Thursday, December 29, 2016

Todas las cosas que habría hecho
de no ser porque no las hice.

Y así,
la vida pasa
sigilosa,
dejando sólo
un rastro de pétalos marchitos
que no volverán a florecer.

O te pinchas
o mueres.

Y no hay segundas oportunidades
en este puto raíl.

O te subes al tren,
o te atropella.

Y si descarrila,
al menos podrás decir,
que desde la ventana izquierda
del tercer vagón,
la vida por un momento
pareció follarse
al universo.

[Escrito en 20/12/2014]


Monday, December 26, 2016

Es difícil, alejarse del verde y de la lluvia. Del viento frío que me revuelve el pelo y del mar más bonito que han visto mis pupilas. Es difícil, alejarse del "agur", del "quedamos en el Xau", del sabor a casa. Es difícil, joder, es difícil. Pero os juro que no hay nada más difícil que alejarme de las sonrisas más jodidamente tiernas que me he encontrado en la vida, de los corazones de azúcar y las miradas que saben a chocolate con almendras. Es difícil, alejarse de ellas. Cuando la música suena y el tiempo se para y somos nosotras por una eternidad. Cuando la risa es fácil y las carcajadas rompen los miedos. También cuando el rimmel se corre y se nos encoge el pecho, y sabemos sacarnos sonrisas a través de la tristeza. Son mis hombros, en los que me apoyé cada vez que no podía más. Los hombros por los que mataría. La vida sigue, y mientras ellas se quedan yo pongo rumbo al sur. Vuelvo a ti, Madrid. Vuelvo a tus calles. Esas calles que no me sé de memoria pero anhelo conocer, esas calles que ya he pisado y a las que quiero volver. Quién lo diría, que después de tantas lunas y tormentas sería capaz de encontrar un rincón en el que pudiera ser yo sin condiciones. A pesar de esas canciones, a pesar de los recuerdos.Y tengo que darte las gracias, ciudad de un millón de caras y un sol diferente, porque aunque me acojono cada vez que pienso en lo enorme que eres, cuando menos me lo espero, me das alas, y vuelo.



Thursday, December 22, 2016

las últimas líneas de ese poema de Eliot. la carne de gallina. respirar y sentir que se te llenan de miedo los pulmones. bajar las armas, resignarse. tus ojos son un lanzallamas dirigido a mi espina dorsal, pronto estarás quemándome los átomos. y yo intentando escribir en las nubes. intentando dejar colgado por ahí algún poema que hable de algo parecido a perdonarnos. cuanta mierda dejé guardada en el lado izquierdo del miocardio. cuanta mierda que hoy aún me sigue pesando. apunté tu número de teléfono en la parte de arriba de una de las últimas páginas de esa libreta. sabía que nunca volvería a usarlo, pero no fui capaz de tirarlo a la basura. no me preguntes por qué, anduve al revés casi toda la vida. suspiro. intento entender lo que tengo debajo de la piel y sólo me entran ganas de arrancármela a jirones. tanto desastre no puede ser bueno. pero aprendí a llover. a bailar a contrapié cualquier día entre semana. y ya no dejaré que nadie me apague las ganas. a pesar de los monstruos y todos los semáforos en ámbar. a pesar de las noches de hielo y las ojeras que saben a cagarla. soy una maraña de nervios y ruinas que se desangra cada vez que empieza a desnudar palabras. y qué fácil fue escribir cuando el mundo era ceniza. qué fácil naufragar con tu voz en mis costillas.

una vez más invierno. pero mis ojos brillan tan primavera que hasta mis canciones se han puesto a bailar. aprender a reírse en medio de la tristeza también es un arte. yo y mi locura lo aprendimos hace tantas lunas que ya no nos da miedo salir a correr, a volar... a lo que sea.






Monday, December 19, 2016

Me gustan más que el chocolate o el olor a lluvia, más que desayunar y volverme a meter en la cama, más que el sonido de las olas o la sensación de sumergirme completamente en el agua. Y mira si me gustan todas esas cosas. Bueno, pues ellas me gustan más. Me sonríen y me apagan los miedos, y cada vez que nos reímos juntas conseguimos parar los relojes. La vida sabe a azúcar y a mantas de lana, a días de sol y fútbol, a mi canción favorita. Y no sé cómo puedo meterlas dentro de unas líneas, si el universo entero les queda pequeño, si el infinito les queda pequeño, y están llenas de luz y magia, y son los corazones más bonitos que conozco, y son como todas las cosas guays del mundo metidas dentro de unas personitas alucinantes y nunca nunca nunca me voy a cansar de ellas. Y hay distancias, y a veces los días pesan, y no las ves y es difícil, y el mundo se vuelve más feo, pero siempre llega un momento en el que las vuelves a ver, en el que os volvéis a abrazar con la misma fuerza, con las mismas ganas, y dentro del mismo bar, somos las mismas, riéndonos juntas, hablando de la vida y haciendo de las penas un poco menos penas, escuchándonos, entendiéndonos, queriéndonos a rabiar. Y es que a veces es fácil. A veces miras dentro de unos ojos y sabes que has vuelto a casa. Que el sol vuelve a brillar y la vida vuela. Con ellas soy yo.

Con ellas soy como una niña con unas Timbs nuevas.


Saturday, December 17, 2016

No la conoces, pero la conocerás. Aparecerá con prisa y sin avisar en cualquier esquina de la ciudad, te atracará a golpe de sonrisa. Irá con paso torpe y despistado, pero sus ojos son una brújula que siempre marca el sur, no se desvía del camino. Tiene claro lo que quiere y va a buscarlo. Pensarás lo mismo en el segundo en que la veas. Todas las demás sonrisas del mundo te parecerán fingidas comparadas con la de ella, y sentirás que pagarías todo el oro del mundo porque te sonriera sólo a ti. Pero eso no pasaría ni en un millón de vidas, porque no sabe vivir sin sonreír: a su abuela, a su hermana, al hijo pequeño del vecino, o al desconocido que se cruza antes de entrar en la panadería. Ella es así. Está llena de luz y de colores y puede pintar la ciudad de arcoiris hasta en los días más grises. No le tiene miedo a nada, y sería capaz de cruzar medio mundo descalza sólo por llegar hasta los corazones que le importan y preguntarles si están bien. No soporta cuando la gente llora, y siempre está intentando inventar cuentos que acaben con sabor a chocolate. La mayor debilidad de su vida son los niños, y es que una parte de ella sigue siendo una niña. Como cuando ve un parque y se monta en los columpios, y la observas y te das cuenta de que se le han llenado los ojos de sueños. No, no la conoces, pero la conocerás. Te pondrá del revés y nervioso los días en que llegue tarde y no sepas por qué, o cuando hable tanto que no sepas callarla. Pero ella se dará cuenta y de repente saltará y se reirá, y te dirá de sopetón: "te estoy aburriendo, ¿no?" Y entonces tú te darás cuenta de que en realidad nada de lo que hiciera podría aburrirte jamás, que con ella la vida es como una puta montaña rusa que no quieres que pare. Y esas son las personas que merecen la locura, esas que hacen que la vida sea una montaña rusa constante, una aventura, un laberinto de emociones del que no sabes salir, pero no importa, porque en realidad quieres quedarte. Ella será la chica que hará que todas las demás te parezcan aburridas, la que cantará mal pero a la que querrás escuchar, la que te sacará de quicio pero no querrás que se aleje ni un centímetro, la que te enseñará que debajo de unos ojos se esconden un sinfín de universos en los que querrás perderte. La que estará loca de remate y hablará de cosas que no entiendas y a veces querrá salir a volar sola, pero si la sabes cuidar siempre volverá al lado del colchón que lleve tu nombre. Siempre volverá a la orilla de tu nuca, para susurrarte al oído cuando menos te lo esperes que eres el poema más bonito de la historia, y que no habrá día en la tierra en el que no vaya a querer leerte. Escribirá canciones que sabrán a ti, hará cosas imposibles por encender tu sonrisa. Y quizá no lo entiendas, pero te hará creer.

