Y no sé de repente sientes que no consiguen llegar a lo esencial, a entender por qué tus ojos se humedecen con esa tristeza que no puedes controlar, y ese desconsuelo desgarrador que te agarra por dentro. Y se quedan parados, mirando como ya no vuelas más, porque las alas se rompieron con la última caída.
Y tu grito desesperado pidiendo cariño, no lo oye nadie.
El eco lo repite, pero ya da igual.
Estás sola.
No comments:
Post a Comment