llamar.
Se sienta contigo en tu colchón
y lo pone todo del revés,
y hace que sientas
que el resto del mundo ha desaparecido.
¿Y qué coño puedes hacer?
No tiene patria ni bandera,
es indomable,
y sólo el viento
sabe a dónde se dirige.
Y tú solo esperas,
que se quede
un rato más,
sólo un rato más
contigo,
jugando a inventar
frases que no tienen sentido.
Igual que ella.
Y es que eso es
lo mágico de su sonrisa.
Que es un alboroto,
y un caos,
y un desorden,
y es tan libre
que es abrumadora.
Y abrumada,
en tu pequeñez absoluta,
sólo esperas,
que la vida siga siendo así:
un sinsentido continuo
en el que ella marque
el compás de las
gotas de tinta
que van cayendo.
Y que se quede.
Que se quede un rato más.

- Me llamo Make. Bueno, no, no me llamo así, pero me gusta que me llamen así. Así que ahí lo dejamos. Tengo 23 años, pero muy pronto haré 24. Nací en Febrero, ¿sabes? Soy de las primeras en cumplir. Tengo una colega que acaba de hacer los 23 la muy capulla. Claro, ella es de Noviembre. Es una ventaja si lo piensas. Es diez meses más joven que yo. Me estoy estresando. Me acuerdo del día en que cumplí los 18. Lloré como una niña. No me preguntes por qué. Quizá porque sentí que oficialmente entraba en el mundo de los adultos, y no me digas por qué, pero tenía el presentimiento de que no me gustaría tanto. Creo que acerté. Desde entonces muchas cosas han cambiado. Algunas a mejor, otras a peor. Pero yo, yo decaí bastante, no te voy a mentir. Tuve más problemas con eso del 'a dónde vamos' y el ' de dónde venimos', me hice muchas preguntas que no sabía contestar, y bueno, me equivoqué de camino dos veces. Ya ves, cualquiera lo diría. El ser humano, el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Ahí fui yo, de pleno, haciéndole honor al refrán. Tropecé dos veces. Me di dos buenas ostias, sí, no te voy a mentir. Pero saqué cosas muy buenas de las dos experiencias. Más que cosas, personas. Personas inolvidables. Algunas con las que he perdido el contacto, pero a las que nunca podré olvidar. Otras, mucho más esenciales, que siguen ahí, y no se irán nunca. Y eso es lo que me llevo. ¿Porque al final eso es lo que cuenta no? Las veces que te rozas con los demás, los corazones que conoces por el camino, las sonrisas que te regalan, y las que tú vas regalando, creando momentos en los que las carcajadas y las miradas de complicidad lo inundan todo. Tantos buenos amigos. Tantas personas excepcionales. Es una pasada. Es una pasada la vida. Lo que te puedes encontrar en cualquier esquina. Es sobrecogedor. Y fíjate, si no me hubiera equivocado no les habría conocido. ¿Te das cuenta? Al final, el error se convierte en acierto. Así, como si nada. Es magia. Me parece alucinante. Y aquí sigo. Intentando no salirme del camino. Este que al final parece el definitivo. Me gusta, me gusta mucho. Creo que en el fondo siempre supe que quería hacer esto, pero ya sabes, los miedos, lo que te dicen los demás. Mis padres, mis padres me influyeron mucho. Me dijeron que esto no tendría salida. Sobre todo mi padre. Él es periodista ¿sabes? Sabía lo que se decía. Pero al final no pude esconderlo más y tuve que decirlo en voz alta. Era lo que quería hacer, lo que quería ser. Periodista, como él. Sé que nunca llegaré a hacerlo ni la mitad de bien que lo hace él. Porque él es el mejor de mundo ¿sabes? Y ya sé que es mi padre y todo eso, pero de verdad, yo creo que es el mejor. Cuando leo lo que escribe, me quedo alucinada. Escribe tan bien. Es mi ejemplo a seguir. De mayor quiero ser como él, te lo digo de verdad. Y bueno no sé que más contarte así de entrada. Que escribir es lo que más me gusta del mundo. Y que me puedes quitar todo lo demás, pero eso no. Bueno, eso y la música. Y el chocolate, por supuesto. Pero vamos, que sin escribir y sin escuchar música me muero seguro. Tocaba el violín de pequeña. Ahora quiero volver a darle caña, pero no tengo partituras, y estoy muy vaga. Tengo que ponerme las pilas. Y luego escribo letras también, pero eso, bueno, lo hago para mí, porque me libera, y me hace sacar toda la mierda, y me alivia el alma. Que al final es de lo que se trata, de hacer cosas que te hagan estar bien, sentirte bien. Cosas que te hagan feliz, y todo eso, ya sabes, cosas que te llenen. Y en esas estoy. Pero bueno, que ahora mismo no sé, intento no darle vueltas mucho a las cosas. Y simplemente ver a ver dónde me va llevando el camino. Aunque bueno, ya lo decía Machado, que el camino se hace al andar, y pues habrá que seguir andando. A veces la brújula se me marea un poco, pero creo que ya lo voy teniendo claro. Y bueno, no sé que más quieres que te cuente.
- Tranquila, respira. ¿Siempre hablas así de rápido? Tienes que aprender a coger aire. Se te nota que eres muy nerviosa. ¿Siempre eres así? ¿O estás nerviosa por alguna razón?
- No, no, yo soy nerviosa de serie. Desde pequeñita. 
- Bien. Pues eso vamos a tener que aprender a controlarlo. Vamos a empezar por el principio. ¿Cuando fue el primer ataque que recuerdas?
...

Thursday, January 23, 2014

DESEO.

DESEO

Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.

  Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.

  Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.

  Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.

  Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.

  Y tu corazón caliente,
Nada más.


Federico García Lorca
Once you had put the pieces back together, even though you may look intact, you were never quite the same as you'd been before the fall.
― Jodi Picoult
Que las estrellas se cayeron del cielo,
y la luna se puso a llorar,
y de repente todo se quedó oscuro..

cuando la luz de tus ojos iluminó el mundo.

Wednesday, January 22, 2014

Que a mi me contaron,
que el cielo no se podía tocar,
porque estaba muy alto
y no había persona
que pudiera llegar a ser capaz de alcanzarlo.
Ni siquiera comiendo petit-suisse.
Y con esa idea me tuve que quedar.
Y daba igual,
que yo me empeñara en saltar de los bancos
para echarle un pulso a la jodida gravedad,
y ponerme a volar.
La luna seguía empeñada en ser inalcanzable.
Y desde el suelo
tenía que fruncir el entrecejo,
y aprender que al final
iba a ser verdad eso de que yo no tenía alas.
Bueno, cualquiera diría que todo aquello
era muy lógico,
y que cualquier niña con dos dedos de frente
lo pillaría a la primera.
Pero que queréis que os diga,
siempre fui bastante burra,
y más cabezota de lo que parece a simple vista.
Y pensé que no, que ellos no tenían razón.
Sólo para darme el gusto
de llevarles la contraria.
Porque eso siempre me pareció bastante 
más entretenido.
Y pensé que tendría que ser yo
la encargada de decidir
si el cielo podía tocarse o no.
Por muy alto que quedara.
Y tendría que ser yo,
la encargada de decidir
que hacer con eso de las alas.

