Friday, March 10, 2017

- eres increíble.
le miró a los ojos. no estaba sonriendo. 
- ¿por qué?
- ¿cómo que por qué?
- que a ver por qué soy increíble.
- ¿necesitas una lista?
- no necesariamente una lista. pero hay mucha gente que dice cosas así por decirlas, automáticamente. no se paran a pensar por qué las dicen, y eso no me gusta. yo cuando le digo algo bonito a alguien sé exactamente por qué se lo digo. podría enumerar cien razones por las que le digo a alguien: qué bonito eres. pero la gente no lo hace, porque no tienen ni idea. a ver, ¿por qué crees que soy increíble?
- ¿quieres cien razones?
- con diez me puede valer.
- no sabes dónde te has metido.
- tú tampoco.
- bien, pues ahora cállate y escucha.
volvió a mirarle. la estaba mirando fijamente, casi no parpadeaba. se puso un poco nerviosa. era la primera vez en mucho tiempo que alguien la miraba con tanta determinación, con tanta seguridad. no pudo aguantarle la mirada. y entonces él se puso a hablar: 
- eres increíble. cuando el viento sopla fuerte siempre se te revuelve el pelo, y en vez de intentar peinártelo te lo dejas así, libre. cuando llueve miras hacia el cielo con los ojos cerrados, y sonríes levemente, y se te ve tan calmada y tan feliz que es como si pararas el mundo. a veces, abres los brazos y das pequeños saltos y tú no te das cuenta pero yo sí, y no puedo evitar sonreír. cuando tienes frío, cruzas muy fuerte los brazos y te intentas hacer una bolita y yo sólo siento ganas de encenderte una hoguera en cada baldosa que pisas para que no tiembles cuando el mercurio baja más de lo debido. y cuando hace mucho calor, te pones tus chancletas y eres como una niña a la que le acaban de comprar una bolsa enorme de chucherías. jodidamente adorable. siempre siempre siempre llevas un boli en el bolso, y siempre siempre siempre tienes las palabras adecuadas en cualquier puta situación. menos conmigo. y eso me encanta. porque a veces te dejo callada, y a veces dices cosas que no tienen sentido y me haces mucha gracia y me río y tú crees que me río de ti pero no, me río porque eres tan bonita que me dan ganas de comerte la cara y no sé donde meter las ganas. y tu cuello, y la forma que tienes de decir las eses, y tus piernas, joder, tus piernas. y no sé qué haces cuando me miras pero es como si no quisiera estar en ningún otro lugar del mundo y sólo quiero quedarme donde tú estés mirándome. y eres increíble porque cantas y te da igual quien esté escuchando, y te pones cosas raras que nadie se pondría y no te importa, y eres tan tú que no sé cómo coño no te das cuenta de que eres un puto huracán que tiene el poder de llevárselo todo por delante. y además tu corazón es de colores, y quieres tanto y tan fuerte que a veces no entiendo cómo no explotas, y cuando las miras brillas tan sol que siento que no puedo mirarte fijamente. y es que hasta tus manías y cosas raras me parecen algo jodidamente especial y no te cambiaría nada nada nada, y bailas y eres música y sólo quiero respirarte. y no quiero, no quiero, no quiero atarte porque libre eres tan preciosa que me da miedo que te apagues, pero joder, quiero meterte en mi cama y pasarme toda la eternidad nadando entre tus piernas. y quiero hacerte gemir muy bajito, y sentir que sólo te entregas a mi oído, y que todos los demás no existen. y quiero que nunca dejes de hablar de todo eso que no entiendo pero que me gusta escuchar y ojalá tu voz 24/7. porque me encanta y me encantas y no sé qué palabras usar y se me cae la vida. y lloras muchas veces, a veces por cosas que nadie lloraría, pero me da igual porque hasta llorando estás bonita, y me encanta intentar hacerte sonreír en medio de las lágrimas aunque casi nunca lo consiga y no sé como alguien puede ser tan jodidamente guay sin ni siquiera proponérselo. y me encanta cuando se te caen las cosas y te sale todo mal, porque eres un completo desastre, y lo sabes, y tu madre tiene razón en todo, pero es que ese es parte de tu encanto y no te lo cambiaría nunca, nunca, nunca. que ninguna chica ordenada y perfecta me aceleraría el corazón más que tú y que igual soy idiota por intentar entrar y desearte con tanta música en las venas pero te juro que te compondría el universo y no sé que más decirte y no sé cómo mirarte, pero me gustas, me gustas. y eres increíble.
terminó de hablar y respiró hondo. miró al suelo y empezó a andar poco a poco. ella le siguió unos metros por detrás. se había quedado congelada. no sabía que decir. ni siquiera sabía como asimilar todo eso. eran demasiadas palabras, demasiado bonitas como para poder masticarlas. siguieron andando, cada uno a su paso, en un silencio que parecía llenarlo todo con palabras que querían decir. entonces corrió y se puso a su lado. él la miró. ella le sonrío. y con la impulsividad y la inocencia más absoluta del mundo le preguntó:
- ¿quieres un helado?
él sonrió mientras asentía. a veces, todo era tan fácil que daba miedo.



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