Thursday, July 31, 2014

Llueve todo el rato, y es gris, y sabe a tristeza, y hoy he tenido un día malo malo, porque me dolía mucho la tripa y todo el rato tenía ganas de vomitar, y me he echado la siesta a ver si se me pasaba pero he tenido pesadillas, y me he despertado mal, pero luego me he acordado que la semana que viene me iré al pueblo, y que me quedaré muchos muchos días, y que vendrán mí tía y mi abuela (¡vendrá mi abuela!) y que luego les veré a todos ellos, y que no habrá coches, ni gentío, ni ruido, y que todo estará super bonito, y que andaré en bicicleta y jugaré a fútbol con mi hermano, y leeré mis libros, e iré a andar con mi padre a las mañanas, y luego a las noches saldré con todos ellos que son la gente más guay del planeta, iremos a las fiestas de los pueblos de cerca, y luego vendrán las fiestas de nuestro pueblo, y cantaremos y bailaremos y las noches estarán llenas de estrellas y todo será como siempre es allí, un puto paraíso, y he sonreído, y ahora estoy feliz y ya.

Wednesday, July 30, 2014

Yo sólo quería despertarme,
como tantas otras veces,
en medio de la nada.
Sentir, quizá,
que las estrellas estaban a punto de caerse,
y que aunque no quedara nada en la nevera
podía comerte a mordiscos
y saciar ese hambre voraz
que siempre me acompaña a las mañanas.
Yo sólo quería despertarme.
Bailar sobre la alfombra
con los pies descalzos,
sin calcetines ni mierdas
que pusiesen freno a mi locura.
Quería sentir
con plenitud,
a pleno pulmón,
a corazón pleno.
Arañar las comisuras
de tus secretos más prohibidos
y llevarte donde nunca antes te hubiera llevado nadie:
a ese lugar donde nada importa nada,
donde sólo somos música,
donde la vida tiembla
y el aire sabe a soul mezclado con cerveza.

Yo sólo quería despertarme.
Dejarte dormir un rato más,
mirarte mientras el sol acariciara las persianas.

Y despertarte
tirando el techo,
poniéndolo todo del revés,
creando el caos.

Para al final
despertarnos.

Ojalá no tengas que estar a punto de morir para vivir.
Ojalá vivas así, porque sí,
por ovarios y por corazón.
Ojalá te vuelvas loca.
Ojalá pierdas el norte,
el sur,
el puto mapa.
Ojalá bailes
hasta que te duelan los pies,
hasta que salga el sol,
o el mundo se acabe.
Ojalá seas.
Más allá de lo que ellos puedan decir.
Más allá de todos sus prejuicios.
Más allá de sus horarios
y sus rutinas impuestas.

Ojalá seas.
Más allá de toda esa mierda.

Sunday, July 27, 2014

Pude fingir que la vida era eso
y de verdad que fui feliz por un momento.
Pero todo es tan efímero aquí abajo
que un sólo soplo de viento vale
para que el humo desaparezca.
No me cuentes verdades,
ya me las sé todas.
Sé que todos moriremos,
que nos convertiremos en polvo
que los gusanos se comerán nuestros
preciados cerebros.
Sé que algún día la tierra acabará
siendo engullida por el sol,
cuando la estrella principal de nuestras
vidas se muera llevándoselo todo por delante.
Porque las estrellas también mueren.
Igual que las mariposas,
y los árboles gigantes.
Así de crudo,
así de Bukowski.
Por eso
fingí que podía bajar las nubes del cielo,
y que podía bailar toda la noche
bajo esa lluvia torrencial,
que los pájaros cantarían esas canciones
y que el asfalto se llenaría de colores.

Por eso fingí
que aquello era bastante.

Encontré algo que querer y me mató el alma.
Pero joder,
en la puta vida me sentí más viva.

Que pena que nuestro tiempo
sea sólo un pestañeo.
Que antes de empezar
se acabe todo.
Que el viento se lleve los retales
que vamos dejando.

Y que al final,
no nos quede nada.

A mí lo que me pasa es que me tiembla el corazón.
Que la lluvia entra por todos mis rincones.
Que a través de las persianas no entran rayos de sol.
Que hay domingos que son desiertos,
sobrevivir parece inalcanzable.
Que mis pies bailan al son
de una canción que sabe a tristeza.
Que mis manos me dicen:
no lo intentes,
aquí no hay nadie a quien abrazar.

La soledad nunca me importó demasiado.
Pero hoy
me siento como un naúfrago.

Domingo a la mañana,
la noche ha sido larga.
Ha salido el sol
para decirme: tranquila,
todo está bien.
La tierra sigue girando
y ningún meteorito amenaza
con destrozar este pequeño
rincón del universo.
A veces
lo mandaría todo a tomar por culo.
Me perdería en una de esas islas
a lo Robinson Crusoe.
Morir a la orilla de una playa,
con el agua acariciando
cada poro de mi piel.
Resucitar antes de medianoche,
mirar al cielo,
sentirme sola,
sonreír.
Que le jodan a todo,
¿no?

Domingo a la mañana,
y tú sin venir.
La vida dando vueltas
y mi cabeza a punto de estallar.
¿Quién desenreda el nudo de mi estómago?

No tengo ni idea de lo que significa toda esta mierda.
Que alguien me lo explique.

Saturday, July 26, 2014

Aún era pronto cuando llegué, así que me senté en uno de los sofás de cuero que hay cerca del reloj en el vestíbulo y me puse a mirar a las chicas. En muchos colegios estaban ya de vacaciones y había como un millón de chicas sentadas y de pie esperando que apareciera su pareja. Chicas con las piernas cruzadas, chicas con las piernas sin cruzar, chicas con piernas fantásticas, chicas con piernas asquerosas, chicas que parecían chicas estupendas y chicas que debían ser unas brujas si llegabas a conocerlas. Era un panorama muy bonito, si entienden lo que quiero decir. En cierto modo, era también bastante deprimente porque uno no podía dejar de preguntarse qué sería de todas ellas. Quiero decir cuando salieran del colegio y la universidad. Te imaginabas que la mayoría se casarían con unos imbéciles. Con tíos de esos que siempre están hablando de cuántos kilómetros pueden sacarle a un litro de gasolina en sus malditos coches. Tíos que se enfadan como niños cuando les ganas al golf o hasta a un juego tan estúpido como el ping-pong. Tíos malos de verdad. Tíos que nunca leen libros. Tíos aburridos.