Así que pensé,
que lo mejor era cosérmelas a la espalda.
Unas alas de papel,
tejidas de sueños de colores.
Y que saltaría cualquier día de
ese banco o cualquier otro,
y que alcanzaría las nubes,
y si me apuras,
también la luna.

Porque da igual lo alto que puedan estar tus sueños,
tus ilusiones,
tus metas...

no dejes que te digan que no puedes llegar,

Porque si lo piensas bien, 
la luna está a la vuelta de la esquina.
Supongo que ya no le bastaría
cualquier cosa que hiciera
por volverla a tener aquí conmigo.
Supongo
que después de tanto tiempo
ella ya se ha olvidado de como olían mis pies,
y de como le tiraba los palos,
y de como la llamaba
cuando me desesperaba porque no me hacía ni puto caso.

Y no voy a engañarme.
A mi tampoco me bastaría.

Porque si hay por ahí
algún universo paralelo,
sería para ella,
Sin errores,
sin despedidas,
sin lágrimas.
Sin este dolor
interminable.
Serían para ella
todos los mundos
además de este,
y todas las estrellas,
y todos los planetas,
y todas las galaxias,
y todo lo que puede haber
en este y en cualquier otro univero.

Porque no concibo
otra manera
de hacer que me perdone,
por no haberme pasado
el resto de mi vida
acariciándole la tripa
y haciéndola feliz.

Y ni aún así me perdonaría.
Al menos yo no lo haría.

Sólo podría darle mi vida,
entera y sin condición alguna,
para que ella luego hiciera lo que quisiera.

Porque no me queda nada más para darle.

Mi alma entera es suya,
y mi corazón le pertenece
desde el primer mediodía
en que la vi echa un ovillo en ese rincón.
Nadie podrá quitárselo jamás.
Es suyo para toda la eternidad.

Y mientras ardo en el infierno,
le entrego todo lo que soy.
Bueno,
lo poco que queda de mí
desde que ella
ya no está conmigo.

Tuesday, January 21, 2014

La luna se empeña en ser inalcanzable.

La cabeza no me rula, porque ya sabes, estas no son horas. Y esa música me hace recordar. No sé si es bueno, o malo, o qué. A veces creo que la variedad de adjetivos es demasiado poco amplia. Luego pienso que el problema será que yo no me sé suficientes. Tendré que leer más. Leerles. Son libros abiertos, ¿sabes? Sólo hay que prestar atención. Pero vamos a toda ostia. Y así no. Lo sutil de un pestañeo, de un fruncir de ceño. Esos labios escupen algo que no es de este planeta. ¿Tú que piensas? Yo creo que cada día estoy un poco más loca. Pero no me preocupa en absoluto. Las 2:40. Eso si debería preocuparme. Que mañana tengo que seguir estudiando. Vale, Make, no te mientas. Seguir no, empezar.
No sé que quieres que te diga. Que las encrucijadas del camino me hicieron débil. Que ella se fue, y dejó un vacío tan enorme que el aire sabe a plomo al respirar. Que bueno, hubo un chico sí. Uno que me hizo soñar con el cielo y las estrellas. Que se reía de esa forma, y se llevaba bien con todo el mundo, y siempre tenía algo que decir. Me rompió el corazón. Luego pasó el tiempo. Volví a ser capaz de saltar al vacío. Y volvió a salirme mal. Y luego eso de que no estaba bien en esa ciudad. Y tuve que volver a casa. Y eso también me salió mal. Y de repente todo era un caos. Y luego llegó él. Y todo fue de colores. Y yo sonreía todo el rato. Y era como si todos los planetas se hubieran alineado, y por fin sentí que a alguien le importaba, y me miraba de esa manera, que me hacía sentir bonita, cuando yo siempre había sido el patito feo, incluso recién levantada le gustaba, con los pelos revueltos, y esas ojeras, y esas ganas de desayunar y de pasar de él y del mundo, pero a él le daba igual, me miraba siempre así, como te mira alguien que te quiere. Y luego otra vez salieron mal las cosas, y más dolor, y más gris, y más lío. Y ya no me acuerdo de cuantas veces he hiperventilado a las tantas de la noche, mirando al techo, rodeada de mis monstruos, y de todos esos nombres que me recordaban que esto del amor puede ser un puto huracán que se lo lleva todo por delante, un auténtico desastre. Y no sé que quieres que te diga. Que sólo sé querer a quemarropa, de una manera impulsiva, y sin trazar ningún plan. Y si soy torpe, no es mi culpa. En ese terreno nunca medí los pasos. Siempre salté al vacío, siempre crucé sin mirar. Y nunca supe, si el que se llevaba lo mejor de mí, iba a cuidarlo, o a tirarlo a la basura. Pero si no te arriesgas, la vida es tan apática que conmigo no contéis. Necesito gritarle al viento esas verdades como puños que salen directas del corazón. Si no hay nadie ahí para oírlas, es otro asunto. 
"La peor distancia entre dos personas es un malentendido."

Monday, January 20, 2014

Sunday, January 19, 2014

Nunca dejé de quererle. Ni siquiera cuando le odiaba.
Quiero decírtelo así, sin necesidad de tener que pronunciarlo.
Era como volver a casa después de una tormenta. Volver al lugar en el que sabías que todo iba a estar calentito, y te podrías duchar y ponerte ropa seca, y donde el viento no entraba por las ventanas, y nunca hacía frío. Y daba igual que afuera estuviera lloviendo, o que pareciera que el mundo entero iba a desaparecer. Allí, en ese lugar, estabas a salvo de todo.

Saturday, January 18, 2014

No es mi culpa, que sean las 3:20 de la madrugada y que ella se siente aquí en mi mesa y me haga un cruce de piernas a lo Sharon Stone. Que quieres que te diga, suelo esperarla despierta, y siempre llega a horas intempestivas. Pero hace que merezca la pena. Borra los bostezos de un plumazo, y me desnuda lentamente sin apenas rozarme. Está tranquila, está en el aire. Y antes de que se vaya dando un portazo, dejando sólo su aroma, necesito capturar la esencia más salvaje. Esa magia y ese misterio del que se impregnan las paredes cuando ella pasea descalza por toda la habitación.

Quiero que me haga el amor como si no hubiera mañana. Como si la salvación del mundo estuviera en nuestras manos.
Entre el alma y la carne.
Dónde están todas las cicatrices.
Ábreme una herida con tus manos.
Arráncame la piel a dentelladas.
No dejes nada.
Cómetelo todo.

Quiero quedarme con la nada.
Con las cenizas después de la tormenta.
Es como un puto huracán.
Cuando llega, te lleva por delante.


