Thursday, December 7, 2017

todo era luz, luz, luz, y dolía. como tú cuando apareciste tímido y color ternura. todo era brillo, y cielo, siete supernovas bailando en un puñado de metros cuadrados. qué carismática locura.

todo era pero yo no fui. salí de allí rodeada de mariposas que se me enredaban en el pelo. qué absurda y translúcida, tan ausente, tan de otra latitud, de otras laderas. y no me despedí de ti.

cuantos vacíos tengo enganchados al ombligo.
cuantos andenes sin tren.

desde que y hasta cuándo,
un rompecabezas de sombrerero loco,
un caleidoscopio envenenado,
pequeña isla sin barcas en el mundo de los sueños.

fotogramas en blanco y negro de unos amantes condenados a su propia vanidad.
el látigo del tiempo haciendo estragos, arrasando,
y las manos de ella sosteniendo un pequeño espejo que refleja el carmín agrietado de sus labios.
hay besos que son vacío.

vuelvo a retener la realidad en un costado,
cuando todo es noche y ruido
y yo salgo sin vestido y sin zapatos de tacón.
sin fluorescencia.

una película muda en mi cabeza en la que tú sólo la estás mirando. la miras.

en mis vértebras
mil años de ausencias
que resurgen con cautela.
no quiero saber a qué día estamos.

qué tengo que hacer para no verte, para no darme cuenta de tu rayo entre las sombras.
sigues sin cesar y yo soy presa,
de esta rutina gris,
de este paisaje.

en el que no seremos nunca y duele el llanto.

y tú eres inmortal en la memoria.




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