Wednesday, November 9, 2011

Noches negras, mañanas tediosas.

En los preliminares del sueño, los nervios se apoderan de mi espalda y me cautivan. No hay nada más allá, mi cerebro se estanca en esos pensamientos que me hacen adentrarme en una noche agria y estremecedora. Estoy yo sola ante mi miedo, y solo yo puedo superarlo. Pero no consigo apretar el gatillo, y me desplomo desarmada. No hay nada más que nervios después del ocaso, y hasta que llega el alba.

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