No la conoces, pero la conocerás. Y un día te despertarás a su lado, y mientras todavía esté dormida la mirarás y te darás cuenta de que las personas que de verdad cambian tu vida son las que jamás te hubieras esperado. Como ella y su torpeza. Y esa forma que tiene de decirte que la vida es más bonita desde que tú la haces reír.



Wednesday, December 7, 2016

Se van y vuelve el frío. Mi alma se congela y se me olvida sonreír. Mis pulmones hechos mierda y la vida llena de margaritas negras. A veces es así. Sí, a veces es así, a veces duele. A veces los vértices se te llenan de plomo y todos los sueños se te oxidan en las manos. A veces no hay manera. Estoy tarareando canciones que saben a tristeza, desde aquí me duelen los kilómetros. Todos esos abrazos que no doy, que se quedarán sin dar. Igual que todos esos besos que te debí y nunca te cobraste. Aprendí a vivir con las distancias, a estar a no sé cuántas canciones de mis corazones favoritos. Aprendí a mirar desde otras ventanas, a salir a la calle sabiendo que no olería a casa. Aprendí a sentir en diferido, a hablar a través de pantallas, a estar siempre en otras coordenadas. a veces, a veces no hay manera. No hay manera de no sentir que se me parten las costillas, que se me rompen las sonrisas. No hay manera de no sentir que la vida es mucho menos azúcar cuando todas esas melodías que me sé de memoria no están rondando cerca. Y los pulmones se me llenan de escarcha cada vez que los abrazos se terminan, cada vez que cogen el tren, el avión, el autobús... cada vez que yo me quedo. Pero no es tan grave, las poetas nos llevamos bien con la tristeza, empezamos a brillar las noches de nostalgia y tinta negra, como si sólo supiéramos andar bajo el fulgor de esos recuerdos. Como si sólo supiéramos cantar con las luces apagadas.


Otra vez esa canción. Mierda.


Thursday, November 24, 2016

La luna. El universo paralelo de unos labios que no rozas. Canciones que saben a noches de verano y cerveza. A reírse hasta que el mundo se acabara. A saltar todas las verjas. A locura. Las farolas tiritando en unas calles desconocidas y yo partiéndome la camisa mientras te tarareo. Eres música mezclada con avellana y chocolate, algo parecido a un huracán indomable. Estoy nerviosa, siento el vértigo hasta la punta de mis botas, y la noche no me sirve para calmarme los miedos. Mis monstruos se sientan conmigo a ver cómo el universo se desploma, y en un abrir y cerrar de versos me encuentro con ella otra vez. Es la más bonita de todas mis musas, pero sabe que esta vez no voy a poder. Que hoy no lluevo. Estoy de rodillas al borde de una alcantarilla por la que tiro todos los poemas que llevaban tu apellido. Joder. Quién puede entender que un sólo corazón pueda latirte tanto. Quién puede entender que después de 86 universos todavía me queden restos de ti en las ojeras.

Respirar, que los pulmones de me llenen de átomos helados. Esperar que el invierno pueda llevarse las cenizas. Nevarme encima, dejarlo todo en blanco. Como si debajo de esta carne y estos huesos tú jamás hubieras respirado. (Como si aquella vez de verdad no hubieras estado.)





Tuesday, November 15, 2016

Poemas muertos a la luz de las cinco de la tarde, hay otoños que no caben en unas pupilas. Matices de melodías que suenan a nostalgia, que huelen a leña recién cortada, que saben a su colonia mezclada con sal. Hubo un tiempo en el que reí al filo de su nuca. No recuerdo haber besado un lugar tan especial.

En medio de esta avenida de rostros sin nombres, estoy intentando entender por qué mi pecho se estremece, por qué sentí ese escalofrío a una hora cualquiera de un día cualquiera. Por qué te miré y te sonreí. Y por qué sentí luego tanto miedo. Tanto, tantísimo, que el aliento se me congeló y no le supe poner nombre a mi suspiro.

Ayer la luna estaba llena y yo salí a verla. Como quien mira desde lejos al que llega sin prisa, la observé en su plenitud con el corazón temblando. Mis manos seguían vacías, mi sombra seguía a mis pasos, pero en mi cabeza, por un segundo, por un instante, por un latido, entraste tú. Sin llamar y de puntillas, como quien no quiere ser visto. Como quien no quiere ser visto pero encuentras in fraganti brillando más que ella. Dile, por favor, que no se enfade contigo. Que yo te he puesto ahí, sin previo aviso y de la peor manera. De la peor puta manera.

Si no vas a venir apágame estas ganas.
De ti.
De todo.



Sunday, November 13, 2016

- ¿Sabes qué es lo mejor? ¿Quieres que te lo diga? Que a pesar de lo que puedan llegar a pesarte los hombros, a pesar del nudo en la garganta o la presión en el pecho, cuando amanece y ves el sol, y sales y es otoño, y hay niños jugando, y ancianos paseando, y el viento es frío y te corta la cara pero a la vez te hace saber que eres real, que existas, que respiras... entonces, en ese momento, sonríes. Por nadie, por nada. Sólo sonríes. Y es cómo lo más sincero y revelador que puede pasarte. Un gesto que puede parecer insignificante pero que está diciendo: que les jodan, esto es la polla. Y eso no te lo pueden quitar.
- Estás loca. 
- Puede. ¿Y qué?
- No, nada. Sólo quería subrayarlo.
- ¿Pero qué tiene de malo?
- ¿El estar loca?
- Sí.
- Bueno, no sé, todo, ¿no?
- ¿Todo?
- No, a ver, tampoco todo. Pero no sé, no eres realista. Estás viviendo en tu mundo de yupi particular y la vida no va así. La vida a veces es una mierda, y apesta, y da asco, y es como un agujero negro gigante, y te lo tienes que comer con papas.
- ¿La vida? No, la vida no es así. Así es la sociedad, el mundo, esta maraña de capitalismo y miseria, este sin sentido continuo que hace que los seres humanos saquen lo peor de ellos. Y, a veces, también lo mejor, no diré que no. El problema es el sistema. Y no voy a entrar en detalles porque me aburro y gasto saliva para nada. Pero la vida no, la vida no es eso. La vida son colores, días de otoño perfectos, atardeceres llenos de luz, tormentas, chaparrones, un campo entero de flores, animales, bosques, océanos... mirarte las palmas de las manos y saber que estás. La vida son sueños, y risas, y lágrimas, y besos, y más besos, y abrazos, y carcajadas, y días malos, y días buenos, y música, y libros, y personas que son magia, y caminos inexplorados, y cielos eternos, y aromas, y sabores, y texturas... y pisar la arena y quemarte, y bañarte en el mar y sentirte libre, y gritar hasta que te duelan los pulmones, y mirar a esos ojos que te ponen tan nerviosa, y temblar, y sentir que te caes, y volverlos a mirar. Y cantar, y bailar, y saltar, y volver a cantar. Y enamorarte, y desenamorarte, y que te rompan el corazón, y que lo recompongas. Y todas esas cosas que nos atraviesan. Que nos mueven de verdad. Que nos emocionan. Así que a mí no me digas nunca que la vida es una mierda.
- Vale.
- ¿Sigues pensando que estoy loca, verdad?
- Sí, pero te quiero igual.
La miró y sonrío. Sí, era verdad que la quería. Llevaban juntas toda una vida, eso era innegable. En medio del parque, se puso entonces a darles patadas a las hojas secas que había en el suelo. Era genial verlas volar. Miró a su amiga sonriendo:
- ¿Y sabes qué más?
- Dime.
- Tú también deberías volverte loca de vez en cuando. La vida es demasiado corta para toda esa mierda. Sopla. Ya verás como se va. Mira, ¿te has dado cuenta de que la luna hoy está super naranja?



