Monday, November 24, 2014

Tú. No fuiste nada más que un eco, un efímero fantasma que apareció de golpe y se fue más de golpe aún. Dejándome medio ahogada, intentando entender lo inexplicable. Y es que no lo entiendo. No entiendo ni una sola de las palabras que me dejaste, mi teléfono vacío, esa indiferencia tan jodidamente fría. ¿Como puede estar un corazón tan congelado? Sé que no debería haber vuelto a volver. A hacer el indio de esa manera, a convertirlo todo en un jodido desastre. Debería haber entendido a tiempo que no había sitio para mí en ese rincón tan diminuto. No había luz, no había aire. No había nada. Tú no estabas, no estuviste. Sólo eras un reflejo, un amago. Intangible como la vida misma, lejano como la última de las galaxias, helado como el agua cuando el termómetro marca bajo cero. Un polo norte en medio de la nada, y yo muriéndome. Muriéndome por intentar llegar a no sé dónde, muriéndome por intentar llegar a no sé qué. Tropezándome un millón de veces contigo, incapaz de salir corriendo, incapaz de esquivarte, de eludir tu gravedad. Condenada a estar siempre a una distancia prudencial, sin poder perderte de vista, sin dejar que te tragase la oscuridad. Y ahora no veo nada. De repente el mundo a oscuras y no hay vela que pueda encender que me haga tener un ápice de esperanza. Estoy sola. Ya no te veo. Ya no te veré. Y no sé si me duele o me dueles. No sé si me muero o me matas. O me mato, haciendo el kamikaze cada 24 horas, volviendo a suicidarme una vez más. Rajándome el alma, perdiendo lo que me queda de cordura. Rindiéndome.

Friday, November 21, 2014

Llueve
en las
calles
de mi alma
y yo sin paraguas
otra vez.
Que el sol salga por
donde quiera
y toda esa mierda,
que yo no sé
qué coño hacer
con estas cenizas.

Dibujo palabras
que no riman,
piezas que no encajan,
notas que no armonizan:
mi mundo entero
está desafinado.
Y no hay manera
de ordenar
este desastre.

El caos se desliza entre mis dedos,
y mi centro más íntimo
aún me habla de ti.
Puedo temblar
sólo con oír tu nombre.
Me mareo a ratos
e intento esconderme
detrás de jirones
de piel,
como si debajo no hubiese nada,
como si mi alma
sólo fuera
un eterno vacío.

Y que mentira este silencio.
Y que descaro.

Wednesday, November 19, 2014

Nada tiene sentido
y de repente tu voz.
Como si la vida
no me dejara escaparme del todo.
Yo que siempre nadé en pleno océano
estoy anclada a tu orilla
como si alguna vez fueras
a venir a por mí.
Naufrago
cada vez que el sol se pone,
cada vez que el mundo me dice:
deja de intentarlo.
Como si yo pudiera hacer algo al respecto,
Mis nervios dilatándose
y yo preguntándome
qué coño me pasa.
Cuando las luces de las farolas toman
el control
me vuelvo loca del todo.
Respiro
pero no encuentro mi calma.
Estoy en mitad
de la puta trinchera
gritando a pleno pulmón,
pero el mundo no me oye,
nadie me oye.

No pienso tejer ninguna bandera blanca.

Si tengo que morir
será matando.
Si me desangro,
diles que mientras
el suelo
se cubría de rojo
yo estaba pensando en ti.

Saturday, November 15, 2014

Escrito a 15/11/14

- Tronca, no pierdas el tiempo deshojando una puta margarita. La respuesta siempre es no.
- ¿Y eso cómo lo sabes?
- Pues porque lo sé y punto.
- No tienes ni idea.
- ¿Y tú? ¿A caso tú tienes idea?
- Pues no pero..
- Ya, y como no tienes ni idea, pretendes que una margarita te solucione la existencia ¿no?
- No es eso..
- ¿Entonces qué es? Mírate, míranos. No nos quiere nadie, somos unas parias, unas tías raras de cojones que ni siquiera saben relacionarse como es debido con la gente. ¿Quién crees que nos querría en su vida?
- Yo qué sé, tía. No tengo ni idea. Pero no sé, ¿soñar es gratis no?
- Soñar es una forma de escapar de la realidad. Pero cuando la realidad es tan cruda como la que tenemos delante no sirve de nada intentar escapar. Nos alcanzará siempre.
- Me chafas todo, tía.
- Lo sé. Pero hazme caso, es mejor así.

