jugar con fuego y quemarse. sentir arder las yemas de los dedos y no rajarse. atreverse. desvestir todos los miedos que tuvimos cuando empezaron los truenos. desnudar el alma, renacer en medio de las llamas. respirar y tirarse de cabeza. inmolarse en una espiral de locura y ganas.
ganar. las batallas que pasamos toda una vida perdiendo. abrir las alas, saltar al mar, volver a enamorarnos del invierno. las flores congeladas, el viento partiéndonos los labios, y yo buscando tu pelo por todos lados. lo volvería a hacer un billón de veces, y en ninguna chocaría contigo. pero qué bonito fue soñarlo, soñarte.
ahora estoy en otro puerto y el océano es tan grande que a veces me cuesta respirar. pero es azul y brilla, y no quiero estar en ningún otro sitio, y quiero estar en cualquier otro sitio. la dualidad, el hormigueo interno que no me deja pensar. que me la sude.
porque hay días en la que la tristeza se me agarra a cada vértice, y parece que no va a parar de llover en más de 700 lunas. pero yo hace tiempo que me enamoré de la lluvia, y ya no le tengo miedo al diluvio universal.que venga. que venga la tormenta más devastadora de la historia. estaré esperando en sonrisa y sin paraguas. mírame, con el pelo empapado y los ojos ardiendo, entregándome al huracán con los brazos abiertos.
ya no tengo miedo.
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