Tuesday, May 27, 2014

Hoy vuelvo con otra recomendación literaria. En este caso, a la par que al libro, voy a recomendar al autor. Se trata de Fernando Pessoa, un poeta portugués que alcanzó notoriedad después de su muerte. Nació y murió en Lisboa a la edad de 47 años. Pessoa pasó parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudio y aprendió el inglés. De día trabajaba como traductor, ganándose así la vida, y a la noche se dedicaba a escribir. Nunca vivió de la poesía. Se dice de él que era un hombre muy introvertido, discreto, al que no se le conocen relaciones amorosas (si mantuvo correspondencia con una dama, pero nunca llegó a tener relaciones físicas con ella),  pasó su vida siempre entregado a la vida intelectual, a leer y a escribir. Un fragmento que él mismo escribió puede dejarnos esto un poco más claro:  "Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala, lo que sea, lo que pueda ser. Todos (…) tienen que convencerse de que soy así, de que exigirme sentimientos —que considero muy dignos, dicho sea de paso— de un hombre común y corriente es como exigirme que sea rubio y con los ojos azules." Por tanto lo que más le obsesionaba y le llenaba la cabeza era la poesía, la literatura, y a ello se entregó durante toda su vida. Después de su muerte dejo muchísimo material inédito que hoy en día aún es motivo de análisis y estudio. Pessoa, publicó bajo varios heterónimos —de los cuales los más importantes son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis—, e incluso publicó críticas contra sus propias obras firmadas por sus heterónimos.

Pero bueno, voy a centrarme primero en el libro. El libro en cuestión se llama "Libro del desasosiego" y en propias palabras del autor consiste en una "autobiografía sin acontecimientos". Dice así: "En estas impresiones sin nexo, ni deseo de nexo, narro indiferentemente mi autobiografía sin acontecimientos, mi historia sin vida. Son mis Confesiones, y, si en ellas nada digo, es porque nada tengo que decir." Bien, aquí deja muy claro de qué va el libro. Es un libro constituido de fragmentos. Tenemos  el I. el II. y así hasta el 481. Y después una sección de los grandes fragmentos que vienen titulados. Es por tanto un libro de fragmentos, de trozos. A veces dos líneas, otros tres páginas, otros uno o dos parágrafos. Depende. Hay que tender que son fragmentos que el autor fue escribiendo durante toda su vida, y dependen del día, del año, de la época, del estado de ánimo, etc. Por tanto son todos diferentes y como él bien dice no tienen nexo entre sí. La mayoría son pensamientos existencialistas del propio autor. Habla de la vida, de la muerte, del amor, del desamor, de las ideas, de la literatura, de los sueños, de la imaginación... de muchísimas cosas que le tocaban por dentro. Y he de decir, que aunque los fragmentos non tengan nexo entre sí, todo el libro tiene una coherencia absoluta. El mismo tono gris y lúgubre, la misma capacidad de plasmar sus sentimientos de una manera pura y sincera, que a veces incluso te llega a hacer daño, la misma escritura perfectamente estructurada que parece levitar, fluir, flotar, la misma inteligencia, la misma ironía, la misma elegancia. Es un escritor con mayúsculas, desde luego. Yo lo conocí gracias a mi padre, que siempre ha sido gran fan de él, y tenía su antología poética en casa (obra que también recomiendo). Luego agarré este libro y no lo solté. Lo llevo conmigo siempre. Ahora mismo lo tengo aquí a mi verita, encima de la mesa. Y es que lo bueno de este libro es que al no ser una historia continuada, puedes leerlo cuando quieras. Un fragmento hoy, mañana dos, luego vuelvo a releer otro... y así sucesivamente. Es como los libros de poemas, que te dan libertad porque no tienen principio y final, simplemente guardan los poemas, los tienen ahí, para que tú los cojas cuando quieras. Y eso me encanta. Bueno, yo creo que a cualquiera que le guste la poesía en prosa tiene que leer este libro, porque de verdad que no sólo te atraviesa, y te despierta la mente y el alma, sino que te hace reflexionar, pensar, sentir, volar, y sobre todo te cuida y te mima con una escritura verdaderamente buena. Desde que lo descubrí, este portugués se ha convertido en uno de mis esenciales sin duda. Por tanto, no sólo recomiendo el libro, que obviamente y descaradamente sí que recomiendo, sino que también os recomiendo explorar, leer más cosas suyas, informaros, descubrirlo, y comprobad en vuestra propia carne si os pone o no los pelos de punta. Conmigo lo consiguió, sin lugar a duda.

Os dejó primero un trocito de un fragmento de la primera página del libro (que a mí me dejó K.O) y después, para que os hagáis un poco de idea sobre su carácter y su forma de ser, algo que dijo él sobre su propia biografía.

Trocito de fragmento de "Libro del desasosiego":

"La Decadencia es la pérdida total de la inconsciendia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón si pudiera pensar se pararía."

Sobre su biografía:

"Si después de morirme quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos."

Monday, May 26, 2014

Yeah. I am thinkin' of you. Not like a shape, but like a shadow. Like a faded glow that my eyes still hold in the retina. I can see just the shadow, the distant light, the reflection of what some day was so irrefutably vivid. You're just an echo. Something that seems so far away from me that it's beyond my reach, but still close enough to make me feel this way: nostalgic.

