Good morning sunshine, I'm smilin' again.

El apocalipsis a la vuelta de la esquina y yo intentando sonreír como si no tuviera arena en los zapatos. La luna no nos está mirando, y hay como un no sé qué en el aire que me indica que el mapa estaba equivocado. Qué jodido es a veces hacer como que no. La vida es un continuo volver a volver, un hacer y deshacer constante que nos atrapa las entrañas. Estoy en medio de la calle tropezándome con él; miro al cielo y empieza a llover. Quiero mojarme, encontrar los océanos donde aún me tengo que perder. Me pongo la sudadera y te dejo donde siempre. Ahí donde la música no te pueda rozar. Joder. Guardo en el primer cajón todo lo que esconde esa estrofa, todo lo que esconden las palabras que anidaron en mis pulmones y nunca pude pronunciar. Hay cosas que no vas a saber nunca. Me enredé en ti y me volví loca. Tanto que la vida lejos de ti no parecía de verdad. I knew you by heart. Y si entiendes lo que esto significa, entonces, quizá, no lo hicimos tan mal.

A partir de las 2am y sin reloj, rompiéndonos la vida.

You're turnin' the demons beneath my skin on. And that could be so dangerous.

- La cagué contigo.
- Sí.

Freedom's comin', I'm feelin' it.

pongo mis pies en cuenta atrás otra vez,

cuando pisen la alfombra de la sala

y el tocadiscos suene a Lana,

se pondrán a bailar como si tú nunca me hubieras tocado, como si tú nunca me hubieras robado.

el corazón,

la cordura.

todo lo poco que me quedaba.

estoy tocando el infierno con la yema del dedo gordo

de mi pie derecho,

y no veas que bien sienta

saber que la noche no nos juzga.

voy a volver a arder en llamas

y no vas a poder hacer nada

para apagarme esta vez.

cuando prendes el agua

es el fin del mundo.

óyeme gritar,

óyeme romperme,

romperte,

acabar con cada semáforo en rojo,

con cada 'mañana seguimos',

con cada llamada que no sirvió para calmar la vida.

damn you,

y todo eso que viene después de la tormenta.

me gusta mojarme,

quemarme,

sentir que la vida duele,

porque eso hace que merezca la locura.

pero cuando mi pelo ya no tiene donde enredarse

hago la maleta

y me mudo de planeta.

hay cosas que se acaban antes de empezar.

y otras que nunca terminan de acabarse.

tú y yo

en medio de esa lluvia de cristales.

y yo intentando escapar

por la puerta de atrás,

de puntillas,

pidiéndole al aire que no te despertara.

desiertos y océanos fundiéndose

en la parte derecha del sofá,

y la vida prometiéndome

otro "lucky ones".

como si alguna vez lo hubiésemos sido.

como si alguna vez la suerte nos hubiese sonreído.

somos hijos del caos.

hacemos el amor con la locura.

vuélveme loca

y te daré mi vida.

I wanted you. The way the sea wants the shore. The way the wolves want the full moon. The way the birds want the sky. The way the rivers want the ocean. The way the flame wants the fire. The way the heart wants. The way the soul wants. My hands are still achin', cravin' for the touch of your hands. And my heartbeats are racin' to reach your breath. What an useless journey. Tell my mouth you're not kissin' it. Tell my body you're not warmin' it up. Tell my heart you're not keepin' it. And leave. Leave. And don't left anything here. Take it all. Like a tornado devastatin' every place it touches, you've destroyed me with every fingerprint. They say love always lingers, that hate always fades. But this time, I just want the love to melt and disappear. I don't want it to stay. I don't want you to stay.