Todavía sigo pensando que el chándal y las chancletas son dos de los mejores inventos del ser humano. Sigo pensando que la luz de las farolas inspira más que la del sol, por ser más tenue, más débil, artificial. No me digas qué tiene, pero hace que todo parezca más siniestro. Y cuando veo esas luces a lo lejos, como cuando me asomo por la ventana de ese décimo piso y miro hacia mi este, (pero que no es el este en sí, si no el norte) formando cúmulos, y filas parpadeantes... siento que son como pequeñas luciérnagas. Sólo que no son tan bonitas. Porque las luciérnagas son raras, y aquí apenas se ven, es más yo aquí nunca he visto ninguna. En mi pueblo sí, y me pareció magia. Pero las farolas no son magia, porque están por todas partes, y hay demasiadas, y no me dejan ver las estrellas. Pero aún y todo, me siguen inspirando. Sigo pensando, y llámame previsible, o redundante, que los viernes son un día excepcional. No porque sean el prólogo del sábado. No, no es por eso. Es porque vuelvo. Y con eso lo digo todo. Vuelvo a mi verde, a mis colores, a mis sonrisas. Y a eso no le puedo poner precio. Sigo pensando que la cerveza es lo único bueno que saqué de tantas y tantas borracheras. Pena que ya no pueda beberla. Sigo pensando que no hay nada en el mundo que vaya a gustarme más que el chocolate. Y eso es un serio problema. Sigo pensando que todo eso no tiene ningún sentido. Pero le sigo dando vueltas. Sigo pensando que no podría vivir en un sitio sin mar, y sin embargo sueño cada día con Sevilla. Sigo pensando que después de aquella bola de pelo tan jodidamente preciosa, ya no soy la misma. Y creo que jamás volveré a serlo. Pero no importa. Estaré bien. Sigo pensando que él es el mejor del mundo, y que daría un dedo por poder ir a verle. Me desmayaría, seguro. Sigo pensando que las atracciones no son un buen invento, y me siguen dando miedo, y me sigo sin montar. Menos mal que mis amigas ya tampoco se montan, sino seguiría siendo la que sujeta los abrigos. Y eso no mola nada. Sigo pensando que andar bajo tierra es lo más loco que se le ha ocurrido a un cerebro, y por favor, que no me timen, eso no puede ser seguro. Algún día se caerá algún metro y entonces podré decir eso de "yo tenía razón", si es que... no somos topos, no lo olvidéis. Sigo pensando que los ascensores son muy prácticos y todo lo que quieras, pero acojonan que te cagas, y a mí no me jodas, pero diez pisos en caída libre a 9.8 de aceleración, la ostia que te das es importante. Sigo pensando que bailar es tan necesario como respirar. Sigo pensando que el sonido de la lluvia, el del mar y el del choque entre la bota y el balón de fútbol son los mejores sonidos del mundo. Sigo pensando que nunca dejaré de escribir, porque eso supondría dejar de ser yo, y por favor, no quiero dejar de ser yo nunca. Sigo pensando que hay corazones que no están preparados para querer tantísimo. Pero al mismo tiempo sigo pensando que si no se quiere tantísimo todo deja de tener sentido. Y es que creo que esa es la medida: tanto. Y todavía sigo pensando que si el corazón te late más fuerte, y te vuelves medio tarada, y ya no sabes ni dónde estás ni en qué día vives, y a pesar de eso, te quedas sentada, eres idiota de remate. Porque sigo pensando que sólo tenemos este momento, y que si lo desperdiciamos, el tiempo no nos regala otro. Y es que todavía sigo pensando, que en el amor hay que correr a contrarreloj, para poder llegar a ese momento en el que por fin se para el tiempo.

Friday, January 17, 2014

Era imposible. Como volar o escalar el Everest en chancletas. Ese tipo de imposible. Y no es que ella no fuera consciente, no. Pero eso no parecía surtir ningún tipo de efecto en su perspectiva. Cuando le decían:
'A ver, ¿no te das cuenta de que no puede ser?', contestaba 'No, eso no es exactamente así. De acuerdo, no es probable que pueda ser, pero imposible, lo que viene siendo imposible en el sentido estricto de la palabra pues no lo es. Imposible es cruzar el estrecho buceando por ejemplo, porque nadie aguanta tanto tiempo sin respirar, pero esto no es imposible.' Sus amigas se desesperaban. Era como intentar hablar con una piedra. Era cabezota y testaruda, y estaba loca. Y así se embarcaba en monólogos que nadie podía rebatir porque no tenían ningún sentido. Pero a ella le daba igual. Y es que una determinación gigante se había apoderado de ella: había decidido ir. La llamarían kamikaze y todo lo que quisieran, pero en su fuero interno sabía que al fin y al cabo tampoco era tan terrible, y que bueno que si no le salía bien tampoco pasaba nada, pero que lo peor de todo sería quedarse sin intentarlo, porque la vida es una, y pasa y te jodes, y el tiempo no se puede rebobinar, y luego te quedas con cara de idiota esperando sentada en un columpio que ya no vuela, mirando a la nada, como si pensaras que quizá por alguna esquina alguien fuera a aparecer y te pudiera volver a dar la oportunidad de salir corriendo. Pero no. Y no es que se hubiera enamorado ni nada parecido, porque para eso faltaban más de 40 lunas, llenas me refiero. No no era eso. Simplemente era que desde el momento que le escuchó algo se removió dentro de ella, y pensó que si tenía que ser rechazada por alguien, quería ser rechaza por alguien con esa voz. Y seguramente estaría loca. Pero si estar loca significaba hacer lo que las entrañas te pedían a gritos, y ponerlo todo del revés, y atreverse, y saltar, y hacer el ridículo mil veces, pero que el corazón te latiera a mil por hora y que sintieras todo el rato como que te estabas cayendo por el agujero de Alicia, entonces, no le importaba una mierda estar loca del todo.

Thursday, January 16, 2014

Modo sentimental on.
Será por eso.
O por lo otro.
O yo que sé por qué mierda.
Ya ves, hay cosas que no cambian nunca.
Al menos por aquí.

Y joder, echo de menos a mi hermano.
Le dije que no se preocupara.
Que no volvería a enamorarme de él.
Que podía estar tranquilo.

Cundo te rompen el corazón,
de esa manera
tan gratuita,
no creo que haya otra opción.

Quizá fui estúpida,
por volverle a mirar
a los ojos,
después de tantos años.
Pero es verdad,
ya no me da miedo.

Porque por primera vez en mi vida,
le miro, y sé que no.
Que ya no puede
quitarme
lo poco que me dejó.

Que el amor de mi vida,
vino después de él,
y fue el que tuvo que pagar por sus heridas.

Y eso no se lo perdono.

Que me dejara tan rota e inservible,
que la única
persona que me demostró
que me quería,
tuviera que pagar
todos aquellos
platos.
Los que no rompí yo.
Los que rompió él tan gratuitamente.

No, eso no se lo perdono.

Wednesday, January 15, 2014

Para que te hagas una idea,
es como
si fueras un pez.

Y el folio es el agua.
No se trata de escribir poemas,
ni de vomitar palabras románticas de esas
que hagan que todo se tiña de rosa
y todo eso.

No sé de que se trata exactamente,
pero tiene que ver
con eso de ponerte las entrañas por fuera,
y vomitar tanta realidad
que leerla duela,
y sangrar
constantemente.
Pero no poder dejar de hacerlo
porque sólo puedes
respirar
a través del folio,
porque no
hay otra manera.

Sino te ahogas.

Y casi nunca es rosa.
Y casi nunca es como por fuera parece que es.

Voy a crear un terremoto
en el suelo de mi cuarto.