Friday, May 23, 2014

Yo soy de las que piensa que cuanto más desastrosamente estoy haciendo las cosas y más kamikaze estoy siendo, más fiel me estoy comportando con lo que me pide el corazón. Es decir, cuando más torpeza, ridículo y desastre, más honestidad. Y eso es bueno.
Me gustan las casas con alfombras. Me dan sensación de protección, de calidez. Además si te sientas en el suelo no tienes tanto frío. Incluso te puedes tumbar. Siempre me ha gustado sentarme en el suelo. En el de mi cuarto o en la calle, en cualquier suelo. Me siento bien. Igual será porque de pequeña me pasaba el día por el suelo, y cada vez que me siento vuelvo a sentirme así. Me gusta el olor de los muebles de madera. Cuando huele a madera, a monte, a naturaleza. Es un olor que me hace sentirme en casa. No me preguntes por qué. Me gustan las toallas grandes. Que cuando sales de la ducha te tapen todo el cuerpo y te sientas calentita y así no sientas el frío que hace siempre en los baños. Porque no hay nada que odie más que salir de la ducha y que el polo norte se haya apoderado de mi baño. A la playa también me gusta llevar toallas grandes y de colores. Que te puedas tumbar sin que te entre toda la arena. Aunque al final siempre me acabe entrando la arena igual igual. Me gustan las camas grandes, aunque siempre he tenido camas pequeñas. Pero de mayor quiero tener una cama enorme, al lado de un ventanal enorme por el que siempre entre luz. Y así cuando me despierte veré el sol, o la lluvia, o lo que sea, y será guay. Lo más guay es que podré dar vueltas en la cama y no se me caerán las mantas. Porque será tan grande que no se podrán caer. Y si tengo muchos niños también podrán venir a dormir conmigo o a saltar en la cama y será super divertido. Me gusta que cuando entro en casa todo huela a la comida que se está cocinando y tú puedas saber desde que entras por la puerta que te toca hoy para comer. Me gustan los cojines. Siempre quiero que haya muchos, en el sofá o en las camas. Aunque en la mía sólo tengo uno, y no sé por qué, debería tener más. Creo que dan sensación de que está blandito, sensación de que el lugar es confortable. Y además los puedes usar para hacer guerras con tu hermano. Aunque cuando te da con la parte de la cremallera de la funda hace bastante daño. Pero las guerras son divertidas. Me gusta que las casas digan algo de la gente que vive en ellas. Creo que de hecho todas las casas dicen algo de la gente que vive en ellas. Incluso esas casas que son todo modernas, y parece que nunca están sucias, y que todo se ordena solo, y que es todo super perfecto. Pero yo no tendría una casa así. Me gustan las casas sencillas, como la casa vieja del pueblo. Y como nuestro piso, que tiene 70 metros y es muy pequeño pero no lo cambiaría por nada. Porque las casas guardan los recuerdos y cuando envuelven  una familia se convierten en hogares. Y eso es muy especial. Y me gustan sobre todo los detalles. Como una foto encima de una mesilla, un tenderete revuelto, las flores de la cocina, el vaho en el espejo al salir de la ducha (que puedes escribir lo que quieras y es genial), las zapatillas de casa al lado de la cama, los cojines desordenados del sofá, una cama sin hacer, una silla llena de ropa, el escritorio con los lápices sin afilar, un corcho lleno de fotos, un armario desordenado, un zapatero desbordado de zapatos, el paragüero olvidado en una esquina, una lámparita pequeña, los libros de las estanterías, las cortinas entre abiertas, el olor a cola-cao por las mañanas, el ruido de los cacharros en la cocina, el sonido del agua hirviendo, el ruido de llaves de cuando alguien llega a casa, el abrir y cerrar de las ventanas, la lluvia contra los cristales, el tacto de las mantas.. y sobre todo, sobre todo, la melodía de las voces de los que viven en ella.

Thursday, May 22, 2014

Déjame poner el mundo en tus manos.
Luego puedes hacer con él lo que quieras.
Como si lo rompes a martillazos,
me da igual.
No quiero que creas
que intento comprarte con regalos.
Yo nunca haría eso.
Sólo necesito hacerte entender
que no tengo límites
en lo que a este asunto se refiere,
no sé si me pillas.
Que no entiendo de horarios,
ni de distancias,
ni de agendas,
ni de nada.
Que puedo esperarte un día,
dos,
o toda la eternidad.
Que nunca voy a pedirte
que vengas.
Pero siempre te abriré la puerta
cuando llames al timbre.
Que no soy de las que te van
a necesitar 24 horas,
pero en las horas en las que estés conmigo,
te aseguro que no vas a necesitar a nadie más.
Que puedo volverme más loca si quieres,
o incluso aprender a ser normal,
pero seguiré siendo siempre,
en todos y cada uno de los casos,
una niña que no tiene miedo a volar,
ni a caer,
ni a darse la ostia.
Porque si algo me gusta,
no me quedo sentada viéndolo pasar.
Voy a por ello,
con todo.
Con mi locura,
con mi torpeza.
Aunque se rían de mí,
aunque crean que estoy loca.

Me gustas.
Voy a por ti.
¿Crees que estoy loca?
Entonces me miró. Yo creía que me miraba por primera vez. Pero luego, cuando dio la vuelta por detrás del velador y yo seguía sintiendo sobre el hombro, a mis espaldas, su resbaladiza y oleosa mirada, comprendí que era yo quien la miraba por primera vez.

Gabriel García Márquez

Wednesday, May 21, 2014

Como si la vida no pinchara.
Como si la rosa no tuviera espinas.
Como si después del sol
no vinieran las nubes.
Ni los vendavales.

Como si todo fuera
una nube de algodón
en la que tumbarnos
a contarnos cuentos.
Como si pudieramos
bailar toda la noche,
y seguir bailando
cuando saliera el sol
a intentarnos
disuadir.

Como si tus labios
fueran el único
horizonte
imaginable,
y mis velas
sólo me
llevaran a ti.

Así.
El pecho latiendo metal.
Las cataratas de mis ojos en standby.
Me falta el calor de esos días de lluvia,
cuando todo son sonrisas
a pesar de la tormenta.
Su voz me hace volver a la niñez,
y aunque estemos lejos
me siento protegida.
El hombre de mi vida tiene
mi sangre y me llama cielo.
Todo lo demás
ahora mismo no me importa mucho.
No hay sitio para más
en este alma inquieta.




Siempre se van con una rubia.
Yo me quedo con mis gitanas.
Las de pelo negro,
y tez oscura.
Las de ojos marrones
que no son ni como el mar,
ni como el cielo.
Son como la tierra.

Que se queden con Scarlett,
ya me quedo yo con mi negra favorita.
Y que no me la cambien.

Tuesday, May 20, 2014

No sé qué coño pasa con esa canción.
La estoy escuchando,
me hace llorar.
Saca de mí lo mejor,
lo peor.
Esos recuerdos
que ya creía borrados.

Y joder esos ojos.

Esos ojos que me mataron
en cuanto los tuve delante,
a los que me rendí sin condición,
como si hubiese pasado toda mi vida
en la trinchera,
sólo para salir con la bandera blanca
cuando llegara él
para matarme.
Y que lo hiciera,
y que lo hiciera.
Yo no iba a oponer resistencia.