- Fragmento de El Guardián entre el centeno
"You know whats fuckin' scary? The fact that I could literally change my life at any moment. I could stop talking to everyone that makes me unhappy. I could kiss whoever i want. I could shave my head or get on a plane or take my own life. Nothing is stopping me. The entire world is in my hands, and I have no idea what to do with it."
Asumí la derrota como quien asume
que todo en esta vida se termina acabando:
la lluvia,
la primavera,
la propia vida.
(Con la diferencia de que la lluvia y la primavera son un círculo eterno que se acaba y vuelve a empezar, pero la vida se acaba y se acaba.)

Con la misma solemnidad,
con el mismo coraje.

No me temblaron las manos,
pero mentiré si digo
que no me tembló el corazón.
Porque me tembló
como un terremoto
de esos
que llegan y terminan
tirándolo todo,
destruyéndolo,
poniéndolo patas arriba,
formando el caos.
Así tembló mi pequeño músculo
en el centro del pecho.
Y así lo sentí yo:
frágil, débil, desprotegido.

Me di la vuelta y caminé
como quien empieza a caminar por primera vez,
torpe, patosa,
pero jodidamente decidida.
Iba a salir de allí,
iba a poder con ello.

Asumí la derrota
y sonreí en medio del desastre.

La tierra siguió dando una vuelta sobre su eje cada 24 horas.
El sol siguió saliendo por el este.
La cara oculta de la luna siguió sin poder verse.

No cambió nada.
Y sin embargo ya nada era igual.

Friday, July 25, 2014

La vida brillando desde tus ojos.
¿Oyes la música?
Suena por todas partes,
es como magia.
No quiero parar de bailar.
Quiero que llueva,
fuerte,
como si el mundo fuera a acabarse.
Enamorarme en el último segundo
de la cuenta atrás,
y luego mandarlo todo a la mierda.
Me palpita el corazón,
siento las piernas temblando.

Es el principio empezado desde el final.
Mi flash forward.
A tomar por culo.
Ya lo dijo
Hemingway:
nothing hurts if you don't let it.
La traducción pierde fuerza,
lo dejo así.
Me hubiera arrancado los ojos
para que dejaran de dolerme.
Y a saber cuantas locuras
podría haber facturado en menos de
30 días.
A veces estoy completamente majara,
lo reconozco.
Pero me la suda bastante.
Tienes eso que pensé que nadie tendría
y no veas como jode.
Los kilómetros que no se andan
son sólo una muestra
de las palabras que se dejan sin decir.
Y yo lo habría dicho todo.
Pero estoy harta de hacer el kamikaze,
de ver que todas son más bonitas que yo,
de saber que me quedas
más allá del horizonte,
bastante más allá,
joder.
Y no es que no pueda,
es que ya no quiero.
Esperar un no sé qué
que no llega,
como quien espera
que el mar
le devuelva una de esas botellas
con un mensaje
desgarradoramente bello,
de esos que te cambian la vida.

Siempre fui la más tonta del grupo,
la más ilusa,
la que más se tiraba
todo al rato a piscinas vacías
de esas que ponían en cada esquina
con la intención de hacerte caer en la trampa.
Y yo, tonta de mí, me tiraba.
De cabeza, claro.
Y no veas el chichón.

Lo dijo Hemingway y
ahora yo lo repito:
you don't hurt if I don't let you.

Me quedo bailando sola en mi cuarto,
a las dos de la mañana,
cuando todos duermen
y el mundo parece reducirse a una canción.

Al fin y al cabo, no es tan terrible.

Soy del viento.
Y me voy.




El horizonte es música sonando,
y yo sin ese vinilo.
Una caja de música con una muñeca dando vueltas,
retales de una infancia lejana en la que sonaba
Chopin mezclado con Ketama.
Me crié entre notas,
eternos pentagramas que guardaban melodías
algo así como sagradas.
Las cuerdas de mi violín sonando a Pachelbel,
mi corazón ardiendo.
Cuatro caminos
para alcanzar el paraíso.
Nunca sabrás lo que es eso,
si no has sentido miedo
al pensar que tu oído
podría dejar de sentir
alguna vez.

Víbrame cerca,
muy cerca.

No me dejes nunca
sin mi arpegio de aire.


El flexo encendido,
otra vez aquí.
La vida en standby
mientras ella susurra en mi oído:
somebody tell me it's not so bad..

Pero,
¿y si sí es tan malo?

¿Qué pasó con esa chica que soñaba con bajar las nubes del cielo?
¿Qué pasó con ese chico que no sabía poner acento inglés pero que bailaba
sonriendo?

Qué pasa si sólo se dijeron lo que sí podía decirse.
En voz alta.
Qué pasa si no entendieron lo que no se podía decir
pero siempre estaba ahí,
atrapado entre dos muros de silencio.
Qué coño pasa si no se vieron al mirarse,
si no se sintieron al rozarse,
si sólo fueron fantasmas
por un instante,
por una noche,
por una eternidad.

Qué coño pasa si sólo fueron humo,
ceniza mojada a sus pies,
estelas de aquellos sueños rotos
que ya no tenían arreglo.

Estrellas fugaces
que brillaron por un momento
para luego apagarse para siempre.

Oscuridad.

Joder,
y si sí es tan malo,
¿entonces qué?

Thursday, July 24, 2014

Resucitando a los tres días como Cristo.
Pisando flores de otro color.
Huele a sangre,
a herida.
A intento desesperado
por huir de aquí.
Cristales rotos en el suelo,
y yo descalza otra vez.
La vida tiembla
cuando pasas,
y no hay manera
de parar ese reloj.
Estoy tan lejos
que ni siquiera
puedo oír el eco
de las huellas
que vas dejando
en cualquiera de esas calles.
Ella va a llegar antes.

Arena entre mis manos,
vuelvo a esas orillas.
El universo implosionando
al compás de esa canción.
Y yo contando los días.


Yo la miré cuando nadie la miraba,
y entendí lo que querían decir esas canciones.