Wednesday, November 9, 2016

Domingo de sol y tristeza. Voy a escribir un maldito poema. Voy a escribirlo desgarrando las yemas de mis dedos: sangrando, matando, muriendo.

Domingos raros, extravagantes, de esos que ya no quiere nadie. Domingos sin manos a las que agarrar, a las que agarrarte. Domingos de mantas, y dudas, y miedos. Domingos que hace años nunca fueron así. Domingos que ahora son así demasiadas veces. Domingos. Domingos eternos. Y yo y esta obsesión por no parar de escribir. Por no parar nunca.

Se van y lo dejan todo vacío. Se van y vuelve el frío. Se van y yo me quedo. Yo me quedo. Pero en medio del ruido y de la oscuridad a veces aparece. Aparece y es como Campanilla, como un rayo de luz en medio de la mierda, como una canción de esas que te despierta, como una caricia inesperada al filo de la nuca, como un soplo de viento, gotas de agua. Aparece y se queda justo pegada a mi espalda, hablándome de cosas que no entiendo y que no importan. Susurrándome al oído poemas de Lorca que recorren toda mi espina dorsal y me hacen polvo. Pero es ella, es ella y está. Y la vida es menos dura cuando baila en mis rincones. 

Porque nada puede ser tan malo si la tengo.
Nada puede ser tan malo si la tengo, y, encima, decide quedarse a dormir.





Tuesday, November 1, 2016

jugar con fuego y quemarse. sentir arder las yemas de los dedos y no rajarse. atreverse. desvestir todos los miedos que tuvimos cuando empezaron los truenos. desnudar el alma, renacer en medio de las llamas. respirar y tirarse de cabeza. inmolarse en una espiral de locura y ganas.

ganar. las batallas que pasamos toda una vida perdiendo. abrir las alas, saltar al mar, volver a enamorarnos del invierno. las flores congeladas, el viento partiéndonos los labios, y yo buscando tu pelo por todos lados. lo volvería a hacer un billón de veces, y en ninguna chocaría contigo. pero qué bonito fue soñarlo, soñarte.

ahora estoy en otro puerto y el océano es tan grande que a veces me cuesta respirar. pero es azul y brilla, y no quiero estar en ningún otro sitio, y quiero estar en cualquier otro sitio. la dualidad, el hormigueo interno que no me deja pensar. que me la sude.

porque hay días en la que la tristeza se me agarra a cada vértice, y parece que no va a parar de llover en más de 700 lunas. pero yo hace tiempo que me enamoré de la lluvia, y ya no le tengo miedo al diluvio universal.que venga. que venga la tormenta más devastadora de la historia. estaré esperando en sonrisa y sin paraguas. mírame, con el pelo empapado y los ojos ardiendo, entregándome al huracán con los brazos abiertos.

ya no tengo miedo.



Tuesday, October 25, 2016

drama queens y tíos con cinco copas de más, la vida a punto de vómito. abrir los ojos y verlo todo negro, parar las agujas del tiempo. estábamos bailando con lobos, haciendo de la tristeza un motivo para empezar de nuevo. toda esa mierda en la que andabas metido y tu puta gorra tatuada en mis retinas. cuantas noches ya, cuantas lunas. si te vuelvo a ver me rompo. no aparezcas, no aparezcas nunca. la vida se me cae al suelo cuando pienso en esos segundos al filo de tu espalda. como si Mayo fuera un verdugo empeñado en matarme en medio de aquel páramo que sólo sabía a ti. el resto del mundo era papel y se quemaba, y sólo estabas tú, y sólo estabas tú, y sólo a ti te oía. cuando le vi a él derramar una lágrima entendí que mi corazón era tan tuyo que la única forma de poder querer a otro era arrancándomelo del pecho. y hoy todavía estoy en modo intermitente. como un coche que no sabe cuando tiene que arrancar. o que no quiere. 

Madrid y Holden, tus ojos mirándome, yo muriéndome, partiéndome, rajándome los átomos. fueron los veinte minutos más intensos de mi vida. por qué coño te fuiste. por qué no te quedaste. por qué volviste a darle cuerda al reloj, por qué no te inmolaste conmigo.

dejé que tu lluvia me mojara aquella tarde de verano. y desde entonces ya no hay hoyuelos que puedan hacerme temblar.

en un universo paralelo estoy contigo siempre. en ese mundo no soy de nadie más.




Monday, October 24, 2016

Tengo las pupilas llenas de otoño
y las manos me tiemblan como me temblaban antes de un examen.
Un remolino de hojas secas
se tropieza con mi pelo
y soy una maraña
de cosas que sigo sin decir,
de cosas que no digo.

Bailar con ella sólo fue una excusa para acercarme más a ti.
Pero tú no me miraste.

Recojo bandejas llenas de mierda

mientras pienso 
en cómo sería desayunar
en uno de esos bares de carretera
decorados a los años 70.

Octubre y su forma de decirme, tranquila,
tal vez mañana.
Pero estoy tan lejos de California
como del lado oculto de la luna
y ya no me quedan excusas.


El día que me ate un pañuelo a la cabeza
y me coja una furgoneta vieja
muchos se seguirán preguntando
cómo coño lo hice.

Tú ni siquiera sabrás que me fui.

Pero algún  día,
algún puto día,
si el universo todavía sabe
devolver los golpes,
mirarás a la nada
y pensarás: mierda, esa loca me quiso,
y yo la maté de verdad.






Tuesday, October 11, 2016

ese día morí, y tú no te diste cuenta. ese día morí, y el mundo siguió girando, la lluvia siguió cayendo, los cerezos empezaron a llorar. esas canciones me contaron secretos que no quería saber. me atravesaron. me atravesaste. y tuve que seguir andando, con las costillas reventadas, y las lágrimas por dentro, fingiendo la sonrisa más dolorosa de mi vida, haciendo como que no dolía. qué triste, cuando ni siquiera puedes llorar, cuando ni siquiera encuentras un rincón donde deshacerte de los monstruos. y no sé si es que todavía algo de aquello me esté jodiendo, pero hoy me siento Holly cuando hablaba de los días rojos, esos días en los que se ponía triste y ni siquiera sabía por qué, esos días en los que sólo le servía ir a Tiffany's, porque sabía que allí no le podía ocurrir nada malo. pero mi Tiffany's está tan lejos que no puedo llegar ni aunque me pasa la noche entera caminando, y mis días últimamente son de color rojo sangre, tan raros y tan tristes, que de fondo solo me puedo imaginar unas cuerdas de violín y un chaparrón parecido a cuando él se fue para siempre. no me da miedo estar sola. me da miedo saber que sólo tenemos un número concreto de horas, y yo las estoy pasando lejos de esos ojos, esas sonrisas, y esa forma de acariciar la vida que tan feliz me hace. lejos de esos corazones. ¿dónde voy a encontrar algo a lo que pueda llamar más o menos hogar? un sitio donde no me duela toda esa distancia. ¿donde voy a encontrar la calma que llevo tanto tiempo buscando? esa calma que me rehuye tanto como los chicos cuando tenía veinte años. esa puta calma por la que vendería mi alma al diablo. mi cabeza y yo, yo y mi cabeza. en una guerra constante que no parece acabarse nunca. y en medio del desastre, las palabras de mi hermano, como intentando curarme todas las caídas: yo también te echo de menos. y en ese momento, entendí, que hay pocas personas en este mundo por las que de verdad merezca la pena escribir un poema.

esta es mi pena. entera. y te la doy a ti.