Tiró la margarita al suelo y se puso a mirar la luna.

- Que bonita es.
-¿Quién?
- La luna.
- Ah, sí.
- ¿Para ti no?
- No sé, nunca me fijo en realidad.

La miró con una desesperación que no le cabía en los bolsillos.

- ¿Ves?
- ¿Ves qué?
- Eres tú tía.
-¿Soy yo qué?
- Eres tú el problema.
- ¿Qué?
- Que no es que seamos raras, ni unas parias, ni pollas. Intentas hacérmelo creer, pero no es así. Eres tú. Eres tú la que no cree en nada.
- ¿Pero qué dices? Yo si creo en cosas.
- ¿Sí crees? Y una mierda. Te da igual todo. No crees en la belleza, en las emociones, en los sentimientos. No te fijas en la luna, en como brilla, en como nos mira desde arriba. Cualquiera con un poco de sensibilidad mira a la luna y tiembla. Yo miro a la luna y tiemblo, joder. Y me siento pequeña y grande a la vez, y siento que somos un milagro, y que estamos aquí, y que es fascinante, y que es un privilegio estar respirando y admirando el brillo de ese satélite gigante. Y tú dices que no te fijas. Y eres así con todo. Te da igual, simplemente no te importa. Te dan igual las flores, los árboles, el cielo y las nubes. Te dan igual las margaritas y los dientes de león. Te dan igual los charcos y los chaparrones que hacen que el mundo se llene de calma. Te da igual todo. Y lo peor de todo es que te dan igual las personas. Y si te dan igual las personas, te da igual el amor. Y ese es tu puto problema. Por eso me dices esas cosas de que nadie nos va a querer. No es que nadie nos vaya a querer, es que tú no quieres querer a nadie. Y eso es un asunto muy distinto. A mí no me metas en ese puto saco. Yo no soy como tú. A mí me importan la cosas. Me importa la luna, y este momento y estar aquí y respirar. Me importa sentir mi corazón latiendo y me importan las jodidas margaritas. Y sobre todo, me importan las personas. Me importas tú y me importa él. ¿Lo pillas? A mí si que me importan las cosas. No digas que no.

Se quedó callada. Miró al suelo un segundo y luego levantó la vista para mirarla. Era una tía lista sí, y más sensible que el mejor de los poetas. Lloraba tanto, y saltaba tanto, y bailaba tanto. Y sí, tenía razón, las cosas le importaban. A veces demasiado. ¿Y a ella? ¿Sería verdad que las cosas no le importaban nada? No claro que no era verdad. Y tenía una pregunta que hacer al respecto. Quizá no justificaba su comportamiento pero al menos le ayudaría a hacerle entender por qué tenía una actitud tan pasiva ante todo.

- ¿Y no te duele?
- ¿No me duele el qué?
- Todo eso. Todo eso que te importa.
- Sí, claro, por supuesto que me duele. ¿Pero eso qué coño tiene que ver?
- Pues eso, que no hemos venido aquí para que nos duela. Que eso es una mierda. Que nadie quiere sentir dolor. Que es mejor que no te importen las cosas, intentar mantenerte al margen, ser inmune a todo.

La miró y sonrío. No pudo evitarlo.

- Estás equivocada. Hemos venido aquí justo para eso: para que nos duela. Para sentir. ¿Si no, de qué serviría estar viva? ¿Si no sientes de que te valen las cosas? ¿Si no te importa nada qué cojones haces aquí?

Y entonces se acercó mucho, hasta ponerse a dos centímetros de la cara de su amiga y le dijo:

- Si tienes miedo a sentir, di que tienes miedo a sentir. Pero no hagas como que el mundo te la suda. Porque no es verdad. Veo como le miras, y veo como tiemblas cada vez que se aleja con ella. Y todo este discurso que te has montado no es más que una coraza. Pero esconderse no es la solución, sólo te estás engañando. Lo que pasa es que sientes, que te importa. Y eso te acojona mucho más que cualquier otra cosa en la vida. Porque duele, claro que duele. ¿Pero que sería del mundo sin dolor? Todo lo bueno se consigue luchando, sufriendo, haciéndose daño. Sino acuérdate como venimos a la Tierra: con dolor, con un jodido dolor tan grande que todas las madres del mundo gritan y se desesperan y se vuelven locas en las salas de parto. Pero después del dolor, llega la sonrisa, el milagro. Y no sería tan importante, no sería tan valioso, si no hubiese dolido tanto.

