Sunday, July 6, 2014

Tengo que darte las gracias
por el dolor.
Toda esa tristeza
me llenó de poesía.
Encontré
cosas que tú jamás encontrarías.
No tienes ni idea de lo que es.

La vida ardiendo
y el corazón congelado,
los vértices deshaciéndose
mientras la hemorragia se complica
y yo me caigo.

Se me escapa el alma por la boca.
Estoy a punto de vomitar
todos mis puntos débiles
sobre la alfombra de lo que
alguna vez pudo ser y no fue.
Toda esa mierda que
apunto en un papel
y nadie lee
lleva tu nombre.
Sigo cagándome en todo.

Me rajé el abdomen
y saqué lo mejor
que guardaban mis entrañas.
Te lo di todo joder,
pero tú no lo quisiste.
A la mierda.


Tengo que darte las gracias por el dolor.
Toda esa tristeza
me llenó de poesía.
De rosas negras
que me acariciaban el alma,
de nostalgias saladas
que me hablaban de algún tiempo mejor.
Porque los hubo mejores.

Pero los relojes ya han corrido
desde entonces,
y las gotas de lluvia
que quedaron las han ido secando
estas cuatro primaveras.

Ahora estoy menos herida.

Gracias.
El dolor no sólo me hizo más fuerte,
me hizo más poeta.
Aprendí a rajar en dos mi corazón
y a sangrar las melodías
que me iba dejando la vida.
Aprendí a bailar descalza
sobre cristales rotos,
a respirar el óxido
que quedaba en las esquinas,
a dibujar corazones
en el filo del cuchillo.
Aprendí a cortarme
sin dejar de sonreír,
sin dejar que el azul
lo inundara todo.


Me llenaste de dolor y de tristeza.
Y entonces me encontró la poesía.

No comments:

Post a Comment