Yo solía pensar que si el individuo X quería al individuo Y,
y el individuo Y quería al individuo X,
la ecuación ya estaba resuelta.
¿Que ingenua verdad?
Que equivocada estaba.
Porque el amor no es matemática.
O al menos para mi nunca lo fue.
Cuando pensé que eso era suficiente.
Querernos hasta quemarnos el alma,
hasta dolernos.
Querernos tanto
que a veces se me olvidaba
que en el mundo real
no todo son carcajadas
a deshora y despertares
que podrían eclipsar
a todos los soles del universo.
Y es que si hubiésemos vivido
en el infierno,
lo habríamos convertido en paraíso.
Juntos.
Pero vivíamos encima de este asfalto
que cansa,
y destroza,
y rompe
a todo el que lo pisa.
Y yo ya estaba rota cuando tú me conociste.
Y yo ya estaba rota
cuando juré que iba a quererte para siempre.
Y créeme,
no romperé el juramento.
Pero la experiencia me enseñó
que hay juegos que no se pueden jugar,
que hay momentos
en los que incluso el amor
es incapaz de reaccionar,
que hay angustias
tan grandes
que ni el huracán
mas salvaje
puede ahuyentarlas.

Quizá este condenada.

Pero eso nunca evitará
que me duela el corazón
cada vez que te recuerde.

Porque alejarme
de tus ojos
fue lo más jodidamente
difícil que he tenido que hacer.
No volvería a ser capaz.

Te voy a querer siempre.
Pero necesito poner los pies en la tierra.
Ahora no sé donde coño los tengo.

Te voy a querer siempre.
Pero ahora necesito
empezar a quererme a mí.
Porque siempre descuidé
mis sonrisas
por hacer sonreír a los demás.

Y ahora tengo que volver a sonreír.







Tuesday, January 14, 2014

Monday, January 13, 2014

Y cuando te digan que todo va a estar bien, créeles.
Yo todavía creo que llegará un día
en el que no sentiré esta puta bola
de mierda enquistada en mi pecho.

No sé cuando,
pero cuando llegue,
será un gran día.

Créeme.
Sale por el este,
y me trae los colores.

Que nadie me diga qué hora es.

La excepción se encargó de crearte.
Y no sé qué puedo añadir yo a eso.

Sunday, January 12, 2014

Y si llego a 200, monto una fiesta o algo.
Mi locura a estas horas se multiplica por pi.

KRJ.
Trío de ases, seguro.
Y subiendo.
Mi padre tiene razón, pero no se lo digas. Nunca está equivocado. Es imposible discutir con él y eso me saca de quicio. Pero en momentos así, con el estrés asomando por cada esquina y yo histérica perdida, y aunque me presione para que lo apruebe todo, y me exija lo que me tiene que exigir porque para algo es mi padre, sé que cuando no puedo más por la ansiedad, y le llamo llorando, es el único que sabe calmarme y hacerme sentir que no soy tan inútil como pienso. Si algún día consigo llegar a dónde quiero, si algún día consigo ser periodista y trabajar y ser feliz con ello, se lo deberé a él. Es mi periodista favorito, al que no cambiaría por nada ni por nadie, y el que siempre me enseñó que con paciencia, trabajo, esfuerzo y calma, se pueden conseguir las cosas. Es mi ejemplo a seguir, mi equilibrio. Y yo de mayor quiero ser como él. 
Te vas a enamorar de ella, ya lo verás. Sé lo que me digo. La veo, y sé que es irresistible. Y sé que vas de duro, y todo eso, pero cuando te sonría de esa manera se te va a parar el corazón. Y cuando se te acerque de manera que puedas oler el leve aroma de su pelo, te van a temblar las piernas. Aunque tú creas que no. Aunque tú creas que eso son chorradas, y que lo único que pasa es que está muy buena y te la quieres tirar. Y sí, sí que está buena. Y entiendo que te la quieras tirar, yo también me la tiraría. Pero no es eso. Hazme caso. Es algo más. Y sí no, explícame por qué se te seca la boca, y tartamudeas, y no consigues decir dos frases seguidas cuando ella está delante. Y si no, explícame por qué desde ese momento en que te sonrió, lo único que has estado esperando es que te vuelva a sonreír así, de esa misma manera, cómo si no hubiera en el mundo nada capaz de hacer que estuviera triste. Explícame sino esa certeza interna de saber que si alguien la hiciera entristecer le partirías la puta cara. Serías capaz de destrozarlo. ¿Sólo por un polvo? No amigo, eso no es sexo. Eso es algo más. Eso es la puta mierda de siempre, el corazón temblando y la garganta hecha un puto nudo. Sin saber si vienes o vas, sin saber si tienes que correr o tienes que quedarte, sin saber si la mejor opción es saltar o mirar hacia otro lado. Como si no estuviera pasando nada. Pero está pasando. Lo veo. Y al final tú también lo verás. Cuando la mires y sientas que el mundo es mejor desde que está ella. Cuando la mires y sientas que, joder, ya no podrás dejar de mirarla.

Saturday, January 11, 2014

Y cuando digo siempre, es siempre.

¿Sabes esa sensación cuando todo está gris porque el cielo está nublado y parece que va a caer la de dios es cristo y hace frío y se está mal? ¿Y de repente aparece por una esquina, con sus ojitos marrones, y su cola, y su forma de correr tan peculiar, y todo se ilumina, y ya no hay gris, ni hace frío, y de repente el mundo es de colores? Pues así era siempre con ella.

Supongo que si les contara que la "ella" de mis textos, tenía cuatro patas y era super peluda, se reirían. Y que se rían si quieren, a mí no me importa. Si algo he aprendido, es que no hay que justificar nunca ese sentimiento que hace que el corazón lata más fuerte, y te duela el pecho, tanto que parece que te va a estallar. Porque no está, y el dolor es más grande que el que cualquier ser humano pudiera infligirme. ¿Y qué van a decir a eso? Si no hay día que pase en el que no piense en ella. Si no hay segundo en el que no la eche de menos, a morir, a matar, joder. A matar.

Y no quiero decirles nada,
pero ella me salvó de una manera,
que creo que nadie con dos patas conseguiría jamás.

Ahora que se rían si quieren.

Yo me quedo con el dolor de mi pecho,
y esta certeza de no tenerla conmigo
que me hace sangrar.
Dicen que hay que ser paciente.
Y todo eso.
Y lo entiendo.
Seguramente
tendrán razón.
Probablemente.

Pero yo pienso
que cada segundo que pasa
sin acercarme a su boca
es un segundo perdido.
"Ella era todo mi universo."

Friday, January 10, 2014

Las ganas de llorar que se cuelan por la ventana
a estas horas de la tarde.
La soledad colgada de mi pelo
haciéndome ver
que esto es cosa mía.
Aquí no entra nadie más.
Y me lo debo.
No quiero nada más,
sólo perderme.
En cualquier otro lugar.
Muy lejos de aquí.
Jodidamente lejos.
No vengas conmigo.
No te haré bien.
No estoy en mi mejor momento,
ya ves.
Las cosas no fueron cómo quería que fueran.
Volví a perder.
Como antes tantas veces.
Podría decir que estoy acostumbrada.
Pero estaría mintiendo.
Porque no puedo acostumbrarme,
a este sinsentido,
a este no volar,
a este estancamiento.
No puedo acostumbrarme,
a que ella no esté aquí,
ni a que sus ojos
no aparezcan por ese costado
a las mañanas.
Quizá te parecerá una tontería.
Pero desde que no está,
creo que el mundo es muchísimo más gris,
y me cuesta mucho más
encontrar esos colores,
que con ella
venían solos,
y estaban siempre,
revoloteando a nuestro alrededor.
Porque yo soñé
con conquistar el mundo con ella
a mi lado,
y ahora sin ella,
soy un poco huérfana,
un poco vagabunda.
Sigo a la deriva,
cómo desde aquel día,
cómo en todos
los días que
precedieron
a ese último día.
Y no sé
qué magia
o que hechizo
puede salvarme.
Pero es que quizá,
ni siquiera quiera salvarme.
Quizá ya nada importe nada.
Y creo que sólo allí,
o en algún lugar que no sea este,
podré esbozar algo así
como un amago de sonrisa.
Pero no te engañaré,
nunca volveré a sonreír
como aquella vez,
como aquellas veces.
Y si estoy perdida,
tampoco es tan terrible.
Ya viví cosas peores.
Esto sólo es un standby que no se acaba,
porque mi luz
ya ni se enciende
ni se apaga.
Porque ya no está.
Y ya no estoy.
Y ya no estamos.
¿Entonces para qué quedarme?

