Tuesday, October 25, 2016

drama queens y tíos con cinco copas de más, la vida a punto de vómito. abrir los ojos y verlo todo negro, parar las agujas del tiempo. estábamos bailando con lobos, haciendo de la tristeza un motivo para empezar de nuevo. toda esa mierda en la que andabas metido y tu puta gorra tatuada en mis retinas. cuantas noches ya, cuantas lunas. si te vuelvo a ver me rompo. no aparezcas, no aparezcas nunca. la vida se me cae al suelo cuando pienso en esos segundos al filo de tu espalda. como si Mayo fuera un verdugo empeñado en matarme en medio de aquel páramo que sólo sabía a ti. el resto del mundo era papel y se quemaba, y sólo estabas tú, y sólo estabas tú, y sólo a ti te oía. cuando le vi a él derramar una lágrima entendí que mi corazón era tan tuyo que la única forma de poder querer a otro era arrancándomelo del pecho. y hoy todavía estoy en modo intermitente. como un coche que no sabe cuando tiene que arrancar. o que no quiere. 

Madrid y Holden, tus ojos mirándome, yo muriéndome, partiéndome, rajándome los átomos. fueron los veinte minutos más intensos de mi vida. por qué coño te fuiste. por qué no te quedaste. por qué volviste a darle cuerda al reloj, por qué no te inmolaste conmigo.

dejé que tu lluvia me mojara aquella tarde de verano. y desde entonces ya no hay hoyuelos que puedan hacerme temblar.

en un universo paralelo estoy contigo siempre. en ese mundo no soy de nadie más.




Monday, October 24, 2016

Tengo las pupilas llenas de otoño
y las manos me tiemblan como me temblaban antes de un examen.
Un remolino de hojas secas
se tropieza con mi pelo
y soy una maraña
de cosas que sigo sin decir,
de cosas que no digo.

Bailar con ella sólo fue una excusa para acercarme más a ti.
Pero tú no me miraste.

Recojo bandejas llenas de mierda

mientras pienso 
en cómo sería desayunar
en uno de esos bares de carretera
decorados a los años 70.

Octubre y su forma de decirme, tranquila,
tal vez mañana.
Pero estoy tan lejos de California
como del lado oculto de la luna
y ya no me quedan excusas.


El día que me ate un pañuelo a la cabeza
y me coja una furgoneta vieja
muchos se seguirán preguntando
cómo coño lo hice.

Tú ni siquiera sabrás que me fui.

Pero algún  día,
algún puto día,
si el universo todavía sabe
devolver los golpes,
mirarás a la nada
y pensarás: mierda, esa loca me quiso,
y yo la maté de verdad.






Tuesday, October 11, 2016

ese día morí, y tú no te diste cuenta. ese día morí, y el mundo siguió girando, la lluvia siguió cayendo, los cerezos empezaron a llorar. esas canciones me contaron secretos que no quería saber. me atravesaron. me atravesaste. y tuve que seguir andando, con las costillas reventadas, y las lágrimas por dentro, fingiendo la sonrisa más dolorosa de mi vida, haciendo como que no dolía. qué triste, cuando ni siquiera puedes llorar, cuando ni siquiera encuentras un rincón donde deshacerte de los monstruos. y no sé si es que todavía algo de aquello me esté jodiendo, pero hoy me siento Holly cuando hablaba de los días rojos, esos días en los que se ponía triste y ni siquiera sabía por qué, esos días en los que sólo le servía ir a Tiffany's, porque sabía que allí no le podía ocurrir nada malo. pero mi Tiffany's está tan lejos que no puedo llegar ni aunque me pasa la noche entera caminando, y mis días últimamente son de color rojo sangre, tan raros y tan tristes, que de fondo solo me puedo imaginar unas cuerdas de violín y un chaparrón parecido a cuando él se fue para siempre. no me da miedo estar sola. me da miedo saber que sólo tenemos un número concreto de horas, y yo las estoy pasando lejos de esos ojos, esas sonrisas, y esa forma de acariciar la vida que tan feliz me hace. lejos de esos corazones. ¿dónde voy a encontrar algo a lo que pueda llamar más o menos hogar? un sitio donde no me duela toda esa distancia. ¿donde voy a encontrar la calma que llevo tanto tiempo buscando? esa calma que me rehuye tanto como los chicos cuando tenía veinte años. esa puta calma por la que vendería mi alma al diablo. mi cabeza y yo, yo y mi cabeza. en una guerra constante que no parece acabarse nunca. y en medio del desastre, las palabras de mi hermano, como intentando curarme todas las caídas: yo también te echo de menos. y en ese momento, entendí, que hay pocas personas en este mundo por las que de verdad merezca la pena escribir un poema.

esta es mi pena. entera. y te la doy a ti.


Tuesday, October 4, 2016

mi cabeza está llena de chimpancés emborronando paredes en blanco. a veces todo sabe tanto a ti que ya no sé dónde meterme. las farolas parpadean al compás de ese bolero, y yo inventándome una palabra nueva para definir este desastre. no sé como decirles que me da igual, que ya me da igual todo. que una vez que perdí tus coordenadas empecé a quemar todos los mapas, y ya no hay forma de encontrar la salida de este laberinto que es mitad Alicia mitad Minotauro. vaya mierda, cuando esperas que llueva y un color ocre lo cubre todo de desierto, de noches sin luna, de amarillos eternos. vaya mierda, cuando quieres mojarte y nadie anuncia tormenta, y la vida es sólo un ver pasar las nubes mientras tú sigues imaginándote saltando en ellas. maldito el día en que te vi, le digo a mi cabeza. maldito el día en que supe que a partir de tu milagro ya no me conformaría.

el milagro de verte sonreírle al mundo como si fuera fácil vivir así. entre la espada y la pared, en los escombros. el milagro de verte sonreírle a la vida como si fuera fácil, como si todo se redujera al 2+2 son 4, como si al dividir 28/27 no dieran decimales. el milagro de verte y entender que hay personas que lo llenan todo de luz, y aunque no sepamos por qué las miramos, no podemos, sin embargo, dejar de mirarlas. el milagro de ese día, de esa tarde, cuando comprendí que más allá de ti el resto del mundo no valía. que todas las palabras que hasta entonces me sabía se cayeron por el hueco de lo que tú no decías. que ese día te miré y entendí a los poetas. que yo no lo escribí, que fuiste tú el poema.