Fui una hoja seca bailando en el ojo del huracán. Fui una hoja seca. Recorrí todos los parques, todas las aceras, y no te encontré sentado en ninguno de esos bancos de madera. Morí de sed y de pena. Morí de sed.
Fui lluvia y maremoto, un torbellino de desastres esperando la tormenta. Fui agua tantas veces que pude regar montañas, tantas veces que pude ver florecer las rosas. Fui agua, agua dulce y corriente, agua de estanque, agua de charco, agua de fuente. Pero a ti no te mojé. No llegué a tu orilla, no fui mar en tu desierto, no pude encontrar el cauce hacia tu vena central, tu corazón latía en otras gotas.
Hoy, soy guerra y soy fuego, camino con la fuerza de todos sus vientos en mi espalda, y no pienso parar hasta llegar a la frontera. Incendiar el mar y las goteras, ser fuego hasta las ascuas, plantar tornados en todas las cunetas y volar. Soy guerra abierta ante un batallón de mil soldados que llevan tu nombre en la pechera pero no les queda munición. Esta es mi venganza.
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