I'm movin' on. Like the sun risin', this is my new beginning.

acaricié las agujas del reloj pidiéndoles otro minuto, otro segundo más enganchada a tus vértebras. la eternidad concentrada en un puto pestañeo, y mis puntos débiles temblando como si el aire se hubiese congelado. y quizá se congeló, cuando te miré por última vez, sin saber que era la última, cuando saliste por esta puerta para no volver jamás. quién me iba a decir a mí, que era así, tan insípidamente, como iba a acabar esto que aún no sé como llamar. no sé que fui para ti, en todas esas noches en las que no hablamos, en las que no tuve tu voz, ni tú mis tonterías. no sé que fui para ti, si de verdad tu corazón latía pidiendo un poco más de mis gemidos, o si ya estaba pensando en la siguiente cintura a la que atar sus manos. no, eso no lo sé, no tengo ni idea. sólo sé lo que vi, lo que sentí. tu vida arañándome las carnes, mi vida tiritando un no me dejes así. y ahora, cuando hay que cerrar la puerta y abrir una ventana, ahora cuando parece que todos los interruptores se han jodido y no queda esperanza, ahora cuando el mundo se ha caído y no queda ningún lugar al que huir, volvería sin dudar a ese puta día que maldigo sin cesar.

y es así, sin ti, como tengo que seguir.

estoy en el vértice,

en el filo del camino a ningún lado.

no seguiré las huellas

que dejaste con tus dedos,

no seguiré las migajas que me dejabas al andar.

abro la ventana y tengo alas.

estés o no,

yo voy a volar.

eh, que ha salido el sol, y todo huele a otoño, y el cielo está brillando como si la luz lo hubiera devorado todo. es bonito, ver como la vida sigue en mitad del caos, cómo la tierra no deja de girar por nada ni por nadie, como aunque a veces parece que nos cuesta respirar, el viento sigue trayéndonos aromas que huelen a empezar de nuevo. y lo hacemos. nos volvemos a lanzar a la vida, sin paracaídas y sin casco, y da igual que nos volvamos a chocar otras cien mil veces, porque también nos levantaremos de todas esas caídas, y podremos volver a sonreír como lo hicimos la primera vez que vimos volar una pompa de jabón y la atrapamos con los dedos. somos eso, un cúmulo de derrotas envueltas en una piel que es capaz de soportar hasta lo más insoportable. y me sorprendo viéndome a mi misma dejando a esos monstruos debajo de la cama, diciéndoles "eh, bonitos, ahí os quedáis, será mejor que os pongáis cómodos" y saliendo a hacer lo que mejor se me da: intentarlo. porque no he parado de intentarlo desde que  a los 15 tuve tanto miedo que pensé que me moría, y desde entonces, hasta hoy, después de diez años de parpadeos, he sido yo mi peor enemiga, y no ha habido día en que no haya tenido que luchar contra la parte mala de mi cerebro que no me deja hacerlo bien. pero eh, lo estoy haciendo. y sin él, y sin ella, pero con él, y con ella, voy a volver a ser yo cueste lo que me cueste, porque si algo he aprendido a lo largo de este camino que vamos haciendo al andar, es que después de las peores tormentas, y después de esa oscuridad que tanto me hace temblar, vuelve siempre la luz más bonita a decirme: ¿ves? los colores siempre están. sólo hay que iluminarlos para verlos. así que pienso llenar de luz la vida, y pienso llenar de luz el mundo, y pienso llenarme de colores y pintarlo todo de ojalás, y voy a escribir en las paredes todas esas palabras que me hicieron entender que los finales dan paso a nuevos principios, y que mientras me quede poesía mi corazón siempre encontrará la forma de volver a enamorarse: de la vida, de las flores, de las miradas que dicen "quédate."

"me tienes mami, se me cae la vida."

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiera elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."

no tengo nada que decirte,

no tengo nada.

estoy esperando a que el sol vuelva a salir,

mientras intento olvidarme

del matiz exacto de esas palabras.

deja de joderme la vida.

no.

no quiero tus sobras,

no las necesito.

puedo recorrer el mundo en un segundo

y bailar con el más idiota del bar

cualquier viernes por la noche.

pero yo quería hacerlo todo contigo.

ya ves,

que gilipollez.

como si eso fuese posible,

como si yo fuese una pieza importante en el puzzle de tu vida.

como si yo fuese algo que mereciera la pena sostener.

quédate con tus vacíos,

yo me voy en busca del sol del mediodía.

estoy en el punto de no retorno

y ya ni siquiera quiero mirar por el retrovisor,

lo único que tengo delante es el horizonte,

y estoy deseando saltar al infinito.