Ahora sólo pudo huir.
Huir de todo,
y de todos.
Encerrarme en un caparazón
que huela a ella.
Y no salir.
Y no salir.
Permanecer.
Guardarla conmigo para siempre,
en ese pedazo de alma.


Dicen que hay que olvidar,
pasar página y todo eso.

Y me la suda.

Acúerdate de mí.

De cómo te miraba
recién levantado.
O de cómo corría
por toda la casa
para conseguir mancharte
con la pasta de dientes
o mojarte con agua.

Acuérdate de mí, por favor.

Porque yo no te olvido nunca.
Y no sé cómo puede ser,
pero es.

Y es un absurdo
tan grande
que me abruma.
Y esta distancia
duele más
que mil puñales
desgarrándome la piel.

De alguna manera,
la piel se regenera.

Pero el alma,
una vez desgarrada,
ya nunca vuelve a ser igual.

La marca queda para siempre.
El cacho desgarrado
ya no vuelve.


Y ahora no puedo pensar en ella sin pensar en ti.
Inevitablemente.

Es cómo si hubiéramos sellado un pacto de sangre.
Y ahora somos los tres.

Ella, tú y yo.

Si vuelvo, tiene que ser contigo.
Si no, no quiero volver nunca.
It's gonna happen. They're gonna break your heart. Trust me. They always do.
"Fuck the world and never tell them I love you."

Thursday, January 9, 2014

¿Quieres que te diga la verdad? Creo que eres un gilipollas más. Otro más de una larga lista que parece que no para de crecer nunca. Siempre hay uno más para añadir ¿verdad? Sí, siempre hay un gilipollas más. Creo que eres prepotente, engreído y un poco bastante idiota.

También creo que tienes la sonrisa más bonita que jamás haya visto, y que de alguna manera, cada vez que desapareces el mundo se queda un poco más a oscuras.

Y soy idiota, lo sé.
Pero dije que te diría la verdad.

Wednesday, January 8, 2014



I thought up words to say,
I wrote them down for her sake.
Never did she ever complain,
yeah, she’s seen my worst days.
"So we just stared at the sky from a tire swing. With some water and whiskey. You remind me of all the backyards and balconies, and all the nights I forgot already."
"As hard as it was, as terrible and unfair as the way things turned out, I wouldn’t have traded the few days I spent with him for anything."
Y ya me dirás qué horas son estas,
teniendo que estudiar mañana
para el exámen del jueves
que todavía no he empezado a estudiar
y joder fijo que suspendo.
Pero la inspiración
siempre se empeña
en venir a altas horas de la noche.
Será que le gusta
escabullirse en silencio,
aparecer de repente,
no dejar huella.
Y se va
y me deja sola
y vacía
y no me gusta que se vaya.

La quiero conmigo en la cama.
No te voy a mentir. Soy un completo desastre. Se me rompen todos los cacharros electrónicos, nunca sé dónde he puesto las llaves, mi cuarto nunca está ordenado, he solido manchar el techo de lentejas, siempre llego tarde, pierdo el autobús día sí día también, y lo dejo todo siempre para el último momento. Siempre tengo sueño, hablo demasiado, hago preguntas que no tienen respuesta, y no sé pararme quieta. Puedo ponerme a bailar en medio de la calle, o a cantar en cualquier momento, la mayoría de las veces inoportuno. Porque soy así, inoportuna. Pero me importa más bien poco. Hablo demasiado alto y todo el mundo se entera de lo que estoy contando. Pero no consigo aprender a bajar el tono. También tengo mucha mala ostia, y suelo gritar bastante, y sí, no te voy a mentir, me gusta discutir, desde muy pequeñita. Creo que hay pocas cosas que sepa hacer bien, y no creo que pudiera destacar nada de lo que realmente estuviera orgullosa. Es así.

Me veo en la obligación de decirte que no soy, ni de lejos, lo mejor que vas a encontrar. Así que si estás buscando la perfección, o algo que se le parezca, no te pares aquí. Sigue buscando. Si estás buscando a una chica que siempre tenga el pelo bien, y que use tacones, y que nunca llegue tarde, y que no se ponga a cantar o a bailar en momentos inoportunos, y a la que no se le queme la comida, y la que lo haga todo a tiempo, y que siempre sepa dónde tiene las llaves, y que hable bajito, y que no discuta nunca, entonces sigue buscando. Porque yo no soy esa.

Yo sólo soy la que te despertará besándote la cabeza, y te dará los buenos días con una sonrisa, y te llevará el desayuno a la cama, y no parará de decirte lo bonito que eres, y que luego te retará a una guerra de almohadas. Y soy la que se picará si no gana, pero la que sonreirá si la besas, y la que saltará y se pondrá a bailar, y la que hará que no te puedas aburrir ni un sólo segundo porque nunca para quieta. Sólo soy esa, la que saldrá a contar estrellas, y soñará contigo, y te escribirá todo el rato textos largos que no querrás leer porque te dará pereza, pero no le importará, porque se los sabe de memoria, y te los contará al oído, y será así todo el rato. E inventaré un millón de fórmulas para que nunca estés mal, y les pegaré a todos lo que te hagan fruncir el ceño, y no te daré tiempo a echar de menos nada, porque conmigo tendrás la luna, porque la bajaré para ti todas las noches. Y soy la que estará siempre con los pelos revueltos, y la que te molestará todo el rato, y la que te vacilará, y la que te manchará de pasta de dientes, y la que correrá detrás de ti por toda la casa para tirarte al suelo. Pero te prometo que nunca te haré daño, porque no soy nada fuerte, y tú siempre podrás conmigo. Y te prometo también que cuando quieras irte podrás irte, y tendrás siempre tu espacio, y no te agobiaré, y te dejaré volar super alto, porque eso es super importante, y tú tienes alas enormes, y vas a volar mucho, lo sé. Y te estaré esperando siempre, preparada para abrazarte de esa manera que parece que el mundo se va a acabar si nos separamos, y te diré que no te he echado nada de menos, pero por dentro estaré pensado que menos mal que has vuelto porque me estaba muriendo, y te sonreiré, y te diré que todo va a estar bien, porque todo va a estar bien. Y soy la que siempre va a ser consciente de lo que eres, y de lo que puedes llegar a ser, y la que siempre te va a estar empujando para que saltes más alto. Y seré siempre super consciente de que estarás rodeado de un millón de chicas mejores que yo, pero no mejores para ti. Y es que esa es la diferencia. Si me dejas serlo, seré la mejor del mundo para ti, y entonces ya no querrás irte nunca. Pero si te vas, tampoco pasa nada, porque siempre estaré, en lo bueno y en lo malo, pero en lo malo más. Siempre más.




