Thursday, June 23, 2016

Y en medio de la tormenta sus ojos, como si tuvieran el poder de cambiar el curso de la historia. Un giro de 180º, la vida empapada en alcohol, una canción hecha ruinas. Él y su sonrisa en replay y toda esta mierda que ya no sé dónde guardar. No sé lo que te dije, ni cómo te lo dije, pero tu silencio me mata más que mil puñales en el pecho. Y no lo vi venir. No, no te vi venir. Intento cambiar de aires, respirar sur, desterrar esos recuerdos en los que apareces bailando. Pero no me sale. Y los días pasan y siguen pasando y tú sigues sin salir de esa parte de mí que tanto cierro, esa que tan poco te ha costado abrir, como si llevaras toda la vida abriendo puertas, como si tus ojos tuvieran el poder de mil ganzúas. Me quedo quieta en tierra de nadie mientras el viento me enreda el pelo, y esa puta imagen me revuelve el corazón. Desde que os vi ya no sé qué hacer conmigo.

Ojalá te vieran como te veo. Todas ellas. Ojalá te vieran así. Tan lleno de locura y ganas de salir corriendo. Tan diferente y tan lleno de todo eso que siempre me ha flipado tanto. Tan guay, joder. Ojalá te vieran con mis ojos y entendieran por qué cada vez que andas cerca soy una niña de siete años que no sabe razonar, una niña delante de una tienda de chucherías llorando sin consuelo porque quiere un chupa-chups de coca-cola pero nadie se lo quiere comprar. Esa angustia desgarradora de querer algo y no rozarlo, no tocarlo, no tenerlo.

Espero que la tormenta se pase pronto.
Que te pases pronto.


No comments:

Post a Comment