Tuesday, September 17, 2013

Las entrañas.
Y poco más.
Tiene que llegar hasta el fondo,
como una navaja furiosa.
Tocarte en ese punto
en el que nadie te sabe tocar.
Marcarte con fuego,
en el vértice del alma.
Llegar a revolver,
todo lo que creías que no se revolvería.
Hacerte sentir
que quieres vomitar,
que te mareas.
Que no controlas
esa sensación de vértigo
que se posa en la boca de tu estómago
y no te deja pensar.
Porque cuanto menos piensas,
más adentro llegará.
Tiene que ser salvaje,
violento,
jodidamente impulsivo.
Como salir corriendo
o gritar hasta quedarte sin aire.
Y si no es así,
no me vale.
Si no es así,
no me vale.

No comments:

Post a Comment