Le hubiera entregado mi tierra,
mi país,
los colores de mi bandera,
y hasta mi sangre.
Y no hubiera sentido
pérdida ninguna,
porque por él,
el mundo entero
parecía poco,
parecía insuficiente.
Un trueque desigual,
mi maltrecho corazón,
por sus ojos
color mar.
Un trueque desigual.

Nada pudo evitar la derrota
a ese lado del río.
Como si el universo
me tuviera preparada
la emboscada más cruel,
y también la más inesperada.
No me importó caer
y cortarme las venas.
Desangrarme en esas
noches de luna llena.

No,
no me importó
una mierda.



No sé, soy una pesada, nunca paro quieta, y todo me sale mal.
Soy un desastre.
Me lo dice hasta mi padre,
y eso que es el hombre que más me quiere del mundo.
Ya ves, las cosas están así.
No soy rubia,
no tengo ojos azules, ni verdes.
De esos que parece que se te ha caído dentro el mar,
de esos que no puedes dejar de mirar.
Yo también creo que son los mejores,
y mi padre los tiene verdes,
pero yo heredé los de mi madre.
Son super marrones.
No sé,
no uso tacones.
Casi nunca me pongo vestidos,
y las faldas bueno,
no sé como van.
Suelo llevar chándal,
y jerseys anchos,
y creo que las zapatillas son lo mejor del mundo.
Luego pues no sé, tengo un millón de defectos,
podría hacer una lista y nunca pararía.
Pero lo admito sin problemas,
porque estoy tan lejos de aproximarme
a la perfección,
que realmente da igual uno más o uno menos.
Y no pretendo que lo entiendas,
porque ni siquiera lo entiendo yo,
pero eres tan bonito.
Por fuera y por dentro.
Sobre todo por dentro.
Y hace tiempo que me dejaron de gustar
los chicos malos.
No sé si me pillas.
Hoy vengo con una recomendación literaria. Se trata del libro Fahrenheit 451 del estadounidense Ray Bradbury. El título, Faherenheit 451, es la temperatura a la que se quema el papel, que equivale en nuestra escala Celsius a 233º. Hay que recalcar que este libro se publicó en 1953, y que fue Michael Moore quien bastante más tarde utilizó la misma fórmula para titular su documental (no quisiera que nadie pensara que es un plagio a este último, en todo caso sería al revés). No sé muy bien cómo contar cosas sobre el libro sin estropear la posible lectura del mismo en un futuro. No me gusta revelar cosas nunca, porque al fin y al cabo, lo bonito es descubrirlas segun vas leyendo, e ir sorprendiéndote poco a poco. Así que me limitaré a hablar de él un poco por encima, superficialmente.

Tenemos un personaje principal, un hombre. La historia girará en torno a él de principio a fin. Entre medias diferentes personajes irán apareciendo. Un personaje en concreto, le removerá por dentro y será el punto de inflexión para que algo empiece a cambiar dentro de nuestro protagonista. No es una historia de amor. Quiero dejar eso claro, porque hay gente a la que las historias de amor les alejan mucho de los libros, por ser ñoñas, cursis, etc. etc. En ningún momento es una historia de amor. Es más bien, una lucha que se da dentro de un hombre, una lucha moral si quieres llamarlo así, una lucha de ideales, una lucha entre lo establecido y lo que él siente que tiene que ir más allá. Una revolución entendida de otra manera. Sin armas, sin guerra. Una revolución a su manera. Una forma de decir no a lo que te imponen desde arriba, a lo que nos imponen a todos, al mundo. Diré, que antes de empezar el libro en la edición que yo tengo al menos, y en consecuencia supongo que en todas, aparece una cita de Juan Ramón Jiménez, que dice lo siguiente: If they give you ruled paper, write the other way. La traducción sería algo así como: si os dan papel "pautado" "con reglas" "con líneas marcadas", escribir al revés. Una clara metáfora en mi opinión, de que a pesar de lo que te ordenen, si tú no estás de acuerdo con ello tienes que levantarte en contra o tomar tu propia dirección, no seguir el camino que ellos te indican, sino el tuyo, el que tú eliges. Y esto describe muy bien el tono del libro.

Lo que más me gusta a mí es el principio. Hay unas conversaciones muy curiosas e interesantes que me hicieron pensar mucho y me parecieron muy atractivas. A partir de esos diálogos todo irá cogiendo un camino determinado, y el final, desde luego, no te dejará indiferente. A mí personalmente es un libro que me gustó mucho, por diferentes razones, que no nombraré porque si no revelaría demasiado. No es muy largo, se lee muy bien (bueno yo lo leí en inglés, y se lee muy bien, así que deduzco que la traducción también será ligera y fácil de leer), y no sé, es bonito a la vez que inspirador y con valores. Puede ser una lectura interesante para este verano, así que si alguien no sabe qué libro coger, esta es una humilde recomendación de una servidora. Os dejo una cita original del libro de una de esas conversaciones que tanto me gustaron:

"Why is it," he said, one time, at the subway entrance, "I feel I've known you so many years?"
"Because I like you," she said, "and I don't want anything from you.” 
― Ray Bradbury, Fahrenheit 451
Personas que te fallan incluso cuando tú les has dado todo y más. Épocas pasadas que ya no van a volver. No dejaré que nadie vuelva a pisarme. Palabra. El mal sabor de boca no me lo quita nadie. Me quedo con que te dejé mi corazón en ese mensaje. Con la conciencia tranquila. Con las lágrimas a punto de brotar, pero no dejando que salgan. Porque creo que no te las mereces. Todo lo que he tragado y aguantado para nada. Para mirar entre mis manos y sólo encontrar ceniza. Yo te valoré desde el primer momento. Si tú no me valoraste eso no es asunto mío. Ya no. Que te vaya bonito. De corazón te lo digo. Hasta que la vida te ponga en tu lugar, y a mí en el mío. Adiós.
Todavía a veces sigo escribiendo en voz alta

Hay quien llama distancia a la falta de deseo,
quien usa la palabra platónico para camuflar su cobardía.

Hay quien mantiene el silencio,
por temor a que lo que salga de su garganta
sea un nombre que ya debería haber olvidado.

Están los que se escandalizan con ciertas palabras,
coño, polla, follar, semen,
como si su existencia estuviera basada
en el acto de frotar dos piedras.

Estáis los que pedís la verdad a gritos
ignorando estúpidamente
que jamás podríais soportarla.