Tuesday, October 4, 2016

mi cabeza está llena de chimpancés emborronando paredes en blanco. a veces todo sabe tanto a ti que ya no sé dónde meterme. las farolas parpadean al compás de ese bolero, y yo inventándome una palabra nueva para definir este desastre. no sé como decirles que me da igual, que ya me da igual todo. que una vez que perdí tus coordenadas empecé a quemar todos los mapas, y ya no hay forma de encontrar la salida de este laberinto que es mitad Alicia mitad Minotauro. vaya mierda, cuando esperas que llueva y un color ocre lo cubre todo de desierto, de noches sin luna, de amarillos eternos. vaya mierda, cuando quieres mojarte y nadie anuncia tormenta, y la vida es sólo un ver pasar las nubes mientras tú sigues imaginándote saltando en ellas. maldito el día en que te vi, le digo a mi cabeza. maldito el día en que supe que a partir de tu milagro ya no me conformaría.

el milagro de verte sonreírle al mundo como si fuera fácil vivir así. entre la espada y la pared, en los escombros. el milagro de verte sonreírle a la vida como si fuera fácil, como si todo se redujera al 2+2 son 4, como si al dividir 28/27 no dieran decimales. el milagro de verte y entender que hay personas que lo llenan todo de luz, y aunque no sepamos por qué las miramos, no podemos, sin embargo, dejar de mirarlas. el milagro de ese día, de esa tarde, cuando comprendí que más allá de ti el resto del mundo no valía. que todas las palabras que hasta entonces me sabía se cayeron por el hueco de lo que tú no decías. que ese día te miré y entendí a los poetas. que yo no lo escribí, que fuiste tú el poema.



Tuesday, September 20, 2016

y de repente tus ojos, y todo eso que cambia como la luz de los semáforos. y de repente la vida, haciéndome cosquillas en la planta de los pies, mientras intento soportar la soledad de verme lejos de todos mis colores favoritos. hoy soy un desierto en medio del oásis, y no encuentro canciones que acaricien la nostalgia. tengo ganas de coger el teléfono y marcar esos números, pero no lo hago, porque mi voz entrecortada seria un mal presagio, y jamás les haría pasar por eso. aguantaría el peso de cien planetas sobre mis hombros, sólo por no apagar esas sonrisas. pero yo no tengo Dios, y hoy no sé a quien acudir para apagar mis miedos. y es que es una mezcla de chocolate con vinagre, y yo sigo siendo una niña pequeña soñando con saltar a las nubes, esperando a que llueva para pisar los charcos, mirando a los columpios como si estuvieran hechos de diamantes, aunque estén viejos y roñosos, jamás dejaré de quererme montar, de querer jugar hasta que se acabe la tarde. y es que hoy en Madrid ha salido el sol, pero en mis pulmones sabe a viento y huracanes, y mis átomos se tiñen de gris mientras una sonrisa fingida hace de parche. que nadie pase dentro, que nadie llegue dentro, mi desastre es sólo mío. y es que llevo demasiado tiempo sin un abrazo de esos, de esos que sólo ella sabe darme. su calor me lo robó la ciudad más bonita del mundo, y hoy hasta me cortaría el pelo si alguien me llevase a su vera. necesito que me abrace, que me recuerdo que a veces sólo basta una sonrisa para sentir que pertenecemos a algún sitio, a algún lugar, que tenga nombre de persona. que a veces basta con un tazón de cereales y el brillo de sus ojos haciéndome sentir que estoy en casa. porque hoy, hoy me siento vagabunda, y ella es el camino con las migas de pan, la que me salva del lado malo de los días, la que nunca jamás me abandonó. la que jamás lo haría. y hoy no sé cómo decirle al mundo que lejos de ciertas coordenadas todo sabe a óxido. que lejos del mar y de su risa siempre sabe a domingo, a día sin colores, a fin del mundo.



Wednesday, September 7, 2016

Vivíamos en un mundo lleno de monstruos,
de farolas tiritando a las cuatro de la noche,
de calles llenas de dudas y cristales rotos.
Sí, vivíamos en un mundo
echo trizas.

Vivíamos en un mundo lleno de miedos,
de callejones oscuros y silencios forzados,
de despertares solitarios
en sábanas frías.
Sí, vivíamos en un mundo
que no nos lo ponía fácil.

Pero vivíamos.
Vivíamos a pesar del sabor a sangre y plomo,
a pesar de sentir que se nos oxidaban
los sueños,
a pesar de que todo indicara
que el cuento no iba a acabar bien.
Que nosotros no éramos de la generación
de las perdices.

Vivíamos, joder,
y creábamos arte del dolor,
pintábamos de azul todas las vallas que
sabían a prohibido,
hacíamos de tripas corazón
y tocábamos el cielo con los dedos de los pies.

Supimos entender la vieja moraleja,
darles la vuelta a los refranes,
caminar como los cangrejos,
deshilachar el aire.

El gato nos miró de abajo arriba,
las nubes se tiñeron de carmín.

Empezamos a bailar
en medio de la calle,
a llenarlo todo de carcajadas a deshora,
a poner a los corazones en jaque.
Y cuando llegó la tormenta tuvimos hambre.

Miramos alrededor
y no vimos a nadie.
Así que bailamos con el miedo
y besamos a las dudas,
hicimos el amor
con los monstruos más salvajes.
Y daba igual lo que corriéramos,
lo mucho que voláramos,
porque todos los relojes iban tarde.

El país de las maravillas era un puto desastre.

Nuestro desastre.

Y jamás lo quisimos más.



