Monday, November 19, 2012

174.

Después de una mala noche, la gente no suele soportarnos. El sueño huido se llevó consigo alguna cosa que nos hacía humanos. Hay en nosotros como una latente irritación, en el mismo aire inorgánico que nos envuelve. Somos nosotros, al final, quienes nos abandonamos, y es entre nosotros y nosotros entre quienes se traba la diplomacia de la batalla sorda.
He arrastrado hoy por las calles mis pies y una gran cansancio. Tengo el alma reducida a una madeja enrollada, y lo que soy y fui, que soy yo, se olvidó de su nombre. Si tengo un mañana, sólo sé que no dormí, y la confusión de varias pausas introduce grandes silencios en mi conversación íntima.

Fernando Pessoa

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