Saturday, June 13, 2015

A veces te tropiezas con tu lado bueno, con esos polvos mágicos que lanza la Campanilla que de vez en cuando te ronda el hombro derecho. A veces, sí, a veces conectas con el lado tierno. Como ahora, con la ventana abierta, la oscuridad trepando, la noche sevillana haciéndome soñar, esa melodía sonando flojito, y yo dando vueltas en medio del salón. Qué paranoia tan bonita. Hoy he vuelto a salir con la cámara a inmortalizar pedazos de esta gitana que me tiene enamorá y se me ha agarrao a las entrañas. Y es que cuando empieza la cuenta atrás te das cuenta de que de repente tienes prisa, de que estás en medio de una rayuela saltando de número en número intentando no caer, mientras dibujas con tiza esa línea prohibida que rozas de nuevo. Me perdí en tus calles y me encontré con una parte de mí que intuía que existía, pero que nunca me atreví a intentar tocar. Todavía no sé cómo contárselo a mi padre. El reflejo de Triana, y mi corazón acelarándose. La vida a veces es sólo bailar.

Hay colores que no se olvidan, miradas que queman el alma, canciones que son cometas y paisajes que curan hasta las heridas más incautas. Créeme, siempre hay un lugar para cambiar de piel.


Cuando me vaya echaré de menos las naranjas.
Y a ti,
a ti te voy a querer siempre.






'Y tal vez, no te marches nunca más.'

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