Te hablaba de mí.
De toda esa mierda
que me comía las entrañas.
De mis noches sin dormir,
de mis demonios.
De ese pedacito
de infierno
que conocí aquel día.
De la gravedad arrastrándome
a las profundidades
del desastre.
Tú te quedaste con
todo lo demás.
Con lo que no valía nada.
Y en la imagen que te forjaste de mí,
¿yo dónde coño estaba ?
Esa no era yo.
Ahí yo ya no estaba.
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