Thursday, November 8, 2012

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Salgo a dar una vuelta por Bilbao con una colega. Después de andar callejeando un rato entramos en una cafetería para tomar algo. Miro a mi derecha.mientras me como el bizcocho que he pedido. Un padre, de unos treinta y pico años, tiene a su hija en brazos. La niña lleva un kiki super gracioso, está regordeta, y tiene una carita preciosa. La tiene sostenida de manera que sus caras quedan una frente a la otra. El padre está haciendo muecas, e inflando los carrillos, y la hija se los aprieta con gesto divertido. Se ríe. El padre la mira y se ríe también. La ternura que desprenden me emociona. Miro a mi amiga y se ríe de mi. Yo también me río.

La tarde sigue. Entramos en el Corte Inglés porque tengo que hacer la compra. Esto suele ser un problema siempre, porque el supermercado del Corte Inglés está en la misma planta que las cosas de bebés, los juguetes etc. Dejamos las escaleras mecánicas en el sexto piso, y nada más dar tres pasos, miro hacia un lado. Dos gemelos idénticos, vestidos igual, de unos 2 años, están sentados en sus respectivas sillas (míticas que son dos en una) mientras sostienen los dos el mismo juguete (creo que era una caja con algún tipo de muñeco dentro). El de la derecha empieza a darle golpes a la caja. El de la izquierda mira a su hermano y empieza a hacer exactamente lo mismo. Se me derrite el corazón.

De puta madre. Universo, me lo estás poniendo difícil.

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