Saturday, August 20, 2016

siempre he creído en la magia. porque sí, porque soy así de rara. pero entonces la conocí. vi como sonreía incluso cuando todo andaba mal, y vi como se dejaba la piel por hacer sonreír a los corazones que amaba. la vi intentando jugar a ser mayor cuando lo único que necesitaba era un abrazo, y la vi temblar de miedo porque no se atrevía a decir en voz alta que lo único que quería era volver a casa. la vi ser fuerte en medio del vendaval. y cuando creía que nadie la veía la vi brillar más que toda la puta jodida galaxia. descubrí una belleza tan tierna y tan valiente al mismo tiempo, que supe que todos se rendirían a sus pies. no me preocupé por mí, yo ya estaba rendida. lo estuve desde el minuto uno en el que me miró y me hizo sentirme en casa. desde el momento en el que entendí que a su lado toda la magia que hasta entonces conocía no valía, porque ella trascendía todos los niveles, sobrepasaba todas las barreras, llegaba tan alto que no me podía creer que no viviera tocando las estrellas. me rendí a ella el día que entendí que su magia no cabía en cuentos de hadas ni historias de colores, en el momento en que entendí que ella no era como las demás, que ella estaba loca, irremediablemente loca, loca de verdad. loca por la vida, por el viento y la forma que tenía de despeinarle el pelo, loca por la luna, por las noches que sabías cuando empezaban pero no cuándo ni cómo iban a acabar, loca por el mar, por las olas, por el olor a salitre en la piel. loca por bailar cuando nadie la miraba y loca por hacer que todo el mundo tuviera ganas de bailar. loca por los corazones, por los que ya conocía y por todos los que quería conocer. loca por los libros, por la música, por todas las canciones que se sabía de memoria, y por aquellas que sonaban nuevas, raras, distintas, pero que hacían que quisiera darle al play otra vez. loca por la lluvia, por la hierba, por el color de las manzanas. loca por comerse la vida a mordiscos que supieran a caramelo de naranja. loca, joder, loca. y ante toda esa puta locura, tú sólo pensabas: ojalá se quede un rato. pero ella no se quedaba. y por eso la querías.




Tuesday, August 16, 2016

Le vi desaparecer con los primeros rayos del alba. Todavía me acuerdo de cómo me miraba. Era tan bonito. Cuando la luna le veía, sonreía, porque sabía que era más bonito que todas las estrellas que vimos esa noche de verano. Tumbada a su lado, con la canción número diez en mi oído derecho, sentí que rozaba el infinito. Y hoy todavía, recuerdo como si fuera ayer el primer momento en el que llegó y me sonrío como si nada. Como si su sonrisa no fuera plantando huracanes por ahí, levantando todos los tejados, rompiendo todas las costuras... acojonando. Porque los que le hemos visto sonreír sabemos el poder que tiene su hoyuelo derecho, la ternura que desprende sin apenas proponérselo, como brillan sus ojos cuando menos se lo espera, cuando menos te lo esperas. Porque yo le vi, brillando en medio de esa nada, siendo tan mágnifico, que no supe resguardarme de su magia. Y con él el tiempo no pasaba, y pasaba a toda hostia al mismo tiempo. Y con él la vida se paraba, para mirarle, para darse cuenta del pequeño milagro que había creado al hacer que sus pulmones empezaran a latir. Qué bonito que llegara. Que bonito que la vida lo abrazara. Y que bonito verle en esos días, cuando yo aún no sabía lo jodido que podía resultar dejar tu aliento colgado de otras manos. Y que bonito, como fue capaz de bailar con mis miedos aquella noche en aquella plaza que se quedó plantada en mi cerebro como una fotografía vieja y ajada que no consigues olvidar ni en un millón de vidas.

Fue la tierra de las fotos amarillas. El lugar donde entendí que los amores de verano no caben en una hoja de papel, en un mensaje de despedida, en dos besos en la mejilla. El lugar donde entendí que hay instantes que marcan una vida.

Le miré aprendí que a veces un océano cabe en unos ojos. Mi corazón saco la bandera blanca. Fue el principio del fin.


Wednesday, August 10, 2016

estaban empeñados en ponerle nombre a todo. encasillaban cada sílaba en jaulas de cristal inamovibles. lo jodían todo. estaban empeñados en encarcelar las emociones, en redefinir conceptos ajados y maltrechos, en limitar todo aquello que jamás podría plasmarse en una función racional. estaban empeñados en hacer que todo se resumiera en dos más dos son cuatro. y todo porque no podían con el caos, y todo porque no podían entender que la mayoría de las veces lo más bonito era el desastre, una desorganización completa, un no saber qué decir ni cómo, pero saber palparlo, saber sentirlo, respirarlo. intentaron ponerle diques al mar, enseñarnos fórmulas que no servían más que para complicarlo todo. la cagaron.

y no supimos cómo llamar al amor,
porque esa palabra ya estaba desgastada,
cansada de vivir en labios
en los que no significaba nada.
y no supimos clasificar los sentimientos,
porque formaban una maraña de desastres tan inmensos
y bonitos, tan devastadores e intensos,
que nada de lo que inventaron nos servía,
que todo lo que construíamos caía.

y entonces la nostalgia vino a arroparnos,
a decirnos que a veces no importaba.
la noche brilló
y el silencio cantó un tango de los tristes.
entendimos que podíamos
quemar los lápices,
romper todas las hojas,
hablar sin decir nada,
mientras los ojos se humedecían
y los corazones empezaban a sentir
que había latidos
que en la puta vida podríamos describir.

suspiros intermitentes taladraron el aire,
y todo se llenó de un fugaz color mañana.

y ella, que nunca supo cómo definir ese chispazo de tristeza,
empezó a dejar todos los post it en amarillo.





Tuesday, August 9, 2016

yo te quise
y luego el fuego.

la vida salió corriendo a esconderse detrás del árbol más grande del parque.

una gota de lluvia con todo un universo dentro.
y tus ojos latiendo como si fueran sangre.

habría sido la idiota más valiente. habría hecho un all in contra todas las estrellas. habría sido capaz de buscarte en cada una de las tiendas, de recorrer palmo por palmo aquel páramo maldito. en el que te vi para no tocarte, en el que te miré para no besarte, en el que morí como nunca antes. apareciste, me derrotaste.

y yo buscando un pañuelo rojo como si eso fuera a salvarme. y yo buscando un pañuelo rojo para recogerme el pelo y guardar dentro todos mis desastres.

dos segundos en tu espalda.
la noche matándome de hambre.

y desde entonces un millón de puntos suspensivos.

te habría querido a tiempo,
a destiempo,
demasiado pronto,
pero jamás demasiado tarde.

para cuando tú me sonreíste
yo ya había entendido a Bukowski.



Friday, August 5, 2016

escribí poemas que sabían a tormenta,
a noches de vigilia
y monstruos en el armario.

escribí poemas que sabían a cuidarte.
a querer besar todos tus miedos,
apagarlos.

me puse del revés todos los calcetines.

bajé a buscarte al infierno
pero tus ojos eran demasiado verdes
para tanta mierda,
demasiado brillantes
para un sitio tan feo.

pertenecías a otro lugar, a otro jodido planeta.

me quedé flotando en no sé que mierda de limbo
intentando entender
por qué tuviste que sonreír de esa manera.

hay huracanes que destrozan menos.

y me dio igual.

si tuviera otra vida volvería a ese noche,
volvería a mirarte,
a caerme al suelo.
volvería a darle al play,
200.000 millas en una noche de verano.

y las estrellas.
siempre esas putas estrellas.





Monday, July 25, 2016

Ha puesto mi mundo del revés y ni siquiera sé cuál es su color favorito. Ha puesto a temblar todas las columnas de mi templo ateo, como Aquiles, ha entrado arrasándolo todo, acabando con todo, dejándome sólo el sabor a chocolate de su voz. La vi llegar y qué putada. Sonrió y el mundo se llenó de ella. Se puso a hablar y creó un huracán al otro lado del océano. Hizo magia. Y yo no sabía qué hacer con mi torpeza, dónde meter todo mi desastre para que ella no lo viera. Y yo no sabía, no tenía ni idea, de cómo mirarla a los ojos y no perderla. A veces soy como una niña perdida en medio de un patio dónde sólo quedan balones para ya no hay niños con los que jugar. Y es que no sé cómo se puede echar de menos algo que ni siquiera has llegado a tocar. Enciendo su voz en ese rincón de la memoria en la que la tengo grabada y tiemblo. De miedo, de ganas, de ella.

