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Me persigue. Esa idea me persigue y nunca me suelta. La llevo agarrada a mis entrañas. No me suelta. No me va a soltar. Puedo notar como late, como vibra. Cómo se hace grande por momentos. Me pide que lo saque todo. Que lo suelte de una puta vez. Que lo escupa. Que demuestre lo que soy capaz de hacer. Que deje atrás todos los putos complejos que adquirí en el camino, y que sea yo, simplemente yo. Si, me dice que sabe que soy torpe, que a veces lo hago todo al revés. Que soy un desastre crónico, y que nunca llegué a tiempo. Que soy así de desorganizada. Y me cuesta concentrarme. Me dice que es demasiado fácil que me vaya por las ramas, y que siempre estoy contando estrellas, o soñando con las nubes. Y que la disciplina nunca fue conmigo. Que mi esencia no está hecha para ser encarcelada bajo normas y deberes, y que a la mínima me escapo a soñar. Pero me dice que sabe que lo que tengo está ahí, y que cuando sea capaz de sacarlo, será imparable. Y que sabe que algún día llegaré a tiempo, y que ese día, me darán igual los demás, todo lo que me dijeron, las veces que no creyeron, las veces que no confiaron, lo mal que me hicieron sentir... no, que todo eso no me importará nada. Porque seré yo, liberada por fin de todas las ataduras que me impiden dar mi 100%. Que estaré satisfecha conmigo misma. Que lo habré hecho, lo habré logrado. Y que nadie podrá quitarme eso. Que no, que nadie podrá quitármelo. Será mío, y solo mío. Y esa vez, esa sola vez, no seré yo la que mire, serán ellos los que me mirarán a mi. Y me da igual lo que digan. Me da igual si nunca llegan a decirme: estoy orgulloso. Porque esta lucha es mía. Esta guerra la lucho por mí y para mí. Y si llega la recompensa, brindaré conmigo misma. Porque hay guerras en las que nadie te cubre las espaldas. Son las más difíciles, pero cuando consigues llegar sana y salva, sin que ninguna lanza te atraviese, son las que mayor satisfacción pueden traer.

Por eso, no pararé hasta alcanzarlo. Y si no lo alcanzo, no será porque no me he dejado la piel, la sangre y las entrañas intentándolo. No, si no lo alcanzo, que no sea por eso.