Saturday, August 1, 2020

A veces paso dos días sin escribir nada y es como una eternidad sin agua.
Puedo describírtela, la sed,
es intensa y se me agarra en mitad de la garganta.
Se me agarra
y se hace arena
y no me suelta.
Es como si todo un desierto se me hubiera colado dentro.
No hay manera de no sentirme hueca.

Me he dejado el sur en pausa,
los rosales marchitando,
el petirrojo se ha fugado de la rama,
está todo muy raro.

Mi cabeza es la Tercera,
una trinchera abierta hasta el centro de la Tierra.
Estoy frenando el viento,
desescamándome el mar,
entrando en guerra con la lluvia.

Un navajazo a los sentimientos,
la piel de esparto y de cristales,
este no buscarme más,
no darme tregua.

Tengo sed,
ese tipo de sed que no se sacia con saliva.
Que llega hasta las lágrimas y arrasa.