Salgo al balcón
y la noche.
Él sentado en esa silla
mordiéndose las uñas.
No vais a entenderme.
Huele a flores siempre,
mi madre y sus jardineras,
ya ves.
Un piso tan pequeño
lleno de cosas tan bonitas.
¿Y quién necesita más?
No veo la luna,
pero sé que está ahí,
con eso me vale
para sentirme protegida.
La música no deja de sonar en mi cabeza,
y esos ojos que no veo
se me vuelven a clavar.

Ya quedan pocas lunas para cambiar de coordenadas.
Y quiero gritarle al viento:
gitano, espérame.

Wednesday, July 23, 2014

Dijo que no,
que no le gustaba.
Que llevaba el pelo demasiado corto,
y que su nariz era demasiado respingona.

Dijo que no,
que no le gustaban las pelirrojas.
Que tenía la cara llena de pecas
y que cuando sonreía
no se le marcaban los oyuelos.
Que su piel era demasiado blanca.

Dijo que no,
que a él no le gustaban ese tipo de chicas,
que era demasiado sencilla.
Que usaba jerseys demasiado grandes
y que siempre iba en zapatillas.

Dijo que no,
que no le gustaba como bailaba,
ni la forma en que agarraba el cigarro,
ni como parecía que nada le importaba demasiado.

Que la odiaba.

Fue el que la negó doscientas veces,
el que miró para otro lado cada vez que ella pasaba,
el que bailó con todas las demás
pero nunca se las llevó a casa,
el que no preguntó la hora
el que se perdió en mitad de la calle
a las tres de la mañana.

El que suspiró
en medio del hielo
mientras su corazón se congelaba.

Fue el que dijo de ese agua no beberé.
El que se cayó a la fuente.
Volví para vencerlo,
al miedo.
Para acabar con todos mis fantasmas.
Con el monstruo que dormía debajo de mi cama,
encima,
en todos los putos lados.
Volví para alzar la voz
quedándome callada.
Para decir: aquí estoy,
he venido a redimirme.
Del único pecado del que
no estoy orgullosa.
Del único pecado que no repetiría.

He venido para redimirme,
de ti,
de nosotros.
De aquello que no fuimos
ni una sola vez.

He venido para decirte hola en la primera frase,
sabiendo que el adiós viene después del punto.

He venido porque me lo debía,
a mí.
No porque te debiera nada.

Porque los errores suelen ser
cosa de dos,
pero la redención
sólo es cosa de uno.

Y hoy elijo salvarme.

Tuesday, July 22, 2014

Les mataría. A todos los que borraran tu sonrisa. Te lo juro. Sería capaz de matarlos. Si te hacen llorar, si te hacen sufrir, si te matan por dentro. Les reventaría la cara, les dejaría sin dientes, acabaría con ellos. Con cualquiera. No podría permitir que nadie sobre la faz de la tierra te hiciera daño jamás. No podría. No me lo perdonaría si ellos te atacan y yo no te defiendo. A capa y espada, con uñas y dientes. Cada puta vez que estuvieras en peligro. Una vez, cuando era niña, necesité que alguien me defendiera así. Y nadie lo hizo. Llegaba a casa llorando, humillada y derrotada. Pero me prometía a mi misma que podría con ello. Y pude. Aunque me quedaron cicatrices. Pero hubiera pagado por tener a alguien a mi lado. Alguien que estuviera conmigo y contra todos. Que se pusiera a mi lado y les dijera: no, a ella no la tocáis u os reviento. Esa clase de amigo. Y después de aquello, comprendí, que yo sería esa clase de amiga. Que crecería para ser exactamente esa clase de persona. Las que defienden a muerte a su gente en cualquier circunstancia de la vida. Podría matar por los míos, por mi gente, por los de verdad. Y tú eres uno de ellos. Joder que sí lo eres. Y que se atrevan a tocarte. Que se atrevan a intentar hacerte daño. No respondo. No respondería. Sería capaz de todo. Te lo juro. Porque creo que ya lo sabes de sobra, pero te quiero con todo mi puto corazón. Que eres el lado bueno, la sonrisa, las ganas de no parar nunca de reír porque contigo la vida es eso: felicidad constante. Que ya son cuatro años, y que espero que sean todos los que quedan hasta que se acabe el mundo, la vida. Porque cuando conoces a alguien así, a alguien como tú, no quieres que se acabe nunca. Siempre le quieres ahí, a la vuelta de la esquina, para que te saque esa sonrisa gigante que sólo él puede sacarte, para mirarle y decirle sin hablar: joder, como te quiero cabrón. Y es que eres mi cabrón favorito, el más tonto y el más imbécil pero el más cojonudo. El mejor regalo que pude pedirles a los reyes magos, y el que tarde, pero al final me trajeron. Y lo mejor de todo es que a pesar de que soy un desastre crónico, una histérica constante, una loca de la cabeza y un manojo de nervios incontrolable, me aceptas y me quieres tal y como soy, aguantando y soportando todas mis mierdas, y joder, eso ya es muchísimo. No sé cuantas veces te he agradecido que seas así conmigo, sincero, directo, claro, transparente, vamos un amigo en todo su potencial. Y además tienes un acento super guatxi, me río mogollón contigo, y sé que si estoy contigo estoy a salvo. Espero que tú sepas que conmigo también vas a estar a salvo siempre porque no voy a dejar que te pase nada malo ni que te hagan nada malo, aunque yo no sea tan alta ni tan fuerte pero soy vasca y puedo cortar troncos y luego darles con ellos (sé que ahora has sonreído). Y eso. Que te quiero. Que eres cojonudo. Y que me alegro un montonazo de haber coincidido contigo en el espacio-tiempo. Espero que tus 26 sean cojonudos y te traigan muchas cosas increíbles, y que yo pueda estar ahí para verlos y compartir contigo momentos inolvidables y ya.

Felicidades idiota! :)

"El verdadero amigo es aquel que a pesar de saber como eres te quiere."