Los que pensáis que al tener esa ingrata habilidad
de saber pedir perdón sin despeinaros
ya os da todo el derecho de poder hacernos daño.

Los que habláis de imposible por que no fuisteis capaces.
Los que llamáis soledad a la incapacidad de estar con nadie.
Los que decís te quiero mirando a los ojos
porque en ellos veis vuestro propio reflejo.

Esos seres perfectos que culpan al destino de sus errores
y llaman intuición a cada acierto.
Esos que piensan que tener orgullo
es más importante que tener a alguien.

Vosotros que os habéis quedado con la duda eterna
por temor a la respuesta,
que confundís esperanza con optimismo,
que al dormir solo lo apodáis nostalgia.

Ustedes que miden el ego en centímetros,
el amor en tiempo en lugar de en suspiros,
el tiempo en minutos y jamás en pulsaciones.

Que lanzan una promesa como un globo
olvidando que pesa como una roca,
que al tamaño de unas tetas prominentes
lo llaman amor a primera vista.

Todos  esos que vais de cuerdos cuando la peor locura
es parecer demasiado sensato,
los que llamáis inteligencia al simple hecho
de citar a algún escritor que de saber de vuestras palabras
se hubiera hecho de ciencias.

Vosotros que me dais tanta pena,
que solo puedo reírme
mientras llega algún motivo
para llorar de verdad.

Como tu nombre.

Ernesto perez

Monday, May 19, 2014

Si alguien les pone la mano encima, lo mato. Pero lo mato. Hay cosas que  van más allá del bien y del mal. Esta es una de ellas. A mis ángeles no los toca ni dios. Antes me muero que dejar que alguien les haga daño. Por ellas muero. Por ellas mato.

Sunday, May 18, 2014

Estudio periodismo. Comunicación. Cómo trasmitir las cosas, como expresarlas, como plasmarlas para que lleguen bien al receptor. Como hablar por la radio, por la tele, como escribir una noticia, un reportaje, una entrevista. Palabras. Todo el rato. Pero también algo más. 

Una de mis tías no habla. No puede hablar. Nació con una minusvalía muy grande en el cerebro. Lleva toda su vida en una silla de ruedas porque no puede andar, sólo cuando tú la coges de los brazos o cuando la agarras bien por detrás y la vas llevando. No habla, pero hace diferentes sonidos todo el rato. Se ríe. Llora. Muchos dirían que es como un bebé,  y en muchos aspectos lo es, pero no en todos. Porque si prestas atención te das cuenta de que comunica todo el rato, aunque no lo haga mediante palabras. Un bebé sólo llora cuando tiene hambre, frío, la duele algo, o hay que cambiarle. Aprende a reírse más tarde, y se ríe cuando le hacen carantoñas, gestos, mimos, juegan con él, etc. Y eso es todo. Luego, cuando empieza a hablar se le abre un universo bestial, y empieza a decir las cosas hablando. Mi tía nunca aprendió a hablar. Porque no tiene esa capacidad cerebral desarrollada a causa de su minusvalía. Pero dice muchas cosas, comunica muchas cosas. La cosa es que tenemos que aprender a entenderlas. Tenemos que entender que la comunicación, en realidad, se basa mucho más en todo lo demás. Mi profesor de persuasión nos decía que lo que se decía con la voz, es decir con las palabras, era solo un 7% del mensaje. Imaginaros. Entonces mi tía tiene un 93% de capacidad comunicativa. Y eso es mogollón. Sólo que vivimos en una sociedad llena de palabras, y creemos que las palabras lo son todo. Y sí, son muy importantes. De hecho a mí me fascinan, y me encantaría dedicarme a ellas toda mi vida, pero a la hora de relacionarnos socialmente con los demás muchas veces son lo de menos. O eso es lo que creo. Después de 24 años, y conocer muy bien a mi tía, la entiendo al 100% sin necesidad de que me hable. Cuando llego y me ve se le iluminan los ojos, sonríe. Sabe que he llegado y me está dando la bienvenida. Se mueve más, mueve las piernas, se pone inquieta. Me siento con ella, le doy besos, la abrazo. Nos miramos, nos sonreímos. Enseguida se le nota cuando se pone contenta. A veces se pone a cantar y todo. A su manera claro, pero tú ya sabes lo que significa. Y entonces se quiere levantar. Le ayudas a que se levante y se va hacia la ventana, te mira y señala la calle. Te vuelve a mirar. Te está diciendo: quiero salir a la calle, vamos a la calle. Y sí, es verdad, porque siempre quiere salir a la calle. Cuando la vestimos y la bajamos a la calle, tendríais que verla, se pone tan contenta. Aplaude, canta, sonríe. Te está diciendo que está feliz, porque estamos con ella, porque estamos paseando, porque hace bueno y le gusta el sol, el aire, estar fuera. Y luego cuando paseamos por el parque y ve a un niño pequeño te lo señala, y se queda mirándolo todo el rato. Le gustan tanto los niños pequeños. Te mira y te está diciendo: es un niño pequeño, mira que pequeño es, mira que bonito. Y con ella es así todo el rato. Sus gestos, sus miradas, los matices diferentes de los sonidos que hace. Sabes claramente cuando está llamando a su madre, a mi abuela, aunque no diga "mamá" como diría cualquier otra persona. Simplemente lo sabes, lo percibes. Una vez, estaba sentada con ella, jugando con una muñeca, porque le encantan y siempre le regalamos muñecas, y me empezó a acariciar el pelo. Fue uno de los momentos más tiernos de toda mi puta vida, y nunca pensé que ella haría algo así. Yo estaba en el suelo, ella sentada en el sofá, y mi cabeza le quedaba por debajo. Entonces puso sus manos en mi cabeza, muy despacito, y empezó a acariciarme el pelo mientras me miraba. Casi me pongo a llorar. Fue su manera de decirme que me quería, que le gustaba que yo estuviera allí, que sabía que algo nos unía aunque ella no pueda entender que es mi tía. Sabe que no soy una persona más que se pueda encontrar en la calle. Sé que lo sabe. Y se me llenó de luz el corazón. En ese momento lo entiendes todo. Entiendes que la comunicación entre las personas traspasa TODAS las barreras. Los diferentes idiomas, los problemas que pueda tener una persona para expresarse con palabras. En el día a día sí es un obstáculo, y claro, ella no ha tenido ni tendrá nunca una vida como la de los demás. Pero las cosas importantes sabe decírtelas. Y tú sabes decírselas. Con gestos que llevan escrito el amor mejor que cualquier palabra. Con ella he entendido que no hay barreras entre los seres humanos. Que da igual lo diferentes que seamos, las dificultades que tengamos, cuando el  corazón quiere, quiere y punto, y sabe comunicarlo. Ella sabe comunicarlo. Y es tan genial. Como cuando ve por la calle a otro niño o niña de su centro especial y los señala y los saluda. Son sus amigos. Sin palabras, pero sus amigos. Se comunican de otras maneras, pero se comunican. No son personas aisladas. Sólo que el resto del mundo tiene que aprender a escuchar con el corazón y no con los oídos. Si no tienes paciencia te lo pierdes, no lo entiendes. Yo con ella he aprendido que las palabras son una parte, pero no la más importante. Por eso me gusta tanto dar abrazos y besos y sonreír. Porque en esos gestos comunico todo con mucha más exactitud que con las palabras. Con una mirada de ternura hacia ella, mi tía, diciéndole: joder te quiero tanto que no me cabe en el pecho. No sabes todo lo que haría por protegerte del mundo y sus maldades. Eres mi ángel. Reír con ella, pasar el rato con ella, y comunicarle, de otra manera, que estoy ahí y que esos momentos son nuestros, de las dos, cuando nos decimos todo sin hablar, sin palabras, sólo con miradas, con abrazos, con caricias, con besos, con sonrisas. Con el lenguaje que todo ser humano entiende. Es una pasada.