La volvió a mirar. Estaba confundida, con una expresión rara en el rostro. A ella no podía engañarla, la conocía demasiado bien. Sonrío mientras la miró con una expresión tierna, y mientras cogía otra margarita y empezaba a saltar por el camino, miró hacia atrás y le dijo:

- Y esto recuérdalo siempre.






Friday, November 14, 2014

Estoy pensando en sus ojos
y casi puedo correrme.
La vida es la más zorra
de las zorras,
pero es tan bonita
que no te deja otra
que quererla a matar.
No espero nada ya,
sólo un poco de lluvia
mezclada con un poco de música.
Más Johnny,
más cerveza.
Y que las manecillas dejen de girar.

Que dejen de girar joder.
Y que tú aparezcas.
Están durmiendo en mi salón.
La vida diciéndome:
sonríe, todo está bien.

La locura de esas calles
con ella a mi lado.
La locura de ese supermercado
con ellas haciéndome
la putada.
Y lo que las quiero.

Mil historias que contarles,
y no puedo estar triste.
Aunque les esté
contando mi desastre más total,
mi hecatombe más absoluta.
Cuando ellas me escuchan
la vida es más tierna,
y casi se olvida del dolor.
Es sabor a chocolate,
sabor a caramelo,
sabor a saber,
que no van a dejarte caer
ni una sola vez.
Y eso
es
sagrado.

Otra oportunidad
en estas coordenadas.
Empezar de cero,
volver a respirar.
Y ellas dándome
su lado bueno.

La soledad sale volando
y de repente
siento que puedo
tocar el puto cielo.

Pregúntale al barrio
cuantas veces me ha visto sonreír así.

Sevilla es mi paraíso.
Y ellas están durmiendo en mi salón.

Todo está bien.
Todo está bien.

Están conmigo.

Wednesday, November 12, 2014

La vida en blanco y negro
y yo volviendo a tiritar.
Estoy a punto de vomitar
todos mis puntos débiles.
Ya no sé recomponerme.

Camino sin saber qué dirección
es la menos mala.
Ya que todas
al final
me conducen al desastre,
al menos que sea
lo más llevadero posible.
Y ojalá.

No me da miedo pincharme y sangrar,
no me da miedo
cagarla.
Soy tan kamikaze
que a veces pienso
si no estaré loca de verdad.
Quién sabe,
todo es tan relativo.
La subjetividad
acecha por cada esquina
y las verdades absolutas
murieron el día
que Cristo resucitó.
¿O no?

Este eterno sin sentido
lleno de mierda
y de basura
me hace tener envidia de las ratas.
Y eso sí es preocupante.

Me calzo mis pecados
todas las mañanas
y ando por la ciudad
con el peso de mis propias
decisiones mal tomadas.
Las consecuencias no te
abandonan en toda
tu puta vida.
¿Como escapo de mi misma?

Y aun y todo pretendo encontrar
un poco de color debajo de alguna piedra,
un poco de esperanza
en los rayos de luz,
un poco de verdad
en los pasos de la gente.
Un poco de algo que no sé
que es,
un poco de algo
que me ayude a creer.

¿Pero qué coño digo?

Soy una niña perdida,
una ilusa total
que todavía espera
un puto milagro
que nos devuelva la fe.
La fe en algo que ni siquiera
sabemos qué es,
pero que intuimos
esencial
para el corazón humano.

Y yo,
que siempre fui atea,
me veo clamándole al cielo
algo que me pueda hacer
volver a creer que volver a creer es posible.

(Y una mierda.
Nunca nada dura suficiente.)