Sí, esto sólo es literatura. Pero joder, lleva su nombre.




Saturday, July 23, 2016

1. Te vi sonreír un día cualquiera, el corazón me guiñó un ojo.

2. Tus tattoos son como luciérnagas en medio de la noche.

3. Andas de una forma guay.

4. No hay suficiente aire en el mundo que me de el valor de acercarme a ti y pronunciar esas palabras.

5. A veces siento que me ahogo. Pero luego música.

6. Hay personas super bonitas a las que siempre les deberíamos decir lo bonitas que son.

7. Eres muy bonito.

8. Mierda.

9. Los martes siempre me han parecido más jodidos que los lunes.

10. Ojalá supiera hacer eso que hacen ellas.

11. Tengo un montón de cuentos que no me he inventado todavía esperando a que estés en el lado izquierdo de la cama.

12. Si llueve que me pille mirándote a los ojos, a tres segundos de besarte, de tirarme de cabeza.

13. Soy de agua y de chocolate y siempre voy a llorar con el final de esa película.

14. No tienes ni idea de lo que le pasa al mundo cada vez que tú lo pisas.

15. Hay personas que nos quitan el sueño y nos hacen soñar.

16. Apagaría todos tus miedos durante un millón de vidas.

17. No tengo ni idea de quién eres, pero te espero donde la locura espera a su alma gemela.



Tuesday, July 12, 2016

una vida,
una vida sólo,
y yo perdiendo el tiempo intentando entender ese puto despertador.
es irónico ¿no?
putas agujas,
están por todas partes.

intento esconder el miedo que me da la llegada del otoño.
la caída de las hojas
y los colores amarillos
a 457 kilómetros de aquí,
de ti.
me cubro las ojeras de corrector,
que no se note que hace tiempo que
se me olvidó dormir,
que no se note que a las noches
no sé cómo coño dejar de pensar
en el momento exacto en que te vi sonreír.
cuando creías que nadie te miraba,
y sólo entonces.

vivo en las sombras,
calculando la distancia
entre tu gorra y las estrellas.
eres igual de inalcanzable
que el último de los planetas,
y yo que habría muerto
por bailar en tus anillos,
hoy no le rezo
al viento.
bailaré sola esa canción
mientras me como el corazón
y dejo de ponerlo
encima de la mesa.


si te doy media vida
no me reproches luego
que te falta la otra media.
soy todo lo que ves
más un millón de miedos
entrelazados en mi tórax.
no sé cómo salvarme de mi misma.
pero por ti
habría intentando dejar de hablar tanto,
y quizá,
por una vez,
lo habría conseguido.
(cuando te miré
las palabras ya no estaban,
no estuvieron.)


una vida, 
una vida sólo,
la luna y el sol en eterno combate,
las farolas amándose a parpadeos,
y yo perdiéndote.








Sunday, July 10, 2016

estábamos tocando el fin del mundo con la punta de los dedos, y nos importó una mierda. era como esperar la caída de un meteorito, como esperar el apagón definitivo, como esperar a que prendiera la chispa que se lo llevara todo. estábamos locos. éramos felices.

estaba tocando el fin del mundo con las yemas de mis dedos, y me importó una mierda. cerré los ojos y me quedé escuchando su voz, sabía a cola-cao con galletas. en ese momento no sabía que un día entendería que era él quien me mataba. nunca el mundo me importó menos que aquella noche de mayo. estaba loca. era feliz.

pero llegó la oscuridad,
mi fin del mundo.
él a 600 kilómetros de mí,
un silencio que dolía más
que 35.000 puñales.

si hubiéramos tenido que luchar bajo esa lluvia habría perdido todas las guerras. de él no me salvé, de él salí corriendo. a veces el corazón es incapaz. a veces el corazón tiene que salir huyendo. ojos que no ven, canciones que no suenan.

hagas lo que hagas,
y a pesar de las agujas,
en esta vida hay personas de las que no te recuperas.





Saturday, July 9, 2016

Escrito a 9 de julio de 2014



Triclinio en replay
y la lluvia no para.
Este autobús
me lleva a casa.
Dile a mi hermano
lo que yo nunca le digo.
Que no tema,
que no llore si no lo consigo.
Sobre todo que no llore.
Yo nunca me siento en mitad del camino,
siempre fui más de tirarme en la cuneta
a ver como se ponía el sol.
El camino se hace al andar,
caminante.
Cuida tus zapatos,
son los que te llevan.
Mis zapatillas viejas
no tienen agujeros todavía,
podré con esos kilómetros.
Mi vida acabará en el mar,
igual que la de Antonio.
Anduve por esos caminos
¿lo sabías?
Yo le sonreí al olmo seco.
Ellos no tienen ni idea.

Campos de Soria, por favor,
quiero mirar esas estrellas.

Y que la vida siga parpadeando levemente,
mientras yo me pierdo
en aquello de "mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera."

Ella no lo consiguió,
como tantos otros.
¿Y qué más da no?
Si al final todos morimos.
Yo recé porque ella
viviera a mi lado,
pidiéndole un milagro
a quienquiera que estuviera
dispuesto a regalármelo.
El universo no me escuchó,
aquella vez no.
No se quedó conmigo,
yo también la perdí.

La vida es como el olmo,
se va secando,
pero la esperanza
aguanta hasta el último suspiro.
Y mientras apartamos
las piedras del camino
con nuestros viejos zapatos,
le gritamos al cielo:
hoy el mar es un océano
pero no vamos a naufragar.
Corazones brillantes
nos protegen desde arriba,
nos marcarán el norte
que tenemos que seguir.

Y seguiremos caminando.
Porque somos caminantes.







*Hago referencia primero al poema Caminante no hay camino, y segundo al poema A un olmo seco, ambos de Antonio Machado. Este último, por si alguien no lo ha leído y no lo conoce, se lo dedica a su mujer Leonor. Es una metáfora que utiliza el autor para hablar de la enfermedad de su mujer, que se estaba muriendo de tuberculosis. Fueron a Soria para que respirara aire fresco e intentar que ella se recuperara, pero murió a los tres días. La tumba de Leonor está en el cementerio del Espino, en Soria capital. En honor a ellos el texto. Como reseña decir que yo tengo pueblo en Soria, y que he estado en la capital, y que anduve por los caminos que anduvo Machado. Un extracto del poema A un olmo seco está grabado en una roca en uno de esos paseos a la orilla del Duero. Un lugar maravilloso, no cabe duda, y lleno de inspiración.
cada vez que te veo se ilumina la vida,
se forma un huracán dentro de mi pecho,
el suelo empieza a temblar:
se jode todo.
el silencio es la distancia entre tu gorra
y mis zapas,
y no tengo
palabras para
llenar esta nada.

contigo la volvería a cagar por toda una vida.
si esta distancia era el precio
por haberte oído reír,
lo vuelvo a pagar
por adelantado,
hipoteco mi suerte
mi voz,
mi pasado.

(estoy contando los días como si eso fuera a cambiar algo.)

no sé qué haces para que el mundo se pare cada vez que te apareces.
pero aunque yo no pueda verlo,
no dejes de hacerlo.

(nunca, nunca por favor.)

las personas como tú no pasan,
dejan huella.
no te borrarás ni con un millón de lluvias.

(al menos podré decir que un día
hice alguna tontería y te hice sonreír.)

espero que cada vez que te mires al espejo
entiendas que tu brillo es diferente.
espero que lo sepas,
que eres especial.














