Thursday, June 20, 2013

Nunca me la sudó. Ni un poquito. Aunque a veces pareciera que sí. Aunque a veces intentara con todas las jodidas fuerzas del mundo convencerme de que me la sudaba, nunca lo conseguí. No, no me la sudaba. Me importaba. Me importaba demasiado. ¿Que mierda que no?




Pero ha llovido mucho ya. Y la lluvia siempre se lleva lo malo. La contaminación, el veneno. Se lo lleva poco a poco. Y para cuando te das cuenta, ya no hay nada. Nada. Y ya no te importa. Ya te la suda. Te la suda totalmente. Y es un fuck yeah como una casa. Es una liberación que jamás esperaste poder conseguir. Y cuando la consigues, joder, entonces te sientes gigante. Y así es como me siento.

Porque me la suda.

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