Saturday, June 29, 2013

Se quitó el sujetador con una velocidad impresionante.
Y se sentó en el borde de la cama.
Frágil, semidesnuda.

Estaba allí,
monstrándole su cuerpo,
su alma.

Él no fue capaz,
ni siquiera de besarla.
Sabía que sólo podría follarla,
y que luego ni siquiera la invitaría a quedarse a dormir.

Y ella no era de aquellas.
No, ella no era de aquellas.

Incapaz de dar el paso,
le dijo que se fuera.

Ella estaba preparada,
para bailar con cualquiera,
que alguna noche aleatoria,
la quisiera de verdad.

Y no le faltaron pretendientes.
Aunque en su fuero interno,
sabía que el baile,
con él,
hubiera sido interminable.

Él, le hizo el favor,
de no penetrar su yo más íntimo,
de no tirar su corazón a la basura.

Ella se lo hubiera dado sin límite ninguno.
Pero a él,
no le hubiera bastado.

Al menos fue capaz de distinguir,
que los ojos de ella,
brillaban de otra manera.




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