Monday, January 28, 2019

fueron dos ojos azules y un sólo rumbo,
toda mi vida en tu espalda.

nido y madriguera,
rampa pirata y cañonazo.
caída libre y salvaje hacia un lugar desconocido
que sabía un poco a tocar el cielo.

y como sonreías.
como hacías brillar a las estrellas.

no supe, ni una sola vez de todas ellas, ponerle nombre a tus suspiros,
hacerte poesía. te me escurriste entre las manos
como agua de glaciar buscando otros paisajes,
me quedé con el pelo lleno de arena,
un desierto sin Oasis a mis pies.

y aún así, después de esta sequía milenaria,
después del para siempre destruido,
después de las heridas en la piel,
después de la escarcha,
la certeza del rocío,

te escribo con todos tus colores en mi pecho,
con las pupilas llenas de fluorescencia dilatada.
apple of my eye y esos días en el este.
París y todos tus océanos.
todas las primeras veces.

no soy ya lo que fui,
tampoco lo que fuimos.
pero te guardo donde una niña guarda la ropa de sus muñecas favoritas,
el pintalabios viejo de su madre, los peluches que tenían nombres de persona.

te guardo donde guardo al mar
y a sus sonrisas.
te guardo junto al séptimo de Harry
y los solos de batería.
junto a la música que un día bailamos
y la que ahora sólo bailo yo.

donde guardo todo lo que amo y va conmigo.














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