Sunday, July 20, 2014

All of this is temporary. Remember that. We are all going to die, all of us. Inmortality is just about Gods, but we know Gods don't exist. So we are all mortal. And that's how it is. Everything you are, everything you got is gonna end some day. And this is it. We are all born to die. But we do have something to say about our life, don't we? So that's what we have to do. Shine our light while we're alive. Breathe the air that this planet gave us. Start and never worry about how it's gonna end. It's gonna end, so what's the matter? It doesn't matter. Waste your money, dance, fuck, drink, eat, travel, dream, feel, for heaven's sake FEEL. And leave the fear behind.Remember, all of this is temporary. Try to make it worth your while.

Saturday, July 19, 2014

A mi lado bueno le cuesta salir por las mañanas.
El cielo sigue gris
y yo esperando el diluvio universal.
Necesito que la lluvia se lleve
los complejos,
la ceniza que dejaron los días malos,
los miedos que se esconden debajo de la cama.
Mi piel ardiendo quemada por el sol
me pide el océano.
Y a mil kilómetros de mí
el paraíso.

Ya no fumo,
sino le daría una calada al cigarro.
Y escribiría algo así como:
la vida temblaba mientras ella intentaba
entender por qué la gente tomaba café por las mañanas.
Preciosa y el aire.
A Dámaso Alonso

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.

El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.

En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.

Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.

San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira la niña tocando
una dulce gaita ausente.

Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.

Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por dónde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.

Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.

Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.

El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.

Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.


Federico García Lorca

Friday, July 18, 2014

No me digas qué es,
porque no tengo ni puta idea.
Un escalofrío subiendo por mis piernas,
llegando hasta mi ombligo,
atrapándome.
Mis puntos débiles mirando
al sur,
y yo sin saber cómo coño
se leen los mapas.
Esto es un jodido desastre.
Mi cabeza llena de chimpancés
que me hablan
de ti.
No entiendo nada.
Y es que a mí que me cuentas
si no se controlar mi corazón,
si siempre está haciendo carambolas,
si no sé mirar sin sentir,
sin emocionarme.
Y a mí que me cuentas,
si estoy medio loca,
si siempre bailo aunque no haya música,
si miro hacia el cielo mientras cae la lluvia,
si me mojo entera
y me la suda.
Y a mí que me cuentas,
si ya sé de sobra que no soy lo que alguien como tú
esperaría,
pero no espero que me esperes,
ni siquiera que me mires
como tengo yo miedo a mirarte
si es que algún día te veo de verdad.
Que no espero nada.
Sólo que esa canción no deje de sonar
y que el cielo prometa cuidarme por un rato,
Me calzaré mis zapatillas viejas
y emprenderé el camino
que me llevé a ningún lugar,
a todos los lugares.
Sola.

Mientras,
desde lejos,
seguiré pensando en esa sonrisa,
que en un cuarto de segundo
ya me jodió la vida.

Del todo.

Siempre fui así,
desde el principio,
desde el inicio de los putos días.
Y si cambié,
no cambié yo,
cambió tu percepción.

Recuérdalo, yo sólo cambio por mi madre.
You know, her voice is different. It makes me think of another world: western lands made of golden, old house trailers parked near the everlasting roads, wild flowers tied in the hair of blonde teenagers, summer nights full of stars, bonfires on the beach while the music sounds gently. I listen to her and it feels like kissin', I feel it goin' deep down within the skin, a soft melody that strokes me on the inside. Of I could make love with a voice, I'd choose hers every time. She makes me dance and feel like the world is still a place worth livin' in.

Wednesday, July 16, 2014

La 1:15 de la noche,
sigo despierta.
Me pesa el cuerpo,
me pesa el alma.
El cansancio de estos días
no se puede comparar
al cansancio de esos pensamientos.
Estoy saturada de ceniza,
de recuerdos ajados que saben
a plomo,
de toda esa mierda
que se empeña en volver.
Como las mareas a la orilla de la playa.

No te miro pero te veo,
y el corazón duele al latir.
El pecho se congela
y algo cambia en el aire:
es la tristeza,
ha venido a visitarme.
No quiero decirle que te diga
que a veces todavía.

Hay que dejar el pasado intacto.

Al anochecer me enredo
en imágenes prohibidas,
en palabras no dichas
que suenan a ti,
en todos esos putos silencios,
en esos malditos silencios.

Y el futuro parece un eterno
intento.

Mis entrañas gritan
rompiéndolo todo.

He decidido dejarlas de oír.

Monday, July 14, 2014

Dance with me. This is not our song but I don’t care. The moon is shinin’ brighter tonight, can you notice it? We’re here. That’s enough reason to smile. Keep breathin’. I got your back, don’t worry. Will you stop steppin’ on my feet? God, I love this song.
Vomité todos mis puntos débiles
sobre sus zapatillas viejas.

El mundo estaba girando demasiado deprisa.

No conseguí encontrar esa constelación
y sin brújula en el bolsillo
no había forma de encontrar el norte.

'Un poco más al sur', me dije entonces.

Y desde entonces
no pienso en otra cosa.
Vi a la muerte llorar
al mirarle y entonces
volví a creer en los milagros.
La pateó en la cara,
alejándola brutalmente,
diciéndole: no, hoy no, todavía
tengo muchos corazones que morder.
Su risa apagó todos los miedos,
y los semáforos volvieron a ponerse en verde.
Seguía respirando.
Siempre al límite,
jugándosela en cada salto,
en cada gesto,
en cada amago.
La vida le miraba sorprendida,
y él le contestaba con descaro:
no sé de qué te sorprendes,
tú me has hecho lo que soy.
Y él era.

Era el eterno naranja de
esos semáforos que siempre parpadean.
Era la servilleta llena de borrones
con un poema de Bukowski en una esquina.
Era la última calada del cigarro
antes de tirarlo al suelo
y pisarlo con la punta del zapato.
Era la señal de prohibido el paso
que todo el mundo se saltaba.
Era la cabeza en los pies
y los pies en la cabeza.
Era el salto desde arriba
de un columpio
de neumático
con las cadenas oxidadas.
Era pisar los charcos y mojarse,
caer al suelo y reír a carcajadas,
emborracharse y terminar
tirado en cualquier cuneta.

Era un terremoto que no dejaba
nada entero a su paso,
el huracán que reventaba todos los cristales,
la tormenta de verano
que acababa con la calma.

Irresistible.
En todos los aspectos.

Y la vida lo sabía.

Y la noche dejó de prometer estrellas,
porque se dio cuenta
de que ella brillaba mucho más.

