Monday, April 21, 2014

- Hola...

(Pero por qué coño te estoy llamando)

- Vaya, hola. ¿Cómo estás?

- Bien, bueno. Como siempre. 


(Como siempre qué asco.  Yo me levantaría la piel con las uñas si escuchase un como siempre.  Qué terror que no pase nada mientras no dejan de pasar cosas. Que cambie todo sin cambiar nada. Como siempre de mal.  Como siempre de llena de quieroestarsola y mejormañana. ¿Se habrá dado cuenta de mi comosiempre? ¿Habrá dejado de respirar ante el peso de aquel siempre?  ¿O tal vez ha recurrido a la cotidianidad de la expresión y sólo calla por si añado algo a la escasa descripción de mi estado? Yo qué sé)

- ¿Tú qué tal? 

(Y a mí qué. Y a mí qué tú. Y a mí qué tu qué y tu quién y tu cuándo. Y a mí qué importancia me sugiere tu mediocre suceder de tus mediocres acontecimientos. Y a mí qué me importa tu trabajo dictador y tus amigos calcomanía y tu felicidad de me conformoconpanduro y tus preocupaciones de guardería)

- Yo sigo aquí.  Eres tú la que no ha vuelto a llamar.  

(Seguir aquí. Como una astilla que sumerge otra astilla. Como un dolor metástasis y medusa y milavispas. Quién fue el gilipollas que le dio mérito a permanecer. Seguir aquí. Como si no fuese retroceder)

- He estado ocupada. ¿Me echabas de menos?

(Ocupada fingiendo estar ocupada. Agobiada con la idea de estar demasiado ocupada fingiendo que estoy ocupada. Ocupada. Acampada. Por gente sin techo que no quiere pagarme las que me debe. De aforo completo de absolutamente nadies y nada. De entradas agotadas sin poder dormir y salidas que no encuentro ni de emergencia.  Claro que me has echado de menos, pero yo a ti no. Estaba ocupada)

- Nos echo mucho de menos. 

(¿Por qué usa ahora plural el hombre del tiempo? ¿Por qué resucita hoy Thelma a Louise? ¿Por qué no echa de menos mi lunar de tierra y mi nariz de huerta y mi ombligo de universo? ¿Por qué a la unión? ¿Por qué no a mí? ¿Por qué tan vulgar, tan casinada, tan inútil? ¿Por qué siempre me rodeo de gente que espera morir observada? ¿Por qué siempre me rodeo de gente? ¿Por qué siempre me rodean? ¿Por qué no me dejan salir? ¿Por qué he creído estar enamorada de estar enamorada de estar enamorada de ti? ¿Por qué he creído? Que venga Dios y me vea. Que admita no ser para tanto)

- No empieces.

(No pares. No muestres indiferencia. No finjas verme como si no me hubieses mirado antes como a la reina de las reinas y los reyes y los reinos. No me hagas pensar que en algún momento dejé de serlo. No esperes que crea que en algún momento dejaré de serlo. No esperes que crea. No dejes de pensar que puedo hacerlo)

- En fin, sólo quería saber cómo estabas...

(Distinta. Como una taza cuyos pedazos trataron de unir desordenados varios sucesores. No tengo sentido/s. Sentimiento debería ser un verbo. Yo sentimiento. Tengo todo lo que me falta. Y me sobra. Tú tienes. La culpa. Puedes quedarte mis cosas)

- Estoy bien. Tengo que dejarte.

(Como si te hubiese empezado)

- Llámame pronto.

(Como si respondiese a mi nombre)

- Lo haré.

(Como si fuese a hacerlo)

- Cuídate.

(Como si fuese a hacerlo)

- Claro, un beso.

(Como aquel que cuenta la biblia que Judas le regaló a Jesucristo para señalar a quién debían matar.)


Adiós.


- Irene X

No comments:

Post a Comment