Que ya no me enamoro,
no, ya no me enamoro.

Pero si me sonríes,
paro el mundo,
y si quieres
nos bajamos.

Tuesday, January 7, 2014

Con el mismo descaro
con el que le dices
a alguien que se te ha colado:
oye, que estaba yo antes.

Así.
Y la vida si no la coges así,
por el culo
y por sorpresa,
ya me dirás
que gracia tiene.
no sé hacer el pino,
nunca aprendí,
me daba miedo,
pero me pongo del revés
cada seis,
y es el caos
que viene
a tocarme la puerta
y se queda a vivir
conmigo un rato,
si quieres
puedes pasar
pero él no se va,
nunca se va

y estoy medio loca,
y soy desordenada,
y todo me suele salir mal,
y entonces
no creo que quieras pasar,
pero lo que te puedo asegurar
es que si  pasas
voy a intentar
hacer
que ese oyuelo derecho
no deje de aparecer

y bueno,
no sé qué te parece
pero tengo chocolate
y no tengo cerveza
pero puedo ir a comprarla,
y quizá,
después de todo,
no sea tan terrible

despertar junto a unos
ojos
que matarían
por verte.
Quedamos en esa esquina.
En la de los sentimientos reprimidos.
En esa en la que
se sienten flotar en el aire
las cosas que nunca nos dijimos.

Si me invitas a un cola-cao
igual te lo cuento.

Con grumos por favor.
Y con tus manos cerca.
Es como magia en un segundo
congelada en el aire
esperando que alguien extienda la mano
y la atrape para siempre,
en un sólo bolsillo,
en un sólo corazón.

Y por esas calles,
no se ven farolas.
Y luego está él.
Con esa distancia,
y esa forma de pronunciar las palabras,
y esa autosuficiencia,
y esa jodida capacidad
de convertir
en magia
todo lo que sale de su boca,
y esa forma
de yo que sé qué,
yo que sé cómo,
y me cago en todo.
Y esa liga en la que juega,
no sé ni por dónde queda.
Ellas son así. Niñas pequeñas en cuerpos de adultas. Miro a mi abuela, y veo el esfuerzo de haber sido madre toda una vida. La veo cansada, pero sigue al pie del cañon. Y sé que seguirá hasta que sus manos se rompan del todo, y sus rodillas crujan definitivamente y ya no pueda andar. Hasta el último día de su vida. Sé que seguirá. Ellas, mis tías, ángeles caídos del cielo, luces terrenales que iluminan más que nada, tienen esa discapacidad. Una de ellas está en silla de ruedas. Su edad mental es la de un bebé. Sólo anda si la agarras, y sólo balbucea dos palabras inteligibles: mamá, y agua. Sus dos necesidades más básicas. Mi otra tía, tiene diagnosticada una edad mental de tres años. Habla, aunque bastante torpemente, y ayuda en todo lo que puede a mi abuela, y es más buena que el pan, aunque a veces se enfadaba con mi abuelo y le levantaba la zapatilla, y se ríe, y le encanta cantar, y le dan miedo los ruidos fuertes, y cuando sale a pasear contigo es la más feliz del mundo, y saluda a toda la gente que se cruza por la calle, y tú la coges de la mano, y ella va contigo al fin del mundo si la llevas. Te dice "te quiero" cuando menos te lo esperas, y a ti se te derrite el corazón. Porque la quieres a morir, y matarías a cualquiera que intentara hacerla daño. A las dos. Mataría a cualquiera que se acercara a ellas a intentar hacerles daño. Son mis tías, pero yo soy su tía en realidad, su hermana mayor, la que las protege y las cuida. La que las quiere más que a nada. Y la gente que no tiene a personas así cerca no puede entender lo que es. No pueden entender lo que es, ir con ellas por la calle, y con tu primo, el mayor, cuando él tenía unos 11 años. Que un niño desconocido al cruzarse con nuestra tía, que va por la calle en silla de ruedas por supuesto, diga en voz alta y sin cortarse, que qué fea es, y que mi primo, con una rabia enorme, conteste que es guapa y que se calle. Mirarle con el orgullo más grande del mundo, y tener la certeza de saber que él no va a ser cómo ese otro desconocido. Así de idiota, así de imbécil. No. Porque él ha crecido con ellas. Y él ya lo sabe todo. Porque la gente que no tiene a personas así, no sabe lo que es, que aunque parezca que tú les tienes que enseñar todo, acaben ellas enseñándote a ti. Y joder que si te enseñan. Te enseñan a tener paciencia, a saber escuchar, a observar los gestos, los detalles, para intentar adivinar qué es lo que necesitan. Te enseñan el poder de extender el brazo y ofrecer tus manos. Tú sólo tienes que alargar tus brazos, y ella te los coge, y se levanta, y empieza a andar. Le das esa oportunidad. Y ella a ti te lo da todo. Te enseñan el valor de un amor incondicional, forjado durante años de convivencia y de entendimiento mutuo. Tendriais que verlas, cuando se agarran de la mano, o cuando se abrazan. O cuando la mayor intenta jugar con la pequeña. Se os rompería el corazón de tantísimo amor, de tantísima ternura. Te enseñan que hay momentos que son auténticos tesoros, como cuando ella, la pequeña, me miró aquella vez, y empezó a acariciarme el pelo, haciéndome mimos, como si yo fuera su muñeca, o su hermana pequeña. Un gesto tan puro de amor que me derretí en el momento. Y algunos creerán que como no habla, no expresa. Que no siente, que no sabe. Y una mierda. Expresa, comunica todo el rato. Sólo tienes que estar ahí, y prestar atención. Pero la gente no suele prestar atención, y es entonces cuando se pierden los matices. Mi abuelo siempre la tuvo sobre protegida, y creo que también le daba apuro lo que los demás pudieran decir, o hacer. Las tuvo en casa la mayor parte del tiempo, y no han interaccionado demasiado con el mundo. Eso ha mermado sus facultades bastante, y ha impedido su desarrollo dentro de sus posibilidades, claro está. Pero ahora mi abuelo está malito. Y ya no está en casa con ellas. Y yo he podido pasar mucho tiempo con las dos. Y sobre todo, con la pequeña, he descubierto muchas cosas. Por ejemplo, sabe muy bien donde tiene mi abuela guardadas las revistas que tanto le gusta romper. Si la agarras y dejas que te lleve, irá directa al cuarto de mi abuela, se agachará, abrirá una caja de mimbre, y sacará las revistas. Le encanta abrir puertas. La levantas del sofá, y se dirige directamente a la puerta de la calle, la abre (con ayuda de su sobrina), y sale al rellano. Entonces se empieza a reír mucho, y le cambia la cara, y ves que está emocionada. Y la primera vez que lo hizo, me sorprendí muchísimo, pero ella sabía muy bien lo que hacía. Se acerca al ascensor e intenta darle al botón. Le cuesta bastante, porque no controla bien sus manos, y no tiene tanta capacidad de maniobra como nosotros, pero si la ayudas un poco colacándole el brazo bien, ella pulsa el botón. Y luego abre el ascensor, y entra dentro con unas ganas increíbles. Quiere bajar a la calle. Siempre le ha encantado la calle. Y sale al portal. Y entonces intenta abrir la puerta del portal. Pero está dura, y es difícil, y le cuesta mucho. Pero quiere abrirla. Y con un poco de ayuda lo consigue. Y entonces te ves con ella, en la calle, y ella como Pedro por su casa, se encamina a un coche que hay aparcado en frente. No es el nuestro. Ella no sabe cual es el nuestro. Pero es un coche. Sabe que es un coche. Lo señala, y se acerca. Quiere montarse. Relaciona coche con irse de paseo por ahí, porque la hemos llevado muchas veces, y a ella le encanta. Y entonces tú la miras, y le dices: no cariño, no es nuestro coche, no podemos irnos, tenemos que ir a casa a comer, y ella te mira sonriendo, y tú estás alucinando. Porque siempre la han tratado (no les culpo, lo entiendo y es normal), como una inválida total, como un bebé indefenso (que en realidad lo es, no puedes dejarla sola), pero no es nada pero que nada tonta. Y si estás atenta a los detalles, descubres muchas cosas que no pensabas que ella percibía, pero sí lo hace, y sonríes orgullosa.  Y le encantan los niños, y los perros, y cuando paseas con ella siempre te los señala, y te mira como diciéndote: mira, mira que bonitos son y que pequeños, yo quiero uno. Y no puedes dejar de sonreír, y joder cuanto la quieres. Y te acuerdas de como una vez vaciló a tu abuelo, y eso ya te pareció el colmo, y que grande es por dios. Y te enseñan, las dos, que siempre nos dejamos guiar por las apariencias, pero luego, cuando llegas al interior, puedes descubrir cosas increíbles. Y que puede que ella no sepa abrir bien las puertas, y puede que la mayor no sepa distinguir la hora que es, o que día es, y no perciba bien la noción del tiempo, y puede que sean unas niñas, pero son increíbles, y puede que no sepan muchas cosas, pero saben querer, y quieren con locura. Y eso es algo tan grandioso que no sé ni cómo explicarlo, y te enseñan que al final lo único que necesita un ser humano es tener cerca a otro ser humano, que le cuide, y le proteja, y le de amor y cariño, y que con eso, se puede salvar el mundo. Porque si las miras cuando están juntas, comprenderás que ellas no necesitan nada más, y si me miras a mí cuando estoy con ellas, comprenderás que yo tampoco. Que quizá no lleguemos nunca a cambiar el mundo, pero podemos cambiar a las personas, dándoles amor, y cariño, y ternura. Prestando atención. Estando ahí. Tendiendo los brazos. Salvándonos unos a otros. Queriéndonos.