Ahora todos la miran,
y la calle
se llena de escalofríos a partir de
las doce.

Siempre va descalza,
por aquello del zapato
perdido
y los príncipes
jugando a no ser ranas.

Que desfachatez.

El mundo sólo para cuando
ella deja de bailar,
y los gatos se esconden
debajo de los coches
cuando ella
pisa fuerte las aceras.

La luna está enamorada.

Su corazón es de cristal,
ya nadie lo toca.

El horizonte es música sonando,
y sus pies
se siguen arrastrando
por los vértices
de un mundo
que alguna vez
fue un poco mejor,
un poco más dulce.

La sal en sus labios,
el azúcar en sus ojos,
y el menú completo
debajo de su ombligo.
La vida posándose
en cada uno de sus
silencios.

No hay mariposas para
ella porque en ese callejón
no crecen las flores.
Pero su sonrisa es luz.

Algunos todavía la llaman puta.

Pero no hay mujer en el planeta
que no matara
porque la miraran
como la miran a ella.

Si ser puta
era eso,
todas querían ser putas.

Ellas se pintan los labios de rojo,
y se ponen tacones que hacen que les duelan los pies,
ciñéndose vestidos
que dicen más de su cuerpo
que de su alma.

Ella vuela por encima de los tejados
mojándose cuando llueve
y cantando en voz alta
a Silvio Rodriguez.

No es una puta.
Es una mujer.

La más auténtica de todas.










Saturday, July 12, 2014

Me caí de repente,
como cuando mi padre me
enseñaba a andar en bici
y joder, a la vuelta de la esquina
una curva
y la gravedad
se aliaban contra mí
para que terminara en el asfalto
con las rodillas hechas polvo.
Pero somos polvo
y siempre volvemos a él.
Con el tiempo
no le tuve miedo al asfalto,
y después de caerme
no sé cuantas veces más
aprendí a andar
cojonudamente en bici.
Todavía hoy soy capaz de
andar con las dos manos en el aire.

Me caí de repente.
Y quise contarle mil
historias,
hacerle reír,
parar las agujas
y romper todos los semáforos.
Que el mundo dejara de girar por un momento,
y me dejara caer
como me diera la gana
al abismo más jodido
al que me había enfrentado en tiempos.

Pero se me secó la boca,
y no veía nada,
y un temblor capaz
de tirarlo todo abajo
se apoderó
de la boca de mi estómago.
Que catástrofe.

Si tan sólo hubiera sido capaz de decirle:
no, no dejes de sonreír, el mundo
se ilumina cuando sonríes.

Quiero decir,
¿no habría cambiado nada no?
Pero al menos yo me habría quedado con la sensación
de haber conseguido escupir
algo crudo
y sin disfrazar,
algo jodidamente
puro que saliera de mis entrañas,
algo que fuera totalmente
sincero.
Esa mierda que llega de verdad,
ya sabes.

Pero qué pocas veces somos capaces de hacer eso.

Y mientras tanto llenamos los silencios
con paja,
hablando de cosas que sí importan pero no,
que son aleatorias
y que pasan,
que se las lleva el viento,
que no se recuerdan.

Si al menos hubiese tenido cojones
de soltarle una de esas granadas.
Que no le hacen daño al otro
sino a ti,
que explotan en el aire
y lo rompen todo,
que acaban con la harmonía
y siembran el caos,
que son hijas de la locura,
de la demencia.

Mirarle fijamente,
tragar saliva,
rezarle al cielo,
y soltar un:
'Me gustas, joder. Y me estás jodiendo.'

Quizá no hubiese sobrevivido
a ese instante,
pero al menos habría sido
inolvidable.

Y eso hubiera sido suficiente.



Polvo de estrella
en su coño.
Tú también quisiste tirártela,
como si encerrara
entre sus piernas
la fuente de la juventud.

Pero el diablo siempre viene
a cobrarte el alma.

Friday, July 11, 2014

He follado como si no hubiera mañana
y he llorado como si el mundo se acabase en ese mismo instante.

Sin embargo hoy
la vida me parece tan lejana
que no tengo cojones para amarte.
Sin embargo hoy
la vida me parece tan ceniza
que no me queda pasión ni para desangrarme.

Estoy rozando el K.O en la esquina del ring,
y no me eches la culpa
pero todo me recuerda a ti.

A la forma que tenías de no besarme
con rabia,
a la forma que tenías de dejarme ir.

A toda esa mierda.
Joder,
y yo que pensaba que la vida era mucho más.
¿Me equivocaba?
El lado salvaje siempre
en standby,
como si tuviéramos miedo
de hacer lo que nos dictan las entrañas.
La vi y casi me caí
del susto,
pero no dije nada.
Al principio sólo la miré,
como quien mira una obra de arte
desde una distancia prudente.
Creo que me vio mirarla,
no sé que coño pensaría.
Yo sé muy bien lo que estaba pensando,
pero no quiero decirlo.
O sí, que coño.
Me hubiera gustado acercarme a ella
y preguntarle cómo se llamaba.
Y luego no sé muy bien qué más
habría hecho.
Mirarla.
Eso seguro.
Hay gente a la que no puedes dejar de mirar.
Tienen como un magnetismo intrínseco
que te hace sentir
que si miras para otro lado
vas a desperdiciar
una oportunidad única
de admirar
esa clase de belleza que poseen algunas criaturas.
Ella poseía esa clase de belleza.
Y sientes que si pestañeas te la vas a perder,
que si miras para otro lado
va a desaparecer,
porque es tan efímera y rara
que no parece ser real,
ser tangible.
Y joder,
no lo es.
Pero la vida a veces es eso,
casi rozar,
casi tocar,
pero no llegar a hacerlo.
Estar a punto de saborearlo
y perdértelo,
porque no estabas atenta,
porque no estabas quedándote con los detalles.
Como el matiz exacto del color
de su pintalabios,
o como llevaba un moño
y a mi me parecía que
estaba más bonita
que si se hubiera pasado
dos horas peinándose ese
pelo rizado.

La sencillez de una noche cualquiera
con la belleza más surrealista
asomando por algún costado.
Y entonces,
empiezo a temblar.
Porque sé,
que la vida me está guiñando un ojo.


