Sunday, November 18, 2012

179.

El instinto infantil de la humanidad que hace que el más orgulloso de nosotros,  si es hombre y no loco, busque, beatísimo padre, la mano paternal que lo guíe,a través del misterio y de la confusión del mundo. Cada uno de nosotros es una mota de polvo que el viento de la vida levanta, para después dejar caer. Tenemos que arrimarnos a una pared, agarrarnos con nuestra manecita de otra mano; porque la hora es siempre incierta, el cielo queda siempre lejos, y la vida nos resulta siempre ajena.
El más grande de nosotros no es más que aquel que conoce más de cerca lo hueco y lo incierto de todo.
Puede ser que nos guíe una ilusión; la que, sin embargo, no nos guía es la conciencia.

Fernando Pessoa

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