Tuesday, November 20, 2012

.

Ella.
Una y otra vez ella.
Cerca, muy cerca.
Rozando el borde, el límite.
El vértice más oculto y sagrado.
Siempre está ahí.
Sonriéndome con ternura.
Mirándome con esos ojitos marrones tan bonitos.
Dando esos saltitos tan monos.
Corriendo a más de 200k/h.
Tan pequeña y peluda.
Dios, cuanto la echo de menos.
Es un vacío imposible de llenar.
Y duele.
Duele en cada puto poro, joder.
¿Y qué puedo hacer?
Nada.
Absolutamente nada.

La echaré de menos para siempre.

No comments:

Post a Comment