Yo
no sé de amores de película ni de mañanas de café con tostadas
quemadas. Yo no sé nada de lo que cuentan esas historias que siempre
acaban bien y de esa perfección de los escaparates de las mejores
avenidas. No, no tengo ni idea de toda esa mierda. Pero conozco de
memoria los títulos de las novelas que te harían sonreír, y
también sé cual es el mejor chocolate de todas las baldas de todos
los supermercados. Te lo juro. No, yo no sé nada de bolsos de lujo
ni de zapatos de tacón, nada de cómo combinar los vestidos. No sé
nada de como hay que comer en una cena de gala ni que debería
hacerme en el pelo para no parecer que cada día me ha pasado un
tornado por encima. No, no tengo ni idea de toda esa mierda. Pero sé
que la música siempre es mejor a toda hostia, y que cualquier
película sabe mejor con palomitas (incluso si quieres podría
echarles mantequilla). Sé que cada vez que oigo esa canción
recuerdo estar bailando en ese cuarto mientras tu seguías sentado, y
que desde ese día ya no puedo dejar de verte cada vez que le doy al
play. Sé que han pasado no sé cuantas lunas llenas y que ya ni
siquiera te acordarás de cómo comer conmigo era una tortura. Pero
también sé que te prometí que algún día te tocaría el timbre
sin avisarte antes y que te invitaría a unas birras y me contarías
que eras el más feliz del mundo, porque tiene que ser así, porque si
no lo eres, te juro que lo tumbo a patadas, al mundo, a quien sea.
Que no, que yo no sé ser eso que se supone que tenía que ser, o yo
qué sé que mierdas, pero sé que el día que te vuelva a ver esa
ciudad se llenará de sol porque hoy por hoy todavía no he visto
nada que pueda competir con tu sonrisa. Y si quieres escribiré en
las nubes: te quiero, colega. Y si quieres te hago croquetas y me
quedo callada un rato largo para que no termines hartándote de mí.
Pero por favor, prométeme que la vida siempre nos guardará momentos
como aquellos y que siempre sonreiremos con el primer abrazo. Por favor, prométeme que pase el tiempo que pase, y que estemos
donde estemos, tú seguirás siendo eso que fuiste ese día y todos
los que vinieron después, porque pocas veces vi algo tan alucinante.
Por favor, bollo, prométeme que con nosotros nunca va a importar
nada de esa mierda, que lo que une el sur no lo rompe nadie y que
siempre tendremos comida y sonrisas en la nevera, y muchas muchas
muchas cosas que contarnos, mientras el mundo sigue siendo una mierda
pero nosotros bailamos. Prométemelo, o te rompo las piernas. Eres mi
kinki favorito, uno de esos corazones que no quiero perder ni en esta
ni en ninguna de las otras vidas. Para mí tú ya eres para siempre.
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