Ahora es cuando me desnudo sin ningún tipo
de tapujo y te digo:
ven, ven, cómeme el coño.
¿Ves esta marca en la mitad del pecho?
Es el corazón intentando escapar.
Mi caja torácica ya no soporta
sus constantes golpes
de mala suerte.
Me cruje el esqueleto
cuando pienso
en esa mierda.
Intento leer unas líneas
de cualquier poema
y se me atragantan los puntos,
como si me estuvieran intentando decir:
'¿lo ves? todo se acaba, siempre, incluso las palabras.'
Pero que putada sería vivir en un mundo
en el que las palabras se acabasen.
Que no cuenten conmigo.
Pero algo no va bien.
Ya ni siquiera tengo ganas de escribir,
y yo siempre tengo ganas de escribir.
¿Qué me está pasando?
Me abro de piernas
y te sangro todos los desastres
que intenté construir con una sola mano,
normal que se hayan derrumbado
con el mínimo soplo de viento,
no estaban preparados
para la tormenta.
Estoy jodida.
Podría parir otra frase más
pero no tengo fuerzas para intentar
hacer como que todavía me importa lo suficiente.
Joder, que mentirosa soy.
Me importa tanto que estoy a punto de quedarme sin palabras.
A la mierda.
Cuando no me salen las lágrimas ni las palabras
poco queda por hacer.
No hay cura para el alma.
No hay cura para nadie.
Alerta roja:
estoy a punto de empezar a desangrarme.
Y no sé si esta vez habrá vuelta atrás.
No comments:
Post a Comment