El paso rápido de los días
marca el ritmo.
No queda mucho por estas coordenadas.
Corazones en torniquete,
sangre seca cayendo por las alcantarillas.
El aire sabe
a standby
y las nubes no se quieren ir.
No me preocupa demasiado.
Sigo pensando que ciertos ojos
son capaces de matarte.
Si caigo muerta a sus pies,
habrá sido culpa mía.
Y es que hay mares
que sólo son espuma
y roca:
el golpe acecha
en todas las latitudes.
Me descalzo
con la intención
de pisar tierra firme,
un poco de hierba quizá,
pero sólo es aire,
sólo es humo:
estoy jodida.
Lo peor de soñar con las estrellas
es que nunca consigues tocarlas.
He dejado de saltar,
me he puesto a otear el horizonte.
Creo que se avecina una tormenta,
llena de ira y de rabia,
llena de destrucción.
Si me pilla en la mitad
me llevará por delante.
Que me lleve.
Yo estaré bailando
esa canción.
Y quizá,
y sólo quizá,
en el camino soñaré contigo.
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