Y el primer beso contenía dentro todos los besos que se imaginó que le daría, todos los besos con los que soñó besarla, en cualquier lugar del planeta, mientras sentía esas mariposas en la boca del estómago. Algunos dicen que la besó como si no hubiera mañana. Pero yo, observándole más atentamente, me di cuenta de que no. La besó dándose cuenta por primera vez de que el mañana existía más que nunca, y que la única opción válida era vivirlo con ella. Así, como si fueran a ser eternos, como si la vida no tuviera preparado ese punto y final. Así, como si en aquel beso tuviera que sellar su unión definitiva, su destino al de ella, por siempre jamás.
No comments:
Post a Comment