Por eso, aunque estudio con las palabras el uso de las palabras, creo que nunca se nos debe olvidar que a la hora de la verdad decimos mucho más con todo lo demás.

Saturday, May 17, 2014

Creo que todo el mundo debería leer "La infinita" de Neruda. Para mí, uno de los poemas más sencillos pero emocionantes que tiene. Me llega.

Thursday, May 15, 2014

The shop was a kind of talk show that flowed around the engaging manner and well-timed questions of my mother; and as a boy not much taller than the counters behind which I used to pause and eavesdrop, I learned much that would be useful to me ywars later when I began interviewing people for articles and books.

I learned to listen with patience and carem and never to interrumpt even when people were having grat difficulty in explaining themselves, for during such halting and imprecise moments (as the listening skills os my mother taught me) people often are very reavealing -what they hesitate to talk about can tell much about them. Their pauses, their evasions, their sudden shifts in subject matter are likely indicators of what embarrases them, or irritates them, or what they regard as too private or imprudent to be disclosedto another person at that particular time.

Extract from Portraits and Encounters, by Guy Talese
De pequeña me daba miedo la oscuridad. Tanto que le pedía a mi madre que dejara la puerta entreabierta para que entrara un poquito de luz. Luego pasó que como mi madre no me bajaba del todo la persiana, los efectos de las sombras con la lámpara creaban un gallo monstruoso en el techo, y joder, eso si que me aterrorizaba. Los gallos no me gustan nada. Ahora ya no me da miedo la oscuridad. Pero sigo dejando unas rendijas abiertas en la ventana. Por si a caso me despierto en mitad de la noche para no chocarme con nada. Las alturas siempre me han dado miedo. Me acuerdo que el balcón de una amiga que vivía en un cuarto me parecía terrible. Y eso que yo vivo en un tercero. Ahora, en Bilbao, vivo en un décimo piso. Me asomo a la ventana, incluso saco fotos. Aunque hay días que entro corriendo hacia dentro, porque pienso ¿y si me desmayo ahora y justo me caigo? Y ese pensamiento, pues claro, me asusta. Siempre me han dado pánico las atracciones. Me acuerdo que cuando íbamos a las fiestas de Donosti, mis amigas se subían en la cosa esa que iba de un lado a otro, y los asientos daban vueltas, y desde arriba parecía que te caías al mar (esto me lo contaron), y yo me quedé abajo agarrando todas sus chaquetas y sus trastos. Me aburrí. Otra vez en Tolosa, no sé cuantos años tendría, eran carnavales, me monté en una cosa que se llamaba Alcatraz y casi me muero del miedo. Lo máximo que ha conseguido soportar mi umbral de pánico es La rana, esa cosa que vas botando, y mola bastante (aunque yo una vez me di con la cabeza en la barra de sujeción y no veas como dolía). Y así todo el rato. Cuando fuimos a la excursión de fin de curso, que hicimos Pirineos- Barcelona-Salou, en Port Aventura me quedé sentada en un banco durante horas, con otras dos amigas que tampoco querían montarse en nada. Cómo me aburrí. Lo bueno era que pasaba gente todo el rato y me entretuve bastante observándolos. Pero vamos, nada que ver con un plan habitual en un sitio como esos. A ver. Y luego, también en Pirineos pues la gente quería hacer deportes de riesgo. Otra cosa que me da un miedo que flipas. Joder, deportes de riesgo. El mismo nombre ya te indica que no, que no vas bien. Y es que vamos, el riesgo no va conmigo. En esa ocasión lo único que conseguí hacer fue rafting, y me costó bastante bastante. Recuerdo que el monitor intentaba tranquilizarme todo el rato porque iba histérica en el bote ese o como se llame. Ah y piragüismo creo que también hice, pero eso está bien, no es tan peligroso. Bueno, pues luego otro día todo el grupo, y cuando digo todo, es TODO, se fue a hacer bajada de cañones, y yo pues me quedé en la piscina del sitio donde estábamos, leyendo en la toalla. Otro planazo (que para mí sí, pero joe no iba a eso). Y así pues todo el rato. En un montón de excursiones que he hecho con el cole me he quedado sin hacer un montón de cosas, más aburrida que nada, por el miedo que tenía. Porque sí, lo reconozco soy una miedica. Y así con un montón de cosas. Joder recuerdo que escalar me parecía un suplicio.Nunca llegué a pasar de un palmo del suelo. Que desastre. Sí, lo reconozco soy una miedica absoluta y total, empezando porque soy incapaz de ver películas de miedo. Por ejemplo. Pero por ejemplo también, hay otras cosas que no me dan nada de miedo. Y no sé, a la gente le suelen dar bastante miedo. Será que estoy hecha al revés o algo. Por ejemplo, la gente tiene muchísimo miedo a decir lo que siente. Por miedo al rechazo,a quedar mal, a hacer el ridículo. Yo no. Yo siempre lo digo. Y claro que me han rechazado (puffffff si yo os contara), y claro que he quedado mal, y claro que he hecho el ridículo. Y me da igual. No me importa. Creo que no hay nada peor que arrepentirse de no haber dicho algo en cierto momento, a cierta persona, y yo no quiero cargar con eso nunca. Además a la gente siempre le gusta oír algo así como un "me gustas" o un "me pareces guay" o un "te invito a un café y hablamos", y cosas así ¿no? Aunque no sea recíproco, saber que bueno, que para alguien son especiales. Eso sube la moral. Y creo que todo el mundo debería decir lo que siente. A ver, las cosas buenas. No vayáis ahora diciendo por ahí "hueles mal", "me das asco", "no te aguanto nada", y cosas así. Porque eso hace daño gratuitamente, y nadie sale ganando nada. Pero lo otro sí. Lo otro se debería decir siempre. Imagínate que mañana cae un meteorito y no le has dicho a esa chica lo bonita que es cuando sonríe, o a ese chico que te gusta como anda. Pues sería una pena. Pero bueno, que lo entiendo también. La vergüenza, el pudor, y ese miedo al rechazo al final suelen pesar bastante. Y luego, ese miedo a enamorarse que tiene la gente. Eso tampoco lo entiendo. Que sí, que te pueden romper el corazón. ¿Y? Si no nos enamoramos ya me dirás qué hacemos.Y eso de que te rompan el corazón pues es un riesgo que hay que asumir. ¿Lo mejor de todo sabéis lo que es? Que incluso cuando te lo han roto tanto que parece que nunca se va a recomponer, incluso cuando todos los pedazos los han tirado a la basura, incluso cuando te han dejado con nada, absolutamente nada, pasa algo, y todo cambia. Vuelves a sonreír, tú corazón late más fuerte, te vuelves a lanzar. Y es jodidamente genial. A mí me pasó. Puede pasaros a todos. Y es que es así. El corazón se rompe, pero luego se rehace, y puede esperarte algo sublime en el mañana. ¿Por qué no ir a buscarlo con los brazos abiertos? No hay que tener miedo de querer. Querer es lo mejor que puede hacer un ser humano. A todos, a todas. Abiertamente y sin miedo. Porque pase lo que pase siempre habrá otra nueva oportunidad, un nuevo día, un nuevo rayo de sol. Hasta que el mundo se acabe al menos. Por eso hay que darse prisa. Y es que yo pienso así. Puedes vivir tu vida en un primero o en un bajo con jardín, sin irte a África a rodearte de animales salvajes, sin montarte en la montaña rusa más grande del mundo o sin hacer puenting, o rafting o cualquiera de esas cosas que acaben en -ing. Pero vivir tu vida sin lanzarte, sin hacer el ridículo, sin equivocarte, sin ponerte del revés, sin enrojecerte, sin exponerte, sin entregarte, sin tirarte de cabeza, sin tropezar, sin caerte, sin abrirte por la mitad, sin romperte, sin hacer el kamikaze, sin dejarte llevar... vamos, sin enamorarte, eso, eso tiene que ser terrible. Y sobre todo, sin decirles a aquellas personas que queremos, pues eso, que las queremos. Así de simple. Pero así de importante. No sé. ¿Vosotros qué pensáis? Yo sólo os diré una cosa: no tengáis miedo, y venga, decírselo antes de que se acabe el mundo. Yo os lo digo ya: os quiero.