Tuesday, July 5, 2016

te escribí en el fuego. me dejé los átomos en cada jirón, en cada intento suicida de atraparte en esas frases. estarás de acuerdo en que fracasé, intenté volar la cometa pero se enredó en la nada. me caí a un millón de lunas de ti, y ya no hubo manera de combatir las agujas. espero que una parte de ti entendiera que toda esa torpeza llevaba tu nombre. espero que esa parte de ti me perdonara. no me echaste de menos en ningún amanecer, yo que me volvía loca cada segundo sin tenerte. y no te tuve nunca. dejé de imaginar cómo sería besarte, quedarme a vivir en tu espalda, dormirme encima de tu ombligo. dejé de imaginar toda esa mierda porque estuvo a punto de matarme. nunca sabrás en qué me convertiste, cómo me quitaste hasta el último rayo de luz, hasta la última brizna de aire, la última migaja de esperanza. ¿cómo lo hiciste? ¿romperme en tantos pedazos, partirme cada costilla, vaciarme los pulmones y convertirme en ceniza? no sé cómo dejé que entraras tan adentro, hasta poder acabar conmigo sólo con rozarme, con enjaular el silencio y hacerlo tangible, con no aparecer esa noche de noviembre. pasarán un millón de vidas y todavía estaré con esa margarita maltrecha en la mano, con ese día del calendario tachado, con tus canciones en pause. pasarán mil huracanes y todavía estaré bailando sola en los tejados que pintaste de de Marley.



eres humo y eres aire.
un fantasma escondido
entre las ruinas
de mi sangre.

en otro universo todavía
te espero donde espera el hambre.



Sunday, July 3, 2016

Desaprender, volver a intentar volar saltando de un banco de madera. Escribir con tiza en los corchos de los parques verdades que no me atrevo a decir en voz alta. Que la lluvia las borre cuando caiga, que la lluvia me borre, nos borre. Recorrer calles que no tengan nombre, volver a bailar alrededor de las farolas. Pisar charcos, sólo por el placer de hacerlo, esperando que el mundo por una vez se calle la boca, esperando que el mundo se calle. Que no me digan cómo tengo que ser, joder, que no me digan que no puedo mojarme. Todo eran fronteras hasta que nos dimos cuenta de que no podían ponerle límites al aire. Respiramos y nuestros átomos empezaron a bailar. Hubo un momento en el que casi creímos. Estoy jugando a recoger pétalos de margarita que decían que no nos querían. Voy a hacer diez mil coronas, volveremos a reinar. Voy a subirme a los tejados a recitar ese poema que hablaba de tu pelo. Cuando acabe se lo entregaré a las fieras. Un último baile en el Coliseo, el olor de la sangre llenándonos de vida, mis pies descalzos, tu voz ardiendo.


Espero que cuando nos vean llegar se pongan a temblar.



Friday, July 1, 2016

eres la cosa más bonita que he visto en mucho tiempo. me estás jodiendo las retinas. tengo un número inconcreto de neuronas llenas de ti, y una rabia voraz devorándome el pecho. estoy a veinte segundos de salir corriendo, pongo el reloj en cuenta atrás. pero de qué coño sirve huir si ya has entrado, sin llamar, poniéndolo todo del revés, tirando la gorra en cualquier esquina, llenándolo todo de tu puta locura. y esa forma que tengo de no entenderte sólo hace que quiera acercarme más. pero no sé cómo coño acercarme a ti sin alejarte de mí, sin romperlo todo, sin joderlo. soy la chica más patosa que conozco, la que nunca lo hace bien, la que siempre se confunde. y contigo pierdo la razón y las razones. eres la tormenta más bonita que me ha llevado por delante. y joder, quiero mojarme. pero tú me das la espalda y sigues con tu vida. las agujas del reloj siguen haciendo tic-tac, y todo está en el mismo sitio en el que lo dejamos. no ha cambiado nada, pero ha cambiado todo. díselo a mis manos cuando te ven desde lejos, cuando empiezan a temblar de las ganas de tocarte. pero no te toco, pero no me tocas, y el tiempo no espera a nadie. 

cuando la miro lo entiendo todo.

pero me has jodido y ahora no sé qué hacer con todo este desastre. dónde guardarlo, dónde meterlo. cómo destruirlo, cómo romperlo. tú sigues andando como si el mundo no tuviera nada que ver contigo. y yo, yo me muero cada vez que pienso que para ti bailar con ella sería mil veces mejor que bailar conmigo.

esa imagen me mató.
desde aquel momento hay cosas que ya nunca digo.





Wednesday, June 29, 2016

Cada vez que apareces se paran los relojes
y no sé qué coño hacer con eso.
La zona cero llena de papeles rotos,
las farolas tiritando
y tú rompiéndome todos los esquemas.

Hay suspiros que saben a imposibles.

Te encuentro enrollado en
las esquinas de mis sueños,
me quedo congelada.
Me he olvidado las palabras
en el bolsillo de atrás de los pantalones
y no sé cómo escribir en el viento
todo eso que se me enreda
en el pecho
cuando la vida
se me llena
de tu risa.

Creo que la mejor opción es salir corriendo,
como si tuvieras una bomba en cuenta atrás
atada a tus muñecas
y si por casualidad llegara a rozarte
todo fuera a saltar por los aires.

Pero mis pies
se quedan quietos,
retándome,
complicándome el desastre,
diciéndome:
da igual lo que tú quieras,
estamos echando raíces.

Qué injusto
y qué bonito todo.
Qué locura tan intermitente.

Como la mía,
que sabe de sobra que no,
pero no le importa.

Es demasiado "fuck the world",
demasiado William Wallace.




