Y que saben ellos, que sabe nadie.
Siempre estuve sola en mitad de la pista de baile.
Él no me vio, ella tampoco.
Y mi voz se detuvo en mi garganta.
Una señal de stop, otra de en esa dirección está prohibido.
Y los ceda me los iba saltando.
Para llegar a ningún lado.
Y Roma quedaba muy lejos.
Quedaba muy lejos.
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