Wednesday, July 9, 2014

Triclinio en replay
y la lluvia no para.
Este autobús
me lleva a casa.
Dile a mi hermano
lo que yo nunca le digo.
Que no tema,
que no llore si no lo consigo.
Sobre todo que no llore.
Yo nunca me siento en mitad del camino,
siempre fui más de tirarme en la cuneta
a ver como se ponía el sol.
El camino se hace al andar,
caminante.
Cuida tus zapatos,
son los que te llevan.
Mis zapatillas viejas
no tienen agujeros todavía,
podré con esos kilómetros.
Mi vida acabará en el mar,
igual que la de Antonio.
Anduve por esos caminos
¿lo sabías?
Yo le sonreí al olmo seco.
Ellos no tienen ni idea.

Campos de Soria, por favor,
quiero mirar esas estrellas.

Y que la vida siga parpadeando levemente,
mientras yo me pierdo
en aquello de "mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera."

Ella no lo consiguió,
como tantos otros.
¿Y qué más da no?
Si al final todos morimos.
Yo recé porque ella
viviera a mi lado,
pidiéndole un milagro
a quienquiera que estuviera
dispuesto a regalármelo.
El universo no me escuchó,
aquella vez no.
No se quedó conmigo,
yo también la perdí.

La vida es como el olmo,
se va secando,
pero la esperanza
aguanta hasta el último suspiro.
Y mientras apartamos
las piedras del camino
con nuestros viejos zapatos,
le gritamos al cielo:
hoy el mar es un océano
pero no vamos a naufragar.
Corazones brillantes
nos protegen desde arriba,
nos marcarán el norte
que tenemos que seguir.

Y seguiremos caminando.
Porque somos caminantes.



*Hago referencia primero al poema Caminante no hay camino, y segundo al poema A un olmo seco, ambos de Antonio Machado. Este último, por si alguien no lo ha leído y no lo conoce, se lo dedica a su mujer Leonor. Es una metáfora que utiliza el autor para hablar de la enfermedad de su mujer, que se estaba muriendo de tuberculosis. Fueron a Soria para que respirara aire fresco e intentar que ella se recuperara, pero murió a los tres días. La tumba de Leonor está en el cementerio del Espino, en Soria capital. En honor a ellos el texto. Como reseña decir que yo tengo pueblo en Soria, y que he estado en la capital, y que anduve por los caminos que anduvo Machado. Un extracto del poema A un olmo seco está grabado en una roca en uno de esos paseos a la orilla del Duero. Un lugar maravilloso, no cabe duda, y lleno de inspiración.

Monday, July 7, 2014

La vida es así,
a veces tan puta que
hasta que no se asegura
que llevas uno de cincuenta
no se acerca a hablar contigo.

Otras,
tan romántica e ilusa
que piensa que en cualquier
esquina puede aparecer
uno de esos (o esas)
que salían en esas pelis
de cuando éramos pequeños.

Adivina dónde estaba yo.

Yo era la puta
que nunca cobró
a ninguno de esos
de los que se enamoró,
tan romántica e ilusa
que se perdía
en una de esas películas
tan llenas de nada,
confundiendo la ilusión
con la crudeza de la vida.

Y entonces desperté
de toda esa mierda.
Dejé de creer en esas porquerías,
en esos ideales que no se ajustan
a la talla de zapatillas que utilizo.
Los pies en el suelo,
y la cabeza donde a mí me de la puta gana.

No creo en el amor para toda la vida,
no creo en el sexo para toda la vida,
no creo en nada que termine con "para toda la vida".

Y seré puta o lo que quiera ser
hasta el día en que quiera serlo.

Y luego,
que me lleve el viento.

Sunday, July 6, 2014

Tengo que darte las gracias
por el dolor.
Toda esa tristeza
me llenó de poesía.
Encontré
cosas que tú jamás encontrarías.
No tienes ni idea de lo que es.

La vida ardiendo
y el corazón congelado,
los vértices deshaciéndose
mientras la hemorragia se complica
y yo me caigo.

Se me escapa el alma por la boca.
Estoy a punto de vomitar
todos mis puntos débiles
sobre la alfombra de lo que
alguna vez pudo ser y no fue.
Toda esa mierda que
apunto en un papel
y nadie lee
lleva tu nombre.
Sigo cagándome en todo.

Me rajé el abdomen
y saqué lo mejor
que guardaban mis entrañas.
Te lo di todo joder,
pero tú no lo quisiste.
A la mierda.


Tengo que darte las gracias por el dolor.
Toda esa tristeza
me llenó de poesía.
De rosas negras
que me acariciaban el alma,
de nostalgias saladas
que me hablaban de algún tiempo mejor.
Porque los hubo mejores.

Pero los relojes ya han corrido
desde entonces,
y las gotas de lluvia
que quedaron las han ido secando
estas cuatro primaveras.

Ahora estoy menos herida.

Gracias.
El dolor no sólo me hizo más fuerte,
me hizo más poeta.
Aprendí a rajar en dos mi corazón
y a sangrar las melodías
que me iba dejando la vida.
Aprendí a bailar descalza
sobre cristales rotos,
a respirar el óxido
que quedaba en las esquinas,
a dibujar corazones
en el filo del cuchillo.
Aprendí a cortarme
sin dejar de sonreír,
sin dejar que el azul
lo inundara todo.


Me llenaste de dolor y de tristeza.
Y entonces me encontró la poesía.
Siempre fue demasiado
y nunca fue suficiente.

Caí en tus brazos constantemente,
como una niña pequeña que está aprendiendo a andar.

Tú no me recogías.

Te quedabas mirando
como yo me derrumbaba,
como rozaba el suelo,
como sucumbía
al terrible terremoto.
Pero siempre conseguía volver
a levantar la mirada al cielo,
cosiéndome alas
en cada costado,
volviendo a volar.
Aunque en ello me fuera la vida.

Y es que en ello me iba la vida.

Nunca te dije las
palabras exactas,
supongo que no encontré el valor
por ningún lado.
Me vi sola en medio de la nada,
me vi perdida.

No pedí auxilio
porque nadie podía ayudarme,
ni siquiera tú,
que tenías el poder
de elevarme al cielo
y dejarme caer
hasta el jodido
infierno
en el siguiente segundo.
Cuanta mierda en tan poco espacio.