Sunday, January 5, 2014

Que no me cuentes cuentos,
que ya me los sé todos.
De memoria.
De corazón.
Y a ostias.
Es un segundo sólo.
Nunca he pedido más.
Pero parece que siempre es demasiado.
Demasiado poco.

Ya ves,
puedo volver por donde he venido.
Con la misma cara,
el mismo gesto,
y el corazón intacto.

¿Pero y si quiero quedarme?
Lo peor de volver a mirar esos ojos que solían mirarte
es volver a sentir los puñales que solían clavarte.
Y en ese plan.
Eh, y que ya no le puedo mirar a la cara, porque ya sabes, eso de hacer el ridículo parece que lo llevo de serie y toda esa mierda.

Saturday, January 4, 2014

Dile que escriba otra puta frase.
Luego dile que lo deje.
Que se meta contigo en la cama.
Y que te bese.

Y que no pare de escribir
en tu espalda,
con su lengua,
con sus dedos.
Mientras te pide,
que no la sueltes jamás.

Ah, y no dejes de agarrarle el culo.
Y cuando él escribe,
eso no es escribir.
Eso es otra cosa.
Llámalo magia,
terremoto,
o huracán que se lleva los tejados.
Algo como eso.
Algo así,
que te pone del revés,
y hace que tu alma
se vacíe
mientras se llena.

Ah, y ella cuando se pintó los labios de rojo, estaba más bonita que todas esas que pisan la alfombra roja.
Que tiene esa forma de hacerte reír que no lo hace queriendo pero lo consigue siempre y es una puta pasada.
Salvaguardar tu alma
de toda esa gentuza.
Ese sí es un buen propósito.
" - Y también… creo que estoy enamorada de ti.
- ¿Quieres decir en plan amigos? 
- No, quiero decir de verdad. Eres como la persona más guay que he conocido en mi vida y ni siquiera tienes que esforzarte. 
- En realidad me esfuerzo cantidad. 
- Eres naturalmente inteligente y no eres como los demás. No me miras la barriga constantemente, me miras a la cara. Y cada vez que te veo el bebé empieza a patalear super fuerte. Creo que es porque mi corazón empieza a palpitar cada vez que te ve. 
- El mío también. 
- Es todo lo que puedo pedir. Eres cojonudo. 
- ¿Ya podemos besarnos? 
- Sí.."
Sometimes it's like he knows me better than I know myself. It's amazing how he guesses and how he gets it right. And even now, now that we're apart, he still keeps surprisin' me. And I hate it when he's right, but he's right almost all the time, and I know I can't argue with him because he will always win, and it's so fuckin' maddening. But he always ends up makin' me laugh, and it's impossible to be mad at him for a long time, because he makes it easy, and colourful, and so fuckin' awsome. And it's weird, because when we look at each other it feels like home every time, and it still feels like time's not goin' by and that we're still those strange kids that meet by accident, or fate, or dunno why. Maybe, just because we needed to make each other's life more colourful and loud. Maybe, just because we needed to know what it was like to love and be loved. Because we may have done a lot of things wrong, I won't say no to that. But we have done something that makes everything else seem so insignificant. We have loved  in a way that I didn't know it was possible: we have loved each other to the bones. And that's our biggest treasure, our biggest achievement: loving each other the way we have loved. And after all this time, I still smile when he smiles. And that's amazing. And I really can't help it: I love him.

Friday, January 3, 2014

- Hola. No sabes cómo me llamo. Yo sí sé cómo te llamas. Sé quién eres. Sé con quién andas. Sé a qué sitios vas, y a cuales no. Sé que te gustan el fútbol y la cerveza, y que no fumas. A mí también me gusta el fútbol. La cerveza también me gusta, pero no puedo beber. Si pudiera beber seguiría bebiendo cerveza. Sobre todo cerveza, sí. Tampoco fumo. Hace ya más de un año que lo dejé. Bueno, que ya sé que esto no te importa, pero te lo cuento igual. Sé que gesto haces cuando alguien te habla, y me sé de memoria la forma de tu boca cuando sonríes. Ese oyuelo me sigue matando. Y creo que no hay día en que no piense que cuando sonríes así, iluminas. Sé que no te relacionas mucho con los demás. Sobre todo con desconocidos. Que te cuesta hablar y todo eso. Que eres bastante introvertido. Sé que nunca me miras a la cara, y que no te das cuenta de si estoy o si dejo de estar. Sí, eso lo sé muy bien. Pero bueno me da igual. A pesar de saberlo, aquí me tienes, diciéndote que estoy idiota desde que ese día apareciste en no sé dónde y no sé que pasó pero no dejo de pensar en ti y en cómo no paras quieto y en lo bruto que eres y en las ostias que les das a las paredes y en que estás loco y en que eso me gusta. Y no sé por qué te lo estoy diciendo, pero te lo digo porque si no te lo digo no sé que hacer con todo esto y se me hace una bola dentro y siento que me ahogo y entonces te lo tengo que decir y te lo estoy diciendo.