Wednesday, May 14, 2014

Tu silencio dolió mucho, pero mucho más que tus palabras.
Tanto que cada vez que te callabas
me atravesabas.
Con un puñal,
con una espada,
con el fin del mundo.
Del mío.
Lo que más me gusta de la vida es cuando ellas sonríen así, de esa manera. Llenándolo todo de ternura, haciéndome sentir que soy afortunada por poder contemplar esos destellos. Mi cielo, mis estrellas. Que nunca dejen de brillar.
(Bueno como he decidido usar esto para publicar fragmentos de libros, poesía, etc, pero también creo que lo utilizaré para escribir anécdotas, hoy voy a hablar de mi torpeza innata para ligar.)

Una vez le entré a un tío preguntándole que a ver que había hecho el Madrid. No sé en qué momento pensé que esa pregunta pues iría bien. Supongo que pensé que era una pregunta bastante neutra, que por mucho que no tuviera mucho interés en hablar conmigo podría contestar. Como preguntar la hora o algo así. Claro en realidad yo podría saber fácilmente qué había hecho el Madrid, preguntándoselo al camarero, o pidiéndole a alguna amiga que lo mirara en el Marca desde el móvil. Pero a mí me daba igual qué había hecho el Madrid. Lo único que quería era entablar una conversación con él. He de decir que este tío en cuestión es un adicto al fútbol, y que se ve todos los partidos de la liga española y de la inglesa e igual de alguna más. Entonces bueno, me pareció que hablarle de fútbol sería factible., y ese día había jugado el Madrid, era perfecto. Pero qué equivocada estaba. Si claro, la pregunta muy bien. Yo le pregunté: ¿Qué ha hecho el Madrid? Él me contestó: perder. Y ya. Y claro, ¿que más podía decirle yo? Pues nada. Y así me quedé, más cortada que la ostia, bloqueada totalmente, sin saber por dónde salir. Fue uno de esos silencios jodidamente incómodos, que sólo deseas que te trague la tierra, mientras te dices a ti misma po dentro "pero Make joder, ¿qué andas? ¿Qué ha hecho el Madrid? ¿No tenías nada peor por ahí?" Me cago en todo. Y así, con esa sensación de mierda me quedé. Y bueno toda la noche fue igual. Las otras dos veces que intenté hablar con él fueron un completo desastre también. Un percal de cojones. Y es que es lo que yo digo, cuando no eres guapa ni tienes tetas, a ti no te entran. Eso de entrada. Entonces no te queda otra que entrar tú. ¿Y joder cómo coño va eso? Es que nunca he sabido hacerlo, de verdad, me parece lo más complicado del mundo. Porque luego, imagínate, yo tengo interés en un tío pero sólo en plan colegas o así ¿no? y se piensa que quiero tema. Y no. Que yo no sé porqué piensan eso, sólo porque seas tía y sólo porque les hables. A ver, eres majo y molas. Y ya. Pero no sé, es el mundo al revés. Porque luego con el que quiero tema, soy más pato que lo que yo te diga, y aunque pillara la indirecta  no se iba conmigo ni a por pipas. Y eso si la pilla claro. Bueno que yo qué sé, que es muy complicado. Ahora pienso en todos los tíos que les han entrado a mis amigas, y joder, les admiro mazo. Porque es chungo que te cagas. Y todo para que o no te contesten, o te digan "adiós" directamente o se te rían a la cara y se den media vuelta. Jodido asunto. Que hay tíos que se quedan más chafados los pobres. Me acuerdo una vez que estaba yo con la colega y le entró un chaval. Estuvo intentándolo un rato y mi colega que no. Luego vino a hablar conmigo y me dijo: jo, es que tu amiga, etc. etc. Y yo: ya, pero no quiere.Y el tío se fue medio llorando. Literalmente, de verdad. Se me partió el alma, pero era lo que había. No sé, esto de ligar es muy complicado. Antes iban al baile, bailaban y ya. Ahora es todo un percal de la ostia. Y todo el esfuerzo para que después de no sé cuantos meses la colega todavía se te ría por la puta frasecita del Madrid. Ole tus ovarios Make.
Cuando digo que me voy a tatuar esa frase es por algo. Gracias mamá por recitarme a García Lorca y a Espronceda cuando era una enana. Infinitas gracias por haberme enseñado esas maravillas, como "Platero y yo", por ejemplo. Lo que lloré con ese libro, que bonito era. Una de las cosas que más valoro de ti, es que a pesar de que la abuela era analfabeta y el abuelo siempre estaba en la fábrica y no podía enseñarte nada, tú sola buscaste la manera de aprender más y más, de leer todo a toda costa, de llenar tu vida de literatura y poesía. Y todo eso me lo pasaste a mí. Hoy tú eres profesora de filosofía, y yo sueño con llegar a ser escritora algún día. Gracias a ti, por no dejarnos ver la tele y enseñarnos desde tan pequeños a mí y a mi hermano el amor por la lectura. Eres mi inspiración. Eres mi musa.
El lagarto está llorando

