Sunday, July 10, 2016

estábamos tocando el fin del mundo con la punta de los dedos, y nos importó una mierda. era como esperar la caída de un meteorito, como esperar el apagón definitivo, como esperar a que prendiera la chispa que se lo llevara todo. estábamos locos. éramos felices.

estaba tocando el fin del mundo con las yemas de mis dedos, y me importó una mierda. cerré los ojos y me quedé escuchando su voz, sabía a cola-cao con galletas. en ese momento no sabía que un día entendería que era él quien me mataba. nunca el mundo me importó menos que aquella noche de mayo. estaba loca. era feliz.

pero llegó la oscuridad,
mi fin del mundo.
él a 600 kilómetros de mí,
un silencio que dolía más
que 35.000 puñales.

si hubiéramos tenido que luchar bajo esa lluvia habría perdido todas las guerras. de él no me salvé, de él salí corriendo. a veces el corazón es incapaz. a veces el corazón tiene que salir huyendo. ojos que no ven, canciones que no suenan.

hagas lo que hagas,
y a pesar de las agujas,
en esta vida hay personas de las que no te recuperas.





No comments:

Post a Comment