El
miedo que me da otra piel en llamas.
El
vértice de una espalda temblando,
tocar
el infinito en otros labios.
El
miedo que me da la inmensidad de un tal vez,
la
posibilidad que esconde un todavía.
El
miedo que me dan,
la
jaula y la ventana,
el
minuto de descuento,
todo
eso que hay detrás de un nuevo hola.
No
sé ser lo que quieren que sea ahí fuera.
Y
cada día vuelvo a tropezarme con esta versión ajada de mi misma que
sólo sabe dolerse y se desmorona y se hace polvo. Entre harapos de
otro tiempo y estas dudas, sigo siendo ese desastre que temieron.
Respiro hondo,
intentando
esconder el miedo bajo una sonrisa fingida.
Que
el tiempo pasa y la vida baila y todo es de color.
Pero
aquí dentro es invierno.
Me
destrozaron.
Y
luego yo le destrocé.
Ya
no quiero más dolor en ninguno de mis huesos que no sea mío.
Pero
si vale la pena,
me
tiro.
No comments:
Post a Comment