Wednesday, March 8, 2017

Escrito el 13/04/2015
Cuidado, resbala

No llueve, pero oigo el sonido de la lluvia. A lo lejos, en diferido, como si viniese de algún otro universo. En medio de todo este desastre todavía encuentro un hálito de algo parecido a eso que se siente cuando no sientes nada: todo es paz y todo es guerra. Y yo camino descalza. La maleta está vacía, no tengo rumbo. Divago. No sé si llegaré a esa puta orilla, o acabaré en el fin del mundo. O tal vez en el fin de la cordura. I don't know, I don't care. Quizá naufrague una vez más sólo por la diversión de sentir el agua alcanzándome el ombligo. Sumergirme. Sentir que toda esta mierda ha desaparecido y que sólo quedamos el infinito y yo, bailando un tango letal que acabe con todo, incluso conmigo. Todavía me acuerdo de la canción que cantaba la sirena, cuando venía la tormenta y de repente se asustaba.. on the floating, shapeless oceans, I did all my best to smile. Y creo que sonreí. Pero luego todo se nubló de golpe y no entendí por qué los corazones tenían que romperse. Miré al cielo intentando comprender por qué la lluvia, a la que tanto amaba, a veces me calaba los huesos y me hacía tiritar. Y entonces lo supe. Jamás volví a usar paraguas, porque el odio y el amor iban dentro de la misma gota. Respiré. Ahora cuento las palabras que no dices y me escondo en los silencios que no quieres oír. Creo que el siguiente golpe puede acabar conmigo. Pero si me levanto antes del diez, todavía tendré la espalda descubierta y los ojos esperando a que me vuelvas a matar. No pienso defenderme.

La sangre que ves es la mía.
Cuidado, resbala.


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