Habría sido fácil si hubiera sido capaz
de pronunciarlas:
"me dueles".

Y después,
habría echado a correr para siempre.






Rocé el coma
en tus labios.
Tú no te diste ni cuenta.
Caí casi muerta
a tus pies,
rendida,
derrotada.
Y en ese momento lo supe.

No necesité las madrugadas que vinieron,
no necesité los segundos, los minutos,
las horas que vinieron.
No, no los necesité.

La primera madrugada
del primer día
del resto de los días
bastó para que
mi corazón se parara.
Bastó para que me mataras.
Para que me mataras con todo,
con el puñal encendido
y sin anestesia,
con la boca abierta
y la vida temblando,
con el alma ardiendo
y los ojos cerrados.

Me mataste.
Y entonces lo supe.

Que no necesitaba nada más,
absolutamente nada más,
para saber que
querría morir
en tu orilla cada noche.
Que querría morir
a tus pies cada
mañana.
Que querría morir,
siempre y cuando
fueras tú el que me matara.

Y me matabas
y me resucitabas
al mismo tiempo
y con la misma intensidad
sin necesidad de esforzarte.

Te salía solo.

Y yo,
lo supe.
Ya lo sabía,
No necesitaba más.

Pero a qué poco supieron
aquellos segundos, aquellos minutos,
aquellas horas, aquellos días.

Qué efímera y qué fugaz la muerte.
Qué efímera y qué fugaz la vida.

Y es que hubiera matado
porque me mataras
cada segundo de mis días.

Porque aquella madrugada
supe
que contigo
el infinito
nunca habría sido suficiente.

Y no lo fue.


Saturday, July 5, 2014

Hablaba realidad
y dolía.
Pero la vida no estaba hecha para
no doler.
El botiquín de las tiritas siempre estaba abierto,
ya no cabían más heridas.
Ella bailaba sobre la sangre derramada,
con esa canción de fondo
y un cigarro en la mano.
Mezclaba la tristeza
con el humo.
Pensaba que no se notaría.

Cristales rotos
se clavaban en sus pies,
pero ella no paraba de bailar.

Porque la vida era un dolor constante,
una hemorragia continua,
un torniquete a destiempo.

Pero entonces se acordaba de aquello que
su abuela le había dicho una vez:
"Cuando te acerques al rosal
a coger una rosa
te vas a pinchar con las espinas.
No pasa nada.
Las espinas luego se sacan,
pero la rosa se queda."

Y la vida era exactamente eso.
Espinas acariciándote la piel,
quemándote,
doliendo.

Alargó la mano ensangrentada
y con las yemas de sus dedos
agarró la rosa.
Sí, era verdad:
dolía.

Pero cuando abrió la mano
y la vio allí,
tan roja,
tan hermosa,
comprendió
que el precio a pagar
nunca sería suficientemente alto.

Que un milenio
de sombras
bien valía
un instante de luz.
Que un milenio
de espinas
bien valía
un pétalo de rosa.

Que los cristales rotos
nunca harían que bailar fuera menos hermoso.



Thursday, July 3, 2014

Qué fácil es morir cuando no mueres,
                                    cuando te matan.

Qué fácil es vivir cuando no vives,
                                    cuando te viven.


Y mientras tanto,
el mundo destruido.

Tu sonrisa son pedazos
de cristal
donde yo no me reflejo.
Hace frío por aquí.

Me pongo a bailar
una canción aleatoria
que casi no recuerdo,
y las notas me hablan de ti,
de tu tristeza.

Llorabas,
y la vida lloró contigo.
Cuando cada gota de sal
se congelaba en
tu pecho.

No temas,
mañana la vida te sonreirá.

Dile al sol que se porte bien contigo,
que no te deje dejar de brillar.



Que fácil es morir cuando no mueres,
                                   cuando te matan.

Que fácil es vivir cuando no vives,
                                   cuando te viven.



Suena y pienso en ella.
Igual que cuando subía las escaleras,
y yo le miraba el culo desde atrás.
No me digas qué me gustaba más,
si mirarle el culo
o saber que era su culo el que estaba allí
delante.
El hecho de darme cuenta
de lo que su culo representaba para mí.
Toda mi vida colgada de su espalda
para terminar muriendo
en esas curvas.
Y nunca tuve miedo.
Joder, nunca tuve puto miedo.

El océano de su boca
era difícil de navegar,
sin naufragar,
sin terminar ahogándote.
Y desde el desierto de
mi cuerpo
saltaba al agua como
si mi vida dependiera de ello.
Y dependía.
Y bebí, y bebí, y bebí,
pero nunca llegué a calmar mi sed.
Siempre quise más.
Siempre quise.

Conté sus lunares cada noche,
pero cada mañana tenía uno nuevo.
Yo intentando aprendérmela de memoria
por si la vida la borraba.
No podía dejar de mirarla.
Nunca pude dejar de mirarla.
Nunca pude.

Su risa apagó todos mis monstruos
y su cama se convirtió
en mi paraíso terrenal.
El refugio a donde huía cada noche,
el cielo donde ella me llevaba a volar.
Nuestra guarida.

Suena y pienso en ella.
Quiero volver a mirarla.
La tengo más cerca
de lo que imagináis,
haciéndome caricias en la espalda,
preparándome para un nuevo anochecer.
Enamorándome.

Ven, date la vuelta,
déjame mirarte.
Quédate quieta,
no digas nada,
sólo déjame mirarte.

La reconozco en cada gesto,
en cada aproximación.

Es ella.
Su culo dando vueltas,
y mi corazón a mil.
La vida enredada en su ombligo,
y el temblor de sus caderas
a punto de tirar la casa abajo.

Es ella.
No hay más rincones,
más coordenadas.
Ella es el mapa.

Es ella,
joder.

Y quiero más.

