Wednesday, May 24, 2017

Tarantino y toda la mierda que se escurre por las cañerías. En otro universo estaría enganchada a tu espalda, contándote cuentos sobre todo y nada. La vida suele pasar así, entre absurdas historias que nos adormecen, entre speeches de gente hablando de cosas de las que no tienen ni idea. Y tenemos que hacer como que nos importa algo. ¿Quieres vivir así? Yo te hablaría sobre unicornios y dragones, sobre canciones tristes en días de charcos, sobre volver a mirar a los parques con ojos llenos de margaritas y latas de tomate. Y sí, quizá yo tampoco estaría diciendo nada, pero al menos te estaría haciendo sonreír. Eso ya es más de lo que ellos consiguen. En otro universo estaría contigo. Te cambiaría los días malos por mantas y cola-cao, te haría la guerra en el balcón para que nos vieran todos los vecinos. Sería así de intrépida, así de indiscreta. No malgastaría ni un maldito segundo a la vera de tu risa, estaría atenta a cada señal que me dijera que el viento está a punto de cambiar para izar las velas. Sería tu brújula, tu estrella polar. En otro universo sería posible hacer del mundo un sitio en el que alguien como tú y alguien como yo pudieran caminar juntos sin que sonara raro. Pero estamos atrapados aquí, en estas dimensiones en las que te veo pero no te encuentro, en las que no sé llegar sin hacer de todo un nudo, en las que me tropiezo como un gato con un ovillo de lana, en las que caigo irremediablemente a la torpeza. Estoy mirando al cielo. Tic-tacs intermitentes, farolas, luciérnagas. Otro universo. Otro universo. Otro universo.

Uno en el que pudiera ser Kiddo matando por ti.




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