Thursday, February 12, 2015

- ¡Baja el puto arma! ¡BAJA EL PUTO ARMA JODER!
- ¡NO! ¡DÉJAME! ¡VETE!
- No me voy a mover de aquí hasta que bajes la puta pistola.
- ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE JODER!
- ¿Pero no ves lo que estás haciendo? ¿Has perdido la cabeza?
- ¡DÉJAME! !ME DA IGUAL! Quiero acabar con todo.. voy a hacerlo.. VOY A HACERLO.
- ¡HAZLO! ¡VENGA, ATRÉVETE, HAZLO! Acaba con todo si es lo que quieres.. acaba con todo y mátanos a todos contigo. A mí, a ella. ¿Es eso lo que quieres?
- Cállate.. cállate.. yo.. yo.. no puedo.. sólo no puedo..
- ¿Qué coño es lo que no puedes? ¡Lo tienes todo! Me tienes a mí.. me tienes a mí joder.. ¿o a caso ya no me quieres? ¿es eso? ¿ y a ella? ¿has dejado de quererla? Tiene 8 años joder, sólo tiene 8 años.. ¿la vas a abandonar así, sin más? No puedo entenderlo.. ¡NO LO ENTIENDO JODER!
- ¡NO LA QUIERO ABANDONAR!
- ¿Y QUE CREES QUE CUANDO ESA PUTA BALA ATRAVIESE TU CABEZA VAS A RESUCITAR?
- No me chilles.. deja de gritar..
- Si tiras la pistola al suelo.. tira la pistola.. joder, tira la puta pistola.. no quieres hacerlo.. no vas a hacerlo.. no nos vas a abandonar,. no puedes, no puedes hacernos eso.
- Vete.. vete.. es mejor que te vayas.. no deberías estar aquí..
- No. No voy a irme. Si quieres matarte lo tendrás que hacer conmigo delante. Lo último que verás serán mis ojos mirándote.. sin reconocerte.
- No lo entiendes.. no lo entiendes.. nunca lo entenderías..
- ¿Qué es lo que no entiendo? Explícamelo, explícamelo y lo entenderé.. puedo ayudarte.
- No, no puedes ayudarme. Nadie puede ayudarme.
- Dijimos que estaríamos siempre el uno para el otro. Juramos que sería siempre así, tú y yo juntos, en las buenas y en las malas. ¿Te has olvidado de eso? ¿Ya no te acuerdas de nada?
- Claro que me acuerdo. Me acuerdo de todo. Pero no lo entiendes..
- ¿Qué es lo que no entiendo? Nos tenemos, nos queremos. Tenemos una hija maravillosa... tiene tus ojos, dios es como una pequeña versión tuya.. ¿te acuerdas del día en que nació? era tan pequeña.. creíamos que se rompería de lo pequeña que era.. pero mírala ahora.. es una niña excepcional.. y eres lo más importante que tiene en este mundo.. sin ti ella no sabría que hacer, ¿no te das cuenta? y también estoy yo.. te miro y te sigo queriendo como el primer día.. no he dejado de quererte ni un sólo segundo.. ni siquiera cuando nos enfadábamos.. ni siquiera aquella vez que discutimos tanto que parecía que se acababa.. yo nunca he dejado de quererte.. mi corazón te pertenece desde el primer puto hola.. eres mi vida entera.. y si me dejas así de esta manera no podré perdonártelo jamás..
- No me digas eso.. no, no.. yo sólo.. tú no lo entiendes..
- Te amamos. Te damos todo lo que somos todos los días de nuestra vida. Somos tu familia.. ¿qué más necesitas? Tienes unas amigas completamente chifladas, un trabajo en el que te pagan bien, una casa preciosa con chimenea y todo.,. tenemos a Rocky..  yo no entiendo esto.. no entiendo qué pasa.. tiene que ser algún trance pasajero, algún trauma o algún shock.. pero tienes que confiar en mí.. saldremos de lo que sea.. iremos al médico.. a donde sea.. te pueden ayudar.. yo te voy a ayudar... pero por favor, por favor mi vida, deja el puto arma en el suelo.. es lo único que te pido.. deja la pistola.. déjala.. por favor..

Se quedó mirándole en silencio. Chorretones de lágrimas recorrían sus mejillas. Sus ojos parecían un pozo sin fondo.

- Te quiero.
- No, ¡NOOO! No me digas eso.. no te despidas de mí.. he llamado a la policía, van a venir.. tienes que soltar el arma.. ¡JODER SUELTA EL PUTO ARMA YA!

Ella empezó a levantar la pistola hacia su cabeza, y entonces el se abalanzó sobre ella. Sonó un disparo. Ella quedó tumbada boca arriba sobre el suelo de la azotea. Él había caído a su lado, con la mano sobre la pistola de ella. Había conseguido desviar la trayectoria de la bala. Los dos estaban intactos. Rápidamente él se incorporó y le quitó el arma de las manos. Vació el cargador y se guardó la pistola en los pantalones. Ella seguía tumbada boca arriba, con los ojos abiertos, respirando agitadamente. La ayudó a incorporarse, y se quedaron los dos sentados el uno frente al otro. Hacía sol. Los pájaros cantaban. La vida parecía más real que nunca. Entonces él la miró a los ojos. Le temblaban las manos, sudaba.

- ¿Qué coño te pasa? Dímelo.

Ella le miró, respiró hondo e intento esbozar una sonrisa. No lo consiguió.

- Que soy feliz.
- ¿Cómo? ¿Pero qué dices? ¿Eres feliz y te quieres meter una bala en la cabeza?
- ¿No lo entiendes?
- No.

El sol estaba empezando a esconderse detrás de los rascacielos. El viento soplaba fuerte y los pájaros seguían cantando. El mundo giraba como lo había hecho siempre, indiferente a las vidas que habitaban en él. Ella miró al cielo y suspiro con toda la fuerza de sus pulmones. Y mientras los últimos rayos de sol acariciaban su pelo susurró su sentencia:

- Ya no me salen las palabras.


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