Es la vida.
El óxido por los rincones
y toda esa mierda.
Respiro plomo.
Hay momentos en los que cuesta respirar.
¿A ti no te pasa?
Todo cambia constantemente,
todo se desmorona.
Envejecemos cada segundo,
no podemos parar los relojes.
¿Tú que harías si pudieras pararlos?
Yo no lo sé.
Todavía estoy esperando a que pase algo.
Pero por estas coordenadas casi
nunca pasa nada.
Quiero más lluvia
más ruido
más noches sin ponerme hora.
Quiero más sur,
más locura,
más de lo que creo que tienes.
Sexo,
amor,
rabia,
odio.
Dientes sangrando
y uñas clavadas.
Quiero saltar
y sentir miedo,
temblar de arriba abajo
y no notar el suelo.
Quiero encontrarme
dónde menos me lo espero
con ese lado de la vida,
con ese puto lado.
El que me dice que siga.
A pesar de que las cartas ya estén boca arriba
y todos vayan de farol.
No tengo nada para jugarme,
y me lo juego todo.
Me apuesto el corazón
a una canción.

Dime, ¿qué está sonando?





Queda sólo un día.
Me alejo de este gris por un rato.

En dos meses
estaré en el sur.
A bastantes kilómetros de aquí.

Es raro.
Dejas algo tuyo en cada sitio en el que estás,
y también te llevas algo en la maleta.

No sé describirlo.
Con ella a mi lado en el sofá
he tocado el cielo.
Y la vida me ha sonreído como nunca.
De oreja a oreja,
de corazón a corazón.

Dejo aquí algunas lágrimas,
muchas pesadillas,
alguna herida.
Dejo aquí algunas sonrisas,
muchas carcajadas,
algo de pintura verde.
Yo ya me entiendo.

Lo bueno de ella es que se viene conmigo.
Desde los tres años
hasta el infinito,
no hay quien pueda arrebatármela.
Lucharía por ella con uñas y dientes,
mataría.
Moriría si se aleja de mí,
si me deja.

Pero ella,
la otra loca que apareció de repente en el camino,
sin previo aviso y colándose
por todas las rendijas,
llenándolo todo..
.. ella se queda.
Y esa separación si va a doler.
Como cuando te quitan el balón cuando quieres jugar tú
y no te dejan jugar con ellos.
Como cuando alguien te dice:
"la vida es así, te jodes",
sin darte ningún mínimo de consuelo,
sin dejarte esperanza alguna.
Así.

Es el descubrimiento del año,
y esa noche en la que las dos
fuimos testigos de ese
momento tan mágico no se me olvidará en la puta vida.

Ella no se me olvidará.
La llevaré conmigo.

Y es que dejas algo en los lugares,
te llevas algo de ellos.
Pero sobre todo,
dejas algo en las personas,
te dejan algo ellas.

A mí,
un paraíso que sabe a chocolate,
a tardes de manta y series,
a hablar sin parar en el salón.

No puedo quedarme con algo,
me quedo con todo,
me quedo con ellas.

Me las llevo conmigo a mi rincón.

Y será un hasta pronto.

Wednesday, July 2, 2014

Un soneto firmado con sangre,
y una rosa sólo espinas.

La luz apagada.

La vida es muy puta
contigo.
La vida es muy puta
conmigo.

La vida es puta.

Le miro el culo mientras pasa
diciéndome:
"No lo intentes.
Volveré para joderte."
Y yo pensando en follármela otra vez.

Me acuerdo de todas las veces
que vino y me jodió.
Con la música a tope
y sin dejarme respirar.
Como si todo se acabara
en ese momento.
Como si todo se acabara.

Follarnos a mordiscos de rabia,
como si tuviéramos algo que reprocharnos,
sin tenerlo.
Follarnos a arañazos llenos de odio,
como si tuviéramos algo por lo que pelearnos,
sin tenerlo.

Pagué con ella
lo que me hicieron otros.

No debí hacerlo.

Porque será puta sí,
pero es mi puta favorita.




Vivirte.
Con todo.
Con el viento en contra,
y sin paraguas.
Mojándome,
contigo,
en ti.
Mojándote,
conmigo,
en mí.
Mojándonos.

Como si la vida sólo fuera
una tormenta eterna,
y bailar bajo la lluvia
nuestra única misión.


Así.

La muerte en cada esquina,
y yo sin sus ojos.
No la tengo conmigo,
la vida pesa más.
El gris pisando fuerte
y el tiempo que no para,
los relojes están a punto de estallar.

Y estallan.

En medio de un océano de asfalto,
donde no hay norte ni sur,
sólo espirales inmensas
que me llevan siempre al mismo lugar.

Zona cero,
y yo descalza.



Tuesday, July 1, 2014

Firmo con sangre lo que escribo con el corazón.

El puño cerrado.
La herida abierta.
Sólo es un poco de lluvia.
Cerca de mis párpados,
lejos de tus tejados.
Sólo es un poco de viento.
Que viene a llevarse las hojas
que dejó bajo nuestros pies el invierno.
Hojas en las que no estamos
sonriendo,
haciendo el tonto por la calle,
matándonos a besos.
Se las lleva,
a cualquier otro lugar
que no sea este.
No puedo verlas
derrotadas a mis pies,
como mi alma,
derrotada y descosida.
Ya no quedan retales,
creo que estoy perdida,
no puedo coserme un alma nueva.
Dime que hago ahora que no estás.
Ahora que llueve y no te mojas conmigo.
Ahora que no somos.
Dime que hago.
Que me lleve el vendaval
no quiero quedarme,
si no es en tu pecho,
colgada de tu espalda,
de esos dos lunares.
No, no quiero quedarme.

No puedo.

Es la lluvia la que me habla de ti en cada gota,
es el viento el que me trae átomos que tú ya respiraste.
Es la vida,
la que me recuerda que estas coordenadas
sin tu nombre no valen demasiado.
Que da igual a dónde vaya
porque mi brújula eras tú.
Que voy a perderme.

Quiero perderme.
Olvidar que fuimos,
que estuvimos,
al borde del precipicio
pidiendo a gritos una respuesta
que nos sirviera a los dos.
No la encontramos.

No nos encontramos.

Y ahora llueve.
Cerca de mis párpados,
lejos de tus tejados.

Y la vida nunca dolió tanto.


A la mierda
el conformismo:
yo no quiero ser recuerdo.
Quiero ser tu amor imposible,
tu dolor no correspondido,
tu musa más puta,
el nombre que escribas en todas las camas
que no sean la mía,
a quien maldigas en tus insomnios,
a quien ames con esa rabia que solo da el odio.

-Elvira Sastre