Wednesday, June 25, 2014

Al final perdí el pañuelo amarillo.
¿Te lo puedes creer?
La vida me jode
cuando roza mis vértices,
cuando llega a esos puntos
débiles que jamás le enseño a nadie.
Me desmorono.
No necesito que nadie me recoja,
estaré bien mañana por la mañana.
Ahora déjame romperme.
Con esa canción
en mis oídos,
fuerte,
a punto de reventarme los tímpanos,
me estoy imaginando en cualquier otro lugar.
Que curioso,
acabo de llegar a casa,
y ya me quiero ir.
No me quiero ir.
Sólo volar,
sólo rozar
un poco más el sur.
Mi mapa y tu mapa no coinciden,
no encontraremos el punto de
“están ustedes aquí”.
Y no me importa.
Puedo romperlos todos,
rehacer cada coordenada,
cambiar las latitudes.
Sólo si me dices
que no lo haga.
(Lo haré.)
Sólo si me prohíbes acercarme.
(Me acercaré.)

Mientras tanto,
me alejo
como las pierdas del río
se alejan hacia el mar.

Como una jodida estrella fugaz.

Que pasa y brilla,
pero nunca se queda.

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