Saturday, December 17, 2016

No la conoces, pero la conocerás. Aparecerá con prisa y sin avisar en cualquier esquina de la ciudad, te atracará a golpe de sonrisa. Irá con paso torpe y despistado, pero sus ojos son una brújula que siempre marca el sur, no se desvía del camino. Tiene claro lo que quiere y va a buscarlo. Pensarás lo mismo en el segundo en que la veas. Todas las demás sonrisas del mundo te parecerán fingidas comparadas con la de ella, y sentirás que pagarías todo el oro del mundo porque te sonriera sólo a ti. Pero eso no pasaría ni en un millón de vidas, porque no sabe vivir sin sonreír: a su abuela, a su hermana, al hijo pequeño del vecino, o al desconocido que se cruza antes de entrar en la panadería. Ella es así. Está llena de luz y de colores y puede pintar la ciudad de arcoiris hasta en los días más grises. No le tiene miedo a nada, y sería capaz de cruzar medio mundo descalza sólo por llegar hasta los corazones que le importan y preguntarles si están bien. No soporta cuando la gente llora, y siempre está intentando inventar cuentos que acaben con sabor a chocolate. La mayor debilidad de su vida son los niños, y es que una parte de ella sigue siendo una niña. Como cuando ve un parque y se monta en los columpios, y la observas y te das cuenta de que se le han llenado los ojos de sueños. No, no la conoces, pero la conocerás. Te pondrá del revés y nervioso los días en que llegue tarde y no sepas por qué, o cuando hable tanto que no sepas callarla. Pero ella se dará cuenta y de repente saltará y se reirá, y te dirá de sopetón: "te estoy aburriendo, ¿no?" Y entonces tú te darás cuenta de que en realidad nada de lo que hiciera podría aburrirte jamás, que con ella la vida es como una puta montaña rusa que no quieres que pare. Y esas son las personas que merecen la locura, esas que hacen que la vida sea una montaña rusa constante, una aventura, un laberinto de emociones del que no sabes salir, pero no importa, porque en realidad quieres quedarte. Ella será la chica que hará que todas las demás te parezcan aburridas, la que cantará mal pero a la que querrás escuchar, la que te sacará de quicio pero no querrás que se aleje ni un centímetro, la que te enseñará que debajo de unos ojos se esconden un sinfín de universos en los que querrás perderte. La que estará loca de remate y hablará de cosas que no entiendas y a veces querrá salir a volar sola, pero si la sabes cuidar siempre volverá al lado del colchón que lleve tu nombre. Siempre volverá a la orilla de tu nuca, para susurrarte al oído cuando menos te lo esperes que eres el poema más bonito de la historia, y que no habrá día en la tierra en el que no vaya a querer leerte. Escribirá canciones que sabrán a ti, hará cosas imposibles por encender tu sonrisa. Y quizá no lo entiendas, pero te hará creer.

No la conoces, pero la conocerás. Y un día te despertarás a su lado, y mientras todavía esté dormida la mirarás y te darás cuenta de que las personas que de verdad cambian tu vida son las que jamás te hubieras esperado. Como ella y su torpeza. Y esa forma que tiene de decirte que la vida es más bonita desde que tú la haces reír.



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