Friday, September 7, 2012

Perlándola.

Es bonito el amanecer, cuando el sol empieza a bostezar por el este. Mientras los pájaros cantan haciéndote querer arrancarte los oídos. Pero no vas a echarles piedras, porque no es plan. Además, de que serviría, no tengo buena puntería. Luego es cuando intentas abrir los ojos, pero las legañas no te dejan. Perfecto. Te lavas la cara delante del espejo, e intentas no ver el demacre que eres recién levantada, pero el muy capullo te refleja desde todos los ángulos. Un grano nuevo, que guay. Hoy seguro que será un gran día. Lo de tu pelo es otro asunto. Puedes intentar arreglarlo, pero olvídate no hay nada que hacer. Asúmelo y sigue. Con el desayuno todo suele mejorar. Si hay cereales tengo asegurado el 30% de felicidad de ese día. Si hay tostadas y mermelada un 45% y si hay madalenas ya puedo llegar al 70%. ¿Qué fácil no? Pues no. Porque vas al armario, y joder, se han acabado tus cereales. No queda pan bimbo. ¿Madalenas? Hombre no, por dios, que esto no es un hotel. Así que ahí lo tienes, un 0%. Te comes unas galletas y vas tirando. ¿Quién coño se tenía que encargar de la compra? A la mierda, cuesta abajo y sin frenos. Y de ahí en adelante el día promete. Sales a la calle sin paraguas, porque odias los paraguas, y ¿por qué coño te tienes que comprar uno? Pero claro, luego no te quejes si llegas empapada y te constipas, a ver, que yo no me quejo, me gusta mojarme, pero los charcos... Y claro, los días de lluvia no eres feliz, porque la gente va con paraguas, y también odias a la gente con paraguas... y entonces todo es un caos, y nada está bien. Y te dirán, joder es que te quejas de todo, y joder es que que mala ostia tienes, y tú pensarás, claro, si hubiera comido cereales ahora estaría con el 30% de reserva, y no sería tan borde... Pero no los has comido, y ha llovido. Y de repente el universo ha conspirado contra ti, y estás jodida. Y antes era mucho peor, porque tenías unas botas de mierda, o unas zapatillas viejas, con agujero en la suela, y se te empapaban los pies. Y entonces, todo el día de mala ostia, porque todo el mundo sabe que con los pies mojados ya si que no hay remedio, pueden traerte el pastel de chocolate más grande del mundo, que te dará igual. Con los pies mojados el mundo es un sitio agrío, áspero, amargo, jodidamente cruel. Pero menos mal que a veces tu cabeza funciona bien, y te compraste esas botas waterproof, que da igual si te cae una cascada encima, que tus pies seguirán secos. Y entonces, eres feliz, y puedes correr en la lluvia, y ya no te importan los charcos, y cambias el día, y ya da igual que no hubiera cereales, porque joder, tus botas son la puta ostia. ¿Que cuanto me costaron? Joder, pues una pasta. ¿Pero a que está bien invertida? Joder, mis pies no se mojan, y además pegan con todo. Ama, ¿no es eso lo que todas queréis para los pies de vuestros hijos? Para que luego digas que no sé comprar.

(Timb power)

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