Monday, November 10, 2014

- Estaba pensando en ti. 
- ¡No jodas! Qué casualidad, yo también estaba pensando en ti.
- Yo no creo en las casualidades.
- ¿Qué quieres decir?
- Que estarías pensando en mí por alguna razón.
- Si, claro. ¿Pero no es una casualidad que hayamos pensando el uno en el otro en el mismo momento?
- No. No es casualidad.
- ¿Entonces qué es?
- Yo te di un motivo para que pensaras en mí. Tú me diste un motivo para que pensara en ti. Tomando en cuenta que compartimos espacio-tiempo, y que ambos teníamos motivos para pensar en el otro, era más que probable que coincidiéramos al hacerlo. Si X son las veces que tú piensas en alguien, y Y son las veces que esa misma persona piensa en ti, en Z ocasiones X coincidirá con Y. Y eso es lo que ha pasado. Si uno de los dos no le hubiese dado motivos para pensar en el otro, no hubiera pasado esto. ¿No crees?
- Quizá a pesar de no haberme dado un motivo algo me hubiese recordado a ti.
- No. De alguna manera tendría que estar en tu inconsciente para que cualquier cosa aleatoria te recordara a mí. Y si estoy en tu inconsciente es porque algo ha hecho que esté ahí. Bueno o malo, pero al menos no indiferente.
- Puede ser.
- Y será.
- Entonces preguntaré primero, ¿qué es lo que te ha llevado a pensar en mí?
- Ah. Eso no se dice.
- ¿Es bueno o malo?
 - Es mejor que malo, pero peor que bueno.
- Me quedo igual.
- Esa era la intención.
- Ah.
- ¿Y a ti? ¿Qué te ha llevado a pensar en mí?
- Iba a decírtelo pero ahora ya no quiero.
- ¿Por qué no?
- Porque tú no me lo has dicho a mí.
- ¿Acción reacción?
- Siempre.
- Bien. Me parece justo.
- A mí también.
- La próxima vez puede que cambies de opinión.
- Puede.
- Hasta entonces, nos vemos en la Z.
Se quedó mirando como se iba. "Nos vemos en la Z" qué curioso, y a la vez parecía tan fácil. Quizá ese era el truco al fin y al cabo. Quizá ella había dado en el clavo. ¿Y él? ¿Qué iba a hacer ahora?

Sunday, November 9, 2014

Antes de la tercera,
antes de que el sol se caiga
y se acabe la tierra,
antes de que el sol se ponga por el oeste
el último anochecer del jodido último día..

llegaré a tu puta orilla a derramar mi última gota de sangre
mientras escribo en un trozo de papel amarillo:
lo intenté,
pero no lo conseguí.

Lo siento.

Friday, November 7, 2014

Me he despertado con ganas de no follar y no me extraña. Mi cuerpo está en decadencia. El frío se me mete por todos los rincones, y cada día pierdo un poco más de peso. Pero como le digo siempre a mi padre, soy una chica del norte, soy fuerte. Y él sabe que sí. Viejos miedos intentando ponerse a bailar conmigo, les digo que no, que yo bailo sola. Que se lo pregunten si no a mi mejor amigo, siempre que bailamos le piso los pies. Dice que soy muy patosa. Y sí, realmente lo soy. Por eso me pongo a bailar descalza, sangrando mierda y dudas, pasando de largo cuando vienen a por mí, dejándolos otra vez debajo de la cama. Que se queden ahí, a este lado de la vida no hay sitio para ambos. O ellos o yo. La guerra constante entre mi corazón y mi cabeza parece que se queda en standby. Me dicen que no pueden más, que ya vale de chorradas. Y me cago en todo, qué razón tienen. Lo jodido de la distancia intermitente, esas sonrisas están demasiado a tomar por culo. Y yo aquí volviéndome loca. Menos mal que está él. Menos mal que su risa. Menos mal que la vida a veces te dice: eh, toma este pedazo de chocolate, te lo mereces.

Saturday, November 1, 2014

" - No sé Paul, lo veo claro, amo a Summer. Me encanta su sonrisa, su pelo, sus rodillas. Me encanta el lunar con forma de corazón que tiene en la piel. La forma en la que a veces se moja los labios antes de hablar. Y el sonido de su risa. Me encanta mirarla cuando está dormida. Me encanta escuchar esa canción cada vez que pienso en ella y cómo consigue que me sienta.Hace que todo sea posible, no sé... como si mereciese la pena vivir, tío.
- La cosa está chunga."