Te lo juro,
bailé por esos caminos
llenos de arena y piedra,
con el sol pegándome en la cara
y la música acariciándome
el alma,
y la vida
fue entonces
algo tan tierno
y tan bello
que no pude evitar llorar,
y después sonreír
como si de ello
dependiera toda mi existencia.
La bipolaridad
en la palma de mi mano,
el mundo a mis pies
y yo bailando.
La felicidad está a
a un sólo paso.
Corre.
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