Federico García Lorca


El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!


- Mis intenciones no son buenas. Pensé que deberías saberlo.
-¿Y qué intenciones tienes?
- Las peores del mundo.
- ¿Por ejemplo?
- Para empezar pienso raptarte. Te voy a llevar conmigo muy lejos de aquí. Luego voy a tenerte secuestrada mínimo una semana en mi habitación sin salir. Y por último voy a enamorarte.
- Y supongo que todo eso es terrible.
- Jodidamente terrible.
- ¿Y crees que lo vas a conseguir?
- Chiquilla, ya lo he conseguido.

Tuesday, May 13, 2014

Son las 14:22.
Todo se ve gris desde mi ventana.
Suele ser así, nada nuevo por estas coordenadas.
Tengo los apuntes encima de la mesa,
pero no consigo concentrarme.
No tengo apetito,
estoy bloqueada.
Y joder,
cuanto echo de menos a mi padre.
Rayuela, primer parágrafo

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.

Julio Cortázar

Monday, May 12, 2014

- No esperaba que fueras así. Eres diferente.
- ¿Pero diferente bueno o diferente malo?
- Diferente que te cagas.
Y el primer beso contenía dentro todos los besos que se imaginó que le daría, todos los besos con los que soñó besarla, en cualquier lugar del planeta, mientras sentía esas mariposas en la boca del estómago. Algunos dicen que la besó como si no hubiera mañana. Pero yo, observándole más atentamente, me di cuenta de que no. La besó dándose cuenta por primera vez de que el mañana existía más que nunca, y que la única opción válida era vivirlo con ella. Así, como si fueran a ser eternos, como si la vida no tuviera preparado ese punto y final. Así, como si en aquel beso tuviera que sellar su unión definitiva, su destino al de ella, por siempre jamás.

Saturday, May 10, 2014

Quizá no sepa vivir sin hablarle a la nada.
A ese vacío que hay alrededor,
cuando nadie te escucha.
Escupir lo que se te agarra dentro
y no te suelta,
dándote mil vueltas.

Quizá no sepa vivir sin escribir en todas partes.

Así que perdóname por este desastre.
"I watched a girl in a sundress kiss another girl on a park bench, and just as the sunlight spilled perfectly onto both of their hair, I thought to myself: ‘How bravely beautiful it is, that sometimes, the sea wants the city, even when it has been told its entire life it was meant for the shore.’"

Thursday, May 8, 2014

Sunday, May 4, 2014

Un sólo hombre bueno basta 
para recuperar tu fe en la humanidad. 
Un sólo hombre bueno.



Gracias Jose.
Por todo.

Friday, May 2, 2014

Por si alguien me lee, esto se acaba. Voy a dejar de escribir en este blog. Ayer tuve una conversación con mi madre, y creo que tiene razón. No es nada seguro escribir así. Pueden plagiarte, robarte ideas, etc. y no tienes protección ninguna. Cuando pones algo en internet has perdido todo el derecho sobre ello. Porque yo no controlo esas movidas de las lincencias y todo eso, y entonces pues si alguien coge algo mío y lo utiliza no tengo nada que hacer contra eso. Y me da miedo la verdad. Es una pena, porque creo que internet tiene muchas ventajas, sobre todo a la hora de poder llegar a la gente. Puedes llegar a una persona, a dos, o a cientos. Y eso puede ser genial. Para mí lo ha sido, y sólo tengo constancia de un lector fiel. Y ha sido algo increíble. Mis amigas no cuentan, aunque creo que de todas ellas sólo me lee una. Entonces bueno, a él le pido perdón por tener que dejar esto. Pero a mi padre le robaron un artículo de su blog, lo publicaron en un periódico y ni siquiera le nombraron. Y eso me dio mucha mucha rabia. Y no quiero que esas cosas pasen. Pero yo no puedo evitar que la gente sea como es, porque hay gente que hace esas cosas. Yo nunca las haría, pero eso no evita que me las puedan hacer a mí. Y entonces he decidido seguir escribiendo sólo en papel, o en mis blocs de notas. De todos modos no cerraré el blog. Lo usaré para comentarios literarios, citas de otros autores, poemas de otros autores, fragmentos que me pueden parecer interesantes etc. pero lo usaré bastante menos, eso sí. Cuando en septiembre baje a Sevilla a estudiar allí, puede que lo utilice para ir contando vivencias y cosas un poco del día a día, pero no creo que para mucho más. Quería despedirme de mi lector, Jose, al que tengo sin conocerle mogollón de afecto y aprecio. Gracias por haber estado al otro lado, haberme comentado, haberme dado tus críticas constructivas y sobre todo tu fuerza y tus ánimos. Has sido mi gasolina. Muchas gracias de todo corazón. Me has llegado al alma. Espero que tu niño crezca muy feliz y muy sano, que con el padrazo que tiene no lo dudo en absoluto. Cuidaros ambos mucho. Y a los demás, si es que a habido alguien más, aunque no os conozca ni sepa vuestros nombres, si habéis leído algún pedacito de mí por aquí, gracias por haberos pasado, por haberos tomado la molestia de leerlo, y espero que algo de lo que haya escrito os haya gustado o llegado de alguna manera. De verdad, para mí, eso es mágico. Os lo agradezco con el alma. Y nada, que sigáis siempre leyendo, que no perdáis la curiosidad, que sigáis siendo maravillosos, y que la vida os trate con cariño. Yo seguiré dónde siempre, delante de mi mesa, a la luz de mi flexo, pero con mis otros dos amigos: mi boli y mi papel. 

