Conformarse
es someterse y vencer es conformarse, ser vencido. Por eso toda victoria es
una grosería. Los vencedores pierden siempre todas las cualidades de desaliento
con el presente que los llevaron a la lucha que les dio la victoria. Quedan
satisfechos, y satisfecho sólo puede estarlo aquel que se conforma, el que no
tiene mentalidad de vencedor. Sólo vence el que nada consigue nunca. Sólo es
fuerte quien siempre se desanima. Lo mejor y más púrpura es abdicar. El imperio
supremo es del Emperador que abdica de la vida normal de los demás hombres, en
que la preocupación por la supremacía no pesa como un saco de joyas.
F. Pessoa
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