La miró con cara rara, cómo si la viera por primera vez. Apenas parpadeó, y no dijo nada. Agachó la cabeza.

- ¿No dices nada?
- ¿Qué quieres que te diga? - Contestó a media voz, sin levantar la mirada.
- Pues no sé, cualquier cosa, lo que sea. Que estoy loca, que a ver de que voy, que soy una skizo o que te parezco ridícula, que estas cosas no van así, y que no te parece correcto, y que estoy pirada, y majara, y que se me va la olla, y que me medique, y que si ni siquiera me miras a ver qué coño hago diciéndote estas cosas, si ya sé que para ti no existo y no soy importante, y que entonces debería estar callada, y que me calle.
- Pero no quiero que te calles.
- Pues con esa cara que tienes, y que no me miras, y que parece que vas a salir corriendo en cualquier momento, cualquiera lo diría.

Entonces levantó la mirada bruscamente y la miró de una manera que ella no supo descifrar.

- ¿Me vas a pegar? - Le preguntó con miedo, porque quizá se había pasado de la raya. Al fin y al cabo, no podía hablarle así, y él tenía derecho a pasar de ella.
- No.
- ¿Qué vas a hacer?
- Ahora mismo, tomarme otra cerveza.
- ¿Y luego?
- Luego no es ahora. Luego no se sabe. Nunca se sabe.
- Vale.

Cogió un taburete y se sentó a su lado. Él la miró alucinado, pero no dijo nada. Pidió la birra, y empezó a beber. No la miraba. Sólo bebía.

- ¿Entonces que piensas de mí? ¿No piensas que estoy loca y que me tengo que medicar y que me tengo que callar?
- Sí, desde luego. Pienso que estás loca, y que te deberías medicar, y bueno, hablas mucho, sí.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por decirme la verdad, lo que piensas.
- De nada. - La miró perplejo, qué rara era.
- ¿Cuando termines la birra quieres venir conmigo a algún lado que no sea este?
- No sé cómo podría ser de otra manera.
- No, no podría ser de otra manera, pero me gusta recalcarlo.
- Bien. Eso está bien.
- ¿Entonces?
- Sí. Supongo que podría ir a algún otro lado.
- ¿Conmigo?
- Sí. Vale.
- Vale.

Se terminó la birra, y salieron del bar. Ella no sabía a dónde iba. Y en realidad, le daba igual. Él la siguió como se sigue al explorador que va sin brújula, confiando en que supiera lo que estaba haciendo, pero sin tenerlo claro del todo.

- ¿Te ha gustado lo que te he dicho?
Se quedó callado un rato, luego respondió bajito:
- Sí. Mucho.
- Bien.
- ¿Por qué me lo has dicho?
- Porque quería decírtelo.
- Es lógico, sí.
- ¿Te parece mal?
- No. Sólo que es raro.
- ¿Raro?
- Sí. Habitualmente nadie va diciendo esas cosas por ahí. Así, tan abiertamente, tan sin tapujos, tan sin miedo a que te crucen la cara, y esas cosas.
- Bueno cabía la posibilidad de que me cruzaras la cara, pero no era lo más probable. Lo más probable era que te quedaras callado. Cosa que has hecho. Y que luego siguieras como si nada. Cosa que también has hecho. Pero también cabía la posibilidad de que te gustaran mis palabras. Cosa que según dices a pasado. Y eso me da puntos.
- ¿Puntos?
- Sí. He avanzado.
- ¿Avanzado a dónde?
- A una situación que ya no es la de antes.
- ¿En qué sentido?
- Bueno, para empezar estamos hablando. Cosa que antes no hacíamos. Y en segundo lugar, estamos andando juntos hacia alguna parte. Que no sabemos cuál, pero ese no era el objetivo. El objetivo era andar contigo.
- Entiendo.
- No sé a dónde quiero ir, pero sé que quiero ir contigo. Ese es el asunto.
- Y estás yendo conmigo.
- Exacto.
- Así que esos son tus puntos.
- Sí, eso es.
- Es fácil.
- No te creas, acercarme a ti ha sido bastante más difícil que aquellos exámenes de cálculo que un día pensé que podría aprobar.
- ¿No los aprobaste?
- No.
- ¿Y hoy?
- ¿Y hoy qué?
- ¿Cómo te ha salido el examen?
- Diría que un suficiente.
- Sí, podría ser.

Siguieron andando un rato. No hacía frío, aunque el sol estaba a punto de ponerse. Se habían desviado de la calle principal, y se dirigían a un parque de las afueras. Eso de ir sin rumbo era gratificante, liberador. Entonces él le preguntó:

- ¿Y por qué se te hacía difícil acercarte a mí?

Ella le miró fijamente, luego bajó la cabeza, y sonrío. Tenía las mejillas sonrojadas y las piernas le temblaban levemente.

- Porque cada vez que te miro, mi corazón se desboca y siento que estoy a punto de morirme. Y luego has hablado, cosa que no me esperaba. Y entonces, me has matado.
- ¿Te he matado?
- Sí.
- ¿Por qué?
- Porque ahora ya lo sé.
- ¿Ya sabes qué?
- Lo que me temía.
- ¿Y qué te temías?
- Que me había enamorado de ti.

Se quedó callado. Miró al horizonte y respiro hondo. Estaba chiflada del todo.

- ¿Y?
- Pues eso.
- ¿Pues eso qué?
- Que estoy enamorada de ti, so imbécil.

Y salió corriendo. Se fue directa al columpio, uno de esos de neumático antiguos. Tenían que renovar ese parque, desde luego. Y se empezó a columpiar. Se quedó mirándola como atontado. ¿Cómo iba a estar enamorada de él? Dios mío, que locura. Y sin embargo, en todo aquel sin sentido, algo parecía encajar de una manera demasiado perfecta. Era como si toda su vida hubiera estado esperando un momento como aquel, sin saber qué era lo que estaba esperando. Quizá la había estado esperando a ella. A que apareciera, con su locura y su sonrisa y esa forma de hablar compulsiva. ¿Y si era eso? ¿Y si era ella la solución del rompecabezas? Pero no podía ser. Aquello no tenía sentido. Y sin embargo...


Thursday, January 2, 2014

Y si tratas de ser justo sólo es justo el corazón,
los demás órganos tratarán de quitarle la razón.

- Kase.O
Y mis demonios,
bailan con mis ángeles,
formando todos un
caos tan enorme
que no sé por dónde
se sale,
por dónde se entra,
por dónde queda la cordura,
o si ya todo
es sólo esto:
un cúmulo eterno
de neurosis aprendidas.
Y me encuentro donde siempre me pierdo.
En este recoveco
donde ya no queda aire.
Donde ya no queda nada.

Sólo unas cenizas
que queman al pasar.
Sólo unas cenizas.