sin ti.

sin tus manos.

con mi pelo largo y enredado,

con mi sonrisa rompiéndome

los miedos,

con mi locura

y mis canciones

a destiempo.

sola.

o con cualquiera que pueda prometerme una madrugada distinta.

voy a ser feliz.

y si tiene que ser sin ti,

será sin ti.

espero que tu camino esté lleno de flores silvestres,

de chicas llenas de ojalás,

de canciones echas de algodones.

espero de verdad

que tengas la suerte que yo no tuve,

y que el mundo te trate

siempre tierno.

que te vaya tan bonito que

no te acuerdes nunca de mí.

que te olvides de nosotros.

que me vaya bonito,

tanto que no me acuerde nunca de ti.

que me olvide de nosotros.

no tengo nada que decir.

no tengo nada.

y ese es el final,

y el principio.

ojalá entendieras lo que escondo debajo de la piel.

Te has ido.
Te has ido,
y no voy a decirte que vuelvas.
Esta vez no.
Te has ido,
dejándolo todo lleno de ceniza.
Las llamas que nos hicieron arder
las apagó la lluvia,
tu lluvia,
esa que llego cuando menos lo esperaba,
calándome la vida,
el alma.

Fuiste la peor de las tormentas.

Y ahora te has ido.
Y sólo suena el eco del silencio.
Y menos mal,
porque si tuviera tu voz
no creo que puediese soportarlo.
Llévatela,
regálasela a otra que pueda sonreírte.
Vivo en los días más grises de la historia,
mi Vietnam
lleva tus iniciales.

Te has ido.
O me he ido.

No lo sé.
Pero da igual.
La cuestión es que ya no sonamos al unísono.
Que tus latidos
se irán a bailar con otros,
mientras los míos
intentan acompasarse
con un beat
que me haga llorar todas
las promesas que no van a cumplirse.

Nos hemos ido.

Y la vida nunca sonó tan triste.

El cansancio se engancha a cada uno de mis vértices, y todas mis nubes están a punto de granizar palabras que hablan de imposibles. Voy a atarme ese pañuelo a la cabeza, a ponerme esas zapatillas, y a decirle a la vida que ya me cansé de perder, que ahora toca volver a cantar hasta rajarme los pulmones. Dime cual es tu canción. Estoy preparada para calarme los huesos, arrancármelos de cuajo, y regalárselos a quien más los necesite. Estoy preparada para dar el no-te-voy-a-fallar por ciento, para dejarme los átomos en cada puto paso, en cada puto intento. Y hasta que lo consiga. A veces no hay término medio, y cuando te lo juegas todo a cara o cruz no tienes alternativa. Estoy dispuesta a renunciar a todo menos a mí misma. Y si esta vez sale cruz la cargaré a la espalda con rebeldía. Eh, el amor siempre está a la vuelta de la esquina. Y te lo digo yo, que hace tiempo que deje de creer en Sirenitas. Me estoy reconciliando con el lado bueno de las cosas. Hasta mi voz hoy suena a azúcar. Hay algo en mi mecanismo intrínseco que no me deja dejar de sonreír. Y en medio del desastre, vuelvo. ¿Qué quieres que te diga? Me quiero.

Vuelvo antes de lo previsto y es todo por tu culpa. Por todas las colillas y litronas vacías que fuiste dejando por aquí. Estás por todas partes. Has manchado de no-me-jodas-tus-ojos-otra-vez las calles de este barrio que hice tan mío. Ahora pisarlas es perderme en ti. Y qué putada. Intento no acordarme pero eres como el aire que se cuela por las rendijas, no hay forma de no respirarte. Ese color amarillo ahora lleva tu nombre, y yo tengo que tragar saliva para que no me tiemblen los pies. No, joder, La Macarena era mía. Y tú me la quitaste. Como me quitaste la vida y la sangre cuando decidiste que no podías. ¿Que no podías con qué? Quizá mi desastre era demasiado grande. Quizá tus promesas también.

Para cuando decidiste volver ya se había hecho tarde. Ahora soy yo la que no puede.