Friday, June 24, 2016

planté canciones en la curva de su ombligo y le llené la vida de margaritas para que siempre le supiera a primavera. hice magia con las ruinas que quedaron de todos sus desastres anteriores, convertí en estrellas los putos asteroides. la hice reír. entendí que su corazón estaba lleno de grietas, y en vez de intentar taparlas con yeso, acaricié cada borde, reconocí cada muesca, aprendí a quererlas. no la intenté cambiar ni una sola vez, y sí, ella se dio cuenta. se dio cuenta de que mis ojos brillaban cada vez que ella aparecía, y que mis manos hace tiempo que habían dejado de ser mías. intentó bajar la guardia, levantar las persianas, aparcar antiguos miedos que no la dejaban salir a volar. se intentó deshacer de esa segunda piel que la aprisionaba, que la encarcelaba, que la mataba lentamente. y yo la vi, la vi salir de aquel laberinto, la vi salir mirando al cielo, con la sonrisa temblando, rompiendo el cascarón, esperando algo que no sabía qué sería, cómo sería, pero con la certeza interna de saberlo mucho mejor que todo lo anterior. y cuando esa noche abrió sus alas y dejó que el pelo se le enredará de mariposas blancas, la vida no tuvo más remedio que hacerle una reverencia. yo noté como mi caja torácica se llenaba de ella y de repente no sabía dónde estaba el sur, dónde estaba el norte, todo el mundo era ella. ella y su pelo enmarañado, ella y esa tímida sonrisa que decía: estoy acojonada pero voy a saltar. y quizá durante toda mi vida había estado llegando tarde a todos los sitios y momentos que me habrían llevado a lugares y personas extraordinarias, pero créanme cuando les digo que una vez que mis manos conquistaron su espalda, un único pensamiento me invadía: aunque hubiera tenido que esperar veinte mil años, esto no me lo habría perdido por nada. ella era lo mejor que mis manos habían acariciado, lo mejor que mis ojos habían contemplado, lo mejor que jamás había amado. ella era toda la perfección imperfecta de un mundo de copos de nieve y dientes de león, un huracán salvaje que tarde o temprano tenía que salir de su madriguera, unos labios que jamás habían mordido una manzana, pero que aquella noche, aquella imborrable  noche, hicieron que en ese primer mordisco el tiempo se parara. fue más de lo que yo había podido llegar a soñar en una vida entera, y lo único que me propuse hacer desde aquel momento fue darle cada átomo de mí día tras día durante el resto de mi vida. sin ninguna condición, sin ninguna petición, sin ninguna firma. simple y llanamente porque así lo quería. simple y llanamente porque una vez que la besé el resto de mortales me parecían una tontería. algo sin sentido y sin rumbo, meros sujetos en un mundo que nos pertenecía, observadores de algo que nunca llegarían a entender del todo, porque ni yo misma lo entendía. una vez que mi lengua se enredó en su ombligo supe que no habría forma de escapar jamás. que tampoco me importaba. que me quedaría. que me quedaría para siempre entre su luz y sus lunares, nadando y buceando hasta que el mundo decidiera que ya habíamos tenido bastante. pero créanme, con ella, ni el más inmenso de los infinitos habría sido suficiente. así que les quité las pilas a todos los relojes, descolgué todos los calendarios, rompí todas las agendas, y simplemente, solamente, únicamente, empecé a quererla como si el mundo no se nos fuera a acabar nunca. y cuando ella me miró y me dijo "estás loca", yo me limite a contestar "loca estaría si no lo hiciera, si te dejara escapar cinco minutos antes, si te tuviera que compartir con julio y con agosto. loca estaría si no intentara con todas mis ganas que tu te murieras de ellas, vivir intentando hacer que cada día sólo quieras buscarme a mí. aunque no me encuentres."



Thursday, June 23, 2016

Y en medio de la tormenta sus ojos, como si tuvieran el poder de cambiar el curso de la historia. Un giro de 180º, la vida empapada en alcohol, una canción hecha ruinas. Él y su sonrisa en replay y toda esta mierda que ya no sé dónde guardar. No sé lo que te dije, ni cómo te lo dije, pero tu silencio me mata más que mil puñales en el pecho. Y no lo vi venir. No, no te vi venir. Intento cambiar de aires, respirar sur, desterrar esos recuerdos en los que apareces bailando. Pero no me sale. Y los días pasan y siguen pasando y tú sigues sin salir de esa parte de mí que tanto cierro, esa que tan poco te ha costado abrir, como si llevaras toda la vida abriendo puertas, como si tus ojos tuvieran el poder de mil ganzúas. Me quedo quieta en tierra de nadie mientras el viento me enreda el pelo, y esa puta imagen me revuelve el corazón. Desde que os vi ya no sé qué hacer conmigo.

Ojalá te vieran como te veo. Todas ellas. Ojalá te vieran así. Tan lleno de locura y ganas de salir corriendo. Tan diferente y tan lleno de todo eso que siempre me ha flipado tanto. Tan guay, joder. Ojalá te vieran con mis ojos y entendieran por qué cada vez que andas cerca soy una niña de siete años que no sabe razonar, una niña delante de una tienda de chucherías llorando sin consuelo porque quiere un chupa-chups de coca-cola pero nadie se lo quiere comprar. Esa angustia desgarradora de querer algo y no rozarlo, no tocarlo, no tenerlo.

Espero que la tormenta se pase pronto.
Que te pases pronto.


Sunday, June 19, 2016

tiene los ojos del color del cola-cao, y cuando se suelta el pelo va formando huracanes por donde pasa. qué putada, que sea tan de cristal, tan frágil que parece que se vaya a evaporar justo al tocarla. da igual de qué color sea el día que siempre lleva una sonrisa en el bolsillo, por si las moscas, o por si alguien necesita sentir que hasta en el peor de los paisajes se puede volver a brillar. les regala canciones a los pájaros, mientras camina por calles que están llenas de cualquier cosa que no sea habitual. nunca la verás coger las rutas marcadas, se alejará siempre inevitablemente de formar parte de ese odioso club llamado rutina. y le dará la vuelta al mundo ochenta veces en un día. es así, tan loca e imprevisible que no sabes cómo empezar a correr en el próximo "el que llegue antes se libra de pagar", o cómo coño contestar la próxima pregunta imposible que te haga "¿tú crees que Alicia en el cuento se duerme de verdad y todo es un sueño o que lo que pasa es real?". y a veces, cuando el cielo está muy muy oscuro, en esas noches sin luna, y se pueden ver todas las estrellas, dice cosas como "joe, somos tan pequeñitos comparando con el resto del universo que me parece un milagro que ahora mismo estemos hablando." y tú te callabas. ¿porque qué ibas a decirle? sólo la mirabas, y la escuchabas y entendías que era indomable y que estaba loca y que siempre lloraba con las cosas más corrientes, y que todo le parecía mucho más importante de lo que era para el resto de los mortales. estaba llena de curiosidad y flores, y de una canción que sonaba a soul mezclado con rock de los ochenta. sí, todo el mundo sabía lo rara que era, incluso ella, pero sonreía y no decía nada y se limitaba a sacar la lengua o a hacer un gesto raro con la cara, y entonces era cuando tú pensabas: y qué bonita su rareza. y sí, tiene un millón de defectos, como hablar demasiado rápido o dar patadas a todas las piedras que se encuentra en el camino, pero cuando estás con ella, ni siquiera te importa que no le guste el café, que sea más lista que tú o que nunca diga bien la palabra "incomprensiblemente". te da igual porque sonríes, porque ella sabe a mantas y días de caramelos, porque huele a primavera y siempre tiene sueños esperando en las pupilas. porque no hay manera de no acercarse y sentir que ya no vas a volver a quererte ir nunca, porque cuando un corazón tan vainilla te abraza, el resto del mundo, de repente, sabe mucho más a volver a casa.


Tuesday, June 14, 2016

podría intentar esconderlo durante toda una vida pero sé que mis ojos no dejarían de gritarlo. si no puedes verlo es porque no estás escuchando, porque no te fijas en el matiz que adquieren cuando te ven aparecer, por cualquier esquina, cualquier día entre semana. si me vieras de verdad sabrías ya que sé que cara pones cuando no puedes más, y cual cuando algo te hace gracia. si me vieras de verdad sabrías ya que cuento cada segundo en el que te tengo cerca, somo si todo contigo fuera una cuenta atrás, y tuviera que aprenderte de memoria a toda prisa, porque quizá para la próxima vez que te vea ya sonrías diferente o no brilles igual. y qué miedo me da pensar que quizá otras manos, que quizá otros dedos. joder, que miedo me da. pero la vida se ilumina  cuando andas y no sé cómo lo haces pero cuando bailas todo el resto del mundo desaparece de verdad. y sí, se cuanto miedo da, pero también sé que no renunciaría a un sólo suspiro de los que me provocas cuando eres tan irreverente, tan arrolladora, tan completa y preciosamente loca. estoy intentando esconderlo porque odio sangrar antes de tiempo. pero quizá, por alguien como tú, si merecería la hemorragia.

eres la chica con el pelo lleno de mariposas blancas.
yo la que se empeña en escribirte a punta de metáforas.