Ha sido un placer. 
- ¿Por qué le sigues dando vueltas? Te dijo que no.
- Sí, sí ya sé que me dijo que no. Bueno en realidad yo no le confesé nada. Pero él me lo dijo de todos modos. Me dijo que eso, bueno, que nunca pasaría nada. Que no podría pasar nada nunca. Utilizo esa palabra: nunca. No me gusta esa palabra.
- Pues ya está. Ahí lo tienes. No hay nada que pensar.
- Ya lo sé. Y yo seguí con mi vida. Sigo con mi vida. Pero de alguna manera siempre está ahí. Se asoma por las esquinas. Aparece en alguna parte cuando menos me lo espero. En mis sueños. Bueno, en mis pesadillas. Y no entiendo por qué. No lo entiendo.
- Porque estás tonta. ¿Qué quieres que te diga? Porque eras una soñadora que se pasa la vida viendo cosas buenas en todo el mundo, queriendo a todo el mundo, volviéndose loca por todo el mundo. Y así no se puede. Tienes que poner los pies en la tierra ya. Tienes que espabilar o te van a comer con patatas.
- ¿Que hay de malo en ser así?
- ¿No te ves? Nunca estás en paz. Siempre tienes algo, siempre pasa algo. Piensas demasiado. Estás embobada. De verdad. Además, es que no entiendo, ¿no habías decidido seguir con ese chico? Me dijiste que te gustaba.
- Y me gusta. Claro que voy a seguir con él.. pero..
- ¿Pero?
- ¿Nunca te ha pasado? ¿Pensar que si hubiera pasado algo con esa persona nada sería lo que es?
- Sí. Claro. Todos pensamos esas cosas de vez en cuando. Pero hay que seguir. Si no nos volveríamos locos. ¿Te vas a poner a deshacer las decisiones de toda una vida? No se puede. Estás aquí porque tus decisiones te han traído hasta aquí. Y lo que no está aquí, se queda atrás. No hay más vuelta de hoja.
- Ya pero no lo entiendes. No es lo mismo. Yo no lo decidí. Si el no me hubiera dicho eso, yo lo hubiera intentando. ¿Comprendes? Si él no me hubiera cerrado las puertas antes incluso de llamar, hubiera sido distinto. Quizá al final.. quien sabe.
- No. No te engañes. No habría pasado nada. Porque no le gustas. No le gustas, nunca le has gustado y nunca le gustaras. ¿No lo entiendes? En la vida hay dos formas de tomar decisiones: unas las tomas tú, otras las toman otros por ti. En este caso el decidió: te dijo que no. Y ahí se acaba la historia.
- ¿Pero es una pena no crees?
- ¿El qué?
- Que ni siquiera te den la oportunidad.
- Bueno, no sé. Las cosas van así. Mejor antes que tarde ¿no? Al fin y al cabo, ¿no te enamoraste de él no?
- No, creo que no..
- ¿Crees que no?
- Yo qué sé. Fue todo tan raro.
- ¿Raro en qué sentido?
- En todos los sentidos. Hoy todavía no sé descifrar lo que me pasó en ese momento. Fue tan, no sé, tan diferente. 
- ¿Diferente?
- Sí, no sé. No sabía muy bien lo que sentía, ni por qué lo sentía. Pero en ese momento al menos, sabía lo que quería que pasara.
- Y dime, ¿qué hubieras querido que pasara?
- Que me mirara, que me sonriera, que me abrazara. Que me invitara a ver una peli en su sofá. Que no dejarámos de hablar en toda la puta noche. Que me contara toda su vida. Y que al día siguiente, se despertara sonriendo. No te estoy hablando de acostarme con él ni nada. No, no pensaba en eso. Pensaba más bien en mirarle, en mirarle mucho. Quería verle sonreír. Y tocarle el pelo. Y también achucharle mucho. Tumbarme encima de su tripa y contarle mil historias. No sé. Esas cosas tontas que a ti no te gustan nada. Quería ser tonta con él.
- Bueno tonta ya eres. Mira, eso ya lo tienes.
- Que idiota eres, enserio.
- No, de verdad. Eso todo es muy bonito. Que sintieras eso. Que le quisieras tanto. Pero no puedes seguir anclada en algo que no fue y que nunca será. Porque más tajante no pudo ser, y tú estás haciendo el tonto dándole tantas vueltas a toda esta mierda. ¿No te das cuenta?
- Sí, ya lo sé. Tienes razón. Pero es que era mi margarita.
- ¿Tu margarita?
- Déjalo, nunca lo entenderías. A veces, no lo entiendo ni yo.

Thursday, May 1, 2014

- Lo echaremos a "nada o tú", porque si no me tocas tú, yo no quiero nada.
- Me parece bien. Entonces lo haremos así, tú tirarás la moneda. Si sale "tú", te quedas conmigo, y si sale "nada" yo me quedo contigo.
- No pero si sale "nada" debería ser que me quedo sin ti.
- Claro, pero si a ti te sale "nada", a mi me sale "tú". Y yo me quedo contigo.