Tuesday, August 26, 2014

Cómo decirle que no, que no me quedo.
Que le entiendo, pero que yo no lo siento.
Que no soy de nadie, ni siquiera de él.
Sólo del viento,
y de la música que me haga temblar
de arriba abajo.
Ninguna chavala tiene dueño,
ya lo dijo él.
Y acertó que te cagas.
Mi corazón es un poco de todos,
pero siempre mío.
Y el deseo
es como un barco
sin brújula.
No hay pasión más grande
que la libertad
de no tener
destino.
Ser libre de verdad,
mordiendo la vida
cada segundo,
haciendo lo que te piden las entrañas,
pero siempre en movimiento.
Porque yo ya no me quedo.

Ni por él.
Ni por nadie.

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