Tuesday, April 15, 2014

Estoy viendo Callejeros. El reportaje hoy trata de seguridad vial. Estoy flipando. Unos accidentes brutales. 1 de cada 3 accidentes siguen siendo por culpa del alcohol. Los accidentes de moto casi todos acaban en muerte o en secuelas muy graves. Es abrumador. Yo no tengo carnet de coche, no me he puesto a ello, pero la carretera me la conozco bien. Ando en moto desde los 16. Bueno, en moto suena muy grande, más bien en un ciclomotor de 49cc. Y la carretera, da miedo. Mucho. Me he caído una vez, y gracias a dios la ostia que me di se centró en mi brazo derecho. De alguna manera instintiva, porque en bici me he caído más de una vez, apoyé bien el brazo a tiempo, y no me di en ningún sitio vital. Me quedé tirada en la carretera, con la moto a unos cinco metros de mí, el bolso no sé dónde. Lloraba. No podía dejar de llorar. Me dolía el brazo pero eso era lo de menos. Vi a los coches parando, a gente acercándose a mí. Me ayudaron a levantarme y me sentaron. Estaba hiperventilando. No entendía como había acabado en el suelo. Y todo porque no supe hacer bien las cosas. Cogí la moto llorando y con un ataque de ansiedad. Anduve unos metros bien, pero en cuanto llegué a un cruce se me fue de las manos. No estaba en condiciones para conducir. Y aún así cogí la moto. Gracias a que iba muy despacio, y a que conseguí caerme bien no me pasó nada más allá del susto y una cicatriz en el codo y otra en la rodilla. Poca ostia, la grava de la carretera que me entró en la carne. Me metieron en la ambulancia para llevarme al hospital a hacerme pruebas. Pero yo estaba bien. Hablaba con los enfermeros, me reía. Mi padre, en cambio, recibió una llamada de la policía. Imagínate que tiene que ser coger el teléfono y que te pregunten: - ¿Es usted el padre de tal? Es que ha tenido un accidente con la moto. En mi caso, le pudieron decir que estaba bien. Hay otros cientos de casos en que la respuesta es bastante bastante peor. Llegó a la ambulancia en taxi, totalmente asustado. Cuando me vio bien se tranquilizó. Subió conmigo al hospital y volvimos a casa sanos y salvos de ahí a unas horas. Tuve mucha suerte. En ese momento me di cuenta de lo que te juegas cuando sales ahí fuera: la vida. Si vas en moto tienes todas las de perder. Y no hace falta que hagas tú mal una maniobra. Conque un coche la haga mal basta. Si un coche te da, estás acabado. Tu cuerpo contra el asfalto, sin ningún tipo de protección. Es una movida muy turbia. Paraplejias, tetraplejias, muertes. En el programa he visto a un motorista que había perdido un pie, a otro motorista al que le había dado un coche, con la cabeza reventada, en estado muy grave, coches dados la vuelta, gente atropellada, gente peleándose fuera de los coches gritándose unos a otros... Yo no sé, es la puta jungla. La gente que había bebido diciendo que sólo multaban para recaudar impuestos,que ellos iban bien, que solo habian tomado dos copas, que ellos no temblaban, que estaban capacitados para conducir. Ya, y una mierda. Otro diciendo que el venía de tomar unas copas de su casa y que iba bien. Según el policía iba en dirección contraria. La gente riéndose, diciendo que si algunos van a 200 ir a 150 no es tan terrible. No saben lo que dicen. No saben lo que se están jugando. No es una puta broma joder. Que igual a ti te la suda morirte de un golpe contra una farola, pero que quizá por tu imprudencia matas a otra persona. ¿Quien es nadie para poner en juego la vida de los demás? Ha salido un hombre, un conductor de un camión, reconociendo que había sido su culpa. Había atropellado a un motorista, se lo había llevado por delante. Estaba angustiado. Decía que lo material le daba igual, que le pagaba una moto, que eso daba igual, pero que por favor estuviera vivo. Que estuviera vivo. No sé, a veces parece que hasta que no te pasa algo así, o le pasa a alguien de tu casa, no nos damos cuenta de esta movida. Han entrevistado a diferentes minusválidos a causa de accidentes en un centro de rehabilitación. Un hombre parapléjico ha contado su historia. Estaba a punto de llegar a casa, se le fue el coche y en ese momento le cambió la vida. Decía que de haber llevado el cinturón de seguridad seguramente no le hubiera pasado nada. Que su hermano lo llevaba y que no le pasó nada. él ahora está en una silla de ruedas. Dice que sigue adelante por su mujer y por su hija. Pero que a veces piensa que para dejarle así habría sido mejor que Dios se lo llevara. Es muy duro escuchar eso. Ha dicho: que anden con cuidadito, que la vida es muy bonita. Otro paciente ha dicho que precaución, que muchísima precaución, que en cuestión de centésimas te puedes ver en una silla de ruedas, o puedes dejar de ver el mundo. Es así de jodido. Así que al salir ahí fuera, a la carretera, hay que estar al 100%. Sino, no cojas el coche. Sino párate. Que conduzca otro, coge un bus, un tren, un taxi, o simplemente quédate donde estás. Pero no te la juegues. No te juegues tu vida, no te juegues la de los demás, joder.

Lo he pasado mal varias veces en la moto, y o estás muy concentrado o te vas a tomar por culo, así de claro. Mi madre se pasa muchas muchas horas en la puta carretera. Y me da un miedo que flipas. Siempre le digo lo mismo cuando se va al pueblo los fines de semana: cuidado en la carretera, id tranquilos. Sé que ella no bebe, sé que para cuando está cansada, sé que va con mucha precaución. Pero no todo depende de ella. Si un borracho a doscientas por hora se le cruza en el camino, la cosa puede acabar mal. Y no mola nada. No mola una mierda. Así que todos los que salgáis ahí fuera, mil ojos en cada esquina, no bebáis, no hagáis el indio, tened cuidado, y por favor, pensad que detrás de cada golpe, de cada choque, de cada accidente, hay un corazón, una vida, una historia, y mil corazones, mil vidas, mil historias enlazadas a esa vida. Y bastante mal está el mundo, para que nosotros vayamos poniéndolo peor.

P.D: En el reportaje he visto una cosa que me ha chocado mucho. Un policiía ha parado a un Noruego para hacerle un control de alcoholemia. Él le ha dicho: soy Noruego, a mí no me tienes que hacer esto. El policía aún así le ha hecho la prueba claro. Resultado: 0.0. El conductor le ha dicho: en Noruega no conducimos bebidos. Y el policía le ha dicho: aquí sí hijo, aquí no lo hacemos tan bien. Qué diferencia. Allí diciendo: soy Noruego, nosotros no conducimos si bebemos. Aquí diciendo: ssssssssh